31. Ricky || Invasor
Advertencia: contenido explícito, palabras fuertes, leer con precaución y si eres sensible a estáis contenidos salta esta parte.
Sonreía entretenida observándome frente el largo espejo frente a mi, la corta falda que se ajustaba perfectamente a mi trasero era lo que más llamaba la atención en mi atuendo, seguido del escote que dejaba mis pequeños, pero bien formados pechos a la vista. Satisfecha me guiñe un ojo para sonreír de lado dándome una pequeña vueltita escuchando cómo mi condenado teléfono sonaba por milésima vez en estas últimas horas, rodé los ojos irritada y caminé a él apagándolo sin importarme el que llamaba, que claramente era mi ex novio. Guarde el móvil en mi bolso con lentitud llevándomelo al hombro, pero antes de que inclusive me girara hacia la puerta por donde saldría feliz en busca de una conquista esta noche, esta se cerró en un fuerte sonido.
Rodeé los ojos dejando el bolso nuevamente sobre el escritorio girándome con una sonrisa de poco amigos al castaño apoyado en la puerta blanca de la habitación con una sonrisa arrogante y cruzados brazos — ¿sabes que esto es invasión, Bowen?
— Entonces soy un invasor, pero guapo ¿no crees? — se acercó a mi a paso lento mientras mordía su labio — te vez hermosa.
— Lo sé — me crucé de brazos levantando una ceja mientras apoyaba mi trasero en el escrito — pero no puedo decir lo mismo de ti.
— Ouch — se tocó el pecho con dramatismo al fin llegando frente a mi con su hermosa sonrisa que me calentaba más que mil soles — me dolió, hermanita.
— Que seas el mejor amigo de mi hermano no te hace mi hermano, idiota — sonreí de costado sentándome sin mucho esfuerzo sobre la madera del escritorio — hablando de idiotas ¿donde está él?
— Donde Ashlyn.
— ¿Y porque mierda estás aquí? sabes que me estorbas ¿no? hoy salgo con mis chicas — el chico elevó sus cejas divertido acercando su rostro al mío haciendo que un escalofrío me recorriera de pies a cabeza por su profunda mirada que bajo de mis ojos con lentitud a mis pechos, donde quedo observando para lamer su labio inferior. Al ver que no hacia nada bufé molesta, siempre hacia la misma mierda, invadía mi espacio personal y cuando yo quería algo más solo me quedaba observando sin hacer nada, realmente frustrante — adiós, Ricky — murmuro saltando del escritorio tomando mi bolso en el proceso caminando a la puerta con mi paso decidido y mis taconeos sonando en el piso con fuerza.
— Laura... — escucho el suave jadeo del chico a mis espaldas justamente cuando estaba en la puerta para después ser atraída hacia atrás por sus brazos que rodeaban mi cintura con fuerza apegando mi espalda a su pecho y mi trasero con el bulto bajo sus pantalones — llegó el momento en el que tu invasor, te invada por completo — murmuró en mi oreja donde después mordió suavemente.
La descarga eléctrica me inundó nuevamente por todo el cuerpo haciendo que soltara el bolso con sorpresa cayendo ruidosamente en el piso. Las manos curiosas del castaño cayeron lentamente por las curvas de mi cadera hasta quedar intacta en mi zona íntima donde subió poco a poco mi falda dejando al aire mi braga negra la cual bajo levemente para ingresar su mano en ella acariciando mis labios con las yemas de sus dedos. Cerré mis ojos con fuerza soltando un fuerte gemido con libertad, sabiendo que mis padres no estaban en casa, apoyé mi cabeza en el hombro del chico que entretenido en su tarea de hacerme gemir como loca por sus suaves toques en mi intimidad y regalándome pequeños besos en mi cuello.
