卐☭ Nazunist ⚣
Advertencia: Alusión a la violación sexual, traumas psicológicos, abuso físico, fobias.
En aquel complejo gris el frío parecía hacerse más intenso, continuó caminando sin prestar atención a lo que lo rodeaba hasta llegar a la celda que le habían mencionado antes, tomándose su tiempo para encontrar la llave correcta y abrir con precaución la puerta metálica.
El fascista de burlones y llameantes ojos esmeralda, apariencia elegante y sofisticada... parecía ya no existir en el carmesí acostado en el duro suelo de cemento, con la ropa destrozada y la respiración temblorosa.
URSS jamás pensó verlo en ese estado tan deplorable y lastimoso, pero al dar un paso hacia el frente el contrario tembló aún más.
—Por favor.. por favor ya no más, te.. te lo suplico... –Lloriqueó con la garganta reseca haciéndose ovillo con lentitud entre quejas, ni siquiera se había percatado del eslavo—.
Inmediatamente se detuvo, resoplando e intentando mantener la compostura ante lo que estaba observando, se quitó la gabardina y la dejó caer sobre el cuerpo ajeno lleno de golpes y marcas de letras ilegibles por la sangre seca sobre estas, se mantuvo quieto hasta que el rubio pareció relajarse y entonces de un rápido movimiento le clavó en el hombro una jeringa con anestesia que lo dejó inconsciente al cabo de unos momentos así permitiéndole tomarlo en brazos, ese no había sido el trato, pero se lo llevaría.
—Oye, ¿Qué crees que haces sacándolo de su celda? –La francesa se acercó inmediatamente al ver al más alto con algo en brazos que obviamente era el fascista debido a que sus botas negras polvorientas estaban a la vista—.
—..¿Acaso lo has visto? –Dijo entre dientes el de parche, sin mirar nada más que al suelo para controlarse hasta llegar a su territorio—.
—¿Verlo?, pues no, América dijo que se encargaría él de hacerlo confesar –Esta arqueó una ceja cruzando sus brazos, ni siquiera la habían dejado darle un golpe al maldito que invadió su territorio durante casi cuatro años—.
—........Se va conmigo, único y último aviso. –El de ushanka la hizo a un lado y continuó con su camino en el edificio parcialmente destruido por los bombardeos cercanos hasta llegar al auto en que lo trajeron—.
Durante el viaje se permitió descubrir al menor para saber exactamente qué tendría que atender e ir haciendo un plan, además de las laceraciones en la piel llena de moratones, tenía una pierna rota y cerró los ojos con fuerza cuando vio entre las telas sucias sus piernas llenas de sangre proviniente de su trasero sumamente dañado, sintió inmensas náuseas de pensar en lo que había pasado a pesar de tenerle gran odio por su traición, pero jamás hubiese pensando en vulnerarlo hasta tal punto o siquiera hacerlo.
El viaje fue muy largo pero probablemente le dio la oportunidad al de esvástica de descansar bajo los efectos de las tres dosis de anestesia que le puso, todo ese tiempo lo mantuvo entre sus brazos recordando algunas cosas de cuando aún eran aliados, aquella mirada llena de seguridad y picardía burlona parecía haberse esfumado de su rostro lastimado.
Llegando a casa no dijo ninguna palabra a sus guardias que tampoco preguntarían, sus hijos continuaban en la capital ayudando a hacer conteos de pérdidas y daños respectivos, por lo que tenía la libertad de brindarle una habitación al germano en lo que duraba su recuperación física y decidía qué hacer con él exactamente, mientras tanto solo lo acostó en una cama y con un trapo humedecido de agua tibia comenzó a limpiar su cuerpo tras haberlo desvestido cortando su uniforme inservible a excepción de sus botas, cuando la sangre fue desvaneciéndose.. toda clase de palabras despectivas e insultos en inglés quedaron a la vista en los muslos y espalda de Dritte Reich.
Tuvo que apartar la vista un momento conteniendo la cólera en su pecho antes de cubrirlas con pomada y gasas, sin embargo la parte más difícil que reacomodar su fémur derecho fue girarlo boca abajo para limpiar el área más brutalmente afectada, otra vez cerró los ojos y suspiró profundamente armándose de valor para tocarlo intentando no lastimar más su piel siendo la primera vez que lo veía desnudo en su vida.
