14. Aniversario

Advertencia: Lemon explícito (+18)

Astrid despertó con la luz del sol entrando por una ventana abierta, podía escuchar el canto de las aves y más allá el sonido del poco trafico matutino de los sábados en Berk, un día perfecto para festejar su primer año de matrimonio, Astrid al pensar en aquello sonrió y vió el par de anillos en su dedo, el de compromiso y el de bodas, no podía creer que ya hubiera pasado un año. Al voltear viĺ el otro lado de la cama vacío y después escucho la voz de su esposo cantando en la ducha, cosa que hacía Hiccup de vez en cuando y que, aunque lo negara, en secreto a Astrid le encantaba escucharlo.

La rubia se levantó de la cama y fue directo al baño para saludar a su esposo y escuchar las esperadas palabras de ese día.

-Hola, amor.- dijo viendo la borrosa figura desnuda de Hiccup a través del cristal matizado.

-Hola preciosa.- contestó Hiccup con felicidad- ¿Dormiste bien?- preguntó.

-Excelente, es cómodo cuándo me abrazas.- contestó Astrid con una sonrisa.

-Me alegra que te guste.- contestó Hiccup. Astrid seguía esperando que lo dijera, ella no iba a ser la primera en decirlo, pero por más que esperaba, Hiccup no decía nada.

-Oye. ¿Quieres que entre a la ducha contigo?- preguntó Astrid de forma pícara.

-¿Quieres bañarte conmigo o… Tienes algún otro plan?- preguntó el castaño con una voz insinuante.

-No lo sé, que tal si entro y lo averiguamos.- dijo Astrid, pero en ese momento Hiccup salió de ducharse con una toalla envuelta alrededor de su cadera y tomo a la rubia entre sus brazos besándola con pasión, sus lenguas se retorcían y se empujaban entre ellas, hasta que el aire les hizo falta. La blusa de Astrid quedó mojada a causa del contacto con el pecho desnudo y empapado de Hiccup.

-Lo siento, mi ducha terminó, pero quizás la próxima vez.- contestó Hiccup besándole la mejilla y dejando a Astrid esperando por las palabras que obviamente no vinieron.

-¿No te lo ha dicho?-preguntó sorprendida Heather- Es raro viniendo de Hiccup, me refiero a que en sus aniversarios siendo novios él dedicaba tiempo a hacer los regalos y todo eso.- dijo aún impresionada.

-Tal vez lo olvidó.- contestó Astrid restándole importancia, aunque claramente si le importaba- Por la mañana ni siquiera tomó mi oferta de tener sexo en la bañera.- lo dijo como si nada.

-¡Astrid!- la regañó Heather poniéndole una mano sobre la boca y viendo a todos lados para asegurarse de que nadie hubiera escuchado- No grites ese tipo de cosas.- le dijo.

-No lo grité, además es algo natural después de todo Hiccup y yo somos esposos, y los esposos tienen sexo.- se defendió.

-Sí, lo sé pero…- la pelinegra se vió interrumpida por su amiga.

-Oh, vamos Heather, no es como si yo no esperara que, por ejemplo, tú y Patapez… Ya sabes.- esta insinuación provocó en Heather un tremendo sonrojo.

-¡Astrid Hofferson de Haddock!- reclamó

-¿Qué? Además, el punto aquí no es que Hiccup no tuviera sexo conmigo en la mañana, sino que no me ha dicho nada con respecto de nuestro aniversario.- dijo la rubia.

-¿Y por qué tú no le dices?- preguntó su amiga.

-No.- contestó la rubia.

-Sigues siendo igual de terca, ¿verdad?- le preguntó Heather con una sonrisa- ¿Y tú que le regalarás?- preguntó de vuelta con curiosidad.

-Un disco que contiene nuestros mejores momentos guardados, junto a una cámara para seguir guardando más recuerdos juntos.- respondió la ojiazul.

