💙 ¿Vamos a jugar? 💛
¡Hola nueva actualización, esta vez, es con una temática completamente diferente a lo que siempre hago, esto por una tarea, espero les guste.
🌊 Capítulo es sobre la shipp EreMin junto con un trío con Berthold.
🌊 Se basa en la posible manipulación de Berthold sobre Armin como nuevo portador del colosal.
🌊 Historia narrada en tercera persona.
🌊 ⚠Se toca el tema del abuso, sometimiento, forzamiento no violación.
🌊 Contenido yaoi no explícito.
🌊 Créditos respectivos al autor de la trama bra, Hajimr Isayama, por sus personajes.
🌊 Créditos respectivos a los autores de las imágenes utilizadas
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—No quiero hablar Eren —
Fue lo único que le escuchó decir en silencio, en un tono amargo, mientras desaparecía de la habitación que ambos compartían, cerrando la puerta sin siquiera mirarlo, sus orbes azules apagadas, igual que la suavidad de su voz.
Eren se sentó sin ánimos sobre la cama arrugada, por culpa de los jalones que tuvo anteriormente con Armin, tratando de obligarle a quedarse en la habitación, fracasó, lo único que provocó fue la sequedad de sus emociones y que su presencia desapareciera con un hilo siniestro.
—¿Qué te sucede Armin? —
Se tiró sobre la cama con molestia, el no poder entender a su mejor amigo le provocaba enojo con culpa por no entenderlo cuando él sí podía hacerlo con facilidad, con verlo a los ojos podía decirle, sin error, que sentía y que tenía, pero él no, no era bueno leyendo la mente de las personas, y ahora se culpaba por no poder hacerlo.
Se resignó a salir de la habitación, solo, algo extraño ya que solía estar siempre acompañado de Armin a su lado, ahora no había más que el viento helado rodeando su cuerpo con un sentimiento de soledad extrema que no había sentido antes.
Entró al comedor sin ánimos, sin mirar a su alrededor ni las miradas que lo acosaban con curiosidad, tomó la bandeja de comida y se sentó lo más lejos que pudo, movió la cuchara dentro de la extraña mezcla sin ánimos, mirando el remolino que también se formaba en sus ojos cabizbajos sin brillo alguno.
—Eren, ¿sabes por qué Armin está actuando extraño? —
Alzó su vista sin ganas, dejando ver a sus amigos rodeándolo sin haberse percatado, todos con un mirada cabizbaja, incluso Mikasa, quien no mostraba sus emociones muy seguido, se dió cuenta que todos se percataron del mal ánimo de Armin por culpa suya y su anterior pelea.
—Eren, ¿acaso peleaste con Armin de nuevo? —
Frunció el ceño sin esfuerzo, dejando ver la incomodidad que sentía, la culpa y el deseo de alejar a todos y reponer sus errores, pero no habló, se quedó callado aún con las miradas fijas en él, moviendo la cuchara con más fuerza salpicando la sopa sobre la mesa.
—Eren... —
—¡Déjenme en paz! —
Gritó alejándose del comedor sin la intención de limpiar su desastre, escapó dirigiéndose al cuarto a encerrarse nuevamente, odiaba que el resto creyera que él tenía la culpa.
—¡Sal de mi cabeza! —
Paró en seco al reconocer la voz aguda de Armin con desesperación, se asomó entre la puerta, logrando ver al rubio tomarse la cabeza con fuerza, enredando las manos en sus cabellos con toda la intención de arrancarlos, cerrando los ojos con una impotencia y dolor que nunca había visto en él.
—¡Armin, ¿qué sucede?! —se adentró a la habitación sin siquiera ser visto por él —
—¡Lárgate, déjame solo, sal de mi cabeza, por favor! —sus gritos lo estremecían, pudiendo percibir el dolor que experimentaba —
—¡Armin! —se arriesgó a tomarlo del brazo con fuerza, tumbándolo al suelo—¡Armin mírame! —le gritó clavando la mirada en las orbes atormentadas azules —
—Eren... —lo nombró con sorpresa apenas audible —
Quedó a su merced, bajo suyo, sus ojos perdidos en un mundo que no supo reconocer, su cuerpo temblaba aún aturdido, aún luchando internamente contra algo que no supo entender, no era el Armin que conocía, ni siquiera era el pequeño que se escondía de los bandidos de la ciudad cuando eran niños, su sufrimiento era diferente.
