Vainilla y menta // ˢᵒⁿᵗᵃⁱˡˢ
Tails había estado sintiéndose mal.
Todo empezó como una comezón incrustada debajo de su pelaje, un simple cosquilleo molesto que inundaba su cuerpo que al inicio pensó fue sólo un efecto colateral por la ansiedad ante las horas postergadas de sueño.
En retrospectiva debió haberse dado cuenta, pues esa fue suficiente señal para que lo hiciera, pero había estado demasiado concentrado en hacer nuevas mejoras en El Tornado como para darle en su mente la importancia que estos hechos marcaban.
No fue hasta que el calor se enroscó en su estómago de una forma demasiado incómoda como para poder seguir trabajando que finalmente se dió cuenta a lo que se estaba enfrentando.
—rayos. —gruñó, porque definitivamente: rayos.
Frente a él su calendario señaló amablemente la respuesta con marcador rojo, se acercaba su celo, y Tails se golpeó mentalmente por no haber hecho un seguimiento adecuado, pero en su defensa, realmente se había encargado de olvidar este hecho.
Para Tails el ser un Omega era un recordatorio de que no importará lo que hiciera porque al final siempre seria débil, defectuoso y necesitado. Es por eso que al haber fallado en todos sus intentos para cambiar su anatomía, decidió simplemente olvidar que el celo existía, esto bajo la creencia de que quizás si ignoraba este suceso entonces se detendría; lo cual sí, era realmente estúpido, pero siempre se podía tener fé, demandalo por creer.
Lamentablemente ese deseo no ocurrió antes y definitivamente no lo haría ahora.
Tails se mordió con desespero los labios y decidió que el mejor curso de acción era dirigirse a su hogar compartido para preparar en su cuarto un nido adecuado en el que pudiera pasar este tormento. Cuando cruza la puerta y entra se encuentra jadeando como un perro y con el fleco pegado en su frente por el sudor; para su suerte no hay nadie en casa, si la falta de un saludo entusiasta significa algo, así que Tails no se siente demasiado avergonzado por dejar a su paso un desastre de aromas y feromonas.
Los preparativos para sus eliminatorias en realidad eran muy simples: construye un nido, acapara comida para cinco o seis días y cierra la puerta con llave; nada demasiado tardado y sencillo. Tails sube las escaleras volando y entra a su cuarto sólo para tomar de su closet mantas y almohadas que simplemente tira sobre su cama y a las que después da forma hasta que parezcan una media luna amorfa; si bien prefería hacer nidos más intrincados, siempre podría encargarse de mejorar su lugar seguro en medio de su celo, así que por ahora su mente se concentra en otras cosas más importantes, como dirigirse a la habitación de cierto erizo azul y tomar algo que pudiera ser reconfortante en los días de tortura que se avecinan.
Para Tails, Sonic representaba muchas cosas, el cobalto era seguridad, calma, aventuras y hogar, un hecho que se reflejó en el apenas perceptible aroma Beta que el erizo poseía; cuando había sufrido su primera eliminatoria, Amy tan amable como siempre le dio ciertos consejos para que su celo fuera más llevadero, entre el menos vergonzoso de todos fue incluir en su nido prendas de a quienes consideraba parte de su manada, algo sobre el vínculo familiar y protección a lo que en realidad no presto mucha atención; la erizo rosa había aportado amablemente unas muñequeras que pertenecían al mismo Knuckles y una sábana que olía a chicle de fresa, Sonic aunque en un principio se vio escéptico al colaborar por su casi falta de aroma, al final le había dado a Tails una almohada que (asquerosamente después se enteró) no había lavado hace semanas.
Ese primer celo para Tails había sido un completo asco en comparación con los que siguieron, pero los olores definitivamente habían ayudado, así que siguió haciéndolo con algunas... pequeñas variaciones.
Al nunca haber hecho un seguimiento de la fecha próxima en la que caerían sus eliminatorias usualmente el olor de Amy y Knuckles quedaba descartado al ser muy difícil que reforzarán a tiempo el aroma que se desvaneció por el uso, a diferencia del de Sonic, el cual siguió siempre presente en cada uno, por lo tanto no fue tan extraño para el erizo que una vez cada tres meses se encontrará con una almohada menos en su cama; él parecía comprenderlo y jamás reprocho a Tails de nada, aunque quizás fue porque no entendió realmente la magnitud de sentimientos de anhelo que el zorro experimentaba cada vez que hundía su rostro para aspirar el aroma cuando estaba en el punto más difícil de todo eso.