-Aaawww que romántico, tal vez Hiccup planea una cena sorpresa.- opinó Heather haciendo que Astrid rodará los ojos, en ese momento a la rubia le llegó un mensaje de su esposo.

"Astrid, me llamaron a una junta de emergencia en la empresa no sé cuánto tardará. Te llamó al salir, nos vemos. Te Amo. Atte. Hiccup"

-Genial, si Hiccup tenía eso planeado creo que se arruinó.- dijo Astrid mostrándole el mensaje a su amiga- Y ni siquiera me mando la felicitación de nuestro aniversario por mensaje de texto.- se desanimó.

-No todo está perdido, Astrid.- la consoló Heather- Estoy segura de que no lo ha olvidado.- aseguró.

-Más le vale.- contestó la Hofferson. Heather recibió un mensaje y sonrió a su celular, luego tomó a Astrid y la arrastró fuera del café.

-¿Qué haces, Heather?- preguntó Astrid mientras ella la llevaba por las calles.

-Te llevaré de compras, eso siempre ayuda.- respondió.

-No soy esa clase de chica, pensé que lo sabías. Además ¿cómo diablos la ropa va a ayudarme a que Hiccup recuerde nuestro aniversario?- dijo Astrid mientras Heather la metía a una tienda.

-Astrid, eres una chica, alguna parte muy profunda de tu ser le gusta comprar ropa y te ayudará a mejorar tu ánimo.- le afirmó.

Heather llevó a Astrid a varios lugares y la obligó a ponerse cada conjunto posible con la ropa de la tienda. Zapatos, bolsos, vestidos, pantalones, shorts, faldas, lencería, pijamas, blusas. Ambas chicas habían pasado por cada sección de ropa existente, lo cual ya tenía muy cansada a Astrid aunque de cierta forma la había ayudado a que se distrajera.

-¡Sal de ahí, Astrid! –dijo una emocionada Heather afuera de uno de los vestidores. La rubia salió con un vestido negro corto strapless y de falda circular a conjunto con unos pequeños tacones negros- Wow te ves bellísima.- admiró su amiga.

-Me gusta este vestido… No puedo creer que haya dicho eso.- susurró la última parte.

-¡Yo sí!- contestó Heather dándole la vuelta a la pelinegra para verla por completo- Es perfecto ¡Hora de comprarlo!- exclamó alegre.

-No, Heather, es carísimo y no traje mis tarjetas o efectivo suficiente.- dijo Astrid negándose a gastar tanto dinero en una sola prenda, pero en ese momento Heather sacó una tarjeta de crédito dorada.

-No tienes que pagarlo tú.- contestó esta sonriendo y evadiendo cualquier réplica que la ojiazul pudiera hacer. Finalmente, ambas salieron de la tienda y fueron al departamento de Heather a tomar algo.

-Hiccup no contesta mis mensajes.- dijo Astrid enojada.

-Tal vez sigue en la junta.- trató de calmarla Heather- Oye, que tal si te das una ducha y te relajas.- sugirió.

-Claro. ¿Aún hay ropa mía aquí desde la última que vine a hacer una pijamada?- preguntó.

-Por supuesto.- contestó Heather dándole una toalla para que entrara a ducharse. La rubia se relajó bajo el agua y al salir de la ducha entró al cuarto de visitas, pero al buscar ropa que usar solo encontró ropa interior y la bolsa donde estaba el vestido.

-¡Heather!- gritó la chica vestida con aquello- Dijiste que había ropa mía.- la encaró.

-Yo te veo vestida.- se burló un poco la pelinegra.

-Pero no puedo vestir este vestido solo porque sí.- refutó Astrid.

-Claro que no, por lo menos no sin el maquillaje adecuado.- contestó Heather tomando varios productos de maquillaje y sentando a la rubia.

-¿De qué hablas?- preguntó Astrid siendo maquillada por Heather.

-Solo espera y veras…- fue lo único que le respondió.

