"Ya no quiero ser buena" [ESCENA ELIMINADA DE VILLAINS PROTECTION PROGRAM]
Luego de haberse atrevido a aparecer en la habitación de Mal & Evie cuando el cotillón acabó, sabiendo que la hija de Regina probablemente la detestaba, Rosalinda se sorprendió cuando la chica de cabello azul aceptó su propuesta de desahogarse con ella en la cama y así fue como entre besos Evie le había quitado el vestido y la había empujado a su cama y ahora se encontraba encima de ella mirándola con deseo.
—Tal y como me lo pediste, no usé bragas durante toda la noche, ¿ves que sí soy obediente cuando quiero, mí princesa? —Habló la chica de Costa Luna, guiñándole el ojo de forma cómplice. —Sí quiero ser tú Dama de la Corte, aunque el Cotillón ya haya terminado, seré quien tu desees durante esta noche.
—Cállate, Rosie. —Demandó la villana, mirándola de arriba a abajo y se sentó sobre su cintura mirándola a los ojos con deseo. —Hoy vas a ser mi esclava y aprenderás muchas cosas está noche. —Afirmó, levantándose de encima de ella y caminando hacia su armario, abrió uno de los cajones y sacó una cinta azul larga.
—Creo que alguien se fue con el pie izquierdo del Cotillón... —Susurró la castaña cuando la dueña de la habitación la mandó a callar y se sorprendió cuando dijo que sería su esclava, relamió sus labios lentamente al verle el trasero cuando la chica se dirigió a su armario para sacar aquella cinta azul larga. — ¿Me vas a enseñar a obedecerte? —Preguntó fingiendo inocencia y pestañeando varias veces.
—Las manos hacia atrás, ahora mismo, Rosalinda. Te voy a enseñar que tú eres mía y que yo soy la única que te puede hacer gritar. —Dijo Evie mientras avanzaba hacia la cama y se sentaba encima de la agente del PPP, quien la obedeció. — ¡Te dije que te callaras Rosie! —Le gritó y le dio un cintazo en el abdomen.
— ¡Evie! —Gimió la futura reina de Auradon cuando la cinta azul golpeó su abdomen.
—Vas a hacer silencio, maldita perra... Te guste o no. —Afirmó la villana, respirando agitada mente mientras tomaba sus manos de manera brusca para amarrárselas con la cinta en los extremos de la cama. Rosie mordió su labio inferior pues jamás la había visto así y le gustaba. —Ahora te voy a enseñar de que soy capaz... —Dijo y la tomó de los cabellos para ladearle la cabeza y besarle el cuello, haciéndola gemir pues comenzaba a perder su autocontrol.
—Sigue, necesito más, Evie... —Pidió la chica de Costa Luna entre gemidos.
—Eres mía Rosie, eres mi reina y no de ese estúpido chico Bestia. Este cuerpo es mío, sólo mío. —Gruñó la princesa malvada mientras le chupaba y marcaba el cuello. —Te dejaré muchas marcas... —Jadeó excitada y le tiró de los cabellos mientras aún besaba y chupaba su cuello.
—Ah... Diablos, Evie, quiero ser toda tuya. —Gimió nuevamente Rosie, excitada. — ¡Mm, Evs! —Dijo más alto cuando ella le volvió a tirar de los cabellos.
— ¡Dije que te calles! —Alzó la voz la descendiente de Regina y le tiró más de los cabellos, haciendo que la mirara a los ojos, ella gimió. —Eres una perra en la cama y lo sabes Rosie, lo de reina se te va cuando te trato como la puta que eres. —Le habló entre jadeos, comenzando a tocarle bruscamente los muslos mientras la observaba a los ojos.
La mejor amiga de Carter se mordió el labio inferior con fuerza para reprimir los gemidos que deseaban salir cuando ella comenzó a tocarle bruscamente los muslos, pero no pudo resistirse.
—Vas a gritar Rosie... Vas a gritar bien alto que eres una maldita perra y que te encanta mojarte sintiendo que te trato de esta manera... Vas a gemir sin parar hoy. —Gruñó la princesa malvada, pasando su lengua sobre los labios de su chica antes de descender a su pecho izquierdo y comenzar a succionarlo intensamente, tironeándolo con sus dientes intensamente. Ella no podía dejar de gemir, cada vez más alto, debido al placer que le producía ser tocada por la villana. —Tu cuerpo me vuelve completamente loca... —Murmuró para luego morderle el pezón con fuerza, dirigió su mano izquierda hacia el otro pezón de la muchacha para pellizcarlo con fuerza.
— ¡Oh, Evie! ¡Mierda, sí! ¡Ah, más! ¡Oh, sí! ¡Mierda, Evie! —Jadeó la castaña, perdiendo su autocontrol cuando la chica de cabello azul se dedicó a jugar con sus pezones. —Tu cuerpo me excita tanto, necesito verlo. —Suplicó.
— ¿Te gusta mi cuerpo eh? —Dudó Evie, sentándose sobre las caderas de la chica de Costa Luna y abriendo bien las piernas para que la muchacha notara su humedad, aquello hizo jadear a la última. —Me alegra saberlo, sin embargo no lo vas a tocar, ¡no mereces ponerme las manos encima después de andar besándote con ese estúpido! —Le gritó, furiosa, llena de celos.
—M-me encanta todo tu cuerpo de diosa griega, Evie. —Balbuceó la agente del PPP, sintiéndose muy excitada al notar su humedad, se mordió el labio inferior con fuerza, pero hizo pucheros en cuanto ella no le permitió tocarla.
Demonios, creo que sí merezco esto, no volveré a besar a ese idiota; pensó la descendiente de la ex reina Sophia.
