.˚◌𑁍 Say It 𑁍◌˚.
Little sinners~...
Los Lannister siempre pagan sus deudas. Aquí les dejo la segunda parte de Hate Me!
🔞
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Este shot es en esencia sexual.
Espero que sea tan bueno como el otro!
Recuerden siempre con protección.!
⚠️ [Dejaré unos anuncios y SPAM del bueno abajo! Disfruten del shot my little sinners! ] ⚠️
Pt : 2
Fue... la forma en la que sus pupilas desaparecieron en un lento ascenso bajo sus párpados cuando la besó el cuello.
Ese delicioso suspiro de placer agudo pero suave que se escapaba de sus labios de clavel rojizo entreabiertos en una hermosa expresión de éxtasis.
--Dilo.
La voz de Keigo ecualizó más ronca en los oídos de (T/n) de lo que ambos habían esperado.
--¿El qué? --Jadeó (T/n) impaciente por volver a probar los tóxicos labios del halcón otra vez. Su mirada le tentó a conseguir que sus ojos volvieran a sumergirse bajo sus párpados, volviéndose blancos en un vuelco cardíaco.
--Di que en realidad me adoras... --Para su grata sorpresa, ella se echó a reír malvada y le tomó del cuello de la camisa en un ademán impetuoso de tenerle frente a ella. El latido de Keigo se detuvo por un instante cuando los dientes blancos de (T/n) se hundieron en la carne rosada de sus labios de frambuesa con una arrolladora lentitud mortal.
--Hazme decirlo.
Un camino de prendas de ropa había comenzado a trenzar la madera del parqué en el piso del joven.
Brazos arriba, Takami le quitó el resto de ropa que le quedaba, odiando el ridículo que estaba haciendo, ahora que (T/n) le besaba con fiereza y sus dedos temblorosos eran incapaces de desabrochar bien su sostén.
--¿Te echo una mano, Keigo? --Se burló la joven con una sonrisa bruja y suficiente.
Él solo aceptó la burla y la desvió rápidamente de su habitación hacia la cocina. Ella le miró extrañada, pero no se quejó cuando la parte trasera de sus muslos se estamparon contra la superficie fría del mármol negro de la encimera.
En un acto reflejo que no supo sí agradecer o maldecir, abrió suavemente el ángulo de sus piernas para poder hospedar las caderas de Keigo entre éstas.
Era tremendamente agradable sentir entre sus piernas el preludio de un profundo calor celestial que no provenía más que de él.
Sin embargo es posición la dejaba demasiado expuesta... Pero daba igual. No le importaba lo más mínimo.
Por fin retiró su sostén y ella pudo sentir el aire repentinamente gélido de la cocina en su tierna carne.
--¿Te duelen? --La repentina dulzura de los labios de Keigo sobre uno de sus pezones hizo que se derritiera frente a él en un suspiro casi calificable como enamorado.
Su lengua cálida envió un escalofrío por su columna, recordándole a su cuerpo cómo se sentía el calor del aliento sobre su piel. Un escalofriante lleno de anhelos de placeres prohibidos que se extendían bajo la cordura de la joven como un vacío, sobre el que caminaba en una cuerda floja que amenazaba más y más con romperse a cada uno de los besos de Keigo en su piel expuesta, haciéndola caer en ese vacío hasta perder el conocimiento.
Aterrador. Excitante, pero verdaderamente aterrador.
Sin embargo él jamás la haría daño...
A no ser que ella se lo pidiera.
--N-... --Se maldijo a sí misma cuando si quiera pudo pronunciar correctamente una simple palabra monosílaba sin exhalar un suave suspiro agudo. Sus dedos se crisparon alrededor de los musculosos hombros de aquel desgraciado.
Ante aquel respuesta, hundió suavemente sus dientes en esos pequeños botones de carne y tiró lentamente, arrastrando sus incisivos con poca presión.
Ella sintió un escalofrío. Aquello acababa de volar su imaginación. Jamás habría imaginado que algo así pudiera sentirse tan bien.
--¿No vas a decírmelo? --Ella evitó sonreír mordiéndose los labios y mirando al techo, rogando porque fuera lo que fuere, Keigo lo hiciera rápido.
Pero las venganzas no suelen ser rápidas. Suelen ser lentas, dulces a la par que amargas. Extremadamente extásicas, intensas y deliciosas...
