Ryomen Sukuna
Odiabas a esa maldición.
La odiabas con toda tu alma.
Cada día que ibas a clase con Nobara, Megumi e Itadori tenías que aguantar a esa boca molesta hablarte.
- Oh vamos- Otra vez -___, si en verdad te aburririas sin mí...
- Sukuna, como oiga otra palabra salir de tu boca te mato...- Yuji me miró con miedo.
- A mi no me harás nada- rió - sin embargo al niñato...
- Sukuna cállate - habló Itadori - Tenemos que estudiar para mañana...
- ¿Por qué no me cambias el cuerpo y ayudo a tu amiga a estudiar?- dijo con claras intenciones
- ¡No dios que asco!- exclamaste - Cerdo...
- Aún así me quieres - por un momento creíste que iba a decir algo bonito - Encima tuya...
Pegaste a la mejilla de Itadori, donde estaba la boca. Este se rió mientras Yuji sonaba adolorido.
- Oh, no lo niegues- habló burlón- Si en verdad eres igual de mala que yo...
Le lanzaste una mirada asesina y se calló durante un rato.
Te entró sueño, no era ningún problema ya que estabas en tu cuarto.
Así que te echaste una pequeña siesta.
- Niño- Habló Sukuna - Por favor...
- Se lo que quieres hacerle, no lo haré - se negó - me mataría...
- Tú tranquilo muchacho - chantajeó - cuando estés a punto de morir tal vez me piense dos veces lo de ayudarte...
Al final Yuji accedió.
- Ohh- dijo maliciosamente el- Que gusto estar en un cuerpo otra vez...
Giró su vista hacia tí, no te iba a hacer nada... Nada malo.
Se acercó a donde estabas y te observó.
- No entiendo a los humanos - te miró - Tan pequeños... Pero con tantos detalles...
Puso una mano sobre tus pechos, pero la mano pasó sin subir un poco.
- Oh... Está plana- rió - Es como una niña...
" Eso ha sonado muy pedófilo de tu parte" La voz de Itadori sonó dentro de su cabeza.
- Niñato, lo decía de broma...- movió un mechón de tu pelo y se acercó a tí...
Te levantaste y viste a Sukuna frente a tí... Tú primera reacción fue pegarle un puñetazo y ponerte en guardia.
- N-No te han dado permiso para cambiar con Itadori - dijiste nerviosa, sabías que el te podría derrotar en un instante.
- Oh, ___- te miró mientras se acercaba- No me tengas miedo... Mejor tenme ganas...
Te agarró de la cintura y besó tus labios de una forma muy brusca.
Se separó y te miró con una sonrisa malvada. Luego dijo mirando al techo.
- Ya puedes cambiar niño- y las marcas en su cuerpo desaparecieron.
Estabas con la cara roja y un tanto nerviosa y enfadada.
- Itadori, sal- ordenaste, este lo hizo al instante, con miedo.
Pero la voz de Sukuna sonó en su mano antes:
- Nos vemos ___-chann~
Cerraste de un portazo y miraste al techo.
¿Por qué te había gustado tanto?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top