Tomó un par nuevo de guantes y algodones con alcohol para desinfectar, cada movimiento fue sumamente cuidadoso cerciorándose de que siguiese inconsciente para no sentir el gran ardor que seguro provocaba, pero por suerte no hubo contra tiempos durante esa intensa hora estresante que finalizó vendándolo y colocándole ropa limpia de color gris que pertenecía a Rusia debido a su altura similar con el jovencito. Y tras limpiar todo salió de la habitación para centrarse en su trabajo lo mejor que pudo.
• • •
Al parecer debido a la anestesia y morfina que le inyectó el alemán pudo entrar en descanso por lo que ya había pasado cuatro días durmiendo permitiéndole así regenerar poco a poco sus heridas más leves, mientras tanto continuó limpiando su cuerpo con trapos tibios y revisando algo incómodo el estado de su entrepierna que comenzaba a bajar el color violeta insano.
Siendo hora del almuerzo y con el silencio de la gran casa prefirió sentarse a comer en el escritorio de la habitación ocupada por su "Paciente" que tenía aún un semblante de angustia incluso en sus sueños profundos, no tenía idea de qué haría con él cuando se recuperase, tal vez podría tenerlo en el desván vigilado buscándole alguna utilidad ya que después de todo su territorio había tenido muchas proezas tecnológicas en esos años.
Lo observó durante un rato, acomodando las mantas sobre su cuerpo e incluso su cabello despeinado y algo largo, por un momento pensó en cortárselo como recordaba pero optó por declinar de ello, solo limitándose a tratar sus heridas y cerciorarse de su delicada salud debido a la ocupación actual de su territorio que le impedían regenerarse como los demás.
. . .
Al cumplirse la semana de estadía el de esmeraldas abrió los ojos lentamente sintiéndose mareado y algo menos adolorido que antes, pero no reconocía el lugar donde estaba y eso rápidamente lo puso nervioso y quiso moverse.
—Mantente donde estás, los huesos de tu pierna aún no han pegado bien –La voz del escarlata al otro lado de la habitación, precisamente entrando a la habitación con ropa de exterior, atrajo la atención ajena—.
—U..URSS, no.. no por favor, tú no, no me hagas daño –Inmediatamente comenzó a desesperarse al igual que su respiración agitada, el eslavo frente a él era tan grande y corpulento que podría matarlo solo con las manos luego de la traición que cometió a su tratado—.
—...Te he traído a mi casa para que sanes tus heridas, no planeo nada. –Las manos en sus bolsillos se le hicieron puño al ver la expresión de pánico en el europeo que se veía como un animal a punto de ser asesinado– Ahora que ya despertaste traeré comida.
Encogiéndose en un ovillo el de esvástica se cubrió lo mejor que pudo con la manta sobre su cuerpo tibio, evitando moverse de más por el dolor que efectivamente tenía en la pierna derecha en lo que el castaño salía de la habitación sin cerrar la puerta, así permitiéndole ver la ventana del pasillo que dejaba apreciar el paisaje gélido del lugar donde estaban, parecía ser una mansión de nos niveles en medio del bosque pero el no oír a nadie más en la propiedad no disminuida su estado escéptico y paranoico de que pudiesen volver a lastimarlo de esa manera.
Rato después recibió una bandeja con sopa de verduras con pollo, pedazos de pan horneado con mantequilla y una porción pequeña de puré de patatas que inmediatamente le abrió el apetito sin desperdiciar un solo segundo para comenzar a comer desesperado con la cuchara en su mano, a medida en que daba bocado tras bocado sintiendo el buen sabor de la comida las lágrimas se acumularon en sus mejillas, pues luego de que los anglosajones lo atraparan pensó que jamás podría volver a comer algo más en su vida que insectos de la celda.
La mano enguantada del de ushanka le hizo dar un leve salto de susto hasta que visualizó el pañuelo blanco en su gran diestra, este sin decir nada se lo tendía para que secase sus lágrimas y continuara comiendo la porción generosa de sus platos. Cosa que hizo tras deshacerse del agua en sus ojos enrojecidos, no dejó ningún resto y suspiró profundamente liberando tensión en su cuerpo además de sentir inmenso alivio en su estómago ya lleno.
—Ahora viene la parte difícil. –URSS vio al más bajo palidecer cual hoja de papel, pero no sintió ningún tipo de disfrute por su terror, habría que estar enfermo para siquiera sonreír por verlo llorar a pesar de lo que hizo– ...Debo revisar tus heridas para que no se infecten.
