Z-O-M-B-I-E-S (Primera Parte)

Z-O-M-B-I-E-S es la historia de Zed, un zombie optimista que quiere cambiar la manera en la que los humanos ven a los zombies, y Addison, la chica perfecta con el sueño de ser animadora y una gran desesperación por encajar en la sociedad. Cuando se conocen, cambian sus maneras de ver el mundo y Addison hace todo lo posible porque su primo, Bucky, y el resto del instituto acepte que los zombies son tan normales como ellos, pero habrá algunas complicaciones en el camino... Espero que os guste!❤

Nuestra historia comienza en Seabrook, una ciudad perfecta, con habitantes y casas perfectas, con el sol siempre radiante y la gente siempre bien arreglada y peinada. Todo iba genial en la ciudad... Hasta que dejó de ser así.

¿Quién habría pensado que un accidente que involviera soda de limón en la central eléctrica ocasionaría un accidente tan grave como convertir a muchos de los habitantes en zombies? Tiempos oscuros habían comenzado... Nadie se sentía a salvo. Hasta que se construyó una barrera protegiendo la parte Oeste de la ciudad de los monstruos que aterraban a las personas que seguían con esperanzas de vivir en Seabrook en calma y tranquilidad.

Muchas cosas han cambiado desde entonces, como por ejemplo, el hecho de que los zombies ya no son peligrosos... No con su Z-Band al menos, una pulsera que administra dosis de pulsos electromagnéticos calmantes para que ninguno de ellos se salga de control y empiece a comer cerebros de nuevo. Aun así, existen reglas para los zombies todavía, como el toque de queda, o llevar uniformes que los distingan de las personas, pero ellos los hacen ver bastante bonitos. También, hasta no hace mucho, los zombies tenían que vivir solos en su lado de la barrera, llamado Zombietown. Pero todo cambia ahora... El primer día que los humanos y los zombies compartirán el instituto de la ciudad.

Y es aquí donde nuestra historia toma dos caminos.

Primero empezaremos con el chico zombie... Dylan. Un zombie de pelo verde, como la gran mayoría de ellos, y ojos casi negros de lo oscuros que son, la piel pálida, y un gran optimismo por hacer a los zombies encajar en el mundo exterior. Antes de... El incidente, él era el quarterback estrella del equipo de su escuela y piensa volver a hacer lo que más le gusta de nuevo. Vive en Zombietown con su hermana Zoey, que es una zombie de nacimiento y que quiere tener un perro desde que tiene memoria, pero no puede ya que no se les permite por el miedo a que se los coman... Ridículo, sí. También vive con su padre, y en las casas de enfrente, están sus dos mejores amigos, Rosa, una zombie rebelde que quiere iniciar una revolución para que su raza sea aceptada, y Tyler, que sigue intentando aprender a hablar bien la lengua humana.

Sigamos con otro de nuestros chicos... Esta vez humano, pero aun así diferente. Thomas es un chico, supuestamente, rubio, de ojos marrones café, con grandes aspiraciones para ser animador de la escuela, al igual que su primo Will. Está obsesionado con encajar, ya que nació con un pequeño... Defecto, y es que su pelo real es blanco, y el rubio solo una peluca. De todas formas, ha conseguido ocultarlo muy bien, y solo su familia sabe sobre su rareza. Ha pasado todo el verano entrenando para las pruebas del equipo de animadores, que es hoy, y no puede estar más entusiasmado.

- Chicos, ¿no es increíble? – Dice Dylan con entusiasmo mientras él y sus amigos se acercan a la barrera que separa la entrada a la escuela de los humanos y de los zombies. – Hoy es un gran día que va a suponer cosas geniales para nuestra raza...

- Ya, claro... Como si esto fuera a hacer cambios. – Bufa Rosa mientras pone los ojos en blanco.

- No seas pesimista. Este va a ser nuestro año. – Mira al frente e intenta decir algo más pero se queda embobado viendo a un chico rubio muy sonriente entrando a la institución.

