.˚◌𑁍 Black Chanel Blood 𑁍◌˚.
⚠Villain! Reader
⚠ Angst!
Pt 2
Las venas de sus muñecas se tornaron negras, y con ellas, toda la piel de sus manos hasta sus brazos. En su pecho, la sangre negra comenzó a hervir trepando como enredaderas por su cuello. Su quirk se había activado, un aura purpúrea de muerte la rodeaba; el oxígeno de su sangre comenzaba a desaparecer enturbiando sus vasos sanguíneos con el color del carbón, y miles de espinas rojizas y negras como las amenazantes ramas de un zarzal destruyeron todo a su paso al escuchar una respiración que no era la suya en su apartamento.
Los muebles quedaron destrozados, las plantas a su alrededor se secaron, un pájaro se estrelló y se partió el cuello contra los cristales de su ventana que estallaron poco tiempo después.
Su propio cuerpo sufrió un poco más por el camino en que su quirk le conduciría hacia una muerte por la degeneración de su propia sangre envenenada.
Y eso ni siquiera era un veinte por ciento de todo su poder.
––Morirás tú o moriremos los dos. ––Siseó amenazante, ignorando su sangre hervir y burbujear cuando el oxígeno volvió a sus venas en combustión, enrojeciendo su piel cada vez más pálida y frágil.
––(T/n) soy yo... Keigo. ––Un joven salía de la esquina desde la que estaba escondido, desconcertado y debilitado. Un hilo de sangre emanaba de su nariz hacia la frontera de la curva de sus labios, y sus ojos se habían ahogado en un sinfín de pequeños vasos sanguíneos rojizos que parecían estallar comprimiendo su iris.
Por muy doloroso que fuera hacerlo tan rápido, (T/n) desactivó su quirk en seco y Keigo rápidamente pareció encontrarse mejor.
Mareado y tembloroso tomó la muñeca de (T/n) con una mano y colocó su puño cerrado sobre la palma extendida de la joven, mirándola a los ojos, luchando por recuperarse lo antes posible de su ataque mientras la joven le tomaba asustada el rostro entre sus dedos. Sosteniendole la barbilla para que sus ojos no perdieran aquella conexión.
––Te los dejaste el otro día. ––Sus pendientes cayeron con el tacto cálido de las manos de Keigo a la palma de (T/n), quien rápidamente los dejó a un lado y abrazó al héroe.
Sonrió con ternura mientras miraba al techo para evitar que sus lágrimas se derramasen de sus ojos, tal y como lo estaban haciendo las de Keigo en su hombro en ese mismo momento.
––... (T/n) lo siento.
––No es bueno que hables hasta que desaparezca el exceso de carbono en tu sangre. ––Dijo abrazándole aún más fuerte. ––Puedes entrar en un estado de delirios por intoxicación o en combustión expontánea.
––No vas a escucharme pedir disculpas muy amenud- ––El joven tosió tapándose la boca con las manos, dejando que una extraña mezcla en su sangre color alquitrán gotease de sus dedos.
––Decir "Lo siento" no tiene ningún significado. Es como decir, "Se siente".
El quirk de (T/n) era monstruoso.
No era digno de un héroe.
Ni de un villano.
Era un monstruo.
Y ella misma era la más asustada por ese monstruo.
––Ni siquiera sé cómo has aguantado viva. ––Gimió enterrando su rostro en su cuello mientras ella respiraba agitada y exhausta. ––Deberías estar muerta.
Ambos morían un poco más cuando (T/n) utilizaba su quirk. Ella moría porque su sangre llegaba contaminada a su corazón, y él moría porque la única persona que había rozado la comprensión de su esencia, se estaba destruyendo. Como una rosa en el infierno.
Y él no podía hacer nada.
Podía ser un héroe con mil personas que no le importaban una mierda, y no serlo para la única persona que amaba más que a sí mismo.
––Por favor... Te lo suplico no hagas esto más. ––Dijo comenzando a recuperarse, siendo capaz de tenerse en sus dos piernas sin que aquestas flaqueasen. Comenzando a tener una cantidad estable de aliento, dejando que su sistema circulatorio y su corazón volvieran limpios de su ciclo.
La agarró del pelo para asegurarse de que le miraba a los ojos. ––No puedes hacer esto más.
––¿Y qué me propones? ¿Que huyamos a Cuba y vendamos smoothies de mango en la playa? ––Preguntó con sarcasmo. ––Keigo, el ataque de hoy es lo único que me importa. Tú no lo entiendes. No entiendes cuál es la diferencia entre un héroe y un villano.
––¿Cuál es la diferencia?
––Que los villanos no tenemos merchandising. ––Suspiró sintiendo las quemaduras volviendo a cicatrizar en su piel. Era frágil.
Pero no era la fragilidad de una flor.
(T/n) era frágil como una bomba de relojería. Un único giro de sus muñecas podía provocar que el cable equivocado se cortase. ––Si algo te ocurriese, Keigo, yo no tendría reparos en destruir toda Nueva York. Me daría igual quemar toda Roma y culpar a inocentes. Ni siquiera me lo pensaría dos veces en ahogar a los culpables en los coágulos de su propia sangre.
Los héroes no podéis hacer eso.
Tú jamás podrías vengarme si yo muriera. No puedes matar si no es estrictamente necesario.
––Cosas peores se han hecho por menos. Los héroes están muy contaminados.
Sin embargo, (T/n) tenía toda la razón, y estaba completamente equivocada a la vez. Porque si ella matase por vengar a alguien sería una asesina.
Si él matase por vengar a la misma persona sería aclamado.
––El ataque de mañana es crucial, Keigo. Porque quiero un mundo en el que nadie pueda aprovecharse de su posición para destruir toda una ciudad con el pretexto de que vieron un villano.
––(T/n) tienes que superar eso... Fue un accidente, no era la intención... Que ocurriese lo que ocurrió.
––¿Y ahora cómo voy a explicarle a mi hermano que me estoy muriendo por el exceso de humo y sustancias tóxicas que mi cuerpo absorbió en esa explosión? ––Keigo sabía que (T/n) jamás podría llegar a amarle.
Porque él había sido el causante de que un quirk prodigioso como el de ella, se convirtiese en una aberración.
––¿Tienes idea de lo que me ocurre cuando ne hago una herida? ¿Tienes idea de lo que duele sentir alquitrán hirviendo llegar a cada parte de tu cuerpo cada vez que tu corazón bombea?
––(T/n) eso supuso que toda la ciudad quedase intacta. Si tú no hubieras estado ahí, habrían muerto miles de personas.
––Por eso estás conmigo. ¿Verdad? Por eso te sientes culpable. Porque lo sabes. Porque fui vuestro maldito chivo expiatorio.
Porque las secuelas que podrían haber quedado en una ciudad que no te importaba una mierda, las tengo todas yo. Hiciste tu elección.
¿Sabes lo que ocurre cuando todos los pecados caen en el mismo cordero?
Que luego el pueblo le tendrá miedo a un diablo que ellos mismos han creado. ¿Por qué debería dejar yo la Liga de Villanos? ¿Por qué debería pedir perdón? ¿Me pidieron perdón ellos cuando redujeron mi esperanza de vida setenta años?
Keigo pudo finalmente mantenerse en pie sin vértigos. Su corazón parecía volver a latir regular, la tomó de las muñecas y la llevó a la pared más cercana, estrellando su espalda contra el papel pintado dorado y negro.
Los cristales de la ventana se fragmentaron cuando Keigo los pisó al acercarse más a ella.
Chanel y la sangre de Keigo se mezclaban en el oxígeno que ambos respiraban.
––(T/n) ni siquiera sabíamos que ibas a salir viva de ahí. No pretendíamos hacerte daño. Si crees que te amo porque me siento culpable estás equivocada. ––Tantas palabras juntas hicieron que emplease más oxigeno para decirlas que el quedaba en su cuerpo. ¿Eso fue lo que ella sintió al quedarse encerrada aquel día en ese incendio químico provocado?
––Pero si sales ahí fuera
vas a morir hoy.
––¿Cuándo se considera que un organismo está muerto? ¿Cuando no hay actividad óptima cardíaca ni cerebral?
Llevo en el cuerpo de una chica muerta desde que decidiste elegir a cientos de personas que podrían haber huido sin que nadie resultase herido sobre mí. ¿Quieres seguir siendo un héroe, Keigo? Entonces asume que no vas a poder salvarme.
Entonces los ojos de la joven estallaron en lágrimas cuando Keigo rodeó su torso con sus brazos.
Jamás había hecho eso.
Jamás se habían abrazado. Su relación se limitaba a coqueteos, sexo a escondidas y besos que no iban más allá de una gruesa maleza de placer.
Y ahora sentía que cuando él se separase de ella se sentiría tremendamente incompleta, como si el vacío que la carcomía fuera aún más profundo una vez Keigo se fuera.
Keigo.
La persona que podría considerarse su asesino. La persona que coordinó y dio instrucciones aquel día.