—¡Armin ¿qué sucede, por qué gritas!? —su pregunta iba dirigida con mucha impotencia y preocupación —
Armin guardó silencio, giró su rostro a otra dirección para no mirarlo, trató, torpemente, de safarse del agarre de Eren encima suyo, con un miedo parecido al de una presa antes de morir, atrapado, sin un lugar donde refugiarse sin salir herido.
—Súeltame, por favor... —
Eren le iba a reclamar, pero calló al verlo derramar lágrimas, al sentir sus manos tensas, su cuerpo estremeciéndose, como si su piel fuera demasiado sensible, lágrimas que recorrían sus mejillas prolongadas en sollozos llenos de un dolor indescriptible.
Soltó sus muñecas sin alejarse del todo, prefirió mirarlo agonizar en silencio sin saber que hacer o decir, era Armin quien siempre lo ayudaba, ahora él debía hacerlo sin saber como, mordió los labios de verlo tan débil, algo que lo rompía por dentro.
Eten lo tomó con fuerza de los brazos aturdiéndolo un poco, jalándolo hacia él, encerrándolo con fuerza para evitar que escapara, sintió su pecho humedecerse por las lágrimas de un Armin que aún agonizaba en su pecho sin inmutarse, soltaba quejidos, quizás, de la falta de aire y del dolor impregnado en su pecho.
—¿Qué te sucede Armin? —
Preguntó, sabía que el mencionado no le respondería en su estado, pero ansiaba conocer la respuesta para poder ayudarlo, quitarle de encima ese dolor que lo mataba lentamente.
Nuevamente Armin se safó de su agarre, alejándose como si sintiera peligro cerca de él, sin decir palabras, secándose las lágrimas con odio, como si se odiara a sí mismo, seguía sin comprender sus extrañas acciones, le dolía verlo de esa manera, pero estaba harto de no recibir respuestas.
—¿¡Se puede saber qué te pasa!? ¡Trato de ayudarte y te alejas sin más! —mostró su inquietud y molestia, no le importó ser duro con tal de recibir respuestas —
—¿Armin? —
Eren ahogó la voz con sorpresa tras escuchar esa extraña voz, ronca y firme, salir de la boca de Armin, sus ojos azules parecieron opacarse al parecido tono del negro de la noche, dejando ver un rostro completamente diferente al que solía tener, no era él, definitivamente no era Armin.
—¡Pero que...! —retrocedió sin saber porque tenía miedo —
Éste se estiró, observándose a sí mismo con sorpresa, dejando escapar una sonrisa que, a su parecer, lucía escalofriante, analizando su alrededor como si pudiera reconocerlo como un viejo recuerdo con melancolía.
—¡¿Quién eres!? —
Eren remarcó con molestia mientras su voz temblaba, se odió por mostrar miedo a la persona frente a él, dentro del cuerpo de su mejor amigo levemente cambiado, siendo una persona totalmente diferente, alguien que no era el Armin que conocía.
—Eres cruel por no recordarme Eren... —su voz retumbó en su cabeza al tiempo que retrocedía directo a la puerta —¿te sorprende? —habló con descaro, dando pasos sonoros a su dirección —¿quieres escapar? — preguntó con una voz firme y acosadora —
Siguió retrocediendo hasta topar con la pared, cerca de la puerta, la miró con angustia antes de tocar la merilla, cerrando los ojos esperando escapar y borrar aquella voz, pero no pudo, su mano quedó atrapada en la pequeña mano fría del rubio que la tomaba con una fuerza que desconocía de él.