Heather terminó con Astrid y a los pocos minutos el claxón de un auto sonó fuera del departamento, al asomarse ambas chicas era Patán con su "limusina familiar", aunque era más de los Haddock que de los Jorggenson.

-¿Lo esperabas?- preguntó Astrid.

-No, él vino por ti.- respondió la chica.

-¿Qué?- Astrid se asombró.

-Saluda a Hiccup de mi parte y dale su tarjeta de crédito.- dijo la pelinegra entregándole la tarjeta dorada a Astrid mientras la empujaba a la puerta para que luego Patán se la llevara en la limusina donde también estaban Patapez y los gemelos.

-¡¿Qué todo mundo sabía de esto?!–preguntó Astrid dentro de la limusina.

-Sí.- contestó Brutacio recibiendo un golpe en el hombro por parte de la rubia- ¡Auch! Oye, no te enojes.- le reclamó.

-Sí, no fue nuestro plan.- intervino Patán- Nosotros solo ayudamos.- aseguró.

-Hiccup.- susurró Astrid sonriendo.

-Sí, solo hubieras visto, Hiccup llevaba semanas planeando esto.- mencionó Tilda.

-Sí, ojalá yo tuviera la mitad de buenas ideas que tiene él para darle a Heather.- mencionó Patapez mientras que Patán estacionaba la limosina y él ayudaba a bajar a la Hofferson.

-Mi… ¿Casa?- preguntó Astrid viendo el exterior.

-Tú solo entra.- dijo Patapez. Astrid caminó y abrió la puerta encontrándose con un camino hecho de velas, lo siguió hasta la segunda planta y luego al ático y finalmente hasta las escaleras que daban al techo.

Al subir se encontró con la oscuridad ligeramente contrastada por las velas y una figura alta y oscura de espaldas. Al voltear aquella figura vio el rostro de Hiccup sonriéndole y luego sonrojándose.

-E-Estas hermosa.- alagó el castaño tomando la mano de su esposa con la suya y acercándola para besarla.

-Tú también estas muy guapo.- respondió ella.

-Feliz aniversario, Mi Lady.- dijo el Haddock sonriéndole.

-Espere todo el día para escuchar esas palabras.- dijo Astrid besando sus labios de nuevo- Feliz aniversario, Babe.- le devolvió.

La velada fue mágica, encantadora. Cenaron en la intemperie y bebieron vino y al final, Hiccup apagó las velas y le mostró a Astrid la espléndida vista que tenían de las estrella.

-¿Por qué diablos tienes que ser tan perfecto?- preguntó Astrid entregándole su regalo, el cual hizo más que fascinar al castaño.

-Perfección es lo mínimo que mereces.- contestó Hiccup besándola de nuevo, poco a poco las manos de ambos empezaron a explorar más allá de los límites. Hiccup bajaba sus manos por las caderas hasta sus muslos acariciándola por debajo del vestido mientras que las de ella empezaban a desabrochar el cinturón de él, sus respiraciones se volvían más y más agitadas y los besos se cortaban para dejar que el ojiverde explorara con sus labios el cuello y los huesos de la clavícula expuestos de Astrid.

La rubia tenía la piel de gallina sintiendo a Hiccup recorrer con su rostro entre su cuello y sus hombros, posaba sus manos sobre su pecho y su boca suspiraba pidiéndole más toques y roces. Hiccup tomó a Astrid y la cargó de forma nupcial hasta su habitación donde la posó sobre la cama y siguió con su trabajo de acariciarla. Astrid se sentó en la cama y comenzó a quitarle la ropa de encima a Hiccup, acariciando su pecho. Hiccup por otro lado, bajó el cierre del vestido dejando a ella frente a él solo con la ropa interior.

El castaño estaba sobre ella y la veía a los ojos, acariciaba su rostro y ella tenía atrapados los dedos entre su cabello castaño rojizo.

-Te amo.- confesó Astrid rozando sus labios con los de él y sintiéndolo temblar bajo aquellas palabras.

-Yo también te amo, Astrid.- contestó Hiccup tomando la mano de la rubia y besándola.