Lleve mis manos con dificultad sobre la suya la cual saqué con suavidad soltándome de sus brazos y girándome a él con la respiración entre cortada, quite la chaqueta que llevaba tirándola al piso con lentitud y después al borde de mi falda la cual saqué de un tirón cayendo a mis pies, seguido tiré los tacones a cualquier lugar haciendo todo con su atenta mirada sobre mi. Pero cuando justamente me iba a quitar la blusa el tomó mis manos con suavidad llevándola a sus hombros con su caliente sonrisa que hacía que me mojara completamente — yo me encargo de ella — llevo sus manos a la orilla de mi camiseta la cual sacó lentamente por arriba de mi cabeza, dio un paso atrás mirándome de pies a cabeza con su penetrante mirada café que me había temblar de la excitación — quiero decirte que después de esto serás completamente mía, Laura.
— Lo sé, pero te advierto, tú también serás mío y te digo ahora... — me acerqué dos pasos rodeando su cuello con mis brazos desnudos sonriendo de lado mirando sus ojos avellana —... soy muy celosa con lo que es mío.
— Genial, porque yo soy igual — sorpresivamente me elevó del suelo tomando mi trasero entre sus manos haciendo que en busca de estabilidad me afirmara con más fuerza de su cuello llevando su rostro entre mis pechos — estar aquí es estar en el cielo — al escuchar su voz amortiguada suelto una pequeña risita que cambio a un gemido ahogado con rapidez al sentir cómo estrujaba mis glúteos entre sus grandes manos.
Nos guió a ambos con torpeza a la cama donde me recostó con sumo cuidado y quedando sobre mi, entre mis piernas aún con su rostro entre mis pechos que empezó a besar y morder con suavidad, sus manos dieron un paseo por mi abdomen descubierto provocándome escalofríos y jadeos involuntarios, sus grandes manos llegaron a el broche de mi brasier el cual abrió con rapidez sacándolo de mi cuerpo y lanzándolo a un lugar al azar de la habitación.
Al quedar mis pechos al descubierto me llego una brisa desconocida haciendo que mi piel se erizara al igual que mis pezones los cuales fueron atendidos por el chico. Entonces veo por mis ojos entrecerrados cómo el chico bajaba sus pantalones con torpeza haciendo que soltara una pequeña risita para ayudarlo quedando desnudo sobre mi, haciendo que lo único que nos separara fuera la braga que aún tenía puesta la cual fue arrancada despiadadamente por el chico.
— ¡Oye! eran mis favoritas — reclamo tomando su rostro entre mis manos frunciendo mi ceño, Ricky solo me observo con una media sonrisa tomándome de la cintura girando conmigo quedando sentada sobre su miembro.
Al observarlo desde esta altura me sentí poderosa y al mando, sonreí traviesa bajando un poco mi torso llegando mis labios a los suyos, tan solo rosándolos — ¿quien es el invasor ahora? — el chico en respuesta me beso con anhelo y pasión apretándome contra su cuerpo, pero con dedicación busqué su miembro sosteniéndolo con delicadeza dando suaves caricias en él con la yemas de mis dedos hasta llevarlos a mi resbaladiza entrada donde entro sin mucha dificultad haciéndome soltar un fuerte grito de satisfacción, me encontraba completa y quería más.
Moví mis caderas en un suaves vaivenes mientras apoyaba mis manos en su pecho, concentrada en mis movimientos no me di cuenta de cómo el chico bajo a mi hacia una mueca, hasta que soltó un fuerte gemido al hacer un moviendo brusco tomando por acto de reflejo sujetó mi cadera moviéndola de arriba a bajo saltado sobre su miembro haciendo que gimiera como loca, pero quitándole importancia al ver su rostro de satisfacción que hacía que sonriera con malísima, mis pechos saltaban junto a mi al compás, uno de ellos fue atrapado por la boca de Ricky quien se sentó conmigo aun moviéndome, y con el otro lo amaso con fuerza con su mano.
Gemí fuertemente al sentí un calor intenso en mi i entre bajo, empuje a Ricky nuevamente por el pecho cayendo nuevamente sobre las almohadas y seguí con mis movimientos cada vez más rápidos.
Unas embestidas más faltaron para que el chico que yacía bajo a mi expulsara su líquido seminal en mi interior haciendo que yo llegara a mi orgasmo igualmente cayendo cansada sobre su pecho donde mis ojos pesaban más y más.
— Ambos somos invasores.
Sofiadaaholland
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