Mi alarma sonó con todo el volumen que esta podía producir, me desperté un poco a fuerza pues ya llevaba un poco más de dos semanas fuera de casa y comenzaba a extrañar a mi novia, Paris era la capital del romance o al menos eso decían, yo estaba aquí sola extrañando al amor de mi vida.
Apague el ruido proveniente de mi teléfono, me levante y empecé con mi rutina mañanera, entre a la ducha y deje que el agua caliente recorriera mi cuerpo, lo sentí relajarse al instante, salí del baño veinte minutos después y prepare la ropa que usaría. Era mi primer día en aquella tierra desconocida, así que llevaría un guía según me habían mencionado, estaría alrededor de cuatros días en este lugar y haría pequeños turnos en la empresa de la cual habían llamado para reclutarme, obviamente pensé en tomar el trabajo algún tiempo pero la simple idea de dejar L.A me aterraba, ahí tenía todo, claro que mi novia, Dove, me había convencido un poco de tomar el viaje y ampliar mi panorama un poco y distraerme de mi abrumadora vida.
La chica que iba a guiarme por toda mi estancia aquí se hizo presenta en la puerta de mi habitación, me dirigí hacía la puerta para poder empezar el primer día con ella.
-Hola- dijo ella con una gran sonrisa al momento que pudo verme, era rubio con unos ojos hermosos, verdes como una aceituna, verdes como...Dove, sacudí mi cabeza un poco
-Hola- respondí tímidamente tomando mi bolso
Hablamos en todo el recorrido, incluso notamos que ya habíamos pasado todo el día juntas, hablamos de muchas cosas, ella me conto que trabaja para la compañía que me recluta, que es soltera, su nombre es Sabrina, es un lindo nombre.
-Hey, ¿te gustaría ir a cenar?- pregunto justo cuando yo introducía la llave en la cerradura de mi puerta
-Claro, estaría encantada- dije con una sonrisa bastante amplia
-Bien, paso por ti a eso de las nueve- dijo plantando un beso en mi mejilla –Te veo entonces- dijo soltando mis manos.
Entre en la habitación un poco mareada por todo el bonche de sentimientos que ahora se alojaban dentro de mí, sentí que mi teléfono vibraba en la bolsa trasera de mi pantalón.
-¿Hola?- dije pues ni siquiera pude ver quien llamaba
-Hola, soy yo, Dove ¿estás bien?- dijo en tono de preocupación, de repente sentí como la sangre helada bajo hasta mis pies, me había olvidado de ella en lo absoluto, incluso no recuerdo haberle dicho a Sabrina sobre mi novia
-Sí, perdón, estoy muy cansada, es todo- dije poniendo una mano sobre mi frente pues podía jurar que sentía mi sudor frio deslizándose por todo mi rostro
-Bien, solo quería ver como andabas, no me escribiste en todo el día y prometiste hacerlo- ella no sonaba molesta ¿esto me hacía parecer la peor novia del mundo? Si, y además había aceptado una salida con otra mujer, deje caer mi cuerpo al suelo.
-Verdad, lo siento mucho- dije con sinceridad cubriendo mis ojos –Perdí la noción del tiempo-
-No te preocupes- dijo en una cálida voz cesando mi preocupación –Te extraño- dijo con mucho cariño, podía sentirlo
-Yo también te extraño- y era cierto, solo que no pude recordarlo hasta ahora, -Tengo que irme-
-Te amo- y colgué el teléfono, no puede ser que en un solo día despertara dudas sobre lo nuestro aquella chica francesa.
Después de aquello decidí arreglarme un poco, faltaba menos de una hora para que Sabrina apareciera por mí, me di una ducha rápida y me coloque un vestido, ponía un leve maquillaje sobre mi rostro cuando escuche unos golpes en la puerta, coloque los últimos toques algo apresurados y me dirigí a la puerta.
-Tu es belle- dijo en tono de asombro
-¿Disculpa?- dije confundida con una pequeña sonrisa
-Oh, lo siento- dijo riendo un poco –Que eres hermosa- trate de esconder mi sonrojo ante aquella frase
-Gracias ¿nos vamos?- le dije y ella asintió
El camino al restaurante fue divertido, ella tenía mucho que contar y en aquel punto todo lo que salía de sus labios me parecía maravilloso.
-Nous avons une réservation- dijo ella a la persona que se encontraba en el recibidor del lugar, era un restaurante muy elegante y yo solo me dedique a observar ya que no entendía ni una palabra de lo que ellos murmuraban en su idioma. Llegamos a una mesa que estaba sorprendentemente bien colocada, un ambiente bastante romántico, lo cual no me importo mucho. Ella corrió mi silla para que pudiera tomar asiento y así fue como lo hice.
-Este lugar es hermoso- le dije mientras echaba un vistazo a mi alrededor
-Qué bueno que te lo parece, además hay comida exquisita- dijo la rubia dándome un guiño
El mesero se presentó frente a nosotras y ella hizo la orden lo cual por mi estuvo bien, pude escuchar la clase de vino que pedía y me parecía algo realmente fantástico.
