Matrimonio Arreglado

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- Ochako, cariño, porfavor, piénsalo un momento...

- ¡No! ¡No lo haré! ¡No quiero!

El rey suspiró mientras se pasaba las manos por la cara desde a fuera de la habitación de su hija, la princesa Ochako, quién estaba encerrada ahí dentro.

- Porfavor, dale una oportunidad, cariño... - intervino la reina, suplicándole a su hija.

- ¡NO ME CASARÉ CON ALGUIEN QUE NI SIQUIERA ME CONOCE! - gritó esta, histérica desde el otro lado de la puerta.

- No seas tan impulsiva, hija. Así fue como tú madre y yo nos juntamos -dijo el rey, quien rodeó la cintura de su mujer con un brazo.

- ¡Y A MI QUE! ¡¡Creéis que seré como vosotros dos!! ¡NI SIQUIERA SÉ SU NOMBRE! ¿¡COMO ME VOY A CASAR CON ÉL!?

Ochako gritó con todas sus fuerzas, frustrada. No quería ser condenada en el amor de esa forma, pese a que sus padres terminaron enamorándose, con ella no podía llegar a ser lo mismo.

Agarró un cojín de su cama y fue golpeando al azar con él por su habitación, para descargar su rabia y frustración.

Ella quería amar y ser amada. Lo que estaban a punto de hacerle sus padres para ella era como un pase directo a un infierno matrimonial en vida.

El rey volvió a suspirar, esta vez un poco más pesado, rezándole a Dios para sus adentros.

- Su nombre es Izuku Midoriya, cariño. Estoy seguro de que es un joven agradable... -le dijo a su hija...

Ochako se acercó a la puerta y gruñó.

- ¿Como sabes que es tan amable, eh?

- Bueno, conozco a su madre y ella es muy buena mujer en verdad -habló esta vez la mamá de Ochako.

- Ambos simplemente dan por sentado que será igual que su madre - Ochako se sentó en su cama, gimiendo, disgustada con sus padres.

Hundió su rostro en sus manos, exasperada.

- ...Vamos. Dejémosla un rato, que se tome su tiempo -Ochako escuchó decir de su madre.

La reina de llevó a su marido lejos de la puerta.

Ochako se llevó las manos a la cara y comenzó a llorar. La iban a obligar a contraer matrimonio. Y con un completo desconocido.

Nunca había estado más molesta en su época de princesa.

Mientras Ochako miraba a la nada, reflexionando, alguien tocó su puerta.

- ¿Princesa Uraraka? -una voz llamó desde el otro lado.

Ochako suspiró y se obligó a levantarse.

- Un segundo.

Ochako reconoció esa voz. Asique simplemente abrió la puerta dejando entrar a la que era una de las sirvientas del castillo.

- Princesa Uraraka -saludó la sirvienta, llamada Asui, quien le hizo una reverencia a su princesa mientras sostenía una canasta.

- ¿Que necesitas? -preguntó Ochako, cerrando la puerta después de que Asui entró.

- Vine a ver si necesitas algo, princesa. También traje más sábanas por si las necesitas -la sirvienta Asui colocó la canasta sobre una mesa que había en la habitación de la princesa.

- No me hace falta nada, gracias.

Ochako se frotó los ojos, tratando de no llorar más.

Asui se permitió observarla y su preocupación la envolvió, haciéndola preguntar:

- Princesa, ¿Has estado llorando?

- Tranquila, no te preocupes por eso -Ochako le sonrió, pero esa sonrisa no llegó a sus ojos.

Esta volvió a sentarse en la cama...

- Disculpa pero, ¿Se trata del matrimonio concertado entre usted y el príncipe Midoriya?

- ¿Como lo supiste? -Ochako preguntó, sorprendida de que lo supiera.

- El Rey y la Reina reunieron a la mayoría del personal del Castillo, incluidos los guardias y mandhaidens, para hacer el anuncio. Hay un banquete preparándose para después de su llegada. Por si deseas asistir después, princesa Uraraka... -le explicó Asui.