—Por favor no me toques, no quiero, por favor –El menor se retrajo cuando la bandeja fue retirada de la cama dejándolo sin la pequeña barrera que había entre él y el castaño—.
—Solo voy a ver cómo están, no voy a tocarte a menos que necesiten atención –Explicó de manera neutral quitándose la ushanka para que la felpa no le tapase la vista al inclinarse—.
—No quiero, me duele, no lo hagas –Respiró más rápido el carmesí abrazándose a si mismo, sintiendo un inmenso pánico de que alguien más lo tocase porque temía que fuese a destruirlo otra vez y preferiría morir ya—.
—... Entonces tú baja el pantalón y déjame ver cómo van las costras de tus piernas. –El de parche mantenía la compostura como podía, algo estresado por tener que repetir las cosas pero sobre todo por el estado de temor en el contrario—.
—Pero.. –Dritte quiso negarse de nuevo ahora por la vergüenza de desvestirse frente a alguien, solo quería envolverse entre las sábanas y dormir hasta que el mundo estuviese destruido—.
—Reich yo no voy a tocarte si no quieres eso, pero como una sola herida se infecte va a ser grave, ya casi no tienes regeneración territorial –Se frotó el rostro suspirando, tal vez tendría que volver a adormecerlo hasta que todo estuviese bien en su maltratado cuerpo– Solo tengo que revisar con la mirada, me mantendré a cinco pasos.
El de esmeraldas respiró aún agitado y cerró los ojos pensando una y otra vez, hasta que asintió tembloroso y quitó las mantas sobre su cuerpo, tomándose su tiempo para remover poco a poco la prenda que cubría sus piernas hasta que comienzo a llorar al verlas llenas de palabras vulgares e insultos, recordando el dolor de sentir la navaja militar cortando su piel mientras gritaba que se detuviera antes de comenzar el verdadero calvario.
—..Ya está, puedes cubrirte, las cicatrización está bien.... No dejará marcas notorias si no te rascas. –Dijo desviando la mirada en lo que el otro de cubría el rostro entre sollozos que lo hacían sentir incómodo– Tengo que trabajar, no muevas la pierna.
Solo pudo salir de ahí y dejarlo desahogarse hasta que al recorrer el pasillo una hora después lo vio dormido envuelto entre las mantas aún con rastros de lágrimas en su rostro ojeroso, el fascista no había sido un santo en la guerra.. pero tampoco merecía lo que le hicieron.
━━━━━ • ⸙ • ━━━━━
Ya se había vuelto rutina compartir comidas silenciosas en la habitación ocupada por el foráneo cuya pierna inmovilizada lentamente comenzaba a soldar el hueso como debería ser, aunque últimamente en las mañanas como esa.. se despertaba incómodo por arcadas que llegaban de la nada.
—Bebe y no pienses en vomitar. –URSS le acercó el vaso conservando su distancia que poco a poco disminuía al aumentar en la misma proporción la calma del contrario que ya no temblaba al verlo entrar a la habitación—.
—No quiero jugo, huele horrible.. –Jadeó respirando profundo para calmarse tras un sorbo de agua, no soportaba el aroma proviniente del otro vaso cercano—.
—Son fresas en buen estado.. –El de ojo hielo miró extrañado al jugo rosa, pero resopló con calma y le acercó su propia tasa humeante– Entonces sólo bebé el té y come las tostadas.
—....Quiero más mermelada.. ¿Puedo?.. –En un murmullo tímido lo miró de soslayo, no quería enojarlo y que lo golpease por caprichoso, pero realmente le gustaba la mermelada de melocotón—.
—Solo no comas mucho o te caerá mal. –Y también se la acercó despacio para no asustarlo, luego tendría que revisar su garganta para ver si algo provocaba sus arcadas—.
—..... Gracias, Sowjet.. –El rubio murmuró y se dispuso a seguir comiendo hasta saciar su hambre esa mañana—.
Aquella semana las cosas continuaron calmándose pero las arcadas se convirtieron en vómitos y ascos a comidas comunes que antes había disfrutado, se sentía algo cansado y dormía más horas de lo usual solo pensando que sus heridas lo hacían para preservar energía de regeneración, mientras tanto el de parche lo tenía bien vigilado por si empeoraba.
• • •
—No.. no me digas eso, no puede ser, esto no me puede estar pasando.. –El de ropa gris sintió cómo su cuerpo quiso desvanecerse por lo que sus manos se apoyaron a los lados de su cuerpo para mantenerse sentado—.
—Los síntