Por hoy, yo quiero ser tu pecado (One-Shot)
¿Qué tan capaz te crees de soportar una tentación?
Ten presente estas palabras mientras piensas, siempre, en cada momento.. pues nunca sabes cuando el demonio que se esconde te pondrá una trampa.
[...]
El horario entre las 8 y las 10 siempre había sido aburrido en una oficina como esta, te lamentabas mentalmente el haber elegido este puesto solo por la paga, porque ¿Quién se entretendría siendo la que registra las llamadas en el sector 1 del Comando Militar en Central ?
Lo único que tenías que hacer era recibir llamadas de gente hacia el comando militar e informar, o por el contario, hacer conteo de las personas que entraban al sector y realizaban llamadas desde los teléfonos disponibles, nada más aburrido....
Balanceaste tu lápiz de un lado a uno pensando tonteras y garabateando hojas de tu libreta hasta que alguien al fin entró al lugar. Era un joven militar que pasaba por allí, lo miraste tranquilamente mientras este pasaba entre los pasillos de los teléfonos, no recordabas verlo antes así que al mirar tu libreta para escribir su nombre nada vino a tu mente. Era extraño, puesto que conocías casi al 70% de los militares de aquí.
Te inclinaste un poco para ver hacia el pasillo para preguntar por su nombre, pero ya no estaba. Asombrada te levantaste rápidamente del asiento, ahora la idea de que habían fantasmas en el Comando Militar parecían tan reales... ¿o tal vez habías oído muchas historias de espectros por parte de Havoc en tus horas libres? Eso ya no importaba ahora, pues al llegar al final del pasillo lo único que pudiste ver fueron unas pequeñas chispas rojas que desaparecían entre el suelo y la pared.
Volviste a tu asiento un tanto desconcertada, miraste tu reloj de bolsillo para ver si eran acaso las 3:33 am, pero el reloj aun no llegaba a marcar ni siquiera las 10:30 pm. ¿Qué estaba pasando?
Aun intentando aclarar la situación te concentraste en recodar la apariencia del chico; cabello corto y rubio, ojos celestes, parecía cercano a tu edad. Más que eso ya no sabías, no habías podido oír su voz, ni fuiste lo suficientemente rápida de contar las estrellas que habían en sus hombros como para saber que cargo ocupaba. Suspiraste rendida...
[...]
Al día siguiente contabas lo sucedido a todas tus compañeras de trabajo, creíste que ellas entenderían o te dirían quien es el, pero solo se burlaron de ti.
"Oh vamos, no creerás que en verdad hay fantasmas aquí ¿o si? eso es muy infantil"
"¡No es infantil! Tu no estabas ahí, si hubieras estado, estarías tan confundida como yo" respondiste molesta ante tantas bromas.
Era cosa sería, si no era un fantasma, ¿entonces que?, ¿un alquimista gracioso que te jugaba una broma? ¿quimeras? ¿espías de Drachma?. Realmente tenías que saber que había sucedido, después de todo es tu trabajo registrar la entrada de personas a este sector.
Avanzaste en el día con normalidad esperando la hora de almuerzo para poder reunirte con tu amigo Havoc, no era el más listo de todos, pero era el único que entendería estas cosas.
Una vez allí no dudaste en contarle sobre lo ocurrido anoche. Tu "inquietante" encuentro paranormal dejó enchanchado de inmediato a Havoc, quien ni tocaba la comida tan solo por oírte hablar.
"Vaya, creo que ya se por donde va esto" dijo firme mientras chocaba el puño contra la mesa. "Esto tiene que ver con el almacén 13 seguro"
Alarmada, parpadeaste varías veces al escuchar a Havoc ...no puede ser.. entonces si acababas de ver a un fantasma!!
"¿ C-Como puede ser eso posible?"
Rascándose la barbilla lentamente respondió "Verás.. Cuenta la leyenda que en Almacén 13, que solo aparece en algunas noches, fue en realidad el lugar donde enterraron el cuerpo de un compañero militar hace ya tiempo. Lo que pienso es que tal vez, ese chico que viste ahí.. fue el fantasma del militar asesinado!!"
"Eeek~!" Un escalofrío recorrió tu cuerpo al tan solo pensarlo. Pobre de ambos ingenuos que creían en fantasmas, la respuesta, aunque difícil era otra.
