Es parte de mi naturaleza.
Comedia.
"Es parte de mi naturaleza"
Personajes: Suiza, Prusia, Austria, Alemania y alguna que otra nación más.
Concepto: Tere Bonita y Daniela. Quienes en serio se esforzaron por crear la trama de este one-shot.
Redacción: Hanatamago.
Basado en hechos reales.
Contiene lenguaje vulgar.
~☆~☆~☆~☆~☆~
Suiza estaba junto a Austria en un parque alemán tratando de terminar su importante trabajo, debía ser entregado en dos horas esa misma tarde. A Austria no le importaba, revisaba unas partituras mientras admiraba el paisaje en busca de inspiración, la inspiración era una de las principales razones por las que había aceptado salir un rato con Suiza, no hacia nada de ruido ni era molesto, su presencia era irrelevante. Suiza le acompañaba porque el de gafas le había prometido que le invitaría a comer en donde quisiera si lo acompañaba, ayudandole a no perderse a si mismo, como defensa por cualquier cosa y el trabajo era en extremo importante por ello no pudo acompañarlo sin llevarlo. Tenía su teléfono movil (Regalo de Alemania) ayudándole con la información necesaria que requería para redactar. Lo hacía con dificultad puesto que la Tecnología más allá de lo militar no era lo suyo.
De pronto por ahí pasaba cierto albino que al ver un rubio con ceño fruncido escribiendo ensayos a máxima velocidad no pudo resistirse a saludarle. Se acercó de apoco con ansiedad de molestar también al señorito.
—¡Suiza! ¿Qué haces aquí con...este? — pregunto refiriéndose a Austria. Se sentó en la mesa, adyacente a Suiza y paralelo a Austria.
El Castaño se limitó a desviar su mirada con indignación y dejar que el suizo continuará su conversación con Prusia que si bien no odiaba le parecía alguien bastante imprudente.
—Estoy trabajando, tengo que entregar estos reportes en dos horas, son de vital importancia y estoy con Austria porque...¿Oye a ti qué te importa?—frenó sus explicaciones frunciendo el ceño, era su rostro natural.
—Curiosidad. Yo sólo pasaba por aquí, es mi tiempo libre...—Fue interrumpido.
—El tiempo de los vagos es todo tiempo libre—afirmó Austria sin mirarlo siquiera. Prusia le miró de forma asesina. Continuó explicándole al Suizo.
—... Y quería aprovechar para comer algo en una cafetería cercana. Pero si sólo vas a tardar unas dos horas puedo esperarte.
Austria alzó las cejas tratando de entender ¿Por qué Prusia quería esperar a Suiza? ¿Esperaba que lo acompañara? ¿Desde cuando son tan amigos? ¿Acaso él también debía ir a la cafetería? ¿estaba incluido en el plan? Pero lo más importante ¿Por qué Suiza no lo mandaba a volar? ¿De verdad quería ir con Prusia a la cafetería?
Ya le preguntaría en privado. Continuó con el análisis de sus partituras.
Prusia a los pocos segundos se aburrió de la calma del lugar, a pesar de que había varias personas conviviendo y haciendo lo suyo en otras mesas la tranquilidad no se rompía.
—Señorito, dame goma de mascar—pidió Prusia de lo más normal.
—¿Disculpa?—la indignación de Austria no hacia más que crecer—. ¿Asumes que cargo con goma de mascar? Y peor aún ¿Asumes que te daré de ella después de llamarme de ese modo?
—Todo el mundo sabe que cargas con goma de mascar, sólo quiero un poco, no se te irá la vida si me das—. El castaño estaba más que confundido, sí traía goma de mascar consigo pero no era algo que Prusia debía saber.
—También quiero—declaró Suiza sin dejar de escribir.
Austria puso los ojos en blanco dejando sus partituras para buscar en los bolsillos de su saco la goma de mascar, sacó una caja diminuta llena de pequeñas barritas de la golosina. Le entregó un par a cada uno esperando que con ello dejasen de molestar. Volvió a su partitura.
Prusia le quitó la envoltura a su porción de goma de mascar. Comenzó a masticarla disfrutando el sabor.
Movía la envoltura entre sus dedos, aburrido. La cortó en dos partes. De pronto y sin ninguna razón aparente lanzó mitad la envoltura contra la sien de Suiza.
El rubio dejó de escribir en ese momento. Miró fríamente a los ojos carmesí, una mirada capaz de hacer llorar. En ese instante Prusia se dio cuenta que había hecho mal. Pero no se iba a perder la furia de Suiza.
—Discúlpate — ordenó Suiza.
—Nah — replicó el albino antes de lanzar la otra mitad.
Suiza se molestó aún más dándole una patada a Prusia por debajo de la mesa, volvió a escribir con las cejas aún más juntas.