El que había condenado a juicio a una inocente. El que había creado el monstruo salvando a miles de personas que ahora la temían.
––Por favor perdóname. ––Y de repente todas las palabras que acababa de decir, por correctas y justas que fueran, le hicieron más daño que el alquitrán ardiente y el carbón negro corriendo por su sangre enturbiada. ––Fue culpa mía. Lo sé. Tienes toda la razón del mundo. Y sé que no te gusta que todo el mundo te odie después de haberles salvado...
––Solías decir que todo lo que se decía antes de un "pero" no valía nada. ––Luchó, aún si comenzaba a aferrarse a su cuerpo más fuertemente cada vez.
––... Si quieres salir ahí fuera para reivindicar lo que ocurrió ese día yo mismo puedo conseguirte que una buena parte de los ingresos de los héroes se vayan a un tratamiento para que te cures con las menores secuelas posibles. Si quieres que se haga justicia contra mí puedes matarme ahora mismo. Si lo que quieres es que la balanza se iguale, activa tu quirk contra mí y hazme sufrir. Hazme pedazos. Hazme lo que quieras. Déjame hacer las cosas bien para ti ahora. Y elige entre todas las opciones que acabo de darte, incluso si quieres hacerme añicos una vez consigas curarte.
Pero no voy a dejar que te pase nada.
Las lágrimas comenzaron a correr por su rostro, haciendo surcos humeantes contra su piel intacta. Llevaba años sin derramar una lágrima. Y ahora se extendían por su rostro quemando sus pómulos y sus mejillas desde dentro. Como los arañazos de un gato.
Keigo tragó saliva mientras escondía su rostro en el hueco de su cuello, trazando con sus labios suaves como la caricia de una pluma esas venas de mercurio que tanto daño la hacían. Como si durante los segundos que su boca descansaba cerrada sobre sus clavículas, todo su cuerpo pudiera volver a sentirse sano otra vez. Como si la máquina pareciese volver a funcionar por unos instantes. Sentía su corazón recomponerse hasta que volverse de una pieza.
¿De verdad era eso lo que quería?
¿Quería hacer sufrir a Keigo lo que ella sufría cada día? Por pequeña que fuera aquella proporción... ¿Podría decirle que le amaba después de hacerle pasar ese infierno?
¿Y cómo podía hacerlo él, no obstante?
Él jamás le había
había dicho que la amaba. Y probablemente se lo diría. ¿(T/n) aceptaría aquello de sus labios?
––¿Fue difícil para ti cuando te diste cuenta de que no podrías salvanos a todos? ¿Que tenías que elegir entre la ciudad o yo? ¿Por un momento deseaste ser lo suficientemente egoísta como para salvarme a mí?
––¿Sabes por qué tomo tan rápido las decisiones (T/n)? ¿Sabes por qué soy tan determinado al hacer cualquier cosa? ¿Sabes por qué cada vez que elijo, elijo bien y rápido? ¿Sabes por qué nunca vacilo o dudo al ejecutar cualquier maniobra?
Ella negó con la cabeza.
Sin embargo sabía la respuesta.
––Porque la decisión más difícil de mi vida la tomé el día que te condené.
Porque desde ese entonces ya eras la persona que amaba más que a mí mismo.
Y aún me pregunto si hice lo correcto.
––¿Me amas más que a ti mismo?
––Sí.
––¿Aunque seas consciente de que lo más probable es que muera enferma y cubierta del humo y las cenizas de mi propia piel?
––Sí.
––¿Aunque sea un monstruo?
––No eres un monstruo.
––Que no naciera siéndolo no significa que no me haya convertido en uno. ¿De verdad eres capaz de amar en lo que me he convertido por encima de todo el bien que has hecho tú?
––Nada de lo que hagas jamás se comparará con lo que soy yo (T/n). Si tengo que convertirme en un monstruo para protegerte después de haber sido un héroe no me importa lo más mínimo.
La tensión se había extendido en el ambiente. Sus labios sólo tenían que tocarse para que esta se rompiese.
––No quiero que me protejas. Solo necesito que me ayudes dejar de necesitarte a tí. ––Su mano ahuecó su mejilla y apartó sus lágrimas antes de que las cicatrices se hicieran más profundas.
––Tú nunca me has necesitado. No seas tonta. Ni siquiera cuando tu quirk te superaba.
Eras capaz de ponerte ropa de marca, tacones más altos que mi cociente intelectual y pendientes de perlas que valían más que yo. ––Juntó su frente con la de ella con una sonrisa y ella se la devolvió.