Cuando Tails entró a la habitación del erizo se encontró con la vista de, en ese momento, su peor pesadilla. La ansiedad no tardó en enroscarse como una boa en su pecho y respirar se volvió un reto.
Sonic había limpiado su cuarto. Nada de ropa de cama amontonada en el suelo, nada de pañoletas en los cajones de su ropero, no almohadas, nada.
Sintiendo que el mundo caía sobre él, Tails ignoró la probable vergüenza que esta admisión le ocasionaría cuando no estuviera cegado por la ansiedad producida gracias a las hormonas. Activó el comunicador de su muñeca y contacto rápidamente al erizo, la espera fue larga o así se sintió para él, hasta que finalmente el otro contestó.
—¿Tails? —respondió el cobalto extrañado, quizás porque hoy fue día libre.
—¡SONIC!, ¡CASA, RAPIDO!
No recibió una respuesta verbal, pero fue un parpadeo y Tails tuvo a su lado un erizo cobalto que lo revisaba demasiado asustado.
—¿Qué pasó amigo?, ¿Estás bien?, ¿Te lastimaste?
Bien, quizás su arrebato fue demasiado contemplando la situación, definitivamente se avergonzaría después, pero ahora Tails necesitaba una respuesta o probablemente moriría.
—tus sábanas, ¿Dónde?
Sonic lo miró fijamente con extrañeza para luego olisquear un poco el aire y finalmente parpadear dos veces, al parecer dándose cuenta de la situación en la que se encontraban rápidamente.
—oooh... Bueno, ¿Recuerdas que estuviste toda esa semana molestando para que limpiara mi cuarto?... Pues... —el erizo parecía francamente culpable con las orejas bajas, y la parte de su mente que todavía no se encontraba bajo el efecto de hormonas quiso decirle que no se preocupara, que no era un verdadero problema y que había otras soluciones.
Pero en vez de eso, la sección que estaba nadando en hormonas animales tuvo otra idea.
Si bien Omega y Alfa tuvieron diferencias en sus ciclos, tendrían básicamente los mismos instintos: proteger, cuidar, acaparar; sólo con algunas variaciones entre libido y que un Alfa usualmente era más agresivo mientras que un Omega sería más sentimental y suave. Es por eso que Tails en realidad no lucho por evitar que sus manos tomaran a Sonic como si fuera un saco de papas para llevarlo en camino a su habitación.
—¿Amigo? —Preguntó el héroe de Mobius claramente confundido, pero aparte de eso no intento escapar de su agarre.
El pensamiento de Tails fue bastante sencillo: si no podía tener el olor de Sonic en su nido porque ya no existía algo en lo que estuviera adherido, simplemente tomaría la fuente y con ella pasaría su ciclo. No encontró fallas en su lógica y Sonic debería hacerlo porque fue principalmente su culpa .
Al llegar a su cuarto tiró al cobalto en medio del desastre de sábanas desordenadas que estaba en su cama, Tails subió detrás de él y se empeñó en hacer el mejor nido jamás hecho, sus instintos tomando el completo control de sus acciones: la necesidad de impresionar a una potencial pareja, el pensamiento de demostrar lo bueno que sería proporcionando un lugar cálido y seguro apoderándose de cada parte de su cerebro sin dejar espacio para otras ideas.
—¿Tails... porque me tiraste en tu cama?
El zorro ignoró su pregunta, más concentrado en amarrar dos sábanas entre sí para lograr... algo que Sonic no entendía. El erizo lentamente se levantó del lugar donde lo habían dejado; los géneros secundarios eran raros, o eso fue lo que siempre pensó, así que lo mejor era hablar con Amy para que ella resolviera lo que sea que fuera esta situación. Es en el momento cuando iba a abandonar la cama que recibió un fuerte gruñido de advertencia que lo sorprendió y fue jalado de nuevo a donde anteriormente descansaba... Lo cual definitivamente le hizo sentir algo.
—Te quedas. —gruñó el vulpino con un tono mordiente para después seguir trabajando a su alrededor, y finalmente Sonic entendió un poco lo que significaban estas acciones.
Pudo sentir su rostro calentarse rápidamente, probablemente en estos momentos definitivamente lucía como Knuckles.
—¿¡Qué!?... ¡No puedo estar aquí Tails, tengo que hacer otras cosas!