[...]
Los días posteriores los pasaste de estar aburrida en los turnos nocturnos a temer por tu vida, estando siempre preparada para huir de algún fantasma. Hoy tu turno era más largo de lo común, duraba hasta las 12 pm y no hasta las 11 o 10 como siempre, por lo que estuviste mucho más inquieta. Ya tan solo faltaba media hora para irte, por lo que te habías prometido no moverte de tu silla y aguantar hasta la hora de salida, mala idea, pues prontamente te habían entrado ganas de ir al baño. Retorciéndote en tu asiento, te preguntabas si era bueno o no quedarse aquí o simplemente ir al baño de una vez. Te ganaron las ganas y terminaste por ir rápidamente al baño antes de que un "fantasma" te agarrara. Todo salió bien, hasta que al salir de ahí frente a ti volviste a ver a este chico.
Él se hallaba saliendo del sector de comunicación (osea donde trabajas), lo miraste con los ojos como platos cuando se detuvo frente a ti, mirándote tan amenazadoramente, parecía clavarte sus celestes ojos en ti. Una sonrisa amplia se asomó en su rostro para luego seguir su camino. Tú que seguías estática solo lo dejaste ir.
[...]
Luego de eso sus encuentros se hicieron cada vez más frecuentes, no tan solo en tu turno nocturno, si no que también cuando ibas a dejar recados. Lo veías en todas partes hablando con los demás, llevando cosas y yendo a otros lugares, pero cuando le preguntabas a alguien si lo había visto decían que no, que no había alguien con esas características en este lugar y que pudiste haberlo confundido, hasta aquellos que hablaban con el decían otras cosas. ¿Acaso eras la única que lo veía?
Hasta una de esas veces habías intentado tocarlo para asegurarte, y al mirar otra vez esa persona ya no era la que creías. La situación te tenía tan mareada que hasta pensaste en internarte en el psiquíatra. Esto ya desbordaba lo extraño.
Así fue, hasta que un día en el que se registró una llamada para el Coronel Roy Mustang, tras contestar fuiste a informar directamente del recado a su oficina, el coronel te recibió amablemente y una vez que terminaste te fuiste tranquilamente, al doblar en una esquina de camino de vuelta te chocaste cara a cara con tu "fantasma", ya casi acostumbrada quisiste seguir tu camino, pero este se interpuso.
"Vaya, parece que nos cruzamos mucho, ¿no?"
Te helaste al escuchar por primera vez su voz, creíste que los fantasmas no hablaban, que esto tal vez solo lo estabas imaginando, sus siguientes palabras te dejaron en claro que esto era la realidad.
"Y yo que creí que pasaba desapercibido entre toda la gente" Te sonrío tranquilamente mientras te apuntaba , chocando su dedo índice con tu frente. " Vieras tu que es muy divertido ver como se burlan de ti por creer en fantasmas ~eh"
"E-Entonces, ¿qué eres?"
"Quien sabe... tal vez un demonio que te acecha" comentó burlonamente.
Era exasperante el no saber con tranquilidad, pero el hecho de que pudieras al fin tener un contacto con el te daba una extraña tranquilidad. Las preguntas en tu mente no te dejaban tranquila, simplemente te desahogaste.
"¿Como te llamas? ¿Por qué te veo tan constantemente? ¿Si eres un demonio donde están tus cuernos?" Hablaste lo más rápido que pudiste, ansiosa por respuestas, pero lo que recibiste fue más inesperado.
Él no paraba de reír "Dios, no puede ser jajaja... ¿cuernos? ¿Qué tienes en la mente, niña?". Tu, solo lo mirabas confundida ante su reacción, él simplemente seguía riendo.
"Nada de eso importa en verdad.. no necesitas saberlo, ya no me volverás a ver más"
"¿Cómo? No vas a desaparecer o algo así, ¿verdad?, quiero saber quien eres, no puedo simplemente dejarlo pasar después de todo, llevo casi un mes con todo esto!"
Su rostro se volvió amargado, su sonrisa desapareció y frunció sus cejas, "bien, hagámoslo a tu modo", luego de eso sacó su arma de su bolsillo, la cargó rápidamente y te apuntó a la cabeza.