- Entra ya, anda. – Rosa le coge de una manga y tira de él hasta dentro, siguiendo al policía que los lleva al sitio donde darán clase. Bajan hasta el sótano donde se encuentran con el que parece el conserje y la directora que los espera asustada. La chica ríe con sarcasmo. – Y tú decías que no íbamos a dar más clases en ningún sótano mohoso.

- Bienvenidos... Al Instituto de Seabrook... – Dice una mujer vestida formalmente con la respiración entrecortada, se nota que tiene miedo de lo que pueda pasar con los adolescentes que tiene delante. – No salgáis del sótano bajo ningún concepto, y no asustéis a nadie, por favor. Ahora, si me permitís... – Intenta marcharse pero Dylan la coge de la muñeca haciéndola gritar un poco, interrumpiéndola.

- ¿Dónde puedo ir para entrar al equipo de fútbol? – Sonríe el zombie y ella traga saliva.

- Oh, y al club de robótica. – Añade Rosa y Tyler gruñe señalando su tuba. – Y el club de música, por favor.

- Sí, Tyler es todo un artista. – Dice Dylan y su amigo toca su instrumento para después gritar "¡Sí!", que es la única palabra que sabe con seguridad en español.

- Oh, lo siento, si cualquiera de estos clubs os hacen dejar el sótano... No podéis. – Se encoge de hombros y se marcha dejándolos con las bocas abiertas y el conserje intentando enseñarles gramática en una clase de Química.

Pero Dylan no se queda contento con lo que les ha dicho la mujer, y sale del cuarto decidido a buscar el sitio donde debe inscribirse para entrar al equipo. Se repite a sí mismo que tiene astucia y sigilo para encontrar al entrenador, pero mientras lo hace, se distrae y se da en la pierna con un poste, haciéndolo poner una mueca de dolor y andar más lento. En ese mismo instante, una estudiante humana sale de su clase y le ve, por lo tanto entra en pánico pensando que no tiene su Z-Band y grita para después presionar el botón de la Z-Alert que hace sonar un sonido muy estridente y todos los humanos salen con miedo, menos los chicos del equipo, que le persiguen, hasta que encuentra una habitación en la que esconderse.

Mientras, Thomas intenta calmar a su nueva amiga Kaya, que ha conocido porque también quiere ser animadora, y que está teniendo un ataque de pánico a causa de la alerta zombie. Quiere llevarla a la habitación segura de zombies (en la que, por cierto, se ha metido Dylan) pero ella no le da tiempo porque sale corriendo de su agarre, así que Thomas entra donde tenía planeado hacerlo con Kaya, pero escucha que hay alguien más ahí.

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? – Pregunta un poco asustado. – Solo quiero avisarte de que, si hay algo más fuerte que mi patada alta es mi patada baja.

- Lo siento, solamente no pensaba que mi primer día iba a ser así... - Le contesta la voz de un chico en la oscuridad, así que no le puede distinguir.

- Oh, ¿no pensabas quedarte encerrado en la habitación segura de zombies con otro chico? – Se ríe el rubio haciendo reír ligeramente a Dylan también, quien se va acercando a él.

- En realidad, sí, eso lo tenía claro. Me pasa todo el tiempo. – Vuelven a reírse. – Es que estoy nervioso... Hoy es un gran día, voy a hacer las pruebas para el equipo de fútbol.

- ¡Eso es maravilloso! – Le anima Thomas, y le hace sonreír con ese pequeño gesto. – Yo también tengo mi primer gran día hoy... Solo que yo quiero ser animador, he estado esperando esto por años. Es decir, sé que entraré. – Se ríe con nerviosismo. – Y cuando lo haga, recuerda que te animaré siempre que estés en el campo. Es como... Mi trabajo. Y estoy seguro de que tú también entrarás así que nos veremos muy seguido.