Astrid desabrochó los pantalones de Hiccup y él se deshizo de ellos para volver a ponerse sobre ella, Hiccup rozó su erecto miembro contra la intimidad aún cubierta de Astrid causándole que soltara un gemido, ella estaba extasiada y lo estuvo aún más cuando Hiccup le quitó el brassier y comenzó a masajear sus pechos uno con la mano y el otro en la boca. Astrid tomaba la cabeza de Hiccup la empujaba para que le diera más, para que ni un solo centímetro de la piel de sus pechos quedara sin ser devorada por el castaño.

-Mmm… Aahh-Ahh…Hiccup… - Astrid decía entre gemidos mientras el castaño se encargaba de bajarle la ropa interior y recorría todo lo largo de su intimidad con su mano. Poco a poco fue metiendo sus dedos dentro de ella causándole aún más jadeos y gemidos, pero la rubia por su parte acariciaba el bulto del ojiverde, haciéndolo emitir gruñidos de placer también, después empezó a quitar el bóxer y al ver el miembro de Hiccup erecto comenzó a masajearlo con sus manos.

-Astrid aahh… Ast-Astrid… - Hiccup repetía el nombre de su amada esposa una y otra vez sintiendo como las manos de esta agitaban su virilidad con velocidad, el castaño tomó a Astrid por el rostro y la recostó besándola, la miró a los ojos y sujetó su mano para entonces penetrarla.

El rostro de Astrid estaba sonrojado, sus ojos estaban cerrados y mordía su labio inferior haciendo que el gemido que soltaba sonara apagado, Hiccup le acarició el rostro causándole a la rubia abrir los ojos, esos ojos brillantes color zafiro que solo sabían enamorar a Hiccup. El castaño salió de ella con delicadeza y arremetió con ferocidad otra embestida, haciendo que Astris volviera a cerrar los ojos y gemir. Las sabanas debajo de ellos se retorcían y arrugaban al compás de los movimientos y las penetraciones. Astrid sentía a Hiccup salir y entrar, rosándose y resbalándose en su interior, reclamando sus gemidos y jadeos, haciéndola sentir viva, tocando aquellos puntos débiles que la hacían gritar de placer y causando toda esa lubricación en ella que solo servía para que el siguiera entrando, siguiera haciéndola gemir, siguiera complaciéndola, para que él siguiera haciéndole el amor.

Hiccup la contemplaba, penetrarla era un arte que se perfeccionaba con el tiempo, pero que aún así seguía siendo diferente cada vez, siempre se encontraba con algo nuevo en ella, un nuevo gesto, un nuevo sonido de placer, un nuevo espacio de piel por disfrutar, una nueva forma de acariciar su libido en su interior, una nueva sensación. Hacer el amor con ella era algo tan perfecto, lo tenía todo: placer, cariño, dulzura, salvajismo, erotismo, cuidado, deseo, amor. Sus bellos ojos volvieron a cerrarse e Hiccup aprovechó para besarla mientras la penetraba aún más.

-Babe… ¡AAHHH! ¡HICCUP! –gritó Astrid al sentir el orgasmo junto con toda la eyaculación del castaño venirse en su interior al igual que él soltaba un último gritó de placer y caía sobre Astrid rendido, el castaño se quitó de encima de ella y solo dejó su cabeza recostada sobre sus pechos, mientras ella le acariciaba el cabello.

-Feliz aniversario, Astrid, te amo.- susurró Hiccup quedándose dormido.

-Feliz aniversario, Hiccup, yo te amo más.- le respondió antes de dormirse también.









































Hola hola, genteeeeeee!

¡Hasta aquí este One-Shot del día de hoy! Espero que les haya gustado♥️.

¡Este es el penúltimo de los 15 oficiales! Luego haré las segundas partes que me pidieron. Pero, ¿podrían ponerme aquí las palabras que me habían pedido una segunda parte? Sólo para confirmar.


























A_Hiccstrid

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