"Hagamos esto, yo te digo quien y que soy y luego te disparo, o por el contrario, desaparezco de tu vida y te quedas con la duda pero sigues viviendo. A mi no me importa pero creo que la segunda te va mejor ¿no?" Se mofó mientras se encogía de hombros.
Abrumada levantaste las manos y le detuviste, "hey, alto! ¿Qué te hace creer que no puedo guardar un secreto? no hay necesidad de dispararme". Lo miraste fijamente pero él no parecía querer cambiar de opinión, su arma seguía apuntando hacia ti.
"Bueno, tal vez el hecho de que le contaste a medio mundo de que me viste esa primera noche... no se.."
"¡Vamos! Creo que cualquiera que viera algo "paranormal" o extraño le contaría a todo el que se le acerca. Esto es serio, no pienso decirle a nadie nada de lo que digas, vea o hagas, te lo juro!" Pediste fuertemente, cerrando los ojos al sentir cada vez más cerca la pistola de tu frente.
"Envy" Abriste los ojos de inmediato al escucharlo, él bajó el arma, la guardo y camino por el pasillo hasta irse.
[...]
Tras un par de días no volviste a ver a Envy, pero aún así le obedeciste y no le mencionaste a nadie lo visto. Te pareció curioso todo lo que sucedía, pero ya te habías acostumbrado a aceptarlo, ahora más que nada ansiabas la aparición de este "demonio" Envy. (Y si, ahora pasó de ser fantasma a demonio xd)
"Hey ___, me han llamado de urgencia mis familiares así que he pedido salir más temprano, por lo que te quedaras sola las ultimas 3 horas ¿te molesta?"
"No, para nada, ve tranquila"
Tu compañera agradeció y se fue, te quedaste anotando un par de cosas hasta que alguien común cruzó por la puerta. Te limitaste a saludarle con la mano pues no querías llamar la atención, este rodó los ojos y se acercó a ti.
"Veo que no has hablado de más"
"Simplemente te he hecho caso"
"Dan bastante miedo los demonios, ¿no?" se burló para luego pasar al pasillo donde se hallaban los teléfonos, desde lejos te habló. "No problema en que los use ¿verdad?"
Dudaste un momento en si permitirle o no el usar los teléfonos, la verdad es que si no lo conocías podía suponer cualquier riesgo. Ahí estaba el dilema, pero, no querías perder el avance de "amistad" que llevabas con Envy por lo que..
"Si claro, no te preocupes. No hay modo de que registre a un ente en mis registros ¿o si?". Él solo se rio. Un sentimiento de alivio te llegó.
[...]
Luego de ello se volvió común que en el horario en que nadie estaba Envy llegara a hablar contigo, chismosear sobre los demás militares, hablar de cosas triviales, contar anécdotas, etc. Podían pasarse horas hablando ambos, aún así Envy evitando preguntas personales sobre el, limitándose a ignorarlas o cambiar de tema. Aunque aún así no se pudo librar de una que otra cosa.
Como aquella vez en la que justo cuando estaban conversando otro militar llegó a el sector, Envy, por costumbre se transformó en otro soldado, en este caso en tu compañera de trabajo, sin darse cuenta que seguía contigo por lo que pudiste verlo claramente cuando se transformó:
"Ahhhh!! ¡¿Como demonios hiciste eso?!" Casi que gritaste emocionada al descubrir algo sobre Envy.
"Mierda.." Ahora obligatoriamente Envy tuvo que inventarse una excusa barata de como los demonios/fantasmas/entes/ponys/lo que sea que le halla inventado pueden transformarse cuando quieran.
"¡¡No puede ser!! que genial, muéstrame! muéstrame! Hazlo otra ves, ¿si?" Rogaste con ojos de cachorro mientras Envy, molesto rodaba sus ojos hacia un lado.
"Ugh.. esta bien, solo una vez"
Claro, esa no sería la única vez, más tarde ya se acostumbraría a usar su poder frente a ti con normalidad. Así mismo, un día llego con su forma normal (sin ser un soldado, osea el Envy que todos conocemos), esto te sorprendió muchísimo. Envy parecía un tanto nervioso, tal vez no tan seguro de la decisión que había tomado, tu por el contrario le alagabas, sinceramente te parecía mucho más atractivo con su forma normal a la de el típico soldado amestresiano. Después de ese día ya no necesitaría su disfraz estando a solas contigo, solo lo usaría cuando fuera necesario.