- Soy Dylan, por cierto. ¿Cuál es tu nombre?

- Thomas. Encantado de... – Intenta terminar la oración pero de repente se enciende la luz y ve a un zombie delante de él. - ¡Zombie! – Le pega un puñetazo haciendo que el chico se aparte un poco y se queje. - ¡Dios mío, lo siento Dylan! Es que mis padres están obsesionados con el odio a los zombies desde que uno intentó morderle la oreja a mi abuelo... Siempre me han dicho que todos son monstruos horrorosos... Pero tú... – Hace una pausa y se queda mirándole maravillado, gesto que el zombie de pelo verde devuelve. – No eres horrible en lo absoluto.

- ¡Aquí estás! – Grita el primo de Thomas mientras entra en la habitación hecho una furia con tres animadores detrás. - ¡Vuelves a tocar a mi primo y te enterarás de las consecuencias! – Le amenaza y se lleva al rubio, que le pide a Dylan perdón con la mirada.

Will y Thomas van juntos a las pruebas de los animadores, lo que hace que al rubio se le alegre un poco la cara. Entra en el pabellón, con la ropa de hacer deporte, y se pone delante de su amiga. Will empieza a dar un discurso sobre todo lo que se necesita para ser animador, y pone la música para que las pruebas den comienzo. Mientras mira y se pasea por el pabellón, descarta a gente sin decir nada. Kaya, al ver el gran número de gente que Will ha descartado, se desanima y se sienta sin decir nada, pero Thomas hace lo que mejor se le da y baila para animar el ambiente y a su nueva amiga, lo que hace que ella sonría y le siga la corriente. Su primo, al ver esto, le entrega los dos pompones que le hacen oficialmente parte del escuadrón de animadores del Instituto de Seabrook. Él, tras un montón de súplicas, convence a Will de que incluya a Kaya también, y los dos celebran que estén en el equipo, pero los animadores veteranos les avisan de que todavía tienen que pasar por la iniciación de esa noche...

Así que los dos amigos esperan impacientes a lo que les espera, pero cuando ven que la furgoneta a la que se suben, la cual conduce uno de los animadores con Will a su lado, les está llevando a Zombietown empiezan a preocuparse. Salen del vehículo y se miran preocupados mientras el primo del rubio le entrega una caja de huevos a este.

- Cada año nos gusta recordarles a los zombies que no aceptamos a fenómenos extraños en nuestro instituto... Tirad un par de huevos a esa casa y sois oficialmente animadores. – Sonríe Will con sorna.

- Parecéis perdidos. – Dice una mujer zombie desde el otro lado de la furgoneta haciendo que el conductor acelere y deje a Kaya y Thomas atrás.

Los dos se esconden al lado de la casa de Dylan, y unos minutos después el chico sale con cara de tristeza, y es normal, ya que le habían rechazado en el equipo de fútbol por su... Condición. Pensaba que no podía estar más decaído, pero cuando ve a Thomas escondido con una caja de huevos, entra a su caja decepcionado dándose cuenta de que no podría haber estado más equivocado.

Thomas bufa enfadado consigo mismo y tira la caja de huevos a la basura.

- No sabía que los zombies vivían así... Esto no está bien. Vámonos. – Le dice a su amiga y los dos se retiran a sus casas en la parte Oeste de Seabrook.

El día siguiente comienza con Dylan quejándose y Rosa y Tyler escuchándolo atentamente mientras entran en el sótano.

- Pensaba que él era ese... Ya sabéis lo que quiero decir. Ese del que os hablan cuando os cuentan las historias de las mariposas en el estómago y todo eso... Veo que solo eran imaginaciones mías. – Agacha la cabeza y Rosa le abraza por detrás, aunque no sabe muy bien cómo lidiar con gente triste, no se le da bien animar a nadie, pero siempre lo intenta.

- ¡Eh! ¡No se permiten humanos en el sótano! – Se queja el conserje y Dylan alza una ceja confundido, pero cuando se gira y ve a Thomas abre la boca con sorpresa.

