Pool Sex.

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|Pool sex|

"¿Estás seguro sobre esto?" Pregunté un poco nerviosa de que nos descubrieran y llamaran a la policía.

"Shh, si. Vamos, nena." Susurró Harry, caminando delante de mí mientras me jalaba de la mano con nuestros dedos entrelazados.

Nos escabullimos por unos arbustos hasta llegar al patio de la casa de al lado de Harry. Al parecer no había nadie en casa, todas las luces estaban apagadas y antes de escabullirnos revisamos el frente y ningún auto estaba estacionado.

El patio era enorme, se notaba que la familia era de tener dinero. En todo el patio había una enorme piscina con las luces encendidas dandole un tono provocativo. Mientras más avanzábamos hacia la piscina, más se notaba lo limpia que estaba. Estaba completamente transparente y se hacían unas leves olas sobre el agua.

Nos detuvimos al frente, y Harry volteó para mirarme con una enorme sonrisa.

"¡Sorpresa!" Dijo levantando las manos.

"¿Es en serio?" Lo miré incredula, cruzándome de brazos.

"¿Qué? Dijiste que querías hacer algo divertido. ¿Qué mejor que una piscinada en la noche, tu y yo sólos?" Se encogió de hombros, sonriendo de lado.

"¿Los dueños de la casa saben que venimos?" Pregunté a pesar de ya conocer la respuesta. Era algo muy obvio, si no, no hubiésemos entrado a escondidas.

"Uhmm ¿No?" Dijo con un tono obvio. "Rélajate, siempre vengo con mis amigos cada vez que se van de vacaciones. No es la gran cosa." Vuelve a encogerse de hombros, acercándose hacia mí, acariciando mi cintura.

"Eres increíble," Reí con sarcasmo, sonriendo mientras meneaba la cabeza.

"Lo sé," Sonríe mostrando sus hoyuelos mientras sus brazos se cerraron en mi espalda, pegando su cuerpo al mío. "Ahora, ¿Nos bañamos?"

Sin pensar mucho en el tema, asentí y nos separamos para que cada quien de desvistiera. No tenía idea de que iríamos precisamente a una piscina, así que quedé en ropa interior que prácticamente era lo mismo que un traje de baño.

Al terminar de desvestirme, doble mi ropa y la deje a unos centímetros del borde de la piscina, lo suficientemente lejos para que no se mojara. Me doy la vuelta al escuchar un 'splash', veo la figura de Harry debajo del agua para luego verlo salir al aire, con su cabello todo empapado en su rostro. Con sus manos lo retira y me mira haciendo gestos con su mano para que me metira.

"Vamos, nena. El agua está perfecta." Nada hacia mí y levanta sus brazos, moviendo sus dedos. "Vamos, salta. Yo te atajo."

Camino hacia la orilla, me tapo la nariz y con un pequeño salto, caigo en el agua. Por el impulso mi cuerpo cae hasta el fondo de la piscina, cuando mis pies tocan el suelo me empujo hacia arriba y respiro, quitándome el cabello del rostro, sintiendo al instante unos brazos alrededor de mi cintura.

"Hola de nuevo. ¿Qué tal la vida ahí abajo?" Preguntó Harry estúpidamente cuando abrí los ojos y sus perlas verdes estaban fijas en mí.

"Nada mal," Reímos bromeando.

Durante media hora, nadamos por toda la piscina, notando que habían zonas donde el agua era cálida y en otras era fría. Jugamos a quien aguanta más la respiración y disfrutamos de la simple compañía del otro.

Cuando nos aburrimos, nos acercamos a la parte menos onda, donde nos llegaba el agua por el pecho. Harry de inclinó, abrazándome e iniciamos la sesión de besos que no podía faltar. Envolví mis brazos en su cuello para mejor soporte y atrapé su labio inferior entre mis dientes y sonreí con malicia, soltándolo. 

"No me provoques, nena." Susurró contra mis labios, moviéndolos contra los míos con más fuerza. Cerré los ojos y llevé una mano hacia su mandíbula marcada y acaricié su mejilla mientras que con mi otra mano acariciaba su nuca.

