Hajime Kashimo
Te encontrabas en el patio de entrenamiento, tirada en el el suelo, derrotada.
Otra vez habías perdido contra él.
Te miró orgulloso de si mismo, viendo lo débil que eras.
___- sonrió - Si no consigues derrotar a alguien como yo, ¿Como piensas matar algún día a Sukuna?
Tu cara solo escondía rabia. Te levantaste con dificultad, notando una de tus costillas rotas, pero te dió igual.
Y de pie, agarraste el arma de madera en tus manos, que temblaban y corriste hacia el, queriendo, por lo menos asestarle un golpe.
El se apartó y te dió un sutil golpe en la nuca, haciendo que cayeras al suelo y te desmayaras.
- Eres débil - dijo, pero ye cogió en brazos y te llevó dentro de la casa, para que te pudieras recuperar, si no no podrías entrenar.
Te despertaste, estabas en un futón y no veías nada más que eso. Te sentaste, pero el dolor en tus costillas era mayor, por lo que volviste a recostarte.
- Ya has despertado...- Hajime se acercó al futón - Se que he sido muy duro, pero tú decidiste venir a mi para entrenar,¿Por qué?
- En el clan Zen'in no me ayudaron - tu voz sonaba rasposa - Eras mi última esperanza.
El asintió, tú estabas adolorida en tu futón, no dijo nada más y se iba a marchar.
- Y hay algo mas- conseguiste decir - Oí de alguien que era muy fuerte... Quería saber quién era, ver si era tan fuerte.
- ¿Pues ya lo has visto, no? - sonrió arrogante
- Pero también he notado que además de fuerte, tienes algo de bondad dentro...
- ¿¡Que?!- te miró con el ceño fruncido - yo no sé de eso
- ¿Y entonces por qué cada vez que salgo muy herida me ayudas?- le miraste con una sonrisa - Y no me creo que sea por qué "no tendrías con quien entrenar"
- Vi potencial en ti ,joven- sonrió- además de que, después de ver tú bella cara llena de heridas de entrenamiento, me das pena.
Pena...
- Kashimo- dijiste
- Señor Kashimo - corrigió
- Vale, señor Kashimo - respiraste hondo - ¿Si consigo asestarle un golpe me dejaría hacer una cosa?
-Mientras no sea nada raro, si- se acercó y sonrió- Un golpe, esa es la condición.
Un brillo apareció en tus ojos, te tumbaste de nuevo para, rezando por qué tus heridas sanasen ya, poder darle ese golpe.
Otro día de entreno, estabas totalmente recuperada y blandias tú espada de entrenamiento en la mano, Hajime, frente a tí, tenía una actitud seria, no se iba a dejado golpear tan fácil.
Con movimientos rápido ms te posicionaste tras el, levantando la espada para intentar darle un golpe, pero al bajar está, el ya no estaba.
Un golpe e. Tú espalda delató la presencia de Hajime.
No caíste al suelo, pero perdiste el equilibrio.
Te volviste a incorporar y pensaste en que hacer, entonces viste un punto ciego para tu maestro.
Corriste más rápido que nunca, te pusiste en un lugar en el que tardaría tiempo en notartte y...
Lo hiciste.
Diste un golpe en su hombro derecho.
Al caer de nuevo al suelo miraste tus manos, lo habías conseguido.
Te levantaste y fuiste hacia el, haciendo una reverencia mostrando tus respetos.
- Debo admitir que has mejorado bastante - sonrió - Adelante,haz lo que querías hacer.
No pudo terminar la frase, te lanzaste a sus labios sin dejarle reaccionar.
Al apartarte, el no reaccionó, se quedó con sus ojos y boca abiertos, mientras tú te ibas.
- Que cojo...- sonrió sin siquiera saberlo.
Era algo nuevo... Pero le gustaba, no tanto como luchar, pero le gustaba.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top