Giulty (Marcel)


|Guilty|

- Buenas tardes, señora Marín - agito la mano con una pequeña sonrisa.

- Hola Marcel. Te he dicho que me llames Amelia- me brinda una sonrisa inusual y agita su cabello hacia un lado - pasa, le diré a Hayley que has llegado.

Asiento acomodándome las gafas y entro, me dirijo hacia el comedor ya conocido para mí y tomo asiento colocando mi mochila en la mesa y sacando los libros y un cuaderno con un lápiz junto a una calculadora.

Ya llevaba aproximadamente dos meses como tutor de Hayley, ambos nos conocimos cuando el profesor de física me asigno para darle clases fuera de la universidad. Hayley a veces podía llegar a ser bastante ignorante o simplemente era completamente inútil en la cuestión de hacer análisis y básicamente, de eso se trata la física. Pero igual me cae bien y es buena persona.

- Hola Marcel - saluda Hayley detrás de mi silla, se mueve a mi lado me da un beso en la mejilla como saludo y toma asiento a mi lado, trae con ella un cuaderno y un lápiz junto a un borrador.

- ¿De qué va el próximo examen?

- De la ley de Newton - resopla rodando los ojos - A ver Marcelito, me tienes que aguantar y explicar bien. Sabes que soy bruta y de verdad necesito pasar estos últimos exámenes - se muerde el labio la rubia, asiento y comienzo a explicarle lo que debe hacer, le escribo todas las formulas necesarias en una ficha y ahí empezamos a resolver problemas planteados por el profesor y que nosotros mismos inventamos.

Luego de dos horas, paramos un momento para dejar descansar la mente y siento mi vejiga un poco llena. No tengo demasiadas ganas de ir al baño, puedo aguantar, de hecho; pero sé que luego se me olvidara y ahí si me andaré orinando en la calle.

- ¿Quieres comer algo, Marcelito? - pregunta la rubia, dando zapping al televisor - mi padre dijo que podíamos ir a comprar algo de pizza, si quieres.

- Está bien, tengo un poco de hambre, de todas maneras - me lamo el labio y veo como Hayley se para del sillón mientras el papá sale del pasillo. No sabía que estaba aquí notado hasta ahora - Hayley - susurro, ella viene hacia mí y arruga la nariz en gesto de pregunta - ¿Dónde está el baño?

- Oh, está arriba tres puertas a la derecha - me sonríe haciendo flechas con la mano - entonces no vendrás con nosotros a comprar la pizza, por lo que veo - niego acomodando mis gafas, me molesta mucho el tabique - oh, está bien. Estaremos de regreso en una media hora, estás en tu casa - sonríe de nuevo y sale con su padre por la puerta principal.

<<Entonces es dos puertas a la izquierda ¿no?>> sí, creo que sí. Me encojo de hombros y subo las escaleras.

A pesar de ser el inteligente de la Familia y Harry ser el estúpido, soy bastante olvidadizo para las cosas pequeñas.

Entro a la segunda puerta en la izquierda ¿o era la derecha? De todos modos parece haber un cuarto de baño. Entro y lo primero que veo es el lava manos y arriba un gabinete y al lado el inodoro. Entro y mis ojos se abren como un sapo y me quedo estático y sin respiración al ver a la señora Marín quitándose las bragas. No tiene puesto más nada.

Más. Nada.

Nada.

Nada de nada.

Esta..

Trago seco

¡Desnuda!

¿¡Me entienden!?

DESNUDA.

Respiro y reacciono, me mato los ojos pidiendo disculpas.

- Oh por Dios, lo siento señora Marín. Le pedí un baño a Hayley y me ha mandado para acá y y-y-yo - se me enreda la lengua de los nervios. Comienzo a sudar pero mis pies están clavados al suelo.

Ella ríe, suena relajada y para nada sorprendida. Escucho sus pasos acercándose a mí. Cada vez más cerca, siento sus palmas suaves quitarme las manos que tapan mi rostro y pestañeo, me muerdo el labio, nervioso. No tengo puta idea de que hacer.

- ¿Por qué no te quedas un rato? - sonríe coqueta la mujer treintañera - Por lo que se David y Hayley no están. Estamos solos - murmura cerca de mi boca.

<<"Estamos solos">>

Dios.

Me alejo de ella mirándola sorprendido <<Mírala a la cara, solo a la cara. No le veas las..>> Mis ojos me desobedecen y escanean descaradamente los pechos de la madre de Hayley. Trago pesado, sintiendo un cosquilleo en mi entrepierna.

<<Joder, no te pares ahora>>

- ¿Por qué te resistes, cariño? Se como me has visto, me miras con deseo, me deseas - afirma con una sonrisa maliciosa y se acerca a mí hasta pegarse completamente. Alarga una mano y cierra la puerta del baño.

- Señora Marín, usted tiene esposo y yo..

- Shhhhh - posa su dedo índice en mis labios - Olvidémonos de él, ya no me complace, no lo deseo, no me excita. Tú me excitas Marcel, solo tú y por lo que siento ahora - desliza su mano por mi pecho hacia abajo hasta llegar a mi bulto recogido hacia un lado - yo te excito a ti - lo aprieta y jadeo.

Me reprendo mentalmente, pero la tentación es más grande. Joder, soy un hombre..

