"Te amo"


Era una noche pacífica de verano, Las Praderas se encontraban tranquilas y la manada dormía plácidamente en su acogedora cueva, entre la oscuridad del lugar los ojos azul-verdosos de una de las tantas leonas se abrieron de repente observando cautelosamente su alrededor. Se levantó con sigilo, todos parecían estar dormidos, silenciosamente comenzó a salir del lugar. Ya fuera, una fresca brisa nocturna la recibió, un pequeño alivio del caluroso sol de la mañana.

La leona descendió la Roca y emprendió la marcha hacia un lugar  no muy lejos de allí, al llegar una pequeña pero hermosa laguna fue lo que sus ojos apreciaron. Se sentó frente a ella observando su reflejo, bebió un poco de agua y suspiró. La luna estaba llena y las luciérnagas comenzaban a alumbrar el lugar haciéndolo cada vez más bonito.

-es una hermosa vista ¿no?- una voz masculina se escuchó detrás de ella provocándole un sobresalto;  volteo su vista para ver de quien se trataba, al ver que solo era su amigo sobre unas grandes rocas se calmó.

-así es.- contestó.

El macho se bajó de las piedras en las que estaba recostado para hacercarce hasta donde se encontraba la hembra, se sentó a su lado y la miró. - sabes que no me refería específicamente a la vista ¿verdad?-

Ella sonrió y lo miró a los ojos.- lo se.-

El pozo su pata sobre el mentón de la leona, acariciandolo sutilmente.- es una pena que él no te valore como mereces.-

-no hablemos de él ¿sí?-

-de acuerdo.-

Silencio. Ninguno de los dos dijo otra palabra, no lo necesitaban.
Él observaba los grandes y brilloso ojos verdes de la leona, tan hermosos como el manantial. Ella, cautivada por la negra melena de su amigo, no podía apartar los ojos de su silueta. Ambos se encontraban muy cerca del contrario, ya lo habían estado antes, pero no al punto de poder sentir la respiración del otro que inconscientemente los relajaba.

El macho, con los labios entre abiertos, observó los de ella que se encontraban en la misma posición. Volvió su vista a sus ojos.-¿puedo?-

-sí, puedes.-

Lentamente se fue acercando, pego sus labios con los de ella en un suave roce sintiendo como si pudieran tocar el cielo, se suponía que eran amigos ¿estaba bien lo que hacían? No les importaba eso ahora. Poco a poco profundizaron el beso, ya no era solo un simple roce sino una absoluta demostración de amor, pasión y deseo que ambos sentían.

...........

-te amo, Nala.- dijo el macho tendido en el suelo.

-y yo a ti, Malka.- contesto ella que se encontraba sobre él, para luego besarle como muestra de amor.

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