—No lo creo —respondió con un jalón que tiró al castaño al suelo con fuerza—ésta vez quiero jugar a ser Armin — su voz oscura lo dejó atónito —
Trató de safarse de su agarre de muñecas, soltaba quejidos cuando sentía su cuerpo ser aplastado por el cuerpo del rubio, se movía de un lado a otro, tratando de quitar, sin éxito, el peso encima suyo, uno que no le pertenecía al rubio, si no a otra persona.
—¡Suéltame! —gritó desesperado moviéndose de un lado a otro —
—Eso mismo pedía Armin... —lo miró atónito al escucharlo, su miedo crecía cada vez más —
Sintió la lengua del contrario pasearse por su cuello, su cuerpo se estremeció al tacto de su rasposa lengua saborear su piel, dejando marcas en ella sin permiso, Eren soltaba gritos, intentando safarse sin éxito de la trampa de la que era presa, respirando con dificultad ante cada grito que se tragaba a sí mismo.
—Sigue pidiendo ayuda igual que Armin, inténtalo, a ver si a ti, si te ayudan —lo retó demostrándole que el rubio, en efecto, nunca recibió la ayuda qur necesitaba —
Eren lo miró con odio antes de perder su mirada en el techo de la habitación mientras su cuerpo se tensaba ante lo nuevos tactos en su piel, sintiendo las manos frías pasearse por su pecho con un deseo impotente, lujurioso.
—¡Alguien ayúdeme! —no resistió, se acobardó pidiendo ayuda al verse atrapado —¡Por favor, alguien ayu...—
—Guarda silencio, nadie va a venir a estas horas... —
Trató de quitar la mano que tapaba su boca, sofocando sus palabras, atragantándose con su propia saliva, dejando escapar, finalmente, lágrimas al verse encerrado, a merced de algún desconocido que quería aprovecharse de él cuanto pudiese.
—Debiste protegerlo más, incluso ahora, él sufre por tu culpa... —aseguró sin interés —sigues siendo igual Eren —su voz lo atormentaba más que el tacto en su piel —
Eren dejó que lo tocara cuanto quisiese, reprimiendo los gritos entre los forzados besos que recibía de aquél desconocido, lastimándolo entre mordidas con sangre corriendo de sus labios, saliva chorreando de su boca entre jadeos dolorosos y lágrimas llenas de miedo y desesperación.
Sintiéndose como un prisionero a merced de aquél desconocido que lo domaba en un cuerpo que él conocía perfectamente, odiaba imaginar que era Armin quien lo torturaba de esa forma, que era su cuerpo el que le hacía travesuras dolorosas, el que le hacía callar sus gritos entre besos forzados al punto de atragantarse con su propia saliva, el que le hacia sentir miedo y llorar en silencio.
Tosió por culpa de la saliva, apretando los ojos al sentir sus toques más bestiales, arrancándole las ropas sin descaro, soltando quejidos más fuertes que eran callados por su propia ropa entre sus dientes como una mordaza, esa persona, sabía controlar a sus presas.
Fue entonces que se dió cuenta que no podría escapar, estaba en la jaula, nadie lograría sacarlo, ni siquiera su mejor amigo, quien era controlado por alguien que no era él, estaba perdido, y él a merced de un desconocido, dejando que lo utilizara sin poder detenerlo.
—¿Qué sucede Armin, no te agrada ver a Eren así? —
Habló mirándose a sí mismo con la sonrisa oscura, Eren lo miró con esperanza de que su amigo regresara, deseando que fuera, incluso el rubio, quien lo mantuviera de esa forma y no aquél extraño, quien miró con odio la puerta al escuchar golpes detrás de ésta.
—¡Ey, Eren, ¿estás ahí?! —logró reconocer la voz de Jean —¡Jaeguer contéstame! —le gritó molesto golpeando nuevamente la puerta —
Eren gritó, gritó con desesperación aún con la mordaza en su boca, removiéndose en su lugar tratando de safar sus muñecas de las manos que las apretaban con fuerza, mirando la puerta como su única esperanza de salir de ese horrible castigo.
—Guarda silencio si no quieres que Jean salga perjudicado también... —lo amenazó en su oído, haciéndole estremecer —
Cerró sus ojos tratando de retener las ganas de gritar y escapar, no quería que nadie, incluso la persona con la que siempre peleaba, pasara por lo mismo que él, así que calló, esperando que el ojimiel se fuera, sin percatarse de lo que le estaba ocurriendo.
Escucharon los pasos retirándose del lugar entre quejas, el rubio sonrió triunfante, Eren lloró sin remedio, dejó que jugara nuevamente con él a su merced, ahogando sus gritos, matando toda esperanza.
—Dí mi nombre Eren... —ordenó sacando por fin la mordaza mojada de su boca —fuerte y claro... —sonrió acariciando los cabellos castaños —
Lo miró inexpresivo, dejando ver los brillantes cabellos rubios caer sobre el rostro parcialmente diferente, dejando ver las orbes oscuras que alguna vez admiró, la media sonrisa que adornaba, al ahora, extraño rostro de su amigo con cierto temor, sin nada que pudiera salvarlo ni a él ni a su amigo.
—Berthold... —soltó por fin con dificultad, como si de eso dependiera seguir viviendo —
El contrario sonrió triunfante, levantándose finalmente, dejando sobre el suelo a su presa desarmada sin fuerza alguna para luchar, mirándolo con satisfacción, limpiando los labios ajenos con emoción.
—Armin, hagámoslo después con alguien más —sugirió mirándose a un espejo —
Podía notarse, claramente, el reflejo del hombre presente, el que fue el más alto de todos, encima del rubio, quien lloraba desconsoladamente, dejando ver el dolor de romper la voluntad de su mejor amigo.
—¡Te lo regresaré por ahora Eren, después seguiré jugando! —le advirtió mientras sacaba de su chaqueta un pequeño cuchillo —pero no de forma limpia —le advirtió al tiempo que enterraba el cuchillo en la palma contraria —
—¡¿Qué haces?, no lo lastimes! —le gritó entre súplicas agudas por culpa del dolor de sus entrañas-
La sangre escurría por el cuerpo de Armin sin intención de regenerarse, manchando el suelo de sangre, tirando el cuchillo cerca del castaño, quien sólo miraba a su amigo, realmente agonizar.
—¡Nos vemos Eren! —habló desapareciendo del cuerpo que caía al piso herido y cansado —
—¡Armin! —con dificultad se acercó a su lado, notando que sus heridas comenzaban a sanar lentamente — ¡Armin! —lo llamó al notar el regreso de sus orbes azules —
—Eren perdóname, yo... —su voz recuperó su tono, era él, no había dudas, podía leer culpa y miedo a la vez —
Lo abrazó, lo atrapó entre sus brazos con sumo cuidado de no lastimarlo, queriendo protegerlo del hombre que lo acechaba en su mente, demostrándole que no había sido él, el responsable de su horrible castigo, si no alguien que ahora formaba parte de él.
—¡No volverá a atacar, desde ahora te protegeré no importa que! —le prometió, aún con cierto temor del extraño —¡lo prometo Armin! —lo abrazó con más fuerza —
Armin tan solo asintió, dejándose atrapar por el calor de Eren mientras trataba de guardar sus palabra e ignorar las que el ser de su mente repetía una y otra vez.
"¿Vamos a jugar otra vez? ¿Qué tal con Jean esta vez?"
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¡Espero les haya gustado, nunca había escrito algo así pero a mi me encantó, cualquier comentario es bien aceptado!
La idea era que Berthold controla a Armin y busca la venganza por medio de, ya saben, como una posesión de mente, cuerpo y alma. Sabemos que esto evidentemente no ocurre, pero debía explicar algo como la posesión en este sentido, y se me ocurrió aplicarlo en un titán cambiante, que original jajaja.
¡Gracias pot leer esta locura, que vaya que lo fue, aun así, espero les haya entretenido (?)!
Nos vemos pronto 💖
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