[...]
Pero como siempre no todo en una historia puede ser perfecto.
Este día sería diferente a los demás, ¿por qué?
Te habías enterado recientemente que unos conocidos, los hermanos Elric, quienes últimamente se habían amigado harto contigo, irían de viaje lejos de Central, a un lugar llamado Dublith y Envy, te había dicho que tenía mucho trabajo que hacer y que no podría verte muy seguido en la semana, por lo que te encontrarías muy sola. O eso creías, puesto que recientemente el Teniente Coronel Hughes había comenzado a frecuentar el sector de comunicaciones, haciendo llamadas a su esposa e hija.
"Te lo digo enserio, mi niña Elicia es la niña más hermosa que veras, es tan tierna, mira tengo estas fotos de ella para que me creas" Decía alegremente Hughes mostrándote las fotos de su hija. Tu no estabas muy interesada en ello pero agradecías la compañía que te daba, por lo que respondías amablemente y continuabas tranquila la conversación.
Su rostro cambio de un momento a otro tras ver su reloj de bolsillo, ahora con un tono más serio se disculpó y se fue tranquilamente. Lo que tu no sabías es que en el resto de la tarde que pasarías anotando en tus registros, el señor Hughes haría un descubrimiento que daría un vuelco en la vida de todos en su alrededor.
[...]
Ya bien de noche un estruendo entre los pasillos te haría asomarte, no viste nada en su momento, pero al cabo de unos segundos tras dirigirte a tu asiento un mal herido Hughes aparecería frente a tus ojos. Con una herida grave en el hombro derecho se iría tambaleando hasta el área de los teléfonos, te alarmaste e intentaste ayudarlo, pero él hacia caso omiso.
"Necesito llamar a la oficina del Fuhrer"
"Esta bien, tranquilo, yo lo hare por usted" Dijiste mientras intentabas ayudarlo con su herida, pero antes de que hiciera algo, volvió a dejar el teléfono y se dirigió a la salida diciendo, "lamento haberla molestado". Preocupada intentaste detenerlo, pero este no te dejo, fuiste a tomar uno de los teléfonos para avisar a emergencias o a alguien pero el señor Hughes ya se había ido. Quedaste helada sin saber que hacer, caminaste hacia el pasillo para buscarlo pero no estaba, suspiraste pesadamente...
Al día siguiente la noticia te destrozo, te sentías en parte culpable por no haberle detenido cuando pudiste, tal vez hubieras evitado su asesinato, eso creías. Te disculpaste una y otra vez con Mustang y con la familia de Hughes por no haber sido más efectiva, pero ellos simplemente te consolaron diciendo que no era tu culpa.
[...]
Los días siguientes te los pasabas concentrada en tu trabajo, tan solo intentando olvidar lo sucedido, pero nada mejoraba, ahora parecía que era aun más solitario el lugar. Tras acabar tu turno nocturno te irías a casa como siempre pero esta vez estabas tan agotada, que luego de ordenar tus cosas no te quisiste mover de tu silla, pasaste así unos 15 minutos, en completo silencio, cuando te hallaste reposada te levantaste lentamente y caminaste por los pasillos, querías solo llegar a casa a dormir, pero al recorrer el lugar comenzaste a escuchar unos pasos detrás tuyo, te giraste inconscientemente, pero no lograste ver a nadie, al volver tu mirada a tu camino una mano desde la sala que se encontraba a tu lado izquierdo te atrapo.
El lugar estaba oscuro y una mano obstruía tu boca para que no gritaras, tras unos segundos de pánico el individuo te dejó. Alzaste tu mano para golpear a quien sea que te hubiera tomado, pero al encender las luces notaste a esta familiar persona que sonreía frente a ti.
"¿Que diablos, Envy?" le dijiste molesta, mientras lo empujabas lejos de ti. Él solo se reía de ti tranquilamente.
