💙 EreMin week - Día 6: Infancia 💛

¡Hola, vamos por el penúltimo día de este reto EreMin week 2021! 💛💙

Agradezco mucho sus lecturas y comentarios, espero hayan disfrutado de esta semana con mis fics tanto como yo.

🌊 Capítulo sobre la shipp EreMin
🌊 ⚠️ La historia se basa en la trama original de SNK, NO contiene spoilers.
🌊 Historia narrada en 3ra persona.
🌊 Contenido yaoi no explicito.
🌊 Créditos respectivos al artista de la imagen utilizada, así como al creador de la trama original y los personajes, Hajime Isayama.

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Palabra: Infancia

Hace alusión a aquellos días en que Eren y Armin eran pequeños, recordando esa promesa infantil que los mueve a sentirse niños otra vez.

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Recordar aquellos días era nostálgico.

Sus días caminando por las estrechas calles, escuchando el ruido de los mercados y mirando el cielo por primera vez.

Pronto, aquello fue natural, no necesitaban admirar como la primera vez lo común, sino que indagaban más allá, en cosas que aún desconocían.

Porque eran bastante ignorantes.

—Creer que realmente existían árboles gigantes —

Eren y Armin conversaban amenamente tras su merienda, con el día libre, aprovecharon el tiempo de charlar como antes, solo que había un detalle.

La visita de una familia visitando a uno de sus compañeros les hizo recordarse a sí mismos en los niños pequeños, miraban todo con asombro y saludaban a los soldados como dioses, esa inocencia les dió nostalgia.

—Crecer es más terrible de lo que pensé —

Eren cambió el tema, no sin antes reírse por el comentario de Armin, al recordarse a sí mismo anonadado de ver las gigantes especies arbóreas, no lo creía.

—Si... —Armin suspiró mirando a la familia, específicamente a los niños —ojalá pudiésemos recuperar esa inocencia —

La melancolía fue presente en ellos, los vívidos momentos de los ayeres seguían presentes en su corazón y mente, pero sin duda, el tener que madurar tan pronto, por las situaciones, era el castigo más cruel siendo niños.

Sus ojos brillaron al mirar a los niños pequeños corretear a un ser alado, se recordaron riendo mientras corrían por los campos verdes persiguiendo, de igual manera, a un ser alado al que llamaron  «insecto».

—Que recuerdos... —Eren suspiró siguiendo el correteo de los niños con sus ojos antes de mirar a Armin —

—Recuerdo que ese día te caíste y rodaste unos segundos —Armin no pudo evitar reír ante su comentario al recordarlo —

—¡Oye! —expresó molesto antes de contagiarse de la risa de Armin —y por mi culpa te jale y ambos terminamos llenos de tierra —sus risas fueron más estridentes —

—Asustamos al insecto y nos estampamos con uno de los árboles —Eren asintió y sonrió divertido mientras Armin seguía riendo —

—Mamá nos dió una gran reprimienda al regresar —

Ambos recordaron la expresión de asombro y enojo de Carla una vez de vuelta a casa, molesta de tener que poner el agua caliente para un baño y limpiar las prendas, como castigo, decidieron no comer de las galletas de manzana.

—Recuerdo envidiar a mi padre por comerlas en nuestra cara —señaló Eren divertido mientras Armin reía cómplice —

Su ambiente seguía siendo melancólico, sin importar las risas emitidas o sonrisas soñadoras, la tristeza era evidente cuando se tocaba el tema del pasado, por el hecho de mencionar a los adultos que ya no estaban más, fuera del recuerdo de su infancia, era lo que habían perdido con ella.

Se encapsularon en los recuerdos propios, Armin con sus ideales de conocer más allá una realidad que, creía, no conocería el terror de frente, solo por querer ver paisajes irreales que sabía que existían en algún lugar muy lejano.

Eren, no solo se recordaba a sí mismo como un tremendo soñador firme en su decisión, sino en esos momentos de familia donde sus padres le brindaban todo el cariño y comprensión, ahora solo quedaban en recuerdos y solo Mikasa seguía con el.

Además de Armin, claramente.

Ambos suspiraron por inercia, la vida al madurar era terrible sino es que hasta triste, pero al menos, al mirarse nuevamente, el brillo en sus ojos les reflejó algo más, un recuerdo vívido que no debían olvidar aún.

Se tenían entre ellos, como hermanos y amigos cercanos.

Eso era suficiente para soportar la madurez que habían alcanzado.

Juntaron sus manos como hacían de niños, se miraron cómplices y sonrieron entre sí como si estuvieran planeando una travesura, aunque no era así.

