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Look At Your Life

No podía explicar todas las emociones que sentía, y se expandía por todo su ser. Koba sinceramente se sentía nervioso y no podía contener la sonrisa que poco a poco se mostró en su rostro.

Cesar tampoco podía contener su emoción. Devolviendo la sonrisa amorosa a Koba. Mientras ambos caminaban hacia el otro. El rostro del bonobo tenía pintura blanca, cubriendo parte de este y ocultando su cicatriz . Al igual que sus cacerías Koba igual tenía la pintura en su pecho.

La luz parpadeante del fuego lo cegada un poco al igual que a Cesar, sus mentes parecían estar conectados en ese momento solo prestandole atención a quien esta enfrente de cada uno. Koba miro esos ojos dorados el fuego se reflejaba en ellos parecía bailar. Tan peligroso pero a la vez sintiendo la ardiente pasión de Cesar.

La pintura ceremonial del rey de los simios era diferente. La pintura era de un pigmento más oscuro. Los trazos de la pintura recorrían sus mejillas, un trazo rojo pasó por sus labios. Koba pensó que la línea roja en sus labios era una buena combinación con el color de los ojos de su líder.

El Bonobo y El Chimpancé finalmente se miraron el uno al otro, esta vez con más amor que antes. La respiración de Koba era pesada y podía sentir la respiración del simio que tanto amo chocar contra la suya por la cercanía de ambos rostros.

Por doce años Koba pensó que este momento nunca pasaría, pero ahora aquí estaba, su corazón latía rápido.

Sentía muchos ojos sobre el. Koba se maldijo mentalmente por sentirse tan nervioso de repente. Bajo la mirada al sentir unas suaves manos entrelazarse con las suyas.

Cesar noto el estado del Bonobo, por lo cual le dedico una sonrisa sincera ante esto Koba estuvo más relajado. Pero pudo ver la repentina pregunta dicha por Cesar.

-¿Eres mío? -

Las llamas continuaron iluminando el rostro de Cesar. En los ojos de este se mostraba un ligero rastro de nervios pero a diferencia de Koba el Chimpancé sabía ocultarlo muy bien. Koba se dio cuenta de esto y era algo que tanto admira de su líder el poder ocultar bien lo que puede ponerlo nervioso, mientras otros lo muestran demasiado.

-Soy tuyo - hablo Koba

El chimpancé llevó la punto de sus dedos a la frente del Bonobo, usando como parte de la pintura ceremonial un poco de sangre de algún ciervo que antes cazaron, dejando un rastro desde la frente de Koba hasta su nariz, este se estremeció ante el suave tacto de Cesar y bajaba al centro de su pecho.

Koba aun no estaba al toque suave de su rey. Casi siempre estuvo acostumbrado a un trato brutal. Ahora este sentimiento era realmente nuevo para el. Ansiando que algún día, a su debido tiempo las manos de su rey tocaran todo su cuerpo.

Delineando trazos rojos en rostro de Cesar, Koba casi tenía miedo en ese momento, pensó que terminaría rasguñando a su rey. Poco a poco sus dedos bajaron al pecho de Cesar para dejar una línea roja en el centro de este. Finalmente Koba tomó el rostro de Cesar entre sus brazos para juntar su frente con la de él. Ambas respiraciones chocaban mientras se dedicaban una sonrisa.

Ambos cerraron sus ojos para luego Cesar abrirlos, acercó un poco sus labios para finalmente posarlos sobre los de Koba.

Muchos sonidos de como toda la colonia aludía a su líder y su nuevo amor.

Nuevamente.... Esto era algo nuevo para Koba, parte de el temía que todo esto fuera tan solo un simple sueño y despertar estando de vuelta en le laboratorio pero no.....

Esto era real.

Se hizo real una vez que Koba sonrío y rogó por Cesar, 5 veces, sus dedos estaban en su espalda mientras el beso seguía.

Ambos se separon, buscando aire, las manos de Koba aún seguían en entrelazadas ateas del cuello de Cesar, regalandole una sonrisa, jamás lo había visto así, tanta felicidad.

El Bonobo soltó una carcajada cuando se sintió nervioso nuevamente, sus manos tocaron el rostro de Cesar.

-Estoy honrado de de ser tu compañero -

Cesar le dedico una calidad sonrisa para luego rodearlo con sus brazos, el Bonobo apoyo su cabeza en el hombro de su líder, cerrando sus ojos al disfrutar el momento.

