¡Me gustas! ¡Estoy enamorado de ti!
Dylan vio de reojo que se acercaba Thomas con el ceño fruncido, tomó su mochila y salió de inmediato.
-¡Me gustas mucho, Dylan O'brien! –Thomas le gritó a Dylan, quien paró en seco al escucharlo.
No sabía como reaccionar y no quería voltear, un leve sonrojo se formó en sus mejillas, no, no debía sonrojarse, ese ya era el colmo.
Thomas por su parte se acercaba más a él.
-No sé que estás pensando, pero si, me gustas y debía decírtelo. Me gusta tu cabello y contarte los lunares, me gusta cuando me prestas tu sweater cuando hace frio, me gusta tu olor, me gusta cuando eres atento y me escuchas, sabes que me gusta y que no. Las pequeñas escapadas por las noches para ir a nuestro lugar favorito a compartir nuestro gusto de música y leer comics. Me gusta cuando me dices que te hacia falta y me extrañas, me encantas ¿si? Tarde un año en darme cuenta de eso pero últimamente –se quedó en silencio, Dylan aun seguía sin voltear- ¡Dime si te gusto para dejarlo de una vez y así me dejas de estar confundiendo!
Se tocó la mejilla, estaba hecho un mar de lágrimas, le costó expresar lo que sentía y pensó que lo había hecho mal, esperaba la reacción de Dylan, un suspiro, que se volteara, alguna señal, nada, seguía quieto en mismo sitio, eso lo atormentaba. Él estaba raro las últimas semanas, no contestaba sus llamadas y lo evitaba en los pasillos del instituto, no iba a su casa a nada, se sentía pésimo, incluso él se alejó, para procesar y controlar lo que sentía, lo escribió en una hoja y se lo diría.
-Yo...
-¡Bah, olvídalo! ¡Sabia que solo jugabas al enamorado conmigo y yo de estúpido caía en tus encantos! Aun así, te quería decir eso, no me importa si me rechazas, entenderé, pero no quiero perder tu amistad solo por algo como esto, solo quiero que volvamos hacer los chicos de antes.
Se dio la vuelta y siguió su camino, más lágrimas cayeron y él se las quitaba con brusquedad, su corazón partido en trozos diminutos. Sintió que le tomaron el bazo y lo giraron, quedando en frente a un Dylan sonrojado y apunto de llorar, éste lo abrazó y Thomas retrocedió quedando apoyado en la pared. Dylan lo tomó de la cadera con una mano y en la otra el mentón, lo miró a los ojos un momento y unió sus labios con los de el, algo tímido.
-Lo siento tanto, por todo, por como te has sentido. Estaba asimilando muchas cosas y necesitaba espacio y eso incluía no hablarte, si, sé que soy un idiota y tonto por no decirte, te quiero tanto y tengo tanto miedo de perder una amistad tan bonita como la tuya como algo que no sé si será duradero. Me dijeron que esto pasaría, y que el corazón es quien decide, y yo que soy un necio por no aceptarlo, por no aceptar el hecho que estoy enamorado de ti.
Dylan lo miraba atentamente mientras pronunciaba cada palabra, si, ambos se gustaban y ambos tenían miedo.
Thomas como respuesta volvió a unir sus labios, esta vez el beso fue lento y cargado de emociones, Thomas bajó sus manos hacia la cintura de Dylan y lo atrajo más a él, no quería que se fuera, no de nuevo. Si su amistad duró mucho tiempo, su relación durará toda la vida, solo esperaba que nada cambiara y que se trataran como en el principio, como unos pendejos enamorados.
Ay si, que empalagoso.
Bueno, como soy propensa a no terminar una historia, haré one shots pues.
wenas wenas ¿cómo estamos? mal supongo, cuarentena, clases en linea, dylmas medio muriéndose, medio viviendo, no se sabe cuando moriremos, que vaina, bueno si moriremos quiero un beso real dylmas antes, jum.
Adiós tostón.
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