Una sonrisa de ella hizo que todo su cuerpo se relajase. Como si hubiera perdido en el camino de la curva de su arco de Cupido un enorme peso sobre sus hombros. ––Pero no puedo dejar que mueras.
No sin haber probado al menos todas las soluciones fáciles.
La sonrisa burlona al final de su frase la incitó a perfilar sus labios con los de ella, sabiendo el momento exacto en el que pestañear lentamente para hipnotizar esa pequeña parte de él que conseguía que su aliento se hiciera más pesado.
––¿Hay soluciones fáciles?
––Siempre puedo retenerte en mi casa y tenerte ahí para siempre para que seas solo para mí. ––(T/n) enarcó una ceja. Keigo se puso serio y la miró a los ojos. ––Podríamos encontrar la manera de utilizar tu quirk de forma que no te haga daño. Hay un alumno en la UA que se rompe los huesos cada vez que asesta un golpe. ¿Te lo puedes creer? Y él no ha tenido que parar solo una explosión química para salvar una ciudad.
––Amateaurs.
––Bésame.
(T/n) se preguntó en ese momento si cuando se sonrojaba, su sonrojo era negro o rojo. Intentó mirarse en el reflejo de los ojos de Keigo. Sería horrible tener las mejillas teñidas de gris cada vez que Keigo dijera uno de sus coqueteos para hacerla sucumbir a sus encantos de imbécil de manual.
––Ojalá te hubieras visto la cara que se ha quedado.
––A ver qué cara se te queda a ti cuando no folles esta noche.
Keigo se echó a reír y empujó sus labios contra los de ella en un beso impetuoso pero más dulce y genuino que cualquiera que se hubieran dado antes. Aún si Keigo se sabía todos sus besos con ella de memoria, y había más de uno anterior que podrían compararse, Keigo siempre sentía que el más reciente era el mejor.
Fue un beso bastante más largo de lo que ambos pretendían en un momento. Ni en las cinco veces que (T/n) tuvo que parar para tomar aire, el pensamiento de cortar el beso aparecía en sus pensamientos.
––¿Sabes que cada vez que te sonrojas, te sonrojas de color gris? ––(T/n) se sintió rara como un perro verde. Como si acabasen de decirle que cada vez que se reía, un tercer ojo en el medio de su frente guiñaba.
––Keigo, ese no es el tipo de cosas que se le dicen a una chica después de besarla.
––Tienes que aprender a normalizar tu situación hasta que encontremos una solución para lo que te ocurre.
––En caso de que la encontremos.
––Hasta entonces déjame experimentar un poco contigo. Me pregunto si puedo conseguir que la punta de tus orejas se ponga gris...
Por un momento sintió que Keigo podía tener razón. Que si podía conseguir utilizar sus habilidades sin salir herida, podría incluso volver a la villanía para luchar de nuevo por lo que creía.
––Keigo... No quiero ser heroína. Si es lo que esperas de mi... Puedes irte si quieres. Pero quiero seguir siendo lo que soy. Incluso cuando me cure. Quiero seguir luchando contra ti de puertas para afuera. Quiero seguir avisándote de cuándo vamos a atacar y que tú hagas lo mismo.
El héroe suspiró y apartó la vista unos instantes pensativo. Sonrió y miró de vuelta a (T/n).
––No me importa fingir ser tu enemigo cuando estemos fuera. No esperaba que dieras tu brazo a torcer. Pero tú y yo vamos a buscar la forma de que puedas descargar la ira que quieras sin hacerte daño. Incluso si estoy fomentando el poder de una villana que podría hacer sufrir hasta la muerte a todos los seres vivos en un radio de treinta metros. Sé todo lo malvada que quieras.
Puedo permitirme ser egoísta de vez en cuando.
––¿Sigue en pie lo de que puedo hacerte añicos?
Keigo alzó una ceja cuando vio cómo la sonrisa maliciosa de (T/n) volvía por fin a su semblante.
Su costosa máscara de pestañas sembraba por fin de nuevo la incertidumbre con caea una de sus miradas maquiavélicas.
Exhaló un suspiro de deseo cuando las piernas de (T/n) se cerraron alrededor de su cintura.
––No te contengas.
Espero que les haya gustado.
Jamás había estado tan cerca de matar a un personaje. 😂😂
Pero me siento muy orgullosa de esta (T/n) en especial, me gusta que sea gris, ni buena ni mala.
Que tenga dualidad.
No podía matarla. Soy débil, lo sé.
Esta relación me gustaba demasiado.
See you in hell little sinners. 💋😈
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