--Gánatelo. --Una sensación de calor hirviente inundó todo su cuerpo, dilató sus vasos sanguíneos y despidió las miradas elegantes que se habían dedicado anteriormente.
Ya no había elegancias.
Solo sed.
Y ambos lo estaban sintiendo.
La ropa interior de la joven le estaba poniendo nervioso. Iracundo. Furioso. Impaciente.
Oh, cómo le habría encantado arrancársela a mordiscos sin ningún apelativo al pudor. Pero ¿Quién quería tener prisa en todo aquello si tenían toda la noche? Si el mundo se acabase en ese instante, él no iría con prisas por terminar con ella en éxtasis. Si iba a hacer algo, lo haría bien.
Las manos de Keigo temblaron de deseo cuando le dijo que abriese las piernas con voz ronca pero demandante. Sintió cómo la joven tomaba aire mirando al techo, sabiendo lo que venía a continuación. Haciéndose cargo de sus responsabilidades, (T/n) sabía que esto era lo que quería desde un principio. Ahora no podía echarse a tras. Asintió, pensando en alguna manera que pudiera facilitarle un control total sobre Keigo en un futuro no muy lejano. Aquello iba a suceder, sí. Pero Keigo iba a tener un control total sobre ella temporal, luego sería su turno.
Sin embargo apenas pudo sopesar las diferentes opciones que tenía para hacerle rogar y retorcerse de placer por ella; El simple roce de su aliento caliente entre sus muslos, contrastando contra su piel fría, entumecida por el material de la encimera de su cocina barrió sus proyecciones en un jadear pesado.
Keigo se acercó más a (T/n) y enredó sus piernas tras su espalda, para no dejar escapatoria alguna a los movimientos de su boca a continuación.
Sintió la repentina humedad de la lengua ajena del joven entre sus labios, su espalda se arqueó cuando aquella oleada de placer golpeó su cuerpo, haciendo que perdiese el equilibrio de su tronco y tirase al suelo las llaves del apartamento de Keigo.
Se asustó cuando ni siquiera pudo oír el sonido metálico.
Aquello se sentía como si su único sentido operativo fuera su sentido del tacto. Como si todos los demás hubieran desaparecido para que aquel pudiera poseerla. Sabía que su voz se turbaba, saliendo en suspiros atropellados tras la frontera de aus labios entreabiertos pero era incapaz de escuchar su propia voz.
Sentía el aliento de Keigo entrecortado contra su piel sensible, sentía su risa, sus suaves mordiscos... Pero era incapaz de oírlos. Su vista comenzaba a volverse borrosa, su boca comenzaba a secarse.
Cuando trazó una línea entre los pliegues de su cumbre de venus sus ojos se tornaron blancos y sus pupilas se perdieron en algún punto del techo de la habitación.
Ahogó un grito cuando sintió la punta de su lengua húmeda y ardiente bordear de manera constante su clítoris.
Sus párpados comenzaron a herir sobre sus pómulos fruto de la fuerza que hacía por cerrarlos. Un cúmulo de sangre hirviendo como el aceite se posicionó en la parte baja de su abdomen, csasi como si fuera a perforar su piel y hacerla estallar en una deliciosa lluvia que tan solo alentaría más esa maldita risa socarrona de Keigo.
--Quita esa maldita sonrisa. --Suspiró, tratando de que su voz saliera de su boca correctamente.
--¿Es que no vas a decirlo?
--¿Qué quieres oír?
--Que preferirías mil veces pelear conmigo antes que acostarte con alguien más. --Los labios de Keigo dejaron el interior de sus muslos y se arrastró hacia ella hasta que el puente de su nariz quedase a milímetros de su cuello. --No puedo continuar si no me dices que me quieres. O que al menos me deseas. ¿Cuál es el punto de todo esto? ¿Debería quedarme despierto toda la noche en vela temiendo que cuando suspirabas en mi oído pensabas en alguien que no fuese yo? ¿En una boca que no fuera la mía?...
--Dije que tenías que ganártelo.
--Llevo desnudo frente a ti desde que entraste a la discoteca. Aún si me has quitado la ropa hace diez minutos.
Su corazón se disparó fuera de su pecho, atrayendo sus labios con los de ella, con cada sílaba que abandonaba susurrante la boca de Keigo.
--Supongo que no soy buena con las palabras. --Un sonrojo delicioso coloreó sus mejillas cuando se bajó de la encimera de la cocina y cayó liviana sobre los pies del héroe que rápidamente la agarró de la cintura.