Mi mente me pide que salga huyendo, que es un adulto y no debo meterme con ellos. Me planteo las consecuencias que esto nos puede traer; pero si lo pienso bien... si se mantiene en secreto nadie lo sabrá ¿Correcto? Joder, que tengo una mujer, una mujer bella, que huele bien, tiene piel suave y literalmente me está diciendo que le excito. Quiero decir, esto no pasa todos los días.

A la mierda.

Asiento y ella sonríe. Me dirige y me sienta en el retrete. Se sube en mis piernas quedando en mi regazo con ambas piernas a cada lado y me besa.

La aprieto hacia mí hasta que su entrepierna roce con la mía ocasionándome una sensación gloriosa. Ambos gemimos y ella se separa sonriéndome de lado.

- Mejor vayamos a la habitación - sin más se pone de pie y me jala. Abre la puerta y la sigo con un estúpido - hagamos esto rápido, ellos no tardan en llegar.

Pone sus manos de manera brusca en mis pantalones y lo desabotona mientras lo baja hasta los tobillos, dejándome en bóxers. Me recuesto en la cama con los pies en el piso y ella se arrodilla entre mis muslos y me baja el bóxer.

Toma mi miembro levemente erecto y se muerde el labio mientras lo masturba lento.

- Mmm, esto se ve apetitoso - murmura haciéndome sonrojar, nunca me han hablado sucio - Quiero probarlo antes de que me folles.

Comienza a chupar solo la punta, en ese instante me retuerzo y gimo. Aprieto mis labios y subo la cabeza para ver mejor apoyándome en mis codos. Comienza a mover su cabeza de arriba abajo con una gran maestría mientras masajea con una mano mis testículos. Un calor excitante me recorre toda la longitud y me dedico a gemir mientras tiemblo y aprieto los ojos. El constante roce de su garganta en mi punta me lleva al límite, puedo sentirme a mí mismo hincharme, como estoy completamente duro y erecto, es una sensación indescriptible.

De repente se detiene.

- Mi turno - dice y me pone de pie, de nuevo se coloca sobre mi regazo y sin yo hacer nada, se mete mi pene y baja lentamente. Cierra los ojos echando su cabeza hacia atrás.

- Oh, Marcel. Eres tan grande - gime y me ve con lujuria. Posa ambas manos en mi pecho aun cubierto por el jersey y empieza a cabalgarme.

No puedo creer que la madre de la chica a la que le doy clases me este follando en este instante y me diga que mi pene es grande... Harry me felicitaría por esto.

Cada vez mi excitación crece, me pide que le apriete los pechos y le hago caso. Mi mente pierde resolución y me invade esa sensación tan gratificante y satisfactoria que incluso así no la quieres sentir, tu cuerpo se ve obligado a pedir más. Es casi imposible decirle que no a lo que es sentir placer.

Mis pies aun en el suelo se retuercen y con cada cabalgada se levantan un milímetro del suelo para luego volver a caer. No puedo hacer más nada que gemir, lamerme los labios y dejarme llevar. Se siente endemoniadamente bien, esto no debería de estar pasando. No sé cómo le veré el rostro a Hayley después de esto.

De un momento a otro, el placer aumento drásticamente haciéndome abrir la boca y soltar un gran gemido para luego dejarme llevar en un increíble orgasmo. Puedo sentir como cada fibra de mi cuerpo baila y hace estragos en mí, para luego dejarme en un estado soñoliento y débil, con la respiración agitada.

La mujer se sigue moviendo hasta llegar a un punto en que me apretaba los testículos con el culo, pero no sentía ningún estimulo por causa del orgasmo que aun me invade. Suelta un chillido y cae encima de mí pero luego se mueve a un lado de la cama.

Ambos nos quedamos en silencio por unos minutos, hasta que ella suelta una perezosa risa y habla:

- Eso fue increíble.

Suspiro, no debo pero no puedo estar más de acuerdo con ella.

El sonido de la puerta principal me alarma, me asusto y me pongo de pie subiéndome los pantalones con manos temblorosas, cojo las gafas y salgo sin despedirme. La cordura vuelve y entro en pánico.

<<¿Qué he hecho?>>

Bajo las escaleras y me encuentro a Hayley con una sonrisa tranquila y a su padre con dos cajas de pizza en ambas manos, me da un asentimiento con la cabeza y va a la cocina. La culpa me carcome, quiero salir huyendo. No puedo creer que yo, Marcel, haya caído en una estúpida tentación. Se supone que ese es el trabajo de Harry.

Asi debe ser la cara que traigo que Hayley que me mira con el ceño fruncido y se acerca a mí.

- ¿Has estado todo este tiempo en el baño?

- E-eh. N-no. Es que me perdí - pestañeo rápido, signo de nervios en mí - si eso, me perdí - asiento rápido.

- ¿Okay? - me mira extrañada - ¿estás seguro que te sientes bien?

- S-si , si. Todo bien - asiento y le sonrió nervioso. Ella asiente y toma una de mis manos.

- Vamos, la pizza huele delicioso - sonriente, me jala hacia la otra habitación.

<<"¿Estás seguro que estas bien?">>

Claro que sí, solo me siento jodidamente culpable.

Y como no, si me folle a tu madre.

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