Habías terminado una larga jornada laboral dando clases a los alumnos de primero de la academia. Te sentaste junto al arco Toori y abriste tu teléfono.
Dudaste sobre si entrar a ese contacto y llamar o no hacer nada.
-A la mierda, ¡Solo tenemos una vida! - exclamaste.
"Llamando a Nanami"

-¿Si?- preguntó con un aire cansado al otro lado de la línea - ___, sabes perfectamente que no me gusta hacer horas extra cuidando de tus alumnos...
- En realidad te quería preguntar si venías a la cafetería que han abierto en Tokyo... Pero como veo que no quieres hacer horas extra...
- ¿Estás aún en la academia?- preguntó - Si estás saliendo quédate ahí, terminó enseguida.
Colgó la llamada.
Nanami te gustaba, y mucho.
Pero al ser un hombre tan serio no sabías cómo confesar tus sentimientos...
Así que poco a poco habías formado una amistad con el.
A los pocos minutos viste a Nanami con su camisa y sin sus gafas, te sonrojaste un poco, pero debido a la oscuridad no te pudo ver.
- ¿Vamos?- preguntaste
El asintió. Viste que llevaba la.chaqueta en el brazo derecho.
-¿No tienes frío?- tu aún llevabas el uniforme - Bueno... Como sea.
Caminasteis por las calles de Tokyo, que al ser un viernes estaban abarrotadas.
Llegasteis a la cafetería, no había mucha gente, cosa que os agradó a ambos.
Os sentasteis en una mesa, uno enfrente del otro.
- ¿Que quieren?- preguntó un chico
- Un café solo- pediste
- lo mismo - dijo Nanami
Mientras esperabais el café intentaste darle tema de conversación.
- ¿Que tal con los de segundo?- preguntaste - He oído que Gojo tenía misión y te los han dejado...
- Bien- te miraba fijamente - Me han dejado hacer mi trabajo, con eso me basta...
Asentiste, hablar con el era muy difícil.
- ¿Y tú con el recipiente de Sukuna?- era la primera vez que te preguntaba por tu día
- Es bastante amable - sonreíste - Aunque no se puede decir lo mismo de Sukuna...
Recordaste como te había interrumpido esa molesta boca que tenía el chico en su mejilla.
- Bueno, es una maldición de más de quinientos años- suspiró - El joven Yuji tiene potencial...
Asentiste y llegó el café.
Lo bebisteis tranquilamente mientras conversabais trivial mente.
Cuando os ibais a ir el camarero os detuvo tímidamente.
- Muchas gracias - sonrió - Es mi primer día y han venido muchos clientes molestos... Pero me alegra que haya parejas así aún.
El oír la palabra pareja te tensó, miraste de reojo a Nanami el cual estaba sonriendo.
- Muchas gracias - dijo despidiéndose del chico.

Caminasteis por la calle, llendo a vuestros apartamentos, pero aún recordabas las palabras del chico.
" Me alegra que haya parejas así aún"
Ibas a hablar cuando...
- ___, ¿te quedas hoy en mi apartamento?- ya habías ido antes, por cercanía en las misiones y algún incidente después de una borrachera con Shoko, pero esto venía muy rápido- Tu casa está lejos...
- Ehhh...- pensaste rápido - Vale...
Llegasteis al apartamento, era bastante moderno y acogedor.
- Tengo un pijama de sobra ahí - Señaló el armario, encontraste un pijama que te quedaba un poco grande (obviamente) y te lo pusiste.
Fuiste a la cocina, donde estaba preparando algo rápido para cenar.
- Te ayudo - te pusiste delante suya y cocinaste - Que si no sería una vaga viniendo aquí.
El asintió con una risa y fue sacando platos y vasos.
En la mesa sacó un vino, del cual tomaste tu media botella y el un vaso... O medio.
- Y entonces le dije al Shukuna... Hip- estabas muy borracha- Que si volvía a criticar mi pelo le iba a poner cinta en la boca...
- ____ creo que es hora de que te duermas - habló Nanami - Estás muy mal.
- ¿Vash a venir conmigo?- le miraste con ojos de cachorro - Shi no no voy...
El suspiró y asintió.
Te llevó en brazos y te tumbó en la cama.
Te tapó con la manta y se tumbó a un lado.
- Te quiero musho Nanamin...- dijiste al borde del sueño
- Yo también - dijo una vez que cerraste los ojos, tu no recordabas nada al día siguiente, aunque algo si...
Un beso en tu frente antes de dormir.