Logrando una fricción entre ambos cuerpos que consiguió por muy poco que ambos dejasen escapar un jadeo de lo que no era placer.
Sino, aquel incesante pensamiento parpadeante que les amenazaba con la pérdida de sus corduras una vez que se dejasen abandonar entre los brazos del otro.
Los ojos afilados y ligeramente vengativos de (T/n) se entrecerraron cuando tomó con una de sus manos el cuello de Keigo y con la otra sus cabellos dorados. Ni siquiera tuvo que hacer excesiva presión. Hundió su rodilla entre los musculados muslos del joven y le condujo hasta su habitación para empujarle con vehemencia a la cama.
--Adopta una posición cómoda. Vas a estar abajo por bastante tiempo. --Ordenó en un jadeo antes de sentarse a horcajadas sobre su cintura. Su cabello, arremolinado en pequeños mechones alrededor de sus mejillas, su cuello marcando cada uno de los huecos vacíos en sus preciosas clavículas llenas de lagunas moradas que aún recordaban el roce de los labios de Keigo. --¿Cómo son de sensibles tus alas?
--¿Debería decirte que son mi mayor punto débil?
--Ya no hace falta. --Rió tirando de sus manos para que el héroe se incorporase y ella pudiera arrastrar sus largas uñas por sus alas. --Antes de decirlo... Quiero que lo digas tú. Puedo leerte a la perfección Keigo.
Él sonrió de lado y la miró a los ojos, para acercarse a su cuello y susurrar en su oído, ganándose un escalofrío que sacudió los hombros de la joven erizando cada uno de sus cabellos y tensando sus músculos.
--Puedes fingir que me conoces, al fin y al cabo, todo el mundo lo hace, ¿no es así? ¿Qué iba a hacerte diferente al resto? ¿Por qué ibas a ser una excepción?
Probablemente, sólo esté diciendo esto para pasar más tiempo a tu lado. O quizá no.
¿Mis alas? Claro, puedes tocarlas
... Pero ten cuidado, algunas de mis plumas están bastante afiladas... Encuentrate con la equivocada y... Te cortarás.
Quiero que me hagas sentir como si estuviera en el cielo al estar contigo.
Porque tú eres capaz de lograr eso.
Eres esa excepción... Tú jamás vas a cortarte (T/n)...
Ahora haz lo que sea que quieras hacer conmigo pero hazlo ya porque me voy a volver loco. --Dijo bajando sus caderas para que ambos ángulos conectasen.
El contacto y la fricción les arrancó un jadeo pesado de sus labios sonrientes.
--Dime... ¿Te da miedo que te ahorquen?
--Si ves que me pongo morado, que convulsiono, o eventualmente dejo de moverme mientras pierdo el color y la temperatura corporal, me desplomo en el colchón con los ojos abiertos... Considera parar como una sugerencia alterna.
--Osea que sí.
--Pero puedes tirarme del pelo.
Ella le miró a los ojos y se concentró en adoptar una posición cómoda para comenzar a moverse antes de que Keigo se lo esperase.
--Keigo. --Su nombre fue la última palabra que se escuchó en la habitación antes de que las caderas de la joven colisionasen contra los de él. El héroe quedó completamente encerrado entre las piernas de (T/n) y ella comenzó a trenzar sus plumas sensibles entre sus dedos. --Voy a hacerte pagar por todas las miradas burlonas que me lanzas.
Los labios de Keigo cedieron en sangre cuando lo único que pudo respirar fue placer. Su cabeza comenzaba a llenarse de aquel aire contaminado y tóxico, y sus labios con el aliento caliente de la joven que seguía hablándole.
--Por todas las veces que te has mordido los labios, como si no hubiera motivos implícitos... --Keigo se sentía desfallecer. Sabía que todo su cuerpo ardía, y que el de (T/n) se sentía como fuego contra el suyo.
La locura y el placer le consumían mientras las manos de (T/n) se movían libremente por entre sus sensibles plumas y su cabello, su cuello y su espalda de ulterior a citerior.
No podía dejar de mirarla. Con aquella sonrisa tan bella en sus labios como malvada. Y lo que provocaba, se saboreaba en el fondo de su nuca como música celestial entre los pasillos del palacio de Versailles.
La forma en que sus húmedas y abrasadoras convertían en magma su sangre, las gotas de sudor adiamantando su rostro y su torso contraído por el esfuerzo y el placer.
