IV. Mi Shota |Kakashi•Minato|
El día estaba en su esplendor, y yo me dirijo al campo de entrenamiento con unas ganas abatidas. Había pasado algún tiempo, tiempo que no logro curar el dolor, todas las noches seguía teniendo esa pesadilla que se repetía una y otra vez y otra más dentro de mi cabeza, donde atravesaba a Rin justo en el pecho, y Obito era sepultado por una avalancha de rocas. Lo peor es que no era una mera pesadilla, sino algo real, tangible y por lo tanto muy hiriente.
Si tan solo los hubiera podido salvar... todo sería tan diferente ahora...
Los días me apetecen grises desde entonces, me había quedado solo, mi madre... mi padre... y ahora mi equipo... tan solo me quedaba Minato-sensei. Pero estaba tan maldito que quizá la vida se encargaría de mostrarme nuevamente que nací para estar solo.
Las lagrimas quieren brotar y resbalar por mis mejillas para después ser absorbidas por la tela de la mascara, pero cierro los ojos y las contengo. Jamas había llorado en publico, no lo haría ahora. Era fuerte... eres fuerte Kakashi. Las personas siempre lo decían, yo debía creerlo también.
Llego al campo y ahí esta él. Minato-sensei. Con una sonrisa amable y cálida, el cabello rubio le revolotea cuando las brisas corren suavemente. Sensei ha estado junto a mi desde entonces, siempre ahí, cuidándome. Asegurandose que nada me faltara y cuando así era, él lo ponía todo en regla. Le debía tanto... jamás podría pagarle.
Era tan distinto conmigo ... que me provocó varios desvelos pensando en él solamente.
No sé que demonios pasaba en mi interior... este desorden que él desataba cuando lo tenía tan cerca mirándome.
-Kakashi, ¡hola!-saluda con alegría. Ese hombre tenía siempre un semblante tan amable que me hacia olvidar mis penurias, todo se volvía más liviano porque el me ayudaba a soportar. Asiento con la cabeza en un intento de saludo.
-Sensei, entrenaremos hoy ¿cierto?-le cuestiono vacilante.
-Hum sí, creo que el lugar es bastante obvio-mantiene la sonrisa-, ¿hay algun problema que no haya notado?
-¿Aunque sea su cumpleaños?
Minato da un respingo, lleva su mano a la nuca y se alborota el cabello con una risita singular.
-¿Lo recordaste? -dice avergonzado.
-Si -respondo en seco con un poco de resentimiento. ¿Por quién me tomaba?
-Es que has pasado por tanto que una fecha de cumpleaños es tan banal que no merece ser recordada-se justifica.
-Siempre recuerdo las cosas importantes, Sensei.
Pongo mi mochila al frente y la abro, saco un pequeño empaque envuelto en papel rosado ... debí pedir otro color... como amarillo, me sonrojo intensamente al imaginar que quizá haría un comentario burlón.
-Tenga, le he comprado un obsequio Sensei. No es gran cosa pero... -mi tono de voz desciende-quería darle algo.
Estiro mis brazos lo más posible, la cajita queda a un par de centímetros de su pecho. Se echa hacía atrás con semblante anonadado... entonces un colorsillo rojizo se le acentua en las mejillas, sus hombros se relajan y sus manos toman la caja. Sonríe ampliamente.
-Muchas gracias Kakashi, es muy significativo para mí. Eres el primero el día de hoy y el único que esperaba.
-¿Q-que? -suelto ardiendo en verguenza. ¿Por que siempre tenía que ser así?- S-sí, en realidad no es gran cosa...-repeti.
Minato-Sensei deshace el nudo y desviste la caja de su envoltorio rosado, dentro una pequeña caja de cartón con letras cursivas en dorado Pasteleria Delux.
-¡Gracias!, podríamos usarlo como almuerzo ¿te parece? Quiero compartirlo contigo-sus ojos se cierran en una amplia sonrisa y de pronto se abalanza sobre mí estrujandome en sus brazos y zangoloteandome de un lado a otro.
-Apenas respi...ro -lo empujo lejos y halo todo el aire que existe en la Tierra hasta llenar mis pulmones.
-Oh, lo siento... -se disculpa avergonzado.
-¿Empezaremos con el entrenamiento ya?, quizá muchas personas lo estén buscando ahora para felicitarlo también, entre más pronto quede libre...mejor-apuro las cosas, esto era tan extraño.
-... De acuerdo.
Minato-Sensei se lanzo varios metros hacía atrás tan rápido como un parpadeo y se colocó en posición, el semblante le cambio por completo. Ahora tenía rasgos audaces, una mirada analítica, y concentración.
Es admirable.
Aparto la banda de mi ojo izquierdo, tenía que aprender a usar el Sharingan... cuando lo recuerdo el corazón se me estruja y el dolor vuelve.
Gracias Obito, es el obsequio que más me ha servido... como esperabas que fuera.