- No creo que tenga más hambre de la que tuve en todo el día, pero gracias por el aviso -Ochako declinó la invitación.

- Ya veo... -se quedó callada un momento, para después decir- Princesa Uraraka, si puedo preguntar... ¿Porque no quieres casarte con el príncipe? -le preguntó a su princesa, curiosa.

- No es que no quiera casarme. Simplemente no quiero casarme con alguien a quien ni siquiera conozco...

Ochako todavía se sentía furiosa porque ni siquiera le habían dado otra opción.

- ¿Ya tienes a alguien más con quien quisieras casarte? -preguntó Asui.

- Ojalá. Al menos entonces lo conocería...

Ochako se hizo bolita en su cama.

- El príncipe Midoriya ya está en camino. De hecho, llega tarde y nos pidieron que le preparemos un vestidor a la princesa Uraraka. Tal vez deberías conocerlo cuando llegue... -le sugirió Asui.

- No, gracias. Falta menos de un mes para nuestro matrimonio. No hay manera de que alguien pueda enamorarse tan rápido... -dijo Ochako, mirando por la ventana de su habitación.

- Entiendo. Si me disculpan. La veré fuera princesa Uraraka... -Asui tomó la canasta después de sacar las sábanas y dejó a Ochako en su habitación. Ochako volvió a bloquear la puerta y volvió a su cama.

«No es justo» Pensó la princesa Ochako.

Asique esta sería su vida a partir de ahora en adelante...

Ella refunfuñaba mientras caminaba por la habitación.

¡Debería al menos poder elegir con que hombre quiere casarse!

Pero ahora no había manera de que la dejasen salir de todo aquello, suponía ella...

Quería poder hacer algo al respecto. No quería casarse así.

Miró las sábanas y el exterior de la ventana.

Se quitó su vestido de princesa y se puso algo más informal.

Normalmente hay guardias justo afuera, pero Asui dijo que todos estaban en la fiesta.

«Lo siento mamá y papá»

Pero esta era su vida y ella decidía cómo vivirla, pensó Ochako...

Sabía que si salía de la manera normal, la conduciría al salón principal y definitivamente la verían. Pasar por la ventana era la única opción que tenía.

¿Pero como?

Ella caminó por la habitación, más apurada. Se le acababa el tiempo...

Entonces se paró de golpe y observó la canasta llena de sábanas que su sirvienta Asui le trajo... y entonces se le ocurrió.

Las agarró y ató extremo con extremo de cada sabana lo mejor que pudo. Empujó su cama cerca de la ventana y ató uno de los extremos de aquella hilera de sabanas atadas que había hecho a una de las patas de la cama.

Lanzó el otro extremo por la ventana dejándolo caer al suelo. Metió algunas cosas en una bolsa y se la llevó.

Se subió al marco de la ventana agarrando las sábanas. Miró a su alrededor una vez más para asegurarse de que no hubiera nadie cerca.

«Está bien. Hagamos esto» Pensó Ochako mientras agarraba las sábanas.

Puso los pies contra la pared de ladrillos y lentamente descendió por la pared agarrando las sábanas.

Ella no estaba segura de hacia donde iba a ir una vez estuviera abajo. Probablemente se dirigiría al bosque...

«Pero no debería ir a un bosque cercano ya que...» Ochako continuaba con sus pensamientos, bajando...

Mientras ella bajaba. Ella vio algo. En la parte superior de las sábanas estaba empezando a romperse y Ochako todavía estaba a unos 30 pies en el aire.

«¡Oh no, oh no, oh no!»

Ochako, apurada, comenzó a bajar aún más rápido, pero eso solo hizo que las sábanas se tensaran más, y uno de los nudos que hizo entre ellas se desató y la cuerda de sabanas se rompió.

Y Ochako cayó.