-Me siento honrado de tenerte en mi vida Koba -

Dijo Cesar suavemente en un tono seductor que Koba nunca antes había oído, se separaron para mirarse. Cesar se dio cuenta de lo relajado y contento que Koba estaba ahora. No estaba tenso ni tímido o nervioso, Koba finalmente noto que toda la tristeza de Cesar desapareció de sus ojos.

Un pequeño ruido hizo que ambos simios regresaran a la realidad. Los dos adultos bajan su mirada para ver al pequeño Cornelius mirándolos.

El Bonobo se agacho para quedar a la altura de la cría.

Cornelius pasó sus brazos al rededor del cuello de de Koba. El pequeño sonreía al ser levantado por el Bonobo. Cesar los miraba de manera alegre, recordando cuando Cornelia tenía a su bebé en su seno... Y ahora se preguntaba si ella podría estar descansando en paz.

La mirada de Cesar se cruzo con la de Koba y con la de Cornelius, Koba lo miraba con la misma alegría que su hijo.

Una mano tocó el hombro de Cesar, quien se dio la vuelta para ver a Rocket

-felicidades - dijo su amigo con señas

Cesar agradece a su amigo.

Muchos se sentaron alrededor de la hoguera, simplemente para disfrutar de la celebración o bailar una danza que ahora era parte de su cultura. Fue una de las noches más felices que habían tenido en mucho tiempo.

Koba apoyo su cabeza en el hombro de Cesar, pasando sus dedos por su brazo, quitando cualquier tipo de suciedad o alguna varilla en el pelaje de este. Su mirada observo el cielo nocturno. Lleno de estrellas, tan hermosa era la vista, casi tanto como si rey.

Cesar y Koba sabían que sus vidas eran perfectas ahora. Mirando al cielo, pensando en el futuro, un futuro realmente feliz uno al lado del otro. Ese momento era lo que importaba ahora

-Baila conmigo - dijo Cesar

Se levantó y tomó de la mano a un Koba confundido, lo que sorprendió al Bonobo fue la repentina energía que Cesar poseía ahora como si fuera el simio de 8 años humanos que conoció hace 12.

Koba se acercó a Cesar. Entrelazando sus dedos moviéndose al ritmo de los tambores. Koba recordó la ceremonia cuando Cesar y Cornelia se casaron, en ese entonces sentía celos hacia la hembra. Pero aún así opto por quedarse callado y ver como su rey era feliz.

Koba sabía y entendía que por fin este momento era real. Sin pensarlo el Bonobo junto su frente a la del chimpancé, contemplando esos ojos verdes con toques dorados, las llamas de la hoguera hacían más brillantes sus ojos.

-Te amo Cesar - dijo Koba ahogando un sollozo

Tanta felicidad lo abrumaba. Después de tantos años de una vida tan brutal. Esto seguía sorprendiendo al Bonobo.

-Yo también te amo, Koba - respondió Cesar con una cálida sonrisa.

Tomando en sus manos el rostro de Cesar mientras el también hacían lo mismo, cerrando sus ojos para disfrutar del momento.

Ahora ambos miraban a los demás, Rocket junto con su esposa Tinker, Simio Malo junto con Nova y Cornelius. Maurice haciéndole compañía a Lake mientras miraban al Chimpancé y al Bonobo con sonrisas sinceras.

Un bostezo se escapo de los labios de Koba mientras se inclinaba ligeramente hacia Cesar. El Rey de los simios noto la acción de su pareja por lo cual ambos se sentaron uno al lado del otro.

Koba sentía tanto amor en ese momento. Lo hacía sentir tan especial. Por fin estaba con Cesar después de todos esos años, podía tocarlo, besarlo, todo lo que quería. Su alma se sentía en paz.

Cesar sintió como finalmente era liberado de toda esa venganza e ira que se creó en su corazón por la pérdida de su esposo y si hijo. Koba lleno ese espacio vacío.

-se siente bien amarte - pensaron ambos.

Entrelazaron sus dedos.

Su amor a puesto su libertad en sí lugar.... Amar y estar juntos. Recordaron la confesión de amor que ambos hicieron después de llegar a la tierra prometida.

Su esperanza ardía como una chispa de luz en la oscuridad... Por fin en libertad... Por fin felices.... Todos .... Por fin juntos amándose.

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