Dubai.
Todos los créditos a @XxLaDeLosOjosx es su shot. Prometo escribirles uno esta semana, en serio. Pinky promise 👆
Estoy flipando. En extremo. Resumiendo: básicamente estoy con mi familia ( toda mi familia, si, toda. Ocupamos veinte mesas grandes) en la boda de Bella, mi hermana menor. Con muchísimas más personas sentadas en muchísimas mesas más, mirando el escenario por el que han pasado, hasta ahora, al menos quince personas a dar su discurso. Mi cuello ya se entumeció, pero por educación -y porque no quiero voltear a la mesa de atrás- dejo mi atención en la tarima como todos los demás o creo yo que todos están mirando a Roberto -pero siento mi cogote erizarse, así que temo que me este mirando-, amigo del novio, hablar sobre como Bella se cayó de culo en un viaje de pesca que hicieron y como paso el resto del día caminando como pingüino y lo que pensó Rob sobre que Alex -el novio- había follado a Sam duro por el culo.
No puedo evitar romper en carcajadas, como algunos en el inmenso salón, aunque la mayoría de las 1600 personas aquí no lo hagan porque consideran fuera de tono ese tipo de chistes. Mi madre se tapa la boca, ocultando su cara en otra difracción para que mi padre y hermano mayor no vean que esta intentando no explotar de risa; papá suelta un ruido de disgusto y se acomoda las solapas bruscamente y mi hermano junta sus manos en un puño sobre su boca con los codos en la mesa y me taladra con la mirada. Es bastante atractivo, pero engreído como mi padre. Sin embargo Robert se deleita con las reacciones que ha causado y los novios parten en risa, que es lo importante.
Aun así, he logrado distinguir un resoplido contenido de risa proveniente de atrás, se quien es. Porque lo he escuchado tantas veces en mi vida que ya es como escuchar mi alarma cada mañana. Y compararlo con una alarma seria precisamente un buen indicativo para decir que cada que lo escucho siquiera por la linea del teléfono cuando habla con mi hermano, la respiración me pasa por la garganta cosquilleando.
Mi hermano lo fulmina con la mirada también, por encima de mi hombro y casi contra mi voluntad, me vuelvo sobre el asiento acolchado, decorado con seda y gamusa purpura y lo miro directamente. Al hacerlo siento mis ojos achinarse un poco y mis labios se separan, a pesar del rojo opaco que llevó en estos, los siento secarse y trato de no pasar mi lengua para humedecerlos, porque tengo razones, además de esa para hacerlo. No fui discreta, lo admito, pero en este momento no me importo. Estuve tan absorta en su puño cerrado contra su boca comprimiendo la risa, que no note el momento en el que abrió sus ojos y estos se fijado directamente en mi. Con su cabeza gacha, me escruta y esta vez parece estar comprimiendo una sonrisa, pero por mi. Antes de volverme de nuevo, veo la luz reflejando en los cristales de la decoración, que a su vez iluminan el verde intenso de sus ojos y casi parece azul.
-Jenna -me regaña mi hermano, y me vuelvo de un salto. Aunque me habla a mi, esta mirando a Harry- te toca subir -me informa, enarcando una ceja. Los aplausos ahogan su grave y muy raspada voz y veo bajar a Rob del escenario.
-Claro -me apresuro a decir, como también me apresuro a revisar para encontrar la hoja. No esta, un pequeño panico me cierra el estómago y miro a mi madre. Ella lee mi mirada y sin tomar importancia dice:
-Que más da, no lo necesitas -hace un ademán con su mano- ve.
No quiero ser el completo centro de atención sin haber llegado al escenario antes, por lo que comienzo a arrastrar la parte trasera de mi vestido. Es una convinacion extraña que el modista de mi madre preparó. La parte superior es de gruesa tela cubierta con ceda blanca y la parte superior de la falda va transparentando hasta quedar solo en brillos blancos sobre la falda dorada. Atrás se vuelve mas pesada, ya que es más larga y tiene otra capa de la tela para darle volumen.
