Toji Fushiguro

Apuestas...
Ese hombre solo sabía hacer apuestas.

Estabas en el mostrador del restaurante de siempre, atendiendo a los clientes, pero observandole a él, ese hombre que venía siempre a ver sus apuestas en la televisión del local.
¿Acaso no tenía vida?

- Unos dangos, por favor - el corpulento hombre te habló con aburrimiento.

Asentí este y entraste a la cocina a avisar del pedido.
Después de todo...
Eras una simple cajera.

Tú turno acababa muy tarde, tanto que eras tú la que cerraba.

-___- una compañera se despidió - Que te vaya bien, nos vemos mañana.

Se despidió de tí, y en el local solo quedabas tú y...
Ese hombre.

Hoy parecía haberse quedado más tiempo, algo raro, pero que igual pasaba.

Se aproximaba la hora de cerrar, miraste el reloj nerviosa, girando tus ojos hacia el.

- Puedes dejar de observarme, ¿Si?- su voz grave te asustó - Se que estoy bueno, pero tampoco tienes que ser tan poco disimulada.

- Yo.. ehh- estabas nerviosa, ese señor te podría noquear de un puñetazo - Se aproxima la hora de cierre, es eso.

Este suspiró y pagó la comida.
Salió del local sin despedirse, y su salida marcó el cierre.
No había ningún cliente más.

Bajaste la cortina metálica del restaurante, cerraste con llave y comenzaste a caminar por las nocturnas calles de Tokyo.

Andar sola a esas horas no era muy seguro, pero con tu trabajo, era el horario que mejor paga te daba.

Comenzaste a sentir que alguien te seguía.

No giraste la cabeza, pero estabas claramente nerviosa, por lo que sacaste el móvil.
¿A quien ibas a llamar?

Los nervios apoderaban tú cuerpo, comenzaste a apresurar la marcha, oíste los paso tras tí acelerarse...

Un brazo rodeó tus hombros, te ibas a desmayar.

- No hables- la ya conocida voz grave sonó - Te acompañaré hasta una calle más concurrida y ya.

Ese hombre, ese hombre...¿Te estaba ayudando?

Seguiste caminando, miraste al señor corpulento, el cual giraba la cabeza de vez en cuando.

- Ya se ha ido - frenó - ¿No sabes que es peligroso caminar por este barrio de noche? Y más si eres mujer...

- Gracias...- no sabías su nombre
- Fushiguro - Respondió - Toji Fushiguro.

- Gracias señor Fushiguro - hiciste una reverencia - le invitaré a unos dangos la próxima vez como agradecimiento.

El sonrió y te revolvió el pelo.
- Gracias guapa - guiñó un ojo- Me recuerdas a mí hija... No me acuerdo de su nombre.

Te pareció raro, pero sonreíste.

Viste como el hombre se alejaba y continuaste con tu camino.

Era alguien amable.





¿Parte 2?

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