La reacción ante sus palabras fue gradual, el aroma que Sonic había empezado a reconocer como el de su amigo se agrió por lo que tal vez fue angustia, pues olía al igual que momentos antes en su habitación, Tails bajo las orejas y sus ojos color zafiro se llenaron con lágrimas que amenazaban con desbordarse, lo cual hizo que Sonic instintivamente quisiera abrazarlo por lo injustamente necesitado que lucía de esa forma.
—E-eso significa... ¿T-tú no... M-me quieres? —lloriqueo lamentablemente el zorro, a lo que Sonic se sintió como el peor mobian que jamás haya existido y toda la situación era tan injusta.
—¡Claro que te quiero!... Es sólo... —Tails no lo dejó terminar, al parecer conforme por su respuesta el zorro lamió su mejilla (lo cual debió ser asqueroso, pero sorprendentemente no) y simplemente lo volvió a acomodar como si fuera una almohada más en el centro de su intrincada construcción para después colocar alrededor de su figura las sábanas que anteriormente había estado amarrando. Sonic no lo pensó tanto y se resignó a este destino para obligar a su cuerpo a relajarse, pues estaba 90% seguro que no habría una escapatoria a partir de ahora.
Pasó un buen tiempo hasta que Tails acomodo dos almohadas que se veían incorrectas y el zorro ronroneo felizmente tras haber finalmente terminado su nido; Beta no parecía muy sorprendido y se veía un poco incomodo, pero quizás fue el frío, lo cual lo hizo pensar que tal vez debió agregar más sábanas... pero ahora estaba muy cansado y el calor en estos momentos no era tan molesto como anteriores veces.
Tails bostezo a lo grande y se acostó arriba de la forma del erizo para arroparlo con sus homónimos para que Beta no enfermara, justo como lo haría una buena pareja potencial.
Después de eso sólo tuvo mente para enterrar su hocico en donde provenía el aroma que era idéntico al viento y aspirar con fuerza. Por eso recibió una especie de sonido que le hubiera encantado volver a escuchar, pero el sueño hizo caer sus párpados y de pronto todo se volvió negro.
▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Amy tocó dos veces la puerta de la casa de Tails y espero pacientemente a que alguien le abriera.
Esta mañana había despertado con un mensaje de Sonic en el que le pedía que viniera lo más rápido posible, así que aquí estaba, pero el hecho de que nadie haya venido a abrirle hizo que empezara a preocuparse.
Pasaron unos minutos y en vista de que todavía nadie venía decidió girar la perilla y entrar, lo cual fue extraño porque Tails siempre tenía la puerta con seguro. Ahora Amy definitivamente estaba rayando a lo histérico y más cuando la falta de sonidos dentro de la casa fue notoria.
—¿Sonic, Tails?, ¿Donde estan chicos? —Preguntó en alto mientras sacaba su confiable Piko Piko Hammer, por si acaso.
Hubo un leve sonido que provino desde la habitación de Tails y no dudo en correr rápidamente hasta allí y abrir la puerta de golpe.
Lo que vio Amy adentro la dejo sin palabras.
Sonic estaba arriba de la cama, acostado entre un montón de sábanas que definitivamente componían un nido, el erizo tenía las orejas bajas y la cara roja por la vergüenza mientras sobre él se encontraba un Tails recargado a lo largo de su espalda, lamiendo con demasiada mesura una oreja triangular y azulada.
Lo estaba acicalando, señaló amablemente su cerebro.
La imagen era tan...
—ni una palabra. —gruñó en advertencia Sonic, pero definitivamente el fuego se vio opacado por el sonrojo de sus mejillas y el zorro que lo seguía mimando como si nada en la habitación hubiera cambiado.
Linda.
—¡Al fin! —Amy prácticamente saltó con las manos estiradas al cielo, estaba realmente feliz por sus amigos y de que finalmente hubieran abierto sus corazones. —¡me preguntaba cuando Tails te lo diría, pero ser acompañante de celo es tan tierno!
Esto definitivamente valía un abrazo grupal, iba a darles un abrazo grupal, pero cuando dió un paso dentro de la habitación recibió un gruñido y una mirada helada de ojos azules... Cierto, Tails estaba en celo.
Amy sabiamente dio un paso atrás y se quedó obedientemente en el marco de la puerta.
—¡Espera!, ¿Cómo que al fin... —lo que sea que Sonic estaba apunto de decir se vió interrumpido por un peso que lo cubrió por completo. Tails ahora está en posición defensiva sobre él y gruñendo a lo bajo, quizás pensando en Amy como una posible amenaza, así que por el bien de su amigo volvió a alejarse más de la puerta. Sonic desde su posición alzó una mano que lució demasiado dramática. —¡Lo que sea!, ¡Ayudame, tengo mucha hambre y el no me dejara ir, Ames!, ¡Moriré hambriento y aplastado si no haces algo!