Llevábamos medio año saliendo después de conocernos en nuestro segundo año en la universidad. Lo primero que me había llamado la atención acerca de Harry era su sentido del humor. Sin embargo, Harry sabía cómo comportarse dependiendo donde esté. Puede pasar de chico serio que va a conocer a los padres de su novia por primera vez a ese chico que trata a su novia con delicadeza y cariño. Tiene grandes contrastes entre cada etapa, pero aún así no deja de ser respetuoso y cariñoso desde que comenzamos a salir.

Desde ese día me había vuelto adicta a sus besos. Sus labios eran suaves y cálidos y se ajustaban perfectamente a los míos. Su lengua jugaba con la mía, enviando espasmos por todo mi cuerpo, encendiendo la llama poco a poco. Simplemente sabía cómo usar su lengua y labios. Oh, por supuesto que sabe.

En nuestro quinto mes decidimos dar el siguiente paso, ninguno de los dos éramos vírgenes pero tampoco éramos los más experimentados. Entre ambos nos hemos encargado de ser nuestra primera vez en varias cosas.

Continuamos el mismo patrón por varios minutos. Nos besabamos, tomábamos aire y volvíamos a besarnos. Cada vez nos besábamos con más prisa, nuestras manos recorriendo nuestros cuerpos, empujando nuestros deseos.

"Nena, nena. Abrazame con tus piernas." Murmura Harry jadeando contra mi rostro, llevando él mismo sus manos a mis grandes muslos, envolviéndolos alrededor de su cadera. El agua ayudándonos a sostener apoyo con facilidad.

Ambos gemimos cuando Harry me toma de la parte baja de mi espalda y pega mi pelvis contra la suya. Gimo una vez más, sintiendo los húmedos labios de Harry pellizcar mi cuello, moviendo sus manos en mis caderas, indicándome que me moviese. 

Comencé a restregar mi coño contra su mediano bulto, sintiendo cómo poco a poco iba incrementando su prominencia al mismo nivel que mi excitación y calor en mi cuerpo. El deseo rápidamente se apoderó de nosotros, nublando nuestro juicio y poniendo como meta el placer del otro.

"Mierda, nena." Harry muerde su labio, llevándome hacia una de las escaleras de la piscina, sentándome en el escalón más alto. Se posiciona entre mis muslos y los acaricia, volviendo a atacar mis labios con su lengua. Viviendo el momento, dejo que sus hábiles dedos empujaran hacia abajo mis bragas, una vez que me las quitó, las dejo flotando sobre el agua. Llevó sus mágicos dedos hacia mi coño, abrió los pliegues y comenzó a hacer ligeros círculos en mi clítoris.

"Oh, mierda. Joder." Gemí, sin aliento por el beso. Harry arrastró sus labios por mi mejilla a la vez que llevaba un dedo hacia mi hendidura, donde comenzó a hacer círculos y meterlos con lentitud.

"Harry," jadeé, apretando las piernas en su cintura, jalándolo más cerca, cerrando los ojos y dejándome hacer. 

"Mierda, estás tan mojada." Comenzó a mover su dedo más rápido, insertando dos más.

"Obviamente," quise bromear, pero sus dedos no me dejaban formular una simple oración.

Queriendo hacerlo sentir como él siempre me ha hecho sentir, llevé mis manos hacia donde hasta ahora no me había atrevido ir. Palpé su polla por encima de sus bóxers, tomándolo por sorpresa haciendo que mi placer fuese remplazado por el suyo.

"Tocame, por favor." Pidió él, jadeando mientras restregaba mi palma sobre su polla cubierta. Jamás había hecho una paja, o mamada. Pero traté de recordar los datos que mis amigas cotilleaban más lo que había leído en internet y visto en algunos vídeos porno.

Presioné mi palma y lo tomé con fuerza. Harry cerró los ojos, pegando su pecho contra el mío mientras jadeaba en mi frente.

