goku y tn

Era un día tranquilo en el Monte Paoz, el hogar de Goku. Habías venido a visitarlo después de un largo tiempo sin verlo, y te recibía con su característica sonrisa radiante. El sol brillaba alto en el cielo, y el aire estaba lleno de la fragancia de las flores silvestres. Los pájaros cantaban alegremente, creando una atmósfera pacífica y relajante.

Goku, siempre entusiasta y lleno de energía, te llevó a su lugar favorito en la montaña, un claro rodeado de árboles altos y con una vista espectacular del valle. Mientras caminaban, conversaban sobre sus aventuras y cómo ambos habían estado ocupados. Cada paso que daban juntos te hacía sentir más conectada a él y al hermoso entorno natural.

—Me alegra mucho verte —dijo Goku, tomando tu mano con una calidez sincera—. Siempre es mejor cuando estás aquí.

Sonreíste, sintiendo que el corazón se te llenaba de felicidad. —Yo también te he extrañado, Goku. Es increíble estar aquí contigo.

Mientras subían por el sendero, Goku te contaba emocionado sobre sus entrenamientos y batallas recientes. Sus ojos brillaban con entusiasmo mientras relataba sus encuentros con oponentes poderosos y cómo había superado nuevos desafíos. Admirabas su dedicación y valentía, pero también te preocupaba su seguridad.

—Goku, siempre me asombra lo fuerte y valiente que eres, —dijiste—. Pero, por favor, prométeme que siempre tendrás cuidado.

Goku asintió, apretando suavemente tu mano. —Lo prometo. Sé que a veces parece peligroso, pero siempre pienso en ti y en cómo quiero volver sano y salvo.

Al llegar al claro, se sentaron en la hierba y miraron el paisaje. Los colores del atardecer pintaban el cielo con tonos de rosa, naranja y púrpura. Goku, siempre un poco torpe en asuntos del corazón, te miró con una seriedad inusual.

—Sabes, he estado pensando mucho en ti. Cada vez que estoy entrenando o peleando, siempre estás en mi mente. Eres muy especial para mí.

Te sentiste conmovida por sus palabras. Sabías que Goku no era alguien que expresara sus sentimientos fácilmente, y eso hacía que sus palabras fueran aún más significativas.

—Goku, tú también eres muy especial para mí. Me haces sentir feliz y segura. —Le tomaste la mano y entrelazaste tus dedos con los suyos.

Goku sonrió ampliamente y se inclinó hacia ti, sus ojos llenos de calidez y amor. —Prometo que siempre estaré aquí para protegerte y hacerte feliz.

Se acercó un poco más y, con una dulzura inesperada, te dio un beso suave en los labios. Sentiste una conexión profunda y sincera, sabiendo que en ese momento, todo en el mundo estaba bien. El beso duró unos segundos, pero cada momento se sintió eterno. Al separarse, ambos se quedaron mirando a los ojos, sonriendo y sintiendo que habían dado un paso importante en su relación.

Después del beso, se recostaron en la hierba, observando cómo las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo nocturno. Goku te abrazó, envolviéndote con su calidez y haciendo que te sintieras más protegida que nunca.

—Me encanta estar aquí contigo, —dijo Goku en voz baja—. Este lugar es aún más especial ahora.

Cerraste los ojos por un momento, disfrutando del sonido de su respiración y del latido de su corazón. —A mí también me encanta estar contigo, Goku. No hay ningún lugar en el que prefiera estar.

Pasaron el resto de la noche hablando sobre sus sueños y planes para el futuro, compartiendo risas y confidencias. La conexión entre ustedes se hizo más fuerte con cada palabra y gesto.

Sabías que, sin importar los desafíos que pudieran enfrentar en el futuro, siempre tendrían este momento juntos. Y en ese claro, bajo las estrellas, te sentiste más feliz y amada que nunca.

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