Prusia no se dejaría patear por Suiza así. Por ello respondió igualmente con una patada bajo la mesa.
De nuevo una patada por parte del rubio al albino, una tras otra como si fuera un combate por turnos. El suizo se hartó dándole un empujón a Prusia.
Ante el brusco movimientode la mesa Austria alzó la vista de sus partituras mirándoles a ambos con incredulidad mas sin decir nada.
—¿Qué te ocurre enano?— preguntó Prusia completamente furico empujando a Suiza de igual manera. Con ello sólo obtuvo un empujón aún más fuerte del rubio que por supuesto el albino no tardó en regresar casi tirando de la banca al suizo.
La mesa se estaba moviendo demasiado para el gusto de austríaco quien ya no podía con sus partituras, demasiado ruido, con excesivo movimiento. Miró a su alrededor, la gran mayoría de personas miraban el pequeño teatrito que se habían armando esas dos naciones. Austria se alejó un poco moviéndose al otro extremo de la banca sólo para poder admirar pulcramente la pelea de ambos que se intensificaba a cada segundo a la par de la sonrisa del austríaco. No era fan de la violencia o de la guerra sin embargo estaban peleandose de un modo tan infantil que daba risa.
—La neutralidad, Suiza, la neutralidad— le recordó el castaño con algo de burla.
Suiza enseguida se tranquilizo, un poco, pero lo hizo.
—Neutralidad...—Se repitió a si mismo en busca de paz. Recordó que tenía trabajo que hacer y que no debía perder tiempo peleando por tonterías con Prusia—. Dejemos esto por la paz- Pide con un tono algo duro—, debo trabajar, no pienso entregar esto tarde.
—Por mí perfecto, es obvio que no iba a quedar rastro de ti si peleabas con el asombroso de yo en serio, enano bipolar — si algo le hacía hervir en ira al suizo era que le recordarán lo bajito que era, mucho más si lo entonaba con esa referencia a su humor.
Ese ligero gramo de paciencia que le quedaba a Suiza se pulverizó. Se levantó sin quitar sus ojos del albino ni por un segundo. Unos ojos filosos de pistola que el de ojos escarlata advirtió; eran porque iba a acabar con él. Prusia asustado se levantó también posicionándose frente a Suiza pero con la mesa separándolos.
Bien. Suiza no correría tras él cuál niño pequeño. Simplemente sacó su pistola apuntando directamente a la frente de Prusia. El albino se sobresalto quedándose quieto, poniendo las manos en alto por instinto.
Austria les miraba ahora un poco más preocupado, de Prusia no tenía idea pero de Suiza...sabía que iba en serio. Les apunta con la pistola a todos pero jamás tronado tanto los dientes; Excepto cuando SÍ que quiere disparar.
—No lo harías...— murmuró el albino tal vez en busca de la cordura del Suizo.
—Obsérvame— sin una palabra más jaló el gatillo liberando la bala que para suerte de Prusia y sus fans dio al piso, no al albino, aquel disparo hizo estremecer a Austria así como a todos los presentes, ninguno de levantó porque...¡Un enano muy molesto tiene una pistola cargada y sin miedo a utilizarla! Sobraban razones para temer.
—¡Eres un jodido loco!—Otro disparo que casi le saca el corazón al austriaco, que el Albino pudo esquivar—. ¡¿Qué te sucede, demente?!
—Suiza...Creo que ya es demasiado, te dejaría jugar tiro al blanco con él si estuviera en mi poder, pero estamos en un lugar público—puso énfasis en esa palabra de forma muy autoritaria—, por ello, al menos aquí y por el amor de Dios, ya cálmense los dos—. Austria intentando ser la voz de la razón, lo cierto es que estaba disfrutando terriblemente de ese evento.
Suiza se sonrojó poquito por la vergüenza de tener a tantos civiles Mirandole de forma fija, carraspeo cerrando los ojos para dirigirse a Austria pero antes que pudiera soltar palabra alguna el albino ya estaba rompiendo la paz con la imprudencia de su lengua.
—¿¡Cómo quieres que me esté en paz con este ermitaño gruñón!? ¡Se nota que es la primera vez que sale de su cuarto en años!
Austria sabía que esas eran unas palabras cargadas de verdad...Por eso mismo serían las últimas de Prusia.
—¡Hasta aquí!— gritó el rubio; Harto y comenzando a correr para alcanzar al de ojos de Rubí quien por cierto está súper espantado, Austria podía notar aquello y le parecía tan gracioso, no dejaría escapar una carcajada, sólo lo miraba con una mueca de satisfacción.