—No soporto verte con él, me muero de celos... ¡No puedo contener el enojo que siento cada vez que Ben te pone las manos encima! No voy a tolerar que estés con él, ¡tú eres mía, Rosie! ¡Solo mía! —Alzó la voz la princesa malvada, enredando sus dedos en los cabellos marrones de su chica mientras la miraba a los ojos para luego besarla. Su mano derecha descendió hasta el muslo de la mejor amiga de Carter y le proporcionó una fuerte palmada que la hizo gemir bastante alto. —Abre las piernas... Quiero darte duro ahora... Quiero que las abras bien como la perra que eres, Rosie... Ábrelas ya. —Exigió, la susodicha le hizo caso, mojándose más ante las palabras tan excitantes de su chica.
—Hazme tuya, Evie. —Rogó la castaña, excitada. —Te juro por mí vida que he sido una buena chica, está noche ya no quiero ser ella.
—Eres mía... —Susurró la villana, deslizando sus dedos por la entrepierna de la muchacha, notando su humedad. —Me encanta esto, tenerte así en mi cama fue una de las primeras fantasías que tuve contigo desde la noche en la que nos conocimos... —Murmuró y siguió pasando sus dedos por la humedad de la chica hasta llegar a su abertura vaginal.
—Mira como estoy por ti, Evie, mira lo caliente que me tienes... —Habló en voz baja, excitada, jadeó con fuerza mientras ella deslizaba sus dedos por su humedad.
—Me encanta que te mojes y te abras para mi... Sólo para mí... —Dijo la princesa malvada, sonriendo, para luego penetrarla con fuerza usando tres dedos, provocando que la chica de Costa Luna se pusiera a gemir más fuerte. —Quiero hacerte entender que eres mía... Sólo mía... —Demandó de manera posesiva, mientras comenzaba a darle fuertes estocadas sin detenerse ni un segundo.
—Ah, sí, s-soy tuya; solamente tuya, sí, tuya. —Tartamudeó Rosie, disfrutando de aquellas estocadas que la volvían loca.
—Grita, quiero que grites fuerte mi nombre. —Exigió la descendiente de Regina, moviendo sus dedos más rápido.
— ¡Sí, Evie, sí! ¡Más, Evie, no pares! ¡Oh, Evie! —Alzó la voz la castaña, clavando con fuerza las uñas en la sábana. — ¡No te detengas, Evie! ¡Más, cariño, dame más!
—A pesar de que adoro escucharte gritar por mí, sí lo haré... —Susurró la princesa malvada, divertida, sacó los dedos de su interior y se bajó de ella para colocar su cabeza entre sus piernas. —Voy a hacerte sufrir un poco, tal y como tú lo hiciste en el Cotillón, después... tal vez te haga llegar al orgasmo, o tal vez no te deje hacerlo por haber besado a ese chico Bestia delante de mí. —Dicho esto, presionó su clítoris con un dedo para luego soltarlo y comenzar a penetrarla con la lengua hasta el fondo bastante rápido.
—Eres una maldita que se aprovecha de las inocentes calientes como yo, Evie Grimhilde Mills. —Se quejó Rosie cuando ella dejó de penetrarla y jadeó alto cuando ella presionó su clítoris y lo soltó. — ¡Mierda, cariño! N-no sabía que movías tan bien la lengua, demonios, más... —Gimió, excitada y sorprendida cuando ella comenzó a penetrarla con la lengua, pero la sacó de su interior pues adoraba escuchar sus quejas.
—Oh, ahora te das cuenta de que insultar no es lo único que hago bien con mí boca, mí reina. —Exclamó la villana, quien volvió a penetrarla más rápido con su lengua mientras abría más sus piernas, sacó la lengua y le dió varias palmadas a su intimidad para luego volver a meter su lengua y seguir penetrándola hasta el fondo.
—Podría acostumbrarme a todo lo que haces con tu boca... —Habló Rosie entre gemidos, mordiéndose el labio inferior con fuerza debido al placer que sentía. —Más... Quiero más, por favor, dame más ahora... —Pidió, arqueando un poco su espalda.
—Y te voy a dar más porque sé que te encanta, bonita. —Aseguró Evie y continuó penetrándola más rápido con su lengua hasta el fondo mientras disfrutaba de sus gemidos. —Estás ardiendo por mí...
—Por ti... —Repitió la chica de Costa Luna, sonriendo, volvió a gemir y echó su cabeza hacia atrás, desesperada. —Hazme llegar al clímax de una vez por todas. —Suplicó, volviendo a verla, ella aumentó la velocidad de sus movimientos.
—No pares... Ya casi... —Jadeó la castaña, cerrando los ojos y clavando aún más las uñas en la sábana mientras sus piernas comenzaban a temblar. — ¡Oh, Evie, sí! —Gritó cuando llegó al orgasmo y arqueó más la espalda, la princesa malvada sacó la boca de su entrepierna y la cubrió con las sábanas.
—Eres una chica muy obediente, mí amor, ahora sí te puedo perdonar por el error que cometiste en público en esa celebración estúpida. —Murmuró la princesa malvada, buscando su ropa interior y colocándosela mientras que la mejor amiga de Carter se acomodaba mejor en la cama. La villana depositó un beso en su frente. —Descansa, cariño, yo vuelvo pronto. Iré a buscar un bocadillo nocturno. —Se excusó.
—Evie, después del Cotillón, ya no quiero ser una chica buena. No mereces que te siga escondiendo, preciosa. —Habló Rosie en voz baja, cerró los ojos y se quedó dormida, pues la villana la había dejado agotada.
La descendiente de Regina se colocó una bata azul y se retiró del cuarto no sin antes apagar la luz, pues al fin y al cabo sí tenía que reunirse con sus amigos.
Pronto ya no seremos un secreto, pensó Evie, pronto ya no serás tan buena, Rosie.
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