La incapacidad para hacer más fuerza por ir más deprisa en una embestida con (T/n) ahora que ella tenía el control.
--Por cada maldita sílaba que me susurras al oído... --Encontró un punto clave cuando sintió que la voz de (T/n) comenzaba a quebrarse. Se fijó en su expresión rabiosa pero anhelante. Era su oportunidad. Él debería estar haciendo que ella hablase de una vez, no ella.
Ella se había divertido demasiado. Y aunque le gustaba... Aquello no iba a ser unidireccional. --Y también... Por...
Keigo la agarró de las muñecas para prohibirle escapada... Y equilibrio.
Cuando el punto de apoyo de (T/n) se perdió, la gravedad la condenó a sus leyes, y Hawks a permanecer debajo de él.
Un soplo de satisfacción fue lo único que ella recibió cuando él consiguió localizar el punto dulce del cuello de (T/n) para hablar y morder contra él.
La joven se contrajo y se retorció alrededor de Hawks... Quien ni siquiera había comenzado a moverse todavía.
--Por todas las veces que me pones los ojos en blanco cuando te analizo y tengo toda la razón... --Un suspiro más agudo y alto que cualquiera que jamás hubiera exhalado en su vida, hizo que (T/n) se sonrojase a más no poder. Desearle de aquella manera se sentía ilegal. --Por todos tus comentarios sarcásticos y... No, no... Aparta tus manos de mis alas... Soy yo quien hace las preguntas aquí.
Sus venas palpitaron dentro de sus muñecas contra las palmas del joven cuando sintió sus brazos cruzarse sobre su cabeza.
Entonces Keigo tomó velocidad.
Y alcanzó vértices que hicieron su demencia colapsar contra su sentido común. Todo tomó un ritmo, un frenesí, un creccendo en el que ambos comenzaron a perderse.
Veía fuego.
Todas las burlas juguetonas que antes se destilaban del filtro de sus dientes, ahora se habían esfumado como el perfume de una rosa en el humo.
Ya no había rosas...
Ahora humo... Solo humo...
Y comenzaba a asfixiarse en él.
No era como si le importase.
Sentirle, que él la sintiera a ella. Ser capaz de apreciar todos y cada uno de los movimientos que sus arquitecturas anatómicas ejecutaban.
--Porque no eres capaz de salir de la fase de negación ni de la ira... Aunque debo reconocer que es tierno pero... Comienzas a ser una actriz terrible. -- Dijo embistiendo cada vez más rápidamente. Más intensamente... Y ambos comenzaban a estar cerca.
Keigo fue incapaz de continuar hablando.
Solo se escuchaban sus respiraciones pesadas, la frecuencia de sus cuerpos chocando siendo cada vez mayor, y por fin...
--Te ador-...
Un grito que se quedó en lo más profundo de sus diafragmas cuando no pudieron retener el orgasmo hasta más tarde... Y entonces... El adaggio de un beso lento pero corto ante una necesidad inefable de respirar.
Necesitaron siete segundos y medio para recuperar la consciencia y los recuerdos sobre dónde estaban y quienes eran...
Pero no quedaba aire en sus pulmones.
Una gota de sudor se deslizaba por el abdomen de (T/n), quien sintió una repentina oleada de frío cuando pararon en aquel un golpe seco y extásico.
Se separaron del otro y se concentraron en conseguir respirar de nuevo.
Los ojos de (T/n) se sentían borrascosas, y sus manos difícilmente dejarían de temblar... Sin embargo reunió las fuerzas para girar el rostro para mirar a Hawks... Quien la observaba con los ojos abiertos como platos.
Ella contuvo una carcajada y agarró un cojín que había en el suelo para pegarle con él.
--¿A qué diablos viene esa cara idiota?
Ella sabía lo que tenía que decirle.
Que preferiría pelear toda la vida con él que acostarse con otro.
Pero tenían aún bastante tiempo para jugar un poco más a ser depredadores.
--Otra vez.
Les gusta la nueva portada?
👑💅🏻💋💎
Aquí les dejo la portada de la última parte de la Saga Somnvm.
"Screams Of The Past".
Espero que les guste la historia cuando la publique.
Y también decirles que he publicado... Un libro de One Shots de Tamaki Amajiki! Vayan a echarle un vistazo y amor! Me motivaría mucho para seguir escribiendo! 💗
See you in hell little sinners! 💋
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