—Tengo miedo— sus ojos lucían más cristalinos que de costumbre. Esa semana todo le afectaba y al más mínimo desastre, lloraba.

—Relájate, Ji. Vas a ver que todo es culpa del estrés— tomó ambas manos del menor y las besó.

—Ya tengo los resultados— dijo el señor de bata blanca entrando de nuevo al consultorio —no sé cómo se lo vayan a tomar

—¡hable ya, por un demonio!— los siete días anteriores habían sido un infierno para todo aquel que se le cruzara en frente, inclusive el doctor

—Tranquilo, señor Choi. Necesito hacerles unas preguntas antes de darle los resultados

—¿tan enfermo estoy?— apoyó su cabeza en el pecho de su esposo, mientras que este le acariciaba sus cabellos azules

—Pues algo así— aclaró, sacando una hoja y un bolígrafo —¿cuánto tiempo llevan casados?

—dos años— dijo con voz ronca, de los nervios

—Bien— prosiguió —¿han pensado en tener hijos?

—Pues sí, pero no hemos encontrado algún lugar en donde poder adoptar— confesó

—¿a qué viene todo esto, doctor?— sorbió por la nariz

—necesito me escuchen y no interrumpan hasta que termine— miró hacia el más bajo —bueno, Jiyong, por las pruebas que te hicimos y tus estados de ánimo, estás embarazado

La pareja quedó en shook.

—aclaro, ambos son hombres y eso es biológicamente imposible, pero tienes todos los síntomas de un embarazo psicológico, GD. felicidades, supongo— rascó detrás de su nuca, esperando no escuchar algún grito de alguno de los dos —por eso las preguntas, es común que cuando las parejas homosexuales piensan en adoptar, alguno se "embarace"— enfatizó lo último —o quizá si alguien cercano está esperando un bebé, se "contagien los síntomas"— repitió la acción anterior —ante estos casos, solo se necesita llevar una vida como si fuera un embarazo real, tomar las pastillas que ahora les recetaré y sobretodo, "amar a su criatura"— no lo hacía a propósito, pero era tierno ver como un señor de más de cincuenta años trataba de explicar algo imposible

Salieron del hospital, sin decir nada. Las palabras aún no podían salir de la boca de ambos. Esperaban cualquier resultado, menos eso.

—Ahora entiendo por qué ayer me hiciste prepararte sopa de pollo con salsa inglesa y chocolate— bromeó el mayor una vez en casa

—estoy embarazado— dijo mirando su para nada abultado vientre —seremos padres— comenzó a ver unas gotas debajo de los ojos.

—jiyong, no emp—

El menor lo interrumpió —no sé como le haremos, pero de aquí a que mis síntomas desaparezcan, habremos adoptado a un niño o niña. Lo que Dios nos mande— rodeó el cuello de su esposo y le dio un beso —vamos a ser papás, Seunghyun, ¿lo puedes creer?

Al de cabello rosa le parecía todo una locura, pero luego de ver como su esposo estaba tan emocionado con la idea, no pudo hacer nada más que seguir con la idea de adoptar y cuidar de él en su embarazo.