No me doy cuenta de la mueca contraída de mi cara y lo encorvada que estoy hasta antes de subir los escalones, me hiergo y suaviso mi expresión. Poso las manos a ambos lados del micrófono y sonrio falsa pero nerviosamente al publico de 1600 personas. Somos tantos que incluso los que están en los extremos del salón pueden verme gracias a unas pantallas planas en la pared, y por si acaso una pantalla de cine detrás de mi.
«Pff, ¿quien dijo que hay presión? »
Esto es casi tan malo como hacer una tesis frente a toda la universidad a voz popule y con la presión de todo el equipo de diez personas en tus hombros. Fallas, y te vas a la mierda.
-Bella -comienzo, tomando aire- eres mi hermana menor. La menor de los tres hermanos. Tienes la presión en tus hombros y -junto mis cejas asustada-... Básicamente te digo esto porque me he trabado. Literalmente, he perdido el estupido papelito, lo que es un asco porque eres mi hermana y lo único que me impedía decir que roncas como morza por las noches, era ese papelito -tomo aire frenéticamente y veo a muchos soltar risotadas, incluso mi padre y hermano, lo que motiva a otros a reírse también. A Sam se le salen los ojos de orbita y me encojo de hombros haciendo una sonrisa cerrada de disculpa. Ella niega con la cabeza y con una sonrisa me invita a continuar hablando.
-De verdad. ¿Saben? Yo esperaba decir algo como: de todas las personas que pudiste haber sido, escogiste ser la mujer que eres hoy, decidida, dedicada...indecisa, y una hermana menor que una vez más me demuestra que puede ser una mayor cuando así lo necesito. Cuando necesito tu apoyo.
La mirada de Sam, Alex y las de todos se enternecen y yo bajo la cabeza, ruborizada.
-Y eso era una de las cosas escritas en el papelito. Pero no lo tengo -me hice la confundida torciendo mi boca-. Porque de entre todos los espermatozoides en la carrera por llegar al óvulo, tu tuviste que ganar y joderme todas las barbies. El punto es, que eso ya no importa...Yo me desquite escondiendo las suyas -musito en el micrófono. Esta vez no hay manera de que nadie se aguante, por lo que el salón se vuelve Un barullo de risas y silbidos cuando concluyo mi discurso con una amenaza de muerte hacia Alex: Cuidala, o tendrás que vertelas con este espermatozoide de aquí -me señalo a mi misma y bajo del escenario. Recibiendo aplausos que golpean mis tímpanos. Me siento agradecida y triunfadora por lo que acabo de decir y cuando me siento, Harry se para y va a la tarima. Mi hermano me cubre la mano con la suya y me sonríe, negando con la cabeza mientras mama se seca las lágrimas con un pañuelo y le pasa uno a papá.
Harry atraviesa los escalones de dos en dos. A él nunca le importo realmente el protocolo sobre subir escaleras, o cualquier otro protocolo realmente...
Esta entusiasmado y por encima vez en la noche, no puedo creer que su cabello este tan largo; le llega hasta la mitad del cuello y los rizos se han suavizado quedando casi extintos. Lleva un traje vino tinto ( el siempre ha destacado cuando de trajes se trata especialmente. Pudo haber optado por un sencillo color negro u azul, pero no, Harry Styles escogió un despampanante vino tinto y cuesta creer que de entre los 1600 invitados solo otro chico vista del mismo color, y sin embargo no deslumbra). El traje lleva recatados espirales cimetricos en dorado en la parte delantera, y su camisa es de ceda de un blanco perla. Y sus botas, ni hablar. No hay palabras para ellas.
Sonríe al publico al llegar arriba y las luces se enfocan en él. Su cara en la gran pantalla. Por un segundo, me encuentra entre el publico y su sonrisa parece convertirse en algo intimo entre nosotros, y logro ver un brillo de maliciosa diversión en sus ojos. Nadie mas lo ha notado, solo yo.
-Hoy estamos todos aquí porque como sabrán, hoy se casa una pareja más -comienza, acariciando la hoja que extendió entre sus manos-. Pero ¿que diferencia una pareja de otra? yo no lo se con exactitud -niega-. Pero voy a decir las importantes diferencias que según yo, hace que ustedes dos destaquen de entre los demás.
Mi mandíbula llega hasta al suelo cuando escucho aquello.
