ʜᴀʟʟᴏᴡᴇᴇɴ

La noche de Halloween había caído sobre la ciudad como un manto de oscuridad y misterio. El cielo estaba cubierto de nubes negras y espesas, que parecían tragarse la luna y las estrellas. El viento soplaba con un susurro espeluznante, haciendo que las hojas de los árboles y las ramas de los arbustos parecieran dedos esqueléticos que se movían en la oscuridad.

Las calles estaban llenas de niños y adultos disfrazados, que caminaban de casa en casa, pidiendo dulces y golosinas. Los disfraces variaban desde fantasmas y vampiros hasta zombies y monstruos de películas de terror. Las casas estaban decoradas con telarañas de plástico, calabazas talladas y luces de colores que parecían ojos que brillaban en la oscuridad.

El aire estaba lleno del olor a dulces y caramelos, y el sonido de risas y gritos de alegría. Y Aiden, quien no parecía agradable todo ese ambiente se dedicaba a observar desde su ventana.

La noche del 31 de octubre nunca había sido su favorita, le gustaba la idea de irse a divertir por la noche, quizás no pidiendo dulces por su edad, pero pasar el rato parecía entretenido. Si quitaba todo lo de asustar y las cosas que daban miedo, la noche le parecería mejor, pero al no ser el caso prefería quedarse en casa, aunque quizás cierta persona prefiera todo lo contrario.

James miró el reloj por décima vez esa noche. Aiden le había prometido que saldrían a la fiesta de Halloween, pero ahora parecía que el menor había cambiado de opinión.

—No quiero salir —dijo Aiden, sentado en el sofá, mirando la televisión ahora-. Lo siento, se que te lo prometí, pero..

James suspiro, acercándose a su pareja.

— Aiden, está bien. No te estoy obligando, lo sabes, no? - Preguntó. El antes mencionado asintió-. Era solo una fiesta, habrán más, solo quería que pasemos una noche agradable pero si prefieres podemos divertirnos los dos solos. ¿Qué dices?

Sugirió el moreno un poco decepcionado, le gustaban esas fiestas pero no quería obligar a Aiden ir con el y que solo la pasará mal. Dejarlo solo tampoco era una opción, entonces ¿porque no aprovechar el momento?
Había estado deseando pasar una noche algo, distinta al resto, durante semanas, y ahora tenía la excusa perfecta.

El de piel pálida miró a su novio con curiosidad. —¿Qué tienes en mente?

James se acercó a Aiden, parandose frente a el, sintiendo su corazón latiendo más rápido. — Dime tú, ¿qué prefieres?

El canadiense no pensó mucho en que responder, después de todo no había mucho que hacer en casa encerrados.

— ¿Podemos ver una película? - Sugirió.

El mayor tomo lugar junto a su pareja, acercándose a su rostro, susurrandole al oído.

— Yo pensaba en algo mucho más interesante que ver una película.

El cuerpo del menor sintió un escalofrío recorrerlo. ¿Había sido eso una insinuación o James solamente tenía otras actividades para que hagan juntos? Se preguntó.
No tardo en recibir una respuesta a su pregunta cuando sintió como la mano del Brasileño acariciaba su pierna.

Decidió seguirle el juego, haber hasta donde llegaban.

— Ah, si?  ¿Entonces?

Aiden solo se dedico a observar los movimientos corporales de su pareja, mientras este lo sonreía con una mirada llena de deseo. Sentía su mano recorrer desde cerca de su entrepierna hasta llegar hasta la zona de sus caderas, para sujetarlo con firmeza pero con un agarre sueva.

Su temperatura corporal iba subiendo y no dudaba que la de James también. Podia sentir la tension entre ellos, su corazón latiendo mas rapido con cada roce, podía sentir el calor de su piel, el ritmo de su respiración.

Lentamente, James se inclinó hacia adelante, su boca buscando la de Aiden. El menor no se movió, solo esperaba el contacto de los labios de su novio con los de el.
Sus bocas se encontraron en un beso suave, casi tímido. Pero pronto se convirtió en un beso apasionado, lleno de deseo y emoción.

Aiden sintió la lengua de James explorando su cavidad, sentiendo su sabor y su calor. Aiden se estremeció debido a un cosquilleo con lo consumio, su cuerpo iba respondiendo al contacto y eso le gustaba.
Mientras el beso se iba profundizando, las manos del latino, que antes acariciabian la piel suave y de porcelana del menor, ahora hacían un recorrido por todo su cuerpo, tocando y acariciando cada parte de su piel, aunque la ropa comenzaba a molestarlo.

Sostuvo el cuerpo más pequeño para poder levantarlo y colocarlo sobre su regazo. Aiden se sobresalto un poco al cambio brusco.

— Wow, eso fue rápido.

— Puedo serlo más -. Insinuó coqueto y atrevido. Logrando que el pequeño rostro pálido fuera cambiando a un tono más carmín. Le pareció tierno y divertido.

— ¡No te rías!

La petición del menor fue ignorada por el mayor, quien se reía de la reacción corporal qué tuvo el rostro del canadiense ante sus palabras. No lo hacía con malas intenciones, pero no pudo resistirse. Aiden cruzo los brazos haciendo un puchero, trato de ponerse de pie para irse acostar, pero unos brazos lo detuvieron.

— Cariño, no te enojes - Le susurro al oído el moreno -. Solo me pareciste tierno.

Se excuso, sujetando el cuerpo del menor entre sus brazos, prohibiendo su escape.

— Eres tan molesto -. Soltó con fastidio, dejando de forcejear ante el agarre de su novio. Este solo se rió una vez más, aflojando su agarre para que ambos pudieran estar cómodos.

Así te gusto, ¿no es verdad?

Mencionó, James, mientras acariciaba a su pareja. Aiden hizo un puchero, pero no se negó a los estímulos del mayor, abriendo sus brazos para rodearlo y poder abrazarlo, la acción fue gustosamente correspondida, después de todo, amaba al idiota que tenía a su lado. No podía desear un mejor novio.

Feliz, su rostro se acercó al del contrario, en un intento de poder unir sus labios con los de el, para poder sentir la calidez de aquellos besos que experimentaba, sin separarse del abrazo.

El corazón de ambos chicos latía con fuerza, mientras la tensión iba subiendo. El beso que empezó siendo lento iba aumentando su velocidad. La pareja deseaba más, pero ese deseo iba más allá de simplemente algo carnal, si tuvieran que describir la sensación que experimentaban sería difícil, solo no podían alejarse, el beso solo quería profundizarse más y más.

Las manos de ambos exploraban cada centímetro de sus cuerpos, cada parte, sin excepción.

Mientras sus respiraciones se aceleraban.

Sería una noche larga.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top