Esta escena eliminada corresponde al capítulo 11. 

—No puedo creer que ella pretende que yo haga tal cosa, para mamá fue tan fácil olvidarse de papá. —Bufó la descendiente del hada madrina, llena de frustración, dejándose caer en la cama.

—Tranquila pequeña, será mejor que te cambies y te duermas, mañana será un día mucho mejor. —Sugirió la hija de Mulán, sonriéndole con dulzura, pero su mejor amiga simplemente negó con la cabeza.

—Querrás decir, mañana será un día mucho peor. —La corrigió la chica de ojos azules, triste, pero entonces sus ojos brillaron intensamente. —No niego ni afirmo que si Audrey me molesta le voy a dar su merecido. —Gruñó, furiosa.

A pesar de que había escapado de la prisión que se encontraba en medio del mar, la maldad seguía corriendo por sus venas.

— ¡Jane! No digas esas cosas horribles, hemos vuelto a casa, somos chicas de Auradon...—La regañó su compañera de cuarto, pero entonces se dio cuenta de algo que la asustó. —...espera, tú sonaste igual a la persona que eras en la Isla.

— ¡Ay por favor, ambas sabemos que se lo merece! —Insistió la ex novia de Carlos, resignada, pero luego de reflexionar por unos segundos se dio cuenta de que su chica tenía la razón; sus ojos dejaron de brillar. —Debe ser porque el encantamiento aún no se ha roto... pero yo puedo arreglar eso.

—Puede merecérselo pero te meterás en más problemas y eso no te conviene, sabes perfectamente que tengo razón. —Prosiguió Lonnie, luego colocó sus manos en su cintura. —Creí que ya no usarías magia para solucionar tus conflictos.

—Yo jamás dije eso, pero solo la utilizaré por última vez para volver a ser la chica que solía ser, te lo juro. —Prometió la menor, incorporándose y caminando hacia el espejo de cuerpo completo que se encontraba en su habitación, observó su reflejo en el mismo y suspiró hondo antes de sacar su varita mágica de su bota. —Así tal vez logre madurar y me convertiré en una mejor persona.

—Espera, quiero decirte que te adoro con tus virtudes y tus defectos. —La mayor se levantó y la abrazó por los hombros. —Las personas deberían apreciarte por lo que eres, no por quien creen que debes ser.

—Cierto, y yo puedo cambiar si así lo deseo, tengo que suavizar mis defectos. —Dijo Jane, su mejor amiga se separó de ella y entonces la pequeña hada se apuntó a sí misma con su artefacto mágico. —No puedo ver a la mala ni siquiera en el espejo, lleva a esa parte a perderse en el reflejo. —Recita el hechizo y agita la varita mágica, sintió como toda su maldad fue arrebatada de su interior, entonces observó su reflejo y acomodó su cabello.

— ¿Estas bien? —Dudó la joven guerrera, preocupada. — ¿Estas mareada? ¿Tienes fiebre? ¿Los efectos secundarios de usar la magia irresponsablemente pueden hacer que te crezca un tercer ojo? —La interrogó.

—Ay, que pesada es, ¿cómo la soportas? —Habló la descendiente del hada madrina que se encontraba atrapada dentro del espejo, las mejores amigas intercambiaron miradas sorprendidas. —Sácame de aquí y déjame darle su merecido, voy a disfrutarlo.

—Wow, ella es mucho peor de lo que creí. —Confesó Lonnie, acercándose a la chica de ojos azules. —Pero no creo que pueda dormir si la versión malvada de mi mejor amiga me está observando durante toda la noche. —Murmuró en su oído.

—No te preocupes, no lo hará, yo me encargaré de esto. —Exclamó su mejor amiga, con la intención de calmarla, entonces observó a su reflejo. —Lo siento, Jane mala, pero no te daré la oportunidad de molestarnos o de controlar Auradon o lo que sea. ¡Hasta nunca! —Dicho esto, rompió el espejo con su artefacto mágico y usó sus poderes para meter los restos de vidrios rotos dentro del cesto de basura.

—Bien hecho, estoy muy orgullosa de ti. —Le sonrió la joven guerrera, luego bostezó y besó su frente antes de caminar hacia su cama. Abrió la misma y se cubrió con las mantas, entonces la miró. —No olvides apagar las luces, buenas noches. —Le recordó, finalmente cerró los ojos y no tardó en conciliar el sueño.

—Ya no quiero seguir usando estos harapos, cambia mi aspecto y no olvides quitarme los zapatos. —La menor agitó su varita luego de decir aquel hechizo y sus prendas oscuras fueron reemplazadas por su pijama de ositos, ella guardó la ropa diseñada por Evie en su armario y desató su cabello –que seguía siendo largo y tenía aquellos reflejos celestes porque eso era lo único que le gustaba conservar–, finalmente abrió su cama y se acomodó en la misma. Aplaudió dos veces para apagar las luces con magia y guardó su artefacto mágico en el cajón de su mesita de luz, se cubrió con las sábanas. —Buenas noches, Lo. —Susurró, luego se quedó profundamente dormida después de un largo día.