-Primero, Bella, eres como una hermana para mi. Estuvimos compartiendo nuestros juguetes en la infancia, bromas en la adolescencia y ahora palabras de apoyo el día de la boda de dos personas importantes en mi vida. Mi hermana -la señala- y el que esta sentado al lado, el que se chorrea -lequita importancia a Alex con la mano, justo como yo lo haría y mi cara enrojece.
Sigue hablando y cada vez que dice algo más sigo sin creer que me haya plagiado el discurso. Estoy furiosa con él.
-Porque de entre todas las personas que pudiste haber sido, Bella, escogiste ser la mujer que eres hoy: decidida, dedicada...a veces insegura. Pero sobre todo una hermana mayor que presta su apoyo cuando más lo necesitamos.
Todos le aplauden cuando concluye y yo solo me quedo boquiabierta con todo lo que dijo que es mio, y antes de doblar la hoja la revisa por atrás y se hace el sorprendido. Me mira y sonríe: -Ah, aquí esta tu papelito, Jenna -lo pone en alto. Las cámaras me enfocan y yo me ruboizo. Harry baja del escenario cuando ha logrado arrancar risotadas de todo el publico incluyendo mi hermano. Mi ira se suaviza un poco más cuando mi madre me mira con ternura al seguir riendo. Solo ha sido una inocente broma, después de todo. Mi discurso también ha sido memorable, solo que sin la parte de hurtar.
La fiesta acabo finalmente a las seis de la mañana y toda la familia nos fuimos al hotel reservado, que es básicamente un monumento artístico con todas las comodidades y lujos que personas con los suficientes recursos para pagarlos pueden darse. Rita, mi mejor y yo dormimos en la misma habitación. La fiesta continuaría unos días después cuando todos hubiéramos descansado lo suficiente de esta noche. Durmiendo 12 horas seguidas, por lo que cuando me desperté, me sorprendio cuando Rita seguía como un oso en su cama y que yo tuviera un mensaje en mi móvil:
Cuando bajes a comer, dile a los camareros que te sirvan la orden 03, ellos sabrán qué llevarte.
El mensaje era de un número desconocido y había estado allí durante tres horas.
Quien eres?
Harry, preciosa. Lleva puesto un traje de baño. No preguntes, solo hazlo.
Me contestó inmediatamente sin rodeos.
Tengo años de no hablar con él, por lo que un mensaje suyo me sorprendió bastante. Aún siendo el mejor amigo de mi hermano, Jackson siempre mantuvo apartado a Harry de mí. Excepto una vez.
Me tome mi tiempo saliendo de la cama, cuando ya estaba en el suelo, fui a bañarme y puesto a que ya casi había anochecido, decidí pornerme un sencillo short holgado negro y un camisón blanco, y debajo, el traje de baño de una pieza.
Como él lo había dicho, ciertamente los camareros supieron qué servirme en cuanto me vieron. Era mi cena favorita: algunos mariscos con ensalada cesar y un batido de fresa. Agradecí mucho a Harry mentalmente.
En el plato había una dirección y la reconocí perfectamente. Uno de los chóferes me llevó. Tomó tres horas llegar hasta la casa de los padres de Harry, que como no, le habían dejado tremenda mansión con saunas y Dios sabe que otras cosas más cuando ellos mismos se aburrieron y decidieron pasar su matrimonio juntos viajando. Sé que Harry no va para allá casi nunca, por lo que me sorprendió estar frente al jardín laberíntico cuando el auto se fue. Termine el tramo; las puertas de entrada estaban abiertas, por lo que entré.
Sentí mis piernas flaquear cuando Harry apareció con su andar casual por uno de los laterales de la mansión y me sonreía, juro que pude caer al suelo por poco, estar sola con él es más intenso ahora para mi
-¿Que hay, Jenna? -se acerca a mi. Antes de que pueda percibirlo, me toma de un brazo y me estampa un beso en la mejilla. Le rozo un brazo con la mano pero el se aleja antes de que pueda hacer algo.
-¿Por qué estamos aquí?