"No nos habíamos visto desde hace mucho, no creí que estarías tan molesta de verme"
"No es eso, es que no puedes andar arrastrando gente como si la secuestraras y luego esperar a que te reciban amablemente" regañaste alzando la voz, a lo que Envy respondió tapándote la boca con su mano. Miraste sus ojos violeta mientras el seguía sosteniendo su mano en tu rostro, no paraba de pasarse por tu mente ese hermoso rostro que tenía el tan cerca tuyo, sus facciones atrayentes y su cabello largo frente a ti te estaba haciendo acelerarte extrañamente.
Quitaste rápido su mano de tu boca y miraste a otro lado mientras recuperabas la respiración. "No alces la voz, te recuerdo que nadie debe saber que estoy o estamos aquí"
Ya calmada asentiste a sus palabras, miraste con curiosidad el lugar en donde te encontrabas para distraerte, era algo similar a una sala de reuniones pero bastante más pequeña, con tan solo un par asientos similares a un sofá y una mesa larga en el centro, algo como para 10 personas máximo. Envy se acomodó en uno de los asientos y se estiró, para luego palmear el lugar del lado para que te fueras a sentar con él.
Dejaste tu bolso al lado de la puerta y te fuiste a sentar al lado del chico, al hacerlo este dejo caer su cabeza en tu hombro.
"Diablos... estoy tan cansado" Murmuró mientras jugaba con uno de sus mechones.
"Estoy de acuerdo, es más, iba de camino a casa a dormir en mi cómoda cama, hasta que me secuestraron" añadiste con un tono burlón. El contario sonrió y te miró. " No seas amargada, me estoy haciendo tiempo para ti y te quejas"
Soltaste un 'ah?' al escucharlo decir eso, ibas a responderle, pero él se levanto del asiento y caminó hasta posicionarse detrás de ti. "Deberías relajarte" dijo mientras colocaba suavemente sus manos en tus hombros. Te asombraste por su acción pero no lo detuviste por alguna razón, tal vez tenía razón.
"No paro de pensar en algo... en el señor Hughes" al escuchar estas palabras Envy apretó fuerte tus hombros, después de un 'auch' de tu parte dejo de presionar.
"No pienses tonterías, piensa en otra cosa" respondió seco él.
Volteaste tu cabeza para verle, un tanto apenada respondiste, "¿Entonces en que?"
Envy sonrió suavemente y se acercó a ti..
"En mi"
Luego de esa respuesta Envy pego sus labios con los tuyos fuertemente, tu por el contario no lo rechazaste, esta idea ya había pasado antes por tu mente, por lo que le devolviste gustosa el beso. Al separarse te levantaste rápidamente del asiento para acercarte a él, prontamente y sin saber como, te hallabas contra la pared acorralada por Envy y los suaves besos que te entregaba. De repente, estabas bailando un peligroso baile entre la tentación y lo correcto, algo en tu mente te decía que pararas, había algo incorrecto en esto y aun no lograbas encontrar el que. Un calor ardiente estaba subiendo desde la punta de tus pies hasta tu cabeza y un cosquilleo interno se encontraba en tu pecho. Envy se detuvo para mirarte una vez más, al ver sus rasgados y feroces ojos violeta pudiste aclarar esos nublosos pensamientos en tu mente.
Esta noche, tal vez sería más larga de lo que planeabas...
[El resto se lo dejo a imaginación de ustedes]
[...]
Al pasar del tiempo las palabras de Envy fueron haciendo efecto en ti, ya no pensabas más en tu "error" de ese día, si no que tu mente se la pasaba inundada de pensamientos sobre Envy. Por algunos momentos hasta se te había cruzado por la mente romper ese pequeño acuerdo y contarle a alguien lo tan enamorada que estabas de este chico, pero nunca lo hiciste.
Aunque así mismo, otros tenían historias similares:
"Es la chica más hermosa que he conocido, ____, y es exactamente mi tipo" decía lleno de emoción Havoc mientras almorzabas junto a él como de costumbre.
"Te felicito por al fin hallar a alguien que te soporte" respondiste sonriente.
"No te burles, es en serio, esta vez si va a durar la relación, algo me dice que con Solaris todo va ir bien", te reíste por lo bajo mientras comías, pero cuando ibas a devolverle con una broma una voz fuerte dio silencio a toda la sala.
Desde el otro lado de la sala se podía ver a un policía militar y 2 oficiales más que se acercaban a hablarle a la Subteniente María Ross, nada importaba mucho pues como siempre se iban a hacer uno que otro recado los militares, pero lo que dejó a todos helados fue la razón del porque la llamaban.