Aqui voy...
Corro hacía él tan rápido como puedo para atacarlo de frente.
••••••••••
Resoplo cansado y me tiro en el césped, mi respiración esta agitada y mis piernas duelen de tanto correr. Bajo la banda hasta mi ojo nuevamente. Minato-sensei aparece sobre mi, sobre sus cunclillas y esboza una sonrisa ligera.
-¿Te agotaste?-Asiento una vez- Has mejorado demasiado, me enorgulleces Kakashi.
-Gracias Sensei -me reicorporo, pongo las palmas de las manos y extiendo las piernas.
-Comamos el almuerzo
-Pero Sensei...yo...-murmuro y me freno cuando veo que no esta dispuesto a escuchar un argumento tonto de mi parte.
Minato se sienta junto a mí y corta dos trozos de la tarta. Lo miro de reojo y me da el pedazo más grande, siento que debo negarme, pero tampoco queria que notará que lo observaba, así que no digo nada.
-Esta deliciosa -Minato-Sensei repone satisfecho y con la boca llena, traga- de nuevo gracias.
-Era su cumpleaños Sensei, tenía que esforzarme al elegir un buen pastel... -hablo decaido.
-No importa, igual hubiera sido perfecto si nada más me hubieras felicitado.
Niego.
-No. Solo sería perfecto si Rin y Obito estuvieran aquí.
Agacho la cabeza y siento que quiero gritar muy fuerte, hasta desgarrarme la garganta pero no puedo. Mis hombros convulsionan y sé que el llanto se aproxima pero trato de evitarlo, vuelvo la cabeza hacía el lado contrario, no quería que sensei me viera.
Pero fue demasiado tarde... como siempre, logró atraparme en plena movida.
Sus manos retuvieron mis hombros y me hizo girar hacía él y mirarlo a los ojos fijamente. En ellos la tristeza se vislumbraba, sus ojos azules perdieron el brillo.
Sus fascinantes ojos azules.
El aire se me escapa. Me tomó con fuerza contra su pecho y su barbilla reposo sobre mis hombros en un abrazo duradero.
-Kakashi deja de culparte... por favor -suelta en un hilo de voz.-Eres lo último que me queda y lo que más me importa, no quiero perderte a ti también.
Mi cuerpo se estremece, el frio corre por mi columna vertebral hasta cada milimitreo de mi piel y la eriza.
Lo que más le importaba...
Él también se sentia sólo. Él se sentia como yo. Un poco abatido, miedoso y lleno de culpa.
Aspiro el aroma de su ropa, es un olor varonil que me vuelve nudo el estomago... era una sensacion distinta, placentera... de pronto tengo las inevitables ganas de abrazarlo fuerte y corresponderle, me resisto, pero el impulso y el instinto es más grande y pierdo. Cierro los ojos y dejo que las lágrimas rueden abundantes mientras mi cuerpo se somete a las convulsiones de un llanto reprimido por un tiempo largo.
-Todo estara bien, lo prometo-murmura. Sus dedos grandes pasan por mi cabello y lo peinan sin dejarme soltarlo. Todo este tiempo tan solo necesitaba de un abrazo... -Puedes confiar en mí ... no tienes que llevar la carga tu solo. También las personas fuertes se rompen a veces...
El aire pasa entre ambos cuando de a poco nos separamos. Elevo la cabeza para mirarlo.
-Me siento mal... acabo de arruinar su cumpleaños, Sensei -restrego mis ojos para secarlos.
Sus manos rozan mi barbilla, para después borrar los rastros de lágrimas que quedaron sobre mis pómulos, su pulgar acaricia mi piel y la electicidad dentro de mi cuerpo se dispara. Sonríe.
Entonces sus manos jalan de mi máscara y la llevan hasta mi cuello dejandola enrollada en un movimiento ágil e imprevisible que me deja perplejo, se inclina y estrella sus labios contra los míos mientras encuna mi rostro impidiendome escapar. El corazón late acelerado y no puedo evitarlo. Cierro los ojos un segundo y lo disfruto sin saber como o porqué ... más sin embargo ahí estaba yo... con la cabeza hecha un lío y los labios de mi sensei devorandome en un beso tierno.
Cuando se aparta sonríe de manera tan grande y normal que me cuesta entenderlo.
-¡Eres tan lindo!-grita enternecido.
Empiezo a sentirme abrumado por tres cosas 1)Minato-sensei me besó 2)No opuse resistencia 3)Si Sensei me besó y no puse resistencia eso significaba que ¿me gustaba?
Me siento mas abrumado cuando sé que la respuesta es un contundente "Sí".
La sangré me hierve y las mejillas se encienden en un sonrojo.
-¡Maldito Pervertido Idiota Aprovechado! -chillo.
Le golpeo la barbilla con mucha fuerza y sale disparado hacia atrás sin borrar su maldita y perfecta sonrisa y una risita victoriosa que me hace hervir la sangre aún más.
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