-Por los viejos tiempos -me susurra y sus ojos me queman. Me estoy arrepintiendo de no venir preparada, porque cuando me conduce a la piscina techada en el piso de abajo, entro realmente en razón de que no saldremos de aquí sin habernos comido uno al otro durante toda la noche.
Hay pequeños arrollos en la pared de cada extremo, que cae en un claro poso que filtra el agua de nuevo. El centro de atención es una piscina de por lo menos treinta metros de ancho y cincuenta de largo. El diseño esta hecho para imitar las rocas del océano y a una pequeña isla, hay bordes irregulares y zonas en las que se puede descansar en la piscina misma sin recibir tanta agua. La iluminación en algunos puntos de las baldosas e incluso en la piscina hace que la silueta del agua se refleje en todo el lugar. La visión me abruma y me quedo sin palabras.
-Yo también reaccione como tu cuando descubrí este lugar -me informa, comenzando a caminar hacia la piscina. Lo sigo.
-Mira esto -se vuelve a mi y con una confiada mirada, chasquea los dedos y una pequeña lluvia comienza a caer alrededor de la piscina, sobre paneles que quedan llenos en un punto medio y filtran el agua al mismo tiempo.
El agua se ve iluminada por lucecillas de colores que cambian gradualmente. Siento que estoy en una pequeña isla de sirenas donde todo lo que toca Harry se vuelve celestial y aquí dentro me siento pequeñita al no saber como actuar.
-Ven, vamos -me pide una mano y cuando me la toma, nos dirigimos directamente a la piscina. Harry no lleva zapatos, esta descalzo y sus jeans rasgados en las rodillas y destinados por los años de lavados le ajustan las piernas y están arremangados por encima de los tobillos. Su camisón es blanco como el mío y le queda suelto.
El anillo de incrustaciones en azul me huela el dedo índice cuando hace contacto con mi piel.
-Quitate los zapatos, es mejor si estamos descalzos -me ordena, y mi cara se calienta cuando escucho lo ultimo.
Cuando ya estoy descalza bajamos por un corto tramo de escaleras, que yacen a un lateral de la piscina y llevan corrientes pequeñas de agua que mojan mis pies y un poco del pantalón de Harry. Tenemos que agacharnos para entrar en lo que parece, una cueva con azulejos. En una de las rocas hay almendras, una botella de champán y otra de vino y dos copas. Harry mira atrás y me sonríe. Me suelta la mano, y yo me siento en una roca grande a la esquina.
-¿Jackson sabe que estas aquí? -pregunta mientras llena las copas con champán.
-No, nadie sabe -contesto y veo de inmediato una sonrisa socarrona en Harry.
-Cielos, van a enloquecer cuando vean que no estas.
-No tienen porque hacerlo. Ya soy una adulta, puedo cuidar de mi misma -le espeto a Harry, levantando mi barbilla. Él enarcando una ceja.
-Lo mismo dijiste a tus dieciséis años -me recuerda él, y me observa mientras se lame los húmedos labios por el champán. No puedo mirarlo esta vez, por lo que veo en otra dirección.
-Eran tonterías adolescentes-musito.
-¿Enserio? -sus ojos se ensombrecen- Yo no era un adolescente ¿cómo explicas eso?
-¿Que estas insinuandome? -inquiero, bajando la copa de mi boca sin haber bebido siquiera.
-Que no fueron tonterías. Estas insultando mi inteligencia.
-Eso no es cierto, y si fueron...
-Si hubiera sido una tontería tu hermano no me hubiera golpeado cuando nos encontró besándonos en tu habitación.
-¿Disculpa? Tu fuiste quien me beso.
Harry entrecierra los ojos con suspicacia y se inclina hacia mi.
-¿Que yo te besé? -arrastra cada letra con su lengua.
-Si -sentencio.
Él se levanta, desafiando me sutilmente con la mirada, da unos pasos fuera de la cueva y dice:
-Quiero nadar -comienza a desabrocharse los jeans y me hecha una mirada seductora-¿Vienes?
Me muerdo la lengua antes de contestar, dándome tiempo para meditar la respuesta. Sé que Harry ha pensado durante toda su vida que soy una chica sometida por su hermano y cerrada a toda aventura que mi respuesta a todo sera: No.