Con el corazón latiendo a mil por hora gracias al miedo nuestro pobre Prusia le daba vueltas a la mesa, corriendo en círculos al rededor de ella, Austria no se movía de su lugar. Suiza perseguía inútilmente en círculos al albino quien no vio más alternativa para salvar su vida que salir corriendo hacia el este del parque alejándose un poco del área de las mesas, lo suficiente para aún ser visto por el austríaco. En el proceso de fuga el móvil de Suiza fue a dar al suelo. El castaño ponía especial atención en la retaguardia suiza mientras le veía correr persiguiendo a Prusia. Esta vez si soltó una risa al aire mientras recogía el teléfono de Suiza.
Podía admirar como Suiza al ser más rápido le alcanzó con facilidad propinandole un jalón de brazo...Algo así... ¿Eso era una pelea en serio? Parecía que se golpeaban pero...¿Por qué no parecía que de verdad tuviesen intención de hacerse daño? El austríaco se planteó dos razones:
1. En verdad sentían algo de mutuo cariño y no quería hacerse daño.
2. Ambos eran un asco en el combate cuerpo a cuerpo.
Esa segunda razón le hizo sonrojar levemente pues recordó a lujo de detalle lo bueno que era Prusia combatiendo cuerpo a cuerpo en el pasado. En la guerra por supuesto.
De pronto aquella gran nación ya disuelta volvió corriendo a la mesa gritando el nombre de Austria provocando que este arqueara una ceja.
—¡Austria! ¡Austria! ¡Este imbécil golpeó al asombroso yo en el pecho!— ¿De verdad estaba acusándolo como niño pequeño acusa con su madre? Austria sólo lo miró con un rostro incrédulo, no tenía idea de como responder a eso.
—¿¡Qué querías que hiciera idiota?!— responde por el castaño un malhumorado hombrecillo aproximándose a ambos—. ¡Tenías mi otro brazo! ¡Necesitaba defenderme!
—¡Pero mi pecho no se toca, tarado!
—¡Me importa un comino lo que consideres sagrado en tu asqueroso cuerpo!
—¡Mi cuerpo es asombroso, asqueroso es el tuyo!—Austria no está de acuerdo con eso último. Pero que el cuerpo de Prusia es bastante "asombroso" tampoco puede negarlo—. ¡Estas celoso!
—¡Jamás podría estar celoso de un zopenco!
—¡Claro que sí! ¡Estás celoso de un asombroso zopenco!—El de las gafas ya no aguanta y suelta una risa, Dios ¿De verdad no se daba cuenta que estaba insultándose a si mismo?— ¿De qué te ríes, señorito?
—Oh...De nada— opta por decir cubriendo sus labios con su mano.
—Dame autorización para golpear a Suiza— pide el albino.
—¿Qué? — protesta el rubio.
—¿Disculpa?— replica el castaño.
—Lo que oíste, señorito, te estoy pidiendo autorización para golpear a Suiza.
—¿Por qué me lo pides a mí...?
—Se nota que estas calmado ante esta situación, necesitamos un mediador, te paso la autoridad máxima y por ende si tú aceptas que yo puedo golpear a Suiza podré romperle la cara en cuestión de segundos sin rastro de culpa— explica aún cuando esas razones que da no están ni bien argumentadas.
—Ah...—Vamos que ha dejado a Austria sin palabras, no por asombro si no porque él no es alguien de respuestas estúpidas y cuestiones estúpidas requieren respuestas más estúpidas aún—. ¿Acepto el cargo? — atinó a decir sin sonar muy convencido.
—Exelente. Entonces ¿Tengo permiso de golpear a Suiza?
—Por supuesto que no.
—¿Pero por qué? ¿Qué ocurre contigo, señorito? ¡Dame una buena razón por la que tomaste esa decisión!
—Eh...— no había razón—. No necesito explicarlo.
—Austria ¿Puedo golpear a Prusia?— Suiza uniéndose a esos jueguitos.
—Hmm...— tampoco es que le disgustase ver a Prusia sufir—. Claro—declaró sin más volviendo a sus partituras.
El suizo no perdió tiempo aproximándose al albino para darle una buena paliza. Prusia naturalmente trató de enfentarle; "No será difícil, es sólo un enano, es sólo un enano" se repetía para sí mismo y así darse fuerzas.
Así comenzaron a pelear en pleno parque alemán, Austria no los detenía porque:
1. Eso sería demasiado esfuerzo.
2. No es que estuviesen peleando como en guerras, era más bien una pelea de niños pequeños.
3. Le divertía demasiado como para admitirlo.
—¡Señorito!- Exclamó Prusia como pudo—. ¿Por qué a él sí le diste permiso? ¿Es que no me quieres?
—Emm...—¿Cómo se supone que el castaño debía responder a eso?
—Ah, ya entiendo...¡Es que quieres más a este enano que huele a cabra que a mí! — esa fue la conclusión a la que pudo llegar el albino. Suiza detuvo su ataque en seco al escucharla, sonrojándose; victorioso y un poquito.