"Por favor, nena." Tomó mi mano debajo del agua con la suya y a la misma vez que abrió sus ojos para mirarme con las pupilas dilatadas, metió mi mano dentro de sus bóxers y se los bajo hasta los muslos. Baje la mirada y vi cómo la punta sobresalía sobre el agua. Jadeé, ampliando los ojos, viendo su color rosa.

"Tocame, Angie." Esta vez ordenó en un tono suave. Sin dejar de verme, con su mano envolvió la mía alrededor de su polla. Ajustó mi puño y me indicó que comenzara a moverla.

Moví mi muñeca, cambiando la rapidez hasta que conseguí el ritmo que lo hacía jadear y soltar uno que otro gemido.

"Mierda, eso es. Aprietame más." Gruñó, con su voz oscurecida.

Mordí mi labio con concentración. Los segundos pasaban y mi muñeca ya empezaba a cansarse. Harry estaba estático contra mi pecho mientras trataba de respirar con los ojos cerrados. Ya a los minutos Harry seguía jadeando, pero quería escucharlo gemir.

Detuve los movimientos de mi mano y Harry al momento abrió los ojos. Sin dejarlo hablar, le quité por completo los bóxers y cambié de posición. Sentándolo sobre el escalón un poco más hondo. Me quité yo misma el sostén, dejándolo flotar con el resto de nuestras prendas y volví a abrazarlo por el cuello y la cintura.

"Follame, bebé." Fue todo lo que dije antes de plantar mis labios contra los suyos. Harry gruñó por lo bajo, y tomó mis claras palabras como un pase libre.

Se recostó por completo contra el borde y me levantó un poco para llevar su polla hacia mi hendidura. Hizo círculos con su punta antes de insertar un poco y terminar la embestida empujando mis caderas contra su pelvis. Harry gimió y yo solté un chillido, trepando por completo su cuerpo y echando la cabeza hacia atrás cuando comenzó a moverse.

El agua nos dificultaba la velocidad de las embestidas, pero agregaba una sensación extraña y placentera cada vez que Harry entraba en mí.

Él me tomó de los muslos, dejando caer una de mis piernas y sosteniendo la otra con fuerza contra su cadera. Chillé por el nuevo ángulo, sintiendo cómo su polla rozaba un punto débil cada vez que entraba.

"Mierda, amo tu coño. Siempre tan apretado. Siempre tomando mi polla como me gusta. Mierda." Sus palabras sucias siempre incrementaban el morbo del momento. Como las palabras salían de sus labios mientras jadeaba y su pecho se apretaba. Su voz tan sexy y oscura susurrándome tales cosas que hacían a mi coño apretarse.

No importaba que dijese, siempre causaba la misma reacción involuntaria.

Mi corazón parecía que se iba a salir de mi pecho, cuando Harry levantó un poco más mi pierna y empezó a mover sus caderas en círculos, fue la gota que derramó el vaso para sentir a mis paredes apretar su polla haciéndolo gemir y dejarme llevar por ese delicioso calor y placer recorrer cada fibra de mi cuerpo, dejándome completamente exhausta después de seis maravillosos segundos.

Parpadeé cuando escuché a Harry gemir más fuerte de lo común. Salió de mí en un rápido movimiento y comenzó a masturbarse.

"¡Santa mierda, mierda. Sí!" Terminó por correrse, apretando los ojos y dejando salir gemidos con la boca abierta.

Nuestros cuerpos se abrazaron en un cálido y cómodo abrazo mientras recuperábamos nuestras fuerzas. Compartimos pequeños besos, apoyando el peso de nuestros cuerpos entre sí, hasta que estuvimos listos para irnos.

Recogimos nuestras prendas regadas y flotando por toda la piscina hasta que Harry abrió la boca para matar el momento.

"Mierda, ahora mis vecinos se van a bañar en mi semén."

"Ew, no Harry. Cállate."

"¿Qué? es cierto. De todas maneras ya no importa. Muchas veces he orinado borracho y nadie lo ha notado."


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