Ella gritó mientras caía, el tiempo pareció ralentizarse mientras caía hacia su muerte...

Pero por suerte no murió.

Cuando estaba a punto de caer al suelo, algo la atrapó justo a tiempo.

- ¿Eh?... -murmuró Ochako, con voz débil.

Ochako estaba confundida por lo que acaba de pasar.

Ella todavía estaba en el aire pero ahora en los brazos de alguien.

Miró a la persona que la había atrapado y vio a un chico, posiblemente de su edad, tal vez un poco mayor, con cabello verde, observándola.

Ochako pensó que aquel chico parecía sencillo pero al mismo tiempo... lindo.

- ¿Estás bien? -la voz de aquel chico era gentil, aunque no dejaba de ser masculina.

- S-sí... -unos segundos después, algo roja, dijo- P-pero podrías bajarme ahora...

Nunca antes un chico la había abrazado. De hecho, ella no tenía muchos amigos que fueran hombres. En realidad, apenas tenía amigos en general.

- Oh, perdona... -aquel hombre la soltó y ella se paró en el suelo.

- Está bien. Gracias por salvarme... -Ochako miró al hombre que fue su salvador.

- No es problema. ¿Pero qué haces saliendo del castillo? ¿No podrías haber tomado otro camino?

- ...Es complicado. Me están obligando a hacer algo que no quiero hacer, así que quería irme. -le explicó Ochako al extraño pero apuesto hombre.

El hombre la miró y suspiró, negando con la cabeza.

- Eso no parece inteligente. Podrías haber muerto si yo no estuviera aquí para salvarte... Tal vez deberías hablarlo. -le sugirió.

- Mi familia está decidida a hacerlo. Nada les hará cambiar de opinión. -Ochako tomó asiento en un banco que estaba lejos de su habitación en la torre.

- ¿Así que huyes? Eso no parece muy inteligente. ¿Tenías siquiera un plan? -preguntó el hombre sentándose a su lado.

- No precisamente. Tenía pensado ir al bosque y luego ir a la siguiente ciudad y desde allí... Ya iría viendo sobre la marcha -Ochako le dijo al extraño su "plan".

- Me parece un poco estúpido. Sin ofender... -dijo el desconocido.

- No. Pensando ahora en retrospectiva, creo que fue una idea bastante tonta. Probablemente debería regresar antes-

Entonces las campanas del castillo sonaron, advirtiendo a la pareja de...ahora, conocidos.

- Supongo que se enteraron. Debería volver... -Ochako se levantó del banquillo.

- Yo también debería hacerlo. Tengo que conocer a alguien importante... -aquel hombre también se levantó.

- ¿Cuál es tu nombre? Creo que al menos debería saber el nombre de alguien que me salvó. -Ochako le preguntó al hombre su nombre.

Ese hombre peliverde iba a decirle su nombre...

- Es Iz...

Pero...

- ¡Princesa! - Asui, la sirvienta, interrumpió eso, correteando hacia su princesa.

- Oh... Hola, jeje... -Ochako sonrió, nerviosa.

- ¡¿Qué estás haciendo aquí?! ¡Tus padres están preocupados! Unos caballeros llamaron a tu habitación. La derribaron y tú no estabas dentro. ¿Qué diablos estás haciendo aquí? -Asui preguntó muy preocupada por su seguridad.

- Um...s-sólo estaba... dando un paseo. -mintió descaradamente Ochako.

- ¡Deberías decírselo a alguien antes de hacer eso! ¡¿Y por la ventana?! Hablaremos de esto más tarde. Vamos, vámonos... -Asui agarró su mano y la llevó lejos.

- Espera un segundo. Oye y... -Ochako miró hacia atrás pero el hombre se había ido.

- Vamos princesa. El príncipe llegará pronto. ¡Debemos quitarte esta ropa!

Asui la trajo de regreso al castillo.

...

Esta es la parte 1
'Arranged marriage'

Próximamente parte 2.

Arigato, mata ne~

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