- Thomas... ¿Qué haces aquí? – Pregunta acercándose a él.

- Yo... Quería pedir perdón. Lo de ayer era la iniciación de los animadores y... O sea, no es que eso sea buena excusa pero... Me di cuenta de que los zombies no deberíais ser tratados así. Lo siento, de verdad. – Dice con los ojos llenos de tristeza y mira para el suelo unos instantes.

- Tranquilo, estás perdonado. – Le contesta cogiendo su mano y acariciándola ligeramente, a lo que el rubio responde con una sonrisa.

- Pensaba que... Es decir, quería invitarte al pep rally de esta tarde. Ya sabes, es mi primer día como animador y quería que me vieras. – Se sonroja el chico y el zombie sonríe de lado ante esa reacción.

- Los zombies no van a pep rallies. – Contesta Rosa sin darle tiempo a su amigo de decir nada y mira a Thomas con burla.

- Lo pensaré. – Dice Dylan ignorando a la chica. Thomas asiente con la cabeza y, muy emocionado, se va a su siguiente clase.

Esa tarde, en el pep rally Thomas no para de murmurar cosas para sí mismo que nadie entiende, ni siquiera su amiga Kaya, sobretodo porque no le está prestando atención, si no a las personas que entran al pabellón para verles.

- Claro que no va a venir, es decir, ¿por qué iba a hacerlo? No creo... – Dice en voz muy baja mientras termina de ponerse el uniforme.

- ¡Hay zombies en el pep rally! – Grita de repente Kaya y tanto Will como Thomas van corriendo a la cortina que los separa del pabellón, solo que Thomas con una sonrisa enorme en su cara.

- Chicos, sacad los palos del espíritu. – Ordena Will a sus animadores estrella y ellos asienten y van corriendo a coger unos palos que echan fuego. Todo esto lo hace con la intención de hacer que Tyler, el zombie que le tiene miedo al fuego, se descontrole por completo y la gente al fin se dé cuenta de los monstruos que son los zombies.

Thomas no puede hacer nada para impedir lo que va a pasar, ya que tiene que salir en ese instante a presentar a su primo, que será, como de costumbre, la estrella, y que dará el discurso de presentación. La música suena y todos empiezan a bailar con alegría, y Thomas también con preocupación. Su primo salta al pabellón, da la bienvenida y sigue con el espectáculo. Todo parece ir bien, hasta que, de repente, Will coge uno de los palos con fuego y lo sacude en frente de la multitud haciendo que Tyler se altere. El rubio nota como Dylan intenta calmarlo pero de nada sirve, ya que este le hace caer, haciendo que la Z-Band de Dylan se dé contra el suelo y en vez de estar controlada esté inestable, lo que provoca que su fuerza de zombie se descontrole.

Thomas en ese mismo momento estaba a punto de girar en el aire impulsado por sus compañeros, y cuando está en las alturas Tyler se acerca a los animadores que se supone que deben de sujetarlo cuando caiga y los asusta, haciendo que no haya nadie para coger al rubio. Dylan nota esto y se preocupa, por lo tanto les hace un placaje a las personas que están por delante de él utilizando su fuerza zombie y corre hacia Thomas antes de que se dé contra el suelo. Cuando lo tiene en sus brazos y sus ojos vuelven a encontrarse haciendo que sonrían ampliamente, sienten que están felices y completos al fin. Ninguno de los dos se había sentido así jamás, pero no les molesta en lo absoluto.

- Hola. – Susurra el zombie sin aliento por lo rápido que ha corrido. Le aparta un pelo de la cara a Thomas haciéndole reír ligeramente.

- Hola. – Le contesta sin que su sonrisa se desvanezca, pero por desgracia, alguien les interrumpe.

- ¡Tú y yo tenemos que hablar! – Grita el entrenador señalando a Dylan. Los dos se miran una última vez, suspiran y el zombie va corriendo detrás del hombre hacia la oficina de la directora.

