Meow
El joven príncipe Kion decidió salir a caminar en las tierras de su padre para pasar el rato, después de todo, no tenía ninguna responsabilidad en esos momentos. Desde que la guardia se disolvió por aquella pelea, sus días han estado muy tranquilos y eso le agradaba.
Mientras caminaba algún que otro animal le saludaba, algunos con alegría y otros con cierta molestia, y es que, no a todos les había caído bien la noticia de que la guardia ya no seguiría protegiendo Las Praderas. Nadie sabía en realidad que había sucedido, los rumores corrían entre ellos, pero solo la guardia y, tal vez, los reyes sabían lo que había pasado.
El macho divisó en el cielo un pájaro azul de exuberante pico anaranjado y dedujo rápidamente de quién se trataba.
-¡Zazu!-
El nombrado escuchó su nombre de inmediato, y descendió al suelo al saber de quién provenía la voz. Una vez ya delante del felino hizo su típica reverencia.
-Buenas tardes, joven Kion ¿en qué puedo ayudarle?– preguntó el emplumado.
–Ya te he dicho que dejes tus formalismos conmigo, Zazu.– recriminó Kion divertido.
–Lamento decirle que no puedo, es el protocolo.-
Kion rodó los ojos y negó con la cabeza.–Ya que, no puedo hacer nada contra eso.– Zazu sonrió victorioso.
–¿Me necesitaba para algo más? Porque debo llegar con su padre y darle el informe de la tarde.–
–Oh, sí, solo quería saber si no has visto a los ex guardianes, no quisiera encontrarlos.– "los ex's guardianes", así era como Kion nombraba a sus "amigos" luego de la pelea.
–No, no los he visto por esta zona, así que puedes seguir tranquilo con tu caminata.–Kion sonrió al escuchar tales palabras.– Sin embargo...– el emplumado cerro, el pico rápidamente, no estaba seguro si debía decir lo que había visto o no. Kion notó la actitud del mayordomo real y enmarcó una ceja.
–Zazu, ... ¿Qué has visto?– su tono cambió a uno más serio, y el ave juro haber escuchado el tono de Simba por un momento.
–está bien, te lo diré, pensaba comentárselo primero a tu padre, pero creo que hablé demás. – Kion puso más atención. – mientras volaba divisé a una cría bastante inusual, parecía la de chita pero más grande. Sin embargo, la única chita que conozco es Fuli y no he tenido ninguna noticia real sobre alguna visita en particular.– terminó.
Kion quedó pensativo –comprendo, intentaré averiguar algo sobre lo que me dices, ¿recuerdas en donde viste a la cría?–
–claro, estaba cera de los pastizales.–
–muy bien, iré para allá.–
–y yo le avisaré al rey sobre ello.‐ dijo, comenzando a elevarse del suelo.
–espera Zazu, no se lo comentes aún, voy a averiguar de que se trata y luego yo se lo diré.– dijo serio.
El ave suspiró, pero acepto el acuerdo para luego volver a su ruta habitual. Kion, por su parte, se dirigió al lugar que Zazu le indicó para intentar encontrar a la extraña cría y saber quiénes eran sus padres.
Una vez llegó no la vio por ningún lado, la busco por unos minutos, pero sin suerte, cuando ya estaba por desistir y volver por donde vino, un sonido particular llamó su atención.
"Meow"
El macho siguió el maullido con cautela, hasta que pudo observar bajo sus patas delanteras a una pequeña cría. Era cierto, parecía de chita por aquellas manchas que llevaba, pero ¿podía estar seguro de que así lucían las crías de chitas? Después de todo nunca había visto a una. Aunque el tamaño de esta... se asemejaba mucho a las crías de las leonas. Kion comenzaba a dudar cada vez más sobre qué tipo de animal sería, hasta que noto algo muy particular en ella.
Se agachó a la altura de la pequeña y pudo verlos mejor.– hey... tus ojos…?– uno verde y otro rojo, bastante inusual para él, aunque lo más igual para él era que le hacían acordar a alguien.
–pequeña, ya vol... vi–la voz de la felina cambió rotundamente al ver al príncipe.
Kion notó rápidamente la presencia de la hembra en el lugar, así que decidió levantarse del duelo para estar a su altura.–Uh, oh, hola Fuli.– saludo con nerviosismo el pelirrojo, no había hablado o visto a la felina desde la pelea, volver a hablar con ella se le era extraño.
–Hola.– la voz de ella era fría y cortante, no estaba muy feliz de volver a ver a su "amigo".
–Amm, yo... solo, solo vine a investigar, Zazu me contó de la inusual cría y le dije que averiguaría sobre ella, encontrarte aquí fue solo una casualidad.– se defendió él.
–Claro, solo por la "inusual cría".– comentó ella y acto seguido tomó a la pequeña y comenzó a caminar. El pelirrojo quedó extrañado ante lo realizado por la chita y decidió seguirla.
–oye, emm, tú... sabes de quién es?– preguntó mientras le seguía por detrás.
Fuli rodó los ojos ante tal pregunta, no pensaba que Kion podía ser tan tonto. No respondió, camino un poco más hasta llegar a su hogar, en donde dejó allí a la beba para que pudiera alimentarse.
El príncipe, al notarlo, comprendió.
–Ooh, entonces es tu hija...-
Ella suspiró. –Sí, Kion. Hasta que te das cuenta.–
–Oye, no necesitas decírmelo así. –
–Como sea.–
Kion suspiró cansado, ¿desde cuándo Fuli se volvió así?
–¿quién es el padre?– preguntó sin más, con la intensión de sacar conversación.
Fuli lo miró de arriba a abajo, su expresión dejaba en claro que no se creía la pregunta del macho.–Hasta tengo que explicarte que es tu hija, Kion. ¿No puedes darte cuenta?–
Kion tragó saliva. –como que...–los recuerdos volvieron rápidamente a él, ahora todo estaba más claro. –No puede ser, yo no pensé ¡Oh mierda!–se quejó.
–¡Hey, lenguaje! Te recuerdo que hay una niña aquí.– le reto su "amiga".
Kion bajo sus orejas.–Lo siento..., pero... porque no me dijiste.–
–Después de la pelea, me quedo claro que eres un irresponsable, no iba a dejar a mi hija con alguien así. Además, deberías agradecerme, te saque una posible carga u deje tu pellejo limpio.–
–¿a qué te refieres?–
–"el príncipe Kion, segundo hijo de los reyes, líder de la Guardia del león, protector de Las Praderas..." y la lista sigue, ¿ya te das una idea?– nombro sin ganas.
–Fuli, por favor, eso no tiene nada que ver, estamos hablando de una cachorra, de tu hija y... mía.– le intento convencer el macho.
La felina miró a su hija con ternura, quien ya yacía dormida a su lado, lamió su cabeza con cariño y volvió su vista a su "amigo".–Ya no hay caso Kion, sigue con tu vida y yo sigo con la mía.–
–Fuli, es mi hija.–
–y que harás, ¿dejarlo todo y criar a tu hija junto a mí?– le pregunto con enfado, pero sin levantar demasiado la voz.
Kion se sentó en el suelo y miro el horizonte.–¿qué hacemos?–
–no lo sé...
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