—Te equivocas Prusia— respondió sin pensarlo siquiera el austríaco.
A Suiza se le rompe el corazón y se levanta pisando lo que puede de Prusia señalandole con terrible desdén.
—¿Entonces quieres a este idiota más que a mí?— pregunta dolido.
—También estás equivocado en ello, Suiza, claramente no lo "quiero" más que a ti.
—Entonces...¿Nos quieres por igual?
—Por supuesto que no. Es un sentimiento más intenso.
—¿Me amas?—le pregunta Prusia sorprendido.
—Agh no—responde haciendo cara de desagrado.
Suiza se sonroja de inmediato pensando que si no ama a Prusia entonces le ama a él. Algo sonrojado y con mucho nervio pregunta en un susurro.
—Entonces...¿Me...amas...a...mí?
—Por supuesto que no.
Ambos confundidos se voltean a ver el uno al otro antes de preguntar al unísono:
—¿Entonces?
—Evidentemente; los detesto a ambos—declaró con los ojos cerrados acomodándose las gafas.
Tanto el rubio como el albino se indignaron. Suiza bufando se volvió a sentar buscando su teléfono en la mesa, no lo encontró, claramente. Austria se lo extendió amablemente para que siguiera trabajando, el rubio comenzo a escribir a toda velocidad mientras otro rubio; Fornido, serio, alto, pasaba por ahí; Alemania.
Austria levanta el rostro viéndolo en el orizonte, alzando su brazo para llamar su atención, el alemán responde y se aproxima a la mesa del caos.
—Buenas tardes— saluda formalmente, sorprendido porque esos tres estén sentados juntos y aún no haya sangre- ¿Qué hacen aquí?
—Trabajo.
—Espero, West.
—Me divierto—responde el austriaco sin titubeos.
—¿Divertirte?— pregunta ignorando las demás respuestas, esta era más enigmática.
—Estos dos no dejan de pelear...Es divertido ver como pelean igual que dos mujercitas— le responde Austria mirando al Alemán.
De pronto ambas mujerci...Es decir, Prusia y Suiza se levantan de su lugar azotando sus manos contra la mesa.
—¿¡Cómo que mujercitas, señorito cabrón?!
—¿Yo dije eso? Disculpen—disculpas falsas claro está —. Quise decir peleando como machos— se vuelve a Alemania—. Ya sabes como son estos dos...Siempre intentando demostrar "La supervivencia del más apto."
En eso Prusia hace un gesto de victoriacon el brazo antes de señalar despectivamente a Suiza.
—¿Lo ves? ¡Yo gané! ¡El señorito me está dando la razón y la victoria, yo sobreviví! ¡Porque soy más alto que tú!
Los tres acompañantes sueltan una ligera risa, más Austria. El albino sin entender frunce las cejas.
—¿De qué se ríen todos ustedes...?
—Bueno...— comienza a explicar el castaño con algo de risita aún, no es muy común en él más ver a Prusia humillarse solito podía hacer sonreír hasta a Suecia—. Dije la supervivencia del más "Apto" no del más "alto" creo creo que ya se demostró quién es el más apto de ustedes dos.
Suiza orgulloso de ser llamado apto suelta con acidez:
—Por eso yo sigo vivo, sigo siendo una nación.
China puede sentir la indignación de Prusia de lo profunda y grande que es. Odiaba que le recordaran que ya no es "El asombroso Prusia" pues esa nación ya no existe.
Fúrico miró a Austria.
—Señooooriiitooo ¡Suiza no para de decir que estoy muerto!
Austria... oh mi pobre Austria que no sabe ni como sentirse respecto a esa acusación infantil, voltea en busca de las sabias acciones alemanas. Quien también está algo pasmado. Para su suerte Suiza sale con otra afirmación.
—¡Es porque estás muerto!
—¡Si estuviera muerto no estaría aquí! ¡Ya basta con eso!
—¡Eres sólo el fantasma de lo que fue Prusia!
—Ya te pasaste enano. ¿Un fantasma podría hacerte esto?— aquí es cuando Prusia se avalanza sobre Suiza iniciando así otra pelea de señoritas pequeñitas.
Austria observaba.
Alemania analizaba.
Prusia y Suiza aún peleando decidieron ir a la cafetería juntos...Con Austria y Alemania. Por alguna razón la comida la pagó Alemania...
☆~☆~☆~☆~☆
POR FIN LO TERMINÉ y espero que les haya divertido ♡
Gracias por leer.
Recuerden que pueden pedir One-Shots de la pareja que gusten o simplemente de una situación en particular.
Dedicado a las más hermosas personas del mundo, Fer, mi bro, Tere bonita; mi mundo entero y sobretodo a Dany, no parece, pero te amo Dany, gracias.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top