- Directora Lee, puedo explicarlo...

- Shh, el entrenador te quiere en el equipo. – Sonríe la mujer interrumpiendo a Dylan.

- ¿De verdad? – Pregunta sonriente pero entonces recobra la compostura y se aclara la garganta. – Solo entraré si hay algunos cambios.

- De momento no has ganado ningún partido, O'Brien. – Le contesta y él se queda boquiabierto. – Pero aun así, como acto de buena fe, dejaré que los zombies coman en la cafetería. A medida que vayas ganando cumpliré tus exigencias.

- ¡Es usted la mejor, directora Lee! – Grita Dylan y la abraza haciendo que ella sonría ligeramente.

Ese mismo día, todos los zombies van juntos a su rincón en la cafetería, al lado de la basura, con su comida no demasiado rica, pero Dylan se sigue repitiendo que es lento, pero sigue siendo progreso. Mientras que el chico se sienta, Thomas le observa desde la lejanía embobado, pensando en lo mucho que le gustaría sentarse ahí con él.

- ¡Thomas! – Kaya chasquea sus dedos en frente de la cara de su amigo para que despierte de su ensoñación. – Llevo llamándote como cinco minutos y sigues ignorándome.

- Mi corazón está acelerado y mis manos están temblando y sudorosas. – Susurra con una sonrisa apoyando su cara en su mano y su codo en la mesa.

- ¿Tienes la gripe? – Pregunta la chica preocupada.

- No. Es Dylan. Me gusta Dylan. – Responde con seguridad sin dejar de mirarle, pero de repente tiembla y vuelve a la realidad. – Eso es malo, ¿verdad? Quiero decir, mis padres se asustarían tanto... ¿Seguimos siendo amigos? – Pregunta preocupado.

- Por Dios, claro que sí, Thomas. Es solo que no quiero que nadie te rompa el corazón... – Dice Kaya y luego se gira mirando con miedo la mesa de los zombies. – O lo devore.

- Ni siquiera creo que recuerde mi nombre, no es para tanto... - Susurra tristemente el rubio.

- ¡Thomas! – Le saluda entonces el zombie con una sonrisa y toda la cafetería se queda muda.

- No debo ser grosero, ¿no? – Le dice Thomas a la pelinegra con una enorme sonrisa para después levantarse a hablar con Dylan. – Hola... Como dicen en la vieja lengua zombie "gazar nady garzane garsick".

Todos en la mesa empiezan a reírse de Thomas y el chico rubio mira a su amigo confundido y preocupado esperando que este lo ayude.

- Acabas de darme las gracias por untar mantequilla de cacahuete en tu paraguas. – Le contesta con una ligera sonrisa y los dos se ríen de la estupidez que acaba de decir.

- Quise decir... Bienvenidos a la cafetería.

- Gracias. – Le sonríe Dylan y Rosa los mira extrañada.

Tyler hace un sonido extraño en lengua zombie y le entrega a Thomas una rosa hecha de hojas de lechuga haciendo que Thomas se sienta un poco más confiado en esa mesa.

- Muchísimas gra... — Intenta decir el rubio pero un par de animadores le agarran con fuerza y no le dejan seguir con la conversación.

- Mira, tu primo no va a estar contento de que hables con fenómenos como ellos.

- A menos que tú también seas un fenómeno... Will dijo que había algo diferente sobre ti. – Sonríe con malicia un chico animador. - ¿Es que tienes una pierna más larga que la otra? ¿O usas lentillas? ¿O...?

- No, no, chicos, soy exactamente igual que vosotros. No soy diferente. – Niega Thomas nervioso.

- Bien. Entonces deja de hablar con ellos. Las personas como nosotros no hablan con zombies. - Dicen y se marchan tan rápido como han venido.

