Tsk...hormonas
Lo que cualquier estudiante o profesor diría de Midoriya Izuku cuando lo conocieron, era que su caso era uno perdido, tuvo que costar mucha determinación y mejora del chico para que fuera alguien admirable. Para su suerte sus excelentes notas en la parte académica, lo colocaban en una situación no tan incómoda. Otro punto a su favor era su gran sentido de la justicia que era reconocido por otros y como era bueno siguiendo reglas...la mayoría de veces.
Deku era un alumno ejemplar.
Uno que otro contratiempo en su historias, pero siempre era para ayudar algún amigo que estaba al borde de la muerte o secuestrado por villanos. Ningún profesor de la academia podría decir que eso era malo, eran una academia de héroes por el amor de dios.
Tal vez que siempre fuera un alumno ejemplar, era el motivo principal de ese pequeño dolor de cabeza que poseía.
Porque eso estaba mal.
Jodidamente mal.
Un alumno como él, en su último año y a poco de la graduación no debía estar metido en esos actos en medio de un salón vacío. Si Iida los viera probablemente ya estaría llamando al director o algún profesor para que lo amonestara. Incluso él jamás podría negar algo tan obvio como eso y no tenía una excusa válida para justificar dicho comportamiento, bueno si existían escusas, pero no creía que un profesor aceptara:
"Mi novia está demasiado buena como para resistirme"
Ni de coña.
Un nuevo gemido de Uraraka hizo que su poca cordura siguiera perdiéndose poco a poco. La atrajo con ambas manos en la cintura y disfruto el contacto de su piel bajo su camisa desordenada. Seguía lamiendo su cuello disfrutando de como ella se retorcía y lo apretaba más contra ella.
Sí, no había ninguna excusa para algo de ese tipo.
Pero que bien que se sentía.
No es como si no se sintiera culpable, pero el problema es que no estaba ni un poco arrepentido de sus actos.
-Izuku-gimió Uraraka algo roja.
Separo su rostro de la chica para morder su labio con sus dientes, estaban tan acostumbrados a que otros usaran sus alias como héroes que ser llamado por su nombre, era jodidamente ardiente. Ya comenzaba a sentir su pantalón ajustado y el calor había crecido aún más en esa habitación.
Levanto su rostro para verla con ganas de devorarla.
La chica se estremeció con los ojos entrecerrados.
-Ochako...esto no es correcto-murmuro lentamente mientras sus manos se posaban descaradamente en el trasero de su novia.
Ella alzo una ceja divertida.
Ambos aún tenían en su mente los recuerdos de su adolescencia, de cómo se conocieron y los tímidos que fueron. Durante un tiempo fueron así, mientras sus sentimientos crecían inocentes y dulces para el resto de las personas, no fue hasta hace algunos meses que habían comenzado como una pareja primeriza. Esas parejas que se dan las manos y se sonrojan aun con un tierno beso, esas que te provocan vomitar arcoíris y sentir que flotas en una nube de algodón de azúcar.
Pero ambos eran jóvenes, con hormonas que habían estallado hace poco y por las cuales se encontraban cada vez más seguido en situaciones de este tipo. Aun no habían tenido sexo, pero no estaban seguros de soportar mucho a que eso pasara.
-Supongo que tus manos no están de acuerdo con tu mente-se burló la chica desabotonando descaradamente la camisa de su uniforme.
No se quejó cuando las manos de Uraraka se posaron en su pecho delineándolo, pasando por sus cicatrices y jugueteando con sus pezones como si fuera normal. Se sonrojo levemente y volteo a ver a otro lado algo nervioso, pues su cuerpo estaba demasiado caliente y su respiración era agitada. Sabía que su problema era bastante obvio con ver sus pantalones, pero a diferencia de la vergüenza de la primera vez que sucedió eso en presencia de su novia, esta parecía divertirse con el hecho.
Se estremeció cuando la chica mordió levemente su oreja y sus manos la sujetaron con más fuerza.
-¿En verdad quieres que pare?-cuestiono la chica alejándose de él con maldad.
Frunció el ceño al verla lejos, pero aun sentada en ese escritorio como ambas piernas rodeando su cintura. Noto como la camisa de la chica estaba desordenada y con algunos botones abiertos dejando ver el inicio de sus pechos.
Era una tramposa.
Debían detenerse, esperar otro momento y no después de un día con clases de mierda. No cuando algún profesor o estudiante podía verlos en cualquier momento. Odio como su interior comenzaba a encontrar emocionante la idea hasta cierto punto. Era un maldito enfermo pervertido.
Puso una de sus manos en la pierna de la chica y la subió torturadoramente por un costado levantando un poco su enagua. Esa misma mano paso por la cintura de la chica y descaradamente sobre su pecho hasta llegar a los botones de su camisa. Al igual que ella, lentamente los quito poco a poco, aunque en su interior tenía ganas de usar su súper fuerza para destruir esa camisa. Bajo su rostro y dejo un pequeño beso en el inicio de sus pechos cubiertos por un sostén.
La escucho suspirar.
-Yo me pregunto quién no quiere detenerse señorita Ochako-añadió viéndola con picardía.
La aludida lo tomo por las mejillas y lo atrajo para darle un feroz beso en su boca, donde ambas lenguas se encontraron y en el momento que dejaron de pensar con racionalidad. Mientras una mano estaba sobre su trasero, la otra masajeaba los pechos sobre el sostén. La chica solo jugaba con su pelo totalmente extasiada mientras sus piernas lo atraían más a ella. Ambos sexos chocaron sobre la ropa y gimieron entre el beso.
Ya estaban cruzando el punto de no retorno.
Al separarse del beso se vieron con ojos oscuros, definitivamente lo que estaban a punto de hacer no era correcto, pero no sabían cómo parar a esas alturas.
-Supongo que esto es como ver pornografía-hablo una voz que hizo que se congelaran en su sitio.
Giraron sus rostros totalmente pálidos para ver como Todoroki miraba todo algo aburrido con una caja llena de objetos científicos. A su lado Bakugou solo suspiraba aburrido con dos cajas enormes sobre sus brazos.
Una piedra cayó sobre ambos chicos en posición comprometedora.
De pronto Deku fue consiente de algo más, fue cuando vio donde estaban viendo ambos chicos que una vena se hincho en su frente. Tomo la sudadera que le pertenecía y que estaba al lado del escritorio donde estaba sentada Uraraka, luego la utilizo para cubrir a la chica que tenía la camisa abierta. Esta lo vio confundida, en cambio los otros dos chicos se sonrojaron levemente al notar la mirada acosadora de Deku sobre ellos.
-No deberías enojarte Deku, tu eres el maldito exhibicionista aquí-gruño Bakugou dejando las cajas dentro de un armario.
Deku bufo antes de abrocharse torpemente su camisa, tomar de la mano a Uraraka y salir sin despedirse. Esos desgraciados. De reojo noto como la chica parecía avergonzada, pero igualmente lo miraba con una sonrisa divertida.
Se sonrojo.
-Eres adorable celoso Izuku-aclaro ella con alegría.
Se sonrojo aún más y bufo por bajo avergonzado.
Suponía que tendría que bañarse esa noche con agua helada nuevamente, algún día lograría poder estar con su novia sin que alguien los interrumpiera, pero que eterno sonaba eso.
Fin.
Arigatō mata ne~
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