-Y dime, ¿considerarías quedarte aquí?- dijo mientras me miraba con curiosidad
-Sinceramente, no lo sé- dije reposando mis manos sobre la mesa –Tengo toda mi vida en L.A- confesé
-Te entiendo, yo solía vivir en Lehigh Valley antes de tomar el puesto aquí- dijo en tono de comprensión –Pensé que venir acá era una gran oportunidad para mi carrera, claro que no me equivoque- dijo inclinando su copa en modo de 'salud'
-Podría pensarlo, me quedan tres días aquí antes de emprender mi vuelo de regreso y tomar mi decisión, así que...- fui interrumpida
-Claro, piénsalo bien- dijo en tono delicado –Yo no estoy para presionarte- tomo mi mano a manera de comprensión
La velada paso entre risas y anécdotas divertidas, claro que también trato de indagar más para saber sobre mi vida en L.A y por algún motivo extraño evite cada conversación que me guiara a Dove, no es que no quisiese mencionarla pero no creo que tuviese cabida en aquel momento, al terminar la cena ella se encargó del pago por mucho que insistí en darle algo, ella se negó.
Me acompaño de regreso a mi hotel y al estar frente a mí en mi habitación se aproximó para depositar un beso en mis labios, gracias a alguna fuerza sobrehumana, corrí mi rostro dejándole espacio para que estrellara sus labios en mi mejilla
-Pase une bonne nuit- dijo en tono ronco, pude escuchar aquellas palabras cuando provenían del mesero y deduje que significaban 'que tengan una linda noche'
-Igualmente- dije antes de encerrarme.
Los tres días siguientes fueron igual de magníficos, seguíamos saliendo y para nada me molestaba, ella era encantadora, Sabrina hablaba mucho de su vida en Estados Unidos y me gustaba escucharla, me conto que una de las razones por las que tomo el trabajo aquí fue porque su novia, Rowan le había roto el corazón de una manera tan inexplicable que encontró este empleo como una salvación y una vía rápida de escape para aquella vida, que llevaba alrededor de seis meses viviendo aquí y que hasta el momento le había encantado, claro también se ofreció a ayudarme con un apartamento en caso de que mi decisión fuera tomar el empleo, ella eventualmente seguía hablándome en Francés para hacerme confundir murmuraba cosas como 'tu as un très beau sourire' y aunque ella pensaba que no la escuchaba, lo hacía, aquella frase significaba que yo tenía una linda sonrisa, siempre fue muy atenta conmigo, el ultimo día ella paso por mi hotel para ayudarme a llegar al aeropuerto.
-Dime ¿volverás?- dijo mientras que doblaba algunas de mis blusas y las colocaba en mi maleta
-No lo sé- dije mientras ponía en orden mi pasaporte -¿por qué?- pregunte curiosa de su respuesta
-Nada- dijo sin expresión
Llegamos al aeropuerto y cuando mi vuelo fue llamado para que los pasajeros comenzáramos a abordar sentí la necesidad de besar aquellos labios que tanto me habían estado dando vueltas en la cabeza por la noche, pero afortunadamente pude mantenerme y borrar aquella idea de mi mente, solo me acerque a darle un abrazo lleno de cariño. Extendió su mano hacia mí para darme una nota y seguido susurro algo en mi oído
-Yo no vine a parís a buscar el amor- dijo apretándome para juntarme más a su cuerpo –Y sé que tú tampoco, pero se siente de esa manera- dio un beso en mi mejilla y me dejo
"Je ne voulais pas trouver l'amour
No quería encontrar el amor
Mais Paris à quelque chose
Pero hay algo sobre parís
Qui donne envie d'aimer, d'aimer passionément
Que te hace querer amar, amar apasionadamente
Mon coeur est à toi pour toujours"
Mi corazón siempre será tuyo.
Estando en el avión abrí la nota que Sabrina me dio antes de abordar y la leí, parecía una declaración de amor pero también se sentía como algo incorrecto y tan sucio. Decidí no darle más vueltas al asunto y tome una incómoda siesta. Desperté cuando escuche decir al piloto que aterrizaríamos pronto.
El avión aterrizo y fui en busca de mis maletas para pronto aparecer en la estructura del aeropuerto, al salir pude ver a mi rubia, una sonrisa enorme apareció en mi rostro, pude sentir como mis ojos se iluminaban tan solo verla, corrí a abrazarla, diablos la había extrañado. Ella me beso inmediatamente y pude sentí como mi mundo estaba completo.
-No vuelvo a irme ¿sabes?- le dije mientras ahuecaba mi cabeza en su cuello
-No lo vuelvas a hacer, te extrañe demasiado- dijo mientras me acercaba más a su cuerpo
"Es muy romántico en parís, no traten de compararlo, pero yo ya tengo amor en L.A."
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