Thomas se dirige al único sitio que cree que le puede animar en ese momento, que es la vitrina de trofeos de los animadores, y aunque piensa que necesita estar solo, sabe perfectamente que un poco de compañía de su persona... O bueno, zombie favorito, no le vendría nada mal. Y como si Dylan leyera su mente, se encuentra a su lado en menos de un minuto.

- Un lugar perfecto para un picnic, ¿eh? – Bromea y le vuelve a entregar la rosa que le ha hecho Tyler.

- Siento no poder sentarme contigo en el almuerzo... Tenía muchas ganas, pero...

- Tranquilo. Tal vez algún día. – Le interrumpe con una sonrisa leve y los dos suben las escaleras.

- Es que mi primo, y todos aquí son tan... Ugh, no entiendo porque no pueden aceptar el hecho de que sois tan normales como nosotros. Aquí no aceptan a nadie que sea diferente... - Susurra el rubio con tristeza.

- ¿Y tú como lo sabrías? Eres perfecto. – Le contesta con una sonrisa y un ligero color rojo en la cara.

- Nací con el pelo blanco. Esto es una peluca. – Dice rápidamente sabiendo que se arrepentirá si se lo piensa un segundo más, y siente que Dylan merece saberlo.

- ¿Puedo verlo? – Pregunta acercándose.

- ¡Jamás! – Chilla Thomas con miedo. – Lo siento, es solo que... Es mi mayor complejo.

- No pasa nada... Lo entiendo.

- Gracias por salvarme en el pep rally de todos modos. – Cambia de tema el chico.

- ¿Bromeas? Ha funcionado para todos. ¡Ahora estoy en el equipo de fútbol!

- ¡Dylan, eso es maravilloso! – Chilla Thomas emocionado y le abraza con mucho cariño sorprendiendo al zombie.

- Si todo va bien algún día nos podrán ver en público... – Susurra el peliverde con Thomas aún en su pecho mientras le acaricia el cabello.

- Eso sería... Wow. – Contesta separándose poco a poco, y cuando los dos oyen como un par de personas se acercan dónde están ellos, salen corriendo cogidos de la mano al cuarto seguro de zombies.

- Aquí es donde nos conocimos... – Dice Thomas admirando la habitación, aunque solo sea un sitio oscuro. Pero es su sitio oscuro con Dylan, y eso lo convierte en algo especial.

- Y donde me pegaste por primera vez. – Se burla Dylan y saca una especie de libro de na estantería para luego encender una lucecita y comenzar a cantar.

Parte de Dylan/Parte de Thomas/Parte de ambos

Sé que suena extraño, pero, ¿lo has escuchado?

Creo que sí lo he hecho...

Un chico y un zombie.

Oh, cuéntame algo más, suena a una fantasía.

Nada podría ir mal con un zombie y un chico.

Tú eres de un maravilloso lugar, y yo vivo en el otro lado de la ciudad.

Tengo un presentimiento, ojalá llegues a conocerme...

Desde el principio me atrapaste ya, y algo me trajo de vuelta a la vida.

Tengo un presentimiento, ojalá llegues a conocerme...

Algún día, esto podría ser ordinario.

Algún día, haremos de esto algo extraordinario.

Tú y yo mano a mano, fuera, a la luz del día.

Si se ríen les diremos,

Algún día algo seremos.

Primero, quiero decir que este One-Shot lo dividiré en tres partes porque me ha salido larguísimo y como es mi película favorita de Disney lo estoy haciendo con todos los detalles jeje espero que no os moleste que sea largo.❤ Y segundo, la canción original que cantan es Someday, es en inglés y esta versión la he traducido yo para que se os haga más fácil entenderla, pero si queréis escuchar la canción (y ver la película, que está muy bien) os lo recomiendo muchísimo, toda la banda sonora es maravillosa pero esta canción te roba el corazón desde el primer segundo. Y como siempre, me despido hasta mañana, o si Dios quiere hoy por la tarde, que es cuando subiré la segunda parte del One-Shot.

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