Demasiado dramático como siempre, piensa Amy y es lo que está a punto de decirle hasta que una voz demasiado frágil la interrumpe.
—¿T-te quieres ir... —Lloriquea Tails, quién en un rápido movimiento se alejó de Sonic para enterrarse en las mantas que tiene detrás como una protección.
Oh no.
El aroma que inunda la habitación se vuelve agrio en cuestión de segundos y desde su lugar en la entrada puede ver los ojos de Tails llenarse de lágrimas. Decir que Amy tiene vibras asesinas saliendo de su propio aroma no sería una mentira, pero se calma un poco cuando ve a el erizo azul prácticamente saltar hacia el zorro que gimotea tristemente.
—¡Espera no!, ¡Estoy bien contigo!, es sólo que tengo hambre, ¡no es que me quiero alejar realmente! —Tails parece no creer del todo sus palabras porque ahora usa sus colas como un escudo, pero Sonic no desiste y sigue diciendo palabras que suenan repetidas; si tiene que adivinar, al parecer esta no fue la primera vez que sucede
En realidad es muy gracioso ver a Sonic esforzarse tanto para intentar calmar a Tails, de hecho Amy está entre reírse o tomar una foto, porque también la situación es muy adorable de ver.
Es después de unos minutos más de convencimiento, un abrazo y de Sonic dándole un pequeño beso en la mejilla que el aroma de Tails finalmente vuelve a su estado empalagoso que denota el celo, el zorro no pierde el tiempo y se lanza sobre el erizo, sus colas revoloteando detrás de él en una clara muestra de felicidad y ahora devuelve el afecto al doble mientras restriega su mejilla contra la del otro.
Tan Adorable. Definitivamente Amy debe tomarles una foto, para su libro de recortes y la posteridad.
—sólo, ¿Podrías traernos algo de comer, por favor? —pregunta Sonic mientras intenta devolver el afecto en forma de palmaditas en la espalda, la vergüenza está vez más notoria no sólo en su tono si es que sus orejas transmiten bien el mensaje.
Amy realmente, realmente quiere reírse de él en estos momentos, pero supone que hay cosas más importantes como un Omega que está en celo y que no ha comido en quién sabe cuánto tiempo.
—claro, ahorita vuelvo. —Amy recibe a cambio un murmullo que probablemente sea un "gracias" mal pronunciado por todo el pelaje que el otro tenía enfrente. Ella dio una vuelta sobre sus pies con intención de bajar pero, después de todo, se dio cuenta que si podía burlarse un poco. —hey, Sonic.
—¿Mhmm?
—manos quietas mientras estoy aquí, por favor.
Amy se ríe abiertamente cuando baja las escaleras, detrás de ella Sonic grita palabras que son francamente inentendibles por culpa de tener un regazo lleno de zorro.
Es mientras busca ingredientes en el refrigerador de Tails que sólo puede pensar: bien por ellos.
Olaaa!
Uff tenía esta idea en la cabeza y simplemente no me dejaría, aunque la verdad me hubiera gustado hacerla más fluff, pero no me quejo del resultado al ser mi primer intento de omegaverse.
La verdad mi idea de las dinámicas Alfa/Beta/Omega es muy poco convencional, prácticamente aquí los celos no son algo tan salvaje y sexo, sexo, depende de cada individuo como intente explicar dentro del one-shot un poco. También me gusta pensar que las personas en celo/rutina tienen conciencia de sus acciones, aunque se ve aún así un poco empañada por las hormonas, de igual manera me gusta pensar que los betas si cuentan con un aroma característico, aunque en este sería muy leve y básicamente consistiría en: flores, cosas inodoras (sin olor como por ejemplo: viento, nubes, inserte otro ejemplo), etc.
Y si, los mobians son parte animal así que tendría más sentido el omegaverse común pero no me gusta escribir +18, me da askito y sólo sucede cuando las estrellas se alinean, así que sorry 😿
En otras cosas, iba a hacer esto único, pero vi un fragmento de la dama y el vagabundo y me di cuenta que era perfecto para el sontails, y después me di cuenta que podría poner todas mis ideas de otros ships en este libro, así que por eso el título.
Esto definitivamente tendrá otra parte, porque quiero escribir más fluff omegaverse, probablemente cuando termine la week 😔
Y ya, es todo, gracias por leer y chaoooo 💐💐💐
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