-Bien, porque ya muero por probar la piscina -al instante me arrepentí de soltar eso. Es malditamente mal interpretado y para como esta la atención entre ambos, solo ayuda a que mis nervios aumenten.
Me muestra sus hoyuelos con esa sonrisa que me insta a seguirlo a donde sea. Y antes de siquiera darme cuenta, sus pantalones van a medio andar. Se los arrebata de los pies y estos son lanzados a una roca, seguido de su camisón. Desvío mis ojos a un punto muerto de la cueva para evitar mirar su espalda; infló mis mejillas exhalando aire y nervios.
-Creeme, yo tambien muero por hacerlo -me contesta riendo con un mensaje fuera de contexto. Me busque esa respuesta. Gotas de agua caen sobre mi cuando Harry se sumerge en la piscina.
-¿Vas a saltar o que? -flota en el agua, iluminada a intervalos desde el fondo. Estoy segura de que es cuatro metros profunda- Quitate la ropa -dice en un hilillo de voz, entrecerrando sus ojos. Ahora su sonrisa es mas amplia y yo me encono, tragando y quedando en pie dentro de la cueva, paralizada
Me zambulli en el agua en cuanto me quite la ropa, y mientras estaba en el fondo pude deshacerme de la lujuriosa mirada de Harry.
-Gracias por robarme mi discurso por cierto -le espeto.
-Fue un placer. Eres muy despistada -se echa a reír.
-No es así.
-Bien -No me toma importancia y se hunde grácilmente, impulsándose rápidamente con sus pies bajo el agua. Yo me quedo observando la lluvia de colores y sin más, soy sujetada abruptamente y empujada bajo el agua, mi chillido queda ahogado y puedo ver el borroso cuerpo de Harry sujetandome y llevándome de nueva arriba.
-¿Que me decías?
-¡Bueno! Si soy despistada, ¿ya?
El sigue envolviendome, mientras ríe suavemente y se acerca a mi rostro. Yo voy alejandome y Harry es arrastrado por mi, la pared me frena y me estremezco por lo fría que esta el agua en esa zona y porque los dedos de Harry comienzan a acariciarme la cadera.
Harry es tres años mayor que yo, por lo que esta por terminar la universidad mientras yo voy a medias. Él siempre me atrajo y de algún modo siempre me coqueteaba de una manera en la que una chica de dieciséis años no podía resistirse a uno de diecinueve.
Ahora yo con veinte y años sin ver a Harry sigo controlando mis respiraciones cuando el se presenta.
-Muy despistada -susurra tan bajo que lo que dijo fue tragado por el ruido del agua cayendo.
-Harry...
Me besa el cuello. Y es exquisito. Inhaló hasta que mis pulmones no pueden más, y yo no puedo más. Mi piel no puede más con el ardor que provoca él. Tenso mi mandibula cuando Harry llega a esta y su beso suena en mi piel. Finalmente me besa el los labios y las mejillas me arden tanto que por un momento me asusta quemarme. Es tan cierto: lo que se hace arriba, se siente abajo.
Intensifico mas el beso y él acelera el ritmo. Estoy desesperada por él y definitivamente no hay nadie que me salve de esto. No lo necesito y no lo quiero. No quiero la ayuda de nadie para alejarme de Harry porque ya no lo evadire nunca más.
Se separa tan solo un milímetro y mirándome a los ojos dice:
-No puedes decir ahora que éstas son tonterías de adolescentes -casi no tiene aliento al decirlo.
-Calla -le ordeno. Con mis manos llevo su cara a mi de nuevo y lo beso.
Suelto un gemido ahogado cuando pega mi cuerpo al suyo y mis piernas automáticamente lo envuelven.
-Harry... -gimoteo, tratando de recuperar la razón y decir que esto esta mal.
-Calla -gruñe, mientras mordisquea mi cuello y siento que una sonrisa se planta en su cara. Engancho mis manos en su pelo mojado.
Gimo un «Ah» mas amplio y fuerte cuando su mano acaricia mi vagina por encima de la tela, bajo el agua. Me toma tan de sorpresa que debo estampar mi espalda contra la pared para asegurarme de no ahogarme.