"Usted es la principal sospechosa en el caso del asesinato de Maes Hughes"
Te erizaste al oír estas palabras, ¿Como? ¿Era ella la culpable del asesinato de Hughes?. Tal vez te estabas apresurando a los hechos, aun no lo sabías concretamente y no querías juzgar, pero, ¿y si así era?
Dudosa preguntaste sin parar, pero nadie parecía realmente saber que sucedía. Tras el primer día de interrogación ya todos decían saber que ella era la culpable, decían que un testigo la había visto salir de la escena del crimen, ¿pero como podía ser así si antes nadie decía haber visto el homicidio?
Corriste a hablar con quien más la conocía, no podrías descansar hasta librarte de esta culpa, preguntaste una y otra vez a el Mayor Armstrong, y todas esas veces el negó la culpabilidad de la señorita María Ross, querías realmente creer en su palabra.
Agotada después de tantas vueltas volviste de tu descanso a tu puesto, sentada y con la cabeza pegada al escritorio, te dolía la cabeza de tanto pensar. Una mano pasó por tu cabello cuando alzaste la vista. "Creí que el tener un culpable te haría sentir mejor, no peor" se mofó Envy tras su común disfraz, te levantaste de mala gana para mirarle mejor, pero no tuviste los ánimos como para responder de inmediato.
"Es que no creo que haya sido ella..."
"Oh vaya, eres un ángel... es imposible que no haya un asesino, ¿Quién más podría ser que ella, si hasta hay testigos? no hay modo de que sea un fantasma ¿o si?" bromeó Envy para alivianar el ambiente.
Pero esa pequeña broma encendería una idea en tu cabeza, por alguna razón te hizo recordar al momento en que por primera vez te habló, recordabas el momento en el que apuntó su arma contra ti, al pensar mejor empezaste a encontrar muchas similitudes entre esta y la que nombraban en el asesinato de Hughes. Luego, unas palabras de Armstrong resonaron, "ella tenía el día libre en ese momento, iba a ir a ver a sus padres, estoy seguro que estaba ahí", entonces... si María Ross no estaba ahí y aun así la vieron, ¿Cómo era posible? alguien se tendría que haber hecho pasar por ella, pero eso es impo-
Tu mirada se fijo prontamente en Envy, él solo te devolvió la mirada confuso. ¿Entonces él era el culpable? Habían muchos puntos que lo ponían como sospechoso, tenía un arma similar, es el único ser que conoces que puede transformarse en otros y no lo viste en toda la semana que paso el homicidio. Tu corazón se aceleraba ante la idea de que el fuera el asesino a quien tanto remordimiento le habías guardado, pero al mirarlo su rostro te serenaba, se te hacía imposible el odiarlo. Por segunda vez te encontrabas entre lo correcto y lo incorrecto...
Tal vez, por haber caído una vez, sentiste que la segunda caída sería menos dolorosa. Esa noche una incomoda tranquilidad te llego al oír la noticia, "María Ross, la asesina de Hughes, fue calcinada viva por el Coronel Mustang". Acariciaste el cabello de tu amado por ultima vez antes de caminar hacia la salida, mañana serías una mujer libre, abandonarías tu trabajo en la milicia para siempre, para poder amar a Envy sin vivir bajo una gran culpa, a el no le molestó tu decisión, pues esto no evitaría el verse.
Entendiste que a veces, el camino equivocado no es el más fácil como dicen, y caer en una tentación es algo que no se puede evitar.
Hola lindas personitas ❤️ Espero hayan disfrutado este one shot como siempre, me seguiré esforzando en traerles los que faltan y en seguir produciendo más y más porque el amor por envy nunca acaba!!!
Con ello les quiero dejar una pregunta, personalmente, ¿ustedes porque se enamoraron de Envy, que les gusta de él?
Yo porque en mi vida personal siento que el pecado que más cometo es la envidia, inconcientemente está presente en mi vida, y aunque es algo malo, Envy lo demuestra de una manera tan cruda y real que siento que es similar a lo que muchas veces siento, por lo que se me hace muy irresistible, eso y físicamente es un papucho guapísimo por el que babeo xd
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