—Prometimos cazar un día una mariposa para verla de cerca —recordó Eren al ambos salir al exterior de la sede —¿buscamos una? —cuestionó divertido —

—¿No estamos ya grandes para eso? —preguntó Armin divertido, Eren alzó los hombros en respuesta —

—¡Que importa, aún no hemos visto una de cerca, ¿o si?! —la idea era tentadora, esa aventura infantil volvía a renacer dentro de ellos —

—Tienes razón —Armin sonrió como el día que se prometieron aquello —

Para Eren, recordar aquella imagen de su amigo más pequeño, a una edad de 9 años, fue alucinante, porque su pequeño niño interior seguía presente cuando hablaban sobre el mundo y sus incógnitas, el descubrir y explorar más cosas allá fuera, revelar la verdad de un libro antiguo y prohibido.

Era bastante tentador sin duda, más que emocionante, y una promesa que ellos de niños se prometieron cumplir algún día.

Su ida al bosque, buscando algo, fue interrumpida al encontrarse con los pequeños niños haciendo lo mismo, buscando en el cielo al ser alado que perseguían sin cesar, los menores les sonrieron antes de proclamarles «héroes» por ser solados uniformados.

—¿Buscaban algo? —Eren preguntó de forma obvia, pero el resplandor de los niños fue suficiente para motivarlo un poco —

—¡Era algo que volaba, tenía colores bonitos! —el otro niño más pequeño describió al ser de forma maravillada —

Mentiría si dijera que Armin y Eren no se enternecieron con los niños, pues descubrieron que, fuera de su ignorancia, su forma de ser era como verse a sí mismos algunos años atrás, en donde nada importaba en realidad.

—Ya veo, buscaban una mariposa —Armin respondió en un murmullo con una sonrisa melancólica, colocándose a la altura de los niños —

—¿¡Mariposa?! —el brillo en sus ojos fue mágico, iluminados por conocer la nueva palabra —

Eren asintió, tomando la misma postura que Armin a su altura, los niños parecían revolotear al agitar los brazos llenos de emoción, mirando sus alrededores buscando al ser alado con dicho nombre.

—¿Y si lo buscamos juntos? —sugirió el castaño al ganarse la sorpresa de Armin por su propuesta, los niños asintieron dando gritos con brinquitos — 

Armin volvió a ser cómplice de Eren, y junto a los niños, emprendieron la marcha nada lejana buscando entre los árboles al ser alado que revoloteaba a escondidas de ellos, contagiados por la risa de los niños, ambos soldados disfrutaron del paseo a su lado.

Era como volver a ser niños por un momento, y eso estaba bien.

El tiempo fue su aliado, y en poco tiempo, Eren alzó su mano para lograr que la famosa «mariposa» se posara entre sus dedos, creyendo que eran ramas, todos admiraron al animal con asombro y un brillo de curiosidad.

Sin duda, los colores de sus casi trasparentes alas eran hermosos, desde tonos rosados al azul nocturno, con su cuerpo recubierto de pequeñas vellosidades diminutas de color café, sus patas firmes a la piel del castaño, era un animal increíble y hermoso.

—¡Es bonita! —

—¡Increíble —

Los niños expresaron su emoción en gritos de alegría una vez el insecto emprendió su vuelo, ambos soldados asintieron y se guardaron su emoción por madurez, internamente, probablamente, estarían gritando de emoción de haber cumplido su promesa.

El regreso a la sede fue ameno, llevando a los niños de vuelta con sus familia entre risas y anécdotas bastante infantiles, pero todos estaban más que satisfechos, ellos sin duda más, pues finalmente su promesa estaba hecha.

—Gracias Eren —Armin debía agradecerle, esa promesa de meñique se había cumplido gracias a él después de todo —

—No Armin —tomó su mano como en aquellos tiempos — fuiste tú el de la promesa, así que gracias también —

Ambos sonrieron, apretando un poco el agarre de sus manos, era una confirmación a una promesa cumplida después de ser niños, pero qué importaba, lo habían logrado.

Después de todo, aquella tarde resurgió su yo interior perdido en los ayeres, sonriendo y divirtiéndose como hace tiempo.

No importaba cómo cumplir las promesas, incluso siendo adultos, una promesa de meñique no podría romperse, y esa tarde ellos cumplieron una de muchas.

Podían ser soldados y gente madura, pero en el fondo, eran niños que seguían recurriendo al pasado para revivir su infancia.

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Y así termina el penúltimo capítulo, honestamente es uno de mis favoritos y más tiernos 💙💛

Espero que les haya gustado, espero sus comentarios sobre lo que les pareció, muchas gracias por leer.

Este escrito se lo quiero dedicar a mi pequeña:
aymiki-chan  Confírmame si me pase de diabetes y azúcar de amor con ellos, no sabía que escribir 💕

Y también a estas personitas que me han comentado y seguido a lo largo del tiempo, muchas gracias ❤️
y-yumiko
Kujomi18

Nos vemos mañana con el último escrito de este reto 🥺💛💙

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