-Te deseo tanto, preciosa -arrastra las palabras y muerde en lóbulo de mi oreja. Presiona en mi entrepierna al decirlo.
Siento humedecerme y abro mis labios cuando Harry comienza a frotar. Mis manos bajan del cabello a su bóxer, y esta vez, cuando presiono su ereccion, Harry se exalta y deja de masajear mi intimidad para sostenerse del bordillo de la piscina y yo engancho mas mis piernas a él.
-Vamos a terminar en el fondo si seguimos aquí -dice él riendo y tomando un gran respiro que lo que estábamos haciendo.
Me toma de las piernas y consigue la manera de nadar hasta la orilla y salir de la piscina.
Me deposita en el sofá en el piso superior y se coloca a horcajadas y con una mano en mi muslo derecho, sube mi pierna y me succiona el cuello asegurándose de dejarme marca. Siento la gotas escurrir por mi cuerpo y el calor que emana este igual que en el de Harry. Su cabello cosquilleando en mi pecho. Mesajeo su miembro y sus gemidos se vuelven mas constantes; reprimo un largo suspiro cuando me sujeta la mano y la aleja de su erección. Me mira a los ojos y los suyos están brillantes y dilatados de excitación y sus mejillas han tomado un imperceptible color rosáceo que me encanta. Y ahora, viéndolo sobre mi, con sus músculos contraídos a pocos centímetros del mio hace que las mariposas en mi garganta exploten. Me muerde el labio y él nota la accion, besandome y mordiéndome él mismo. Hallo la manera de sacar mi mano de su agarre y le jalo y el bóxer. Su miembro salta con esa acción. Harry termina de sacarse la prenda y de una manera juguetona, desabrocha los tirantes de mi bañador. Siento la tela aflojar un poco de mi cuerpo; Harry me sienta en su regado y su miembro roza mi vagina. Pego mi pecho a su cuerpo cuando el bañador cae hasta mis caderas. Se que me he ruborizado. Harry me abraza cuando me pego a él y siento su sonrisa y sus manos recorren mi húmeda espalda. Hundo mi rostro en su cuello y las puntas de su pelo me cosquillean en la cara.
-No seas tímida -susurra con dulzura y me acaricia el pelo-. Jenna, mirame. No quiero ser sucio, pero, voy a penetrante. Sabes... -para de hablar sin saber como decirlo-uh, voy a...penetrante, ya sabes. Esto sera muy intimo -su voz desciende al decir lo ultimo.
-Estoy lista -declaro.
-Jenna...
-Lo estoy desde que comenzamos a acercarnos de esta manera.
-Desde los quien quince -musita. Me separo, y el termina de quitarme el bañador, contemplando mi cuerpo con deseo. Quiero taparme ferozmente, pero me Contengo. No estoy acostumbrada a este tipo de miradas e intimidad.
Besa el espacio entre mis pecho dejando besos húmedos. Me toma de las caderas, y por fin, me penetra. Contengo la respiración y ahogo un quejido, mis muslos se contraen y su miembro me lastima ahí dentro.
-Santo cielo -musito con dolor. Harry sale de mi repite el movimiento dos dolorosas veces más, hasta que vuelve a entrar y esta vez la sensación es placentera.
Harry gime y yo lo hago cuando entra mas fuerte y los movimientos se vuelven rapidos. Le beso el cuello y sus labios buscan los mios. Su lengua juega con la mía y gime roncámente, esta vez mas fuerte. Me sujeto muy fuertemente a su cuello cuando el éxtasis llega a mi y explota en todo mi ser, enviando electricidad hasta la punta de cada extremidad.
-¡Ah, joder! - grita él y sale de mi, acabando en el sofá.
Él cae sin energía en las almohadas y yo qued9 sobre él, jadeando. Su pecho comienza a tomar el ritmo normal.
-Mierda Jenna -hace una pausa, tratando de asimilar algo-. Te amo tanto.
El corazón se me frena y mis manos acarician su pecho. Lo miro a los ojos y Harry me acaricia el rostro.
-Y yo a ti, Harry. Te...te amo.
Me besa. Y desde ese momento se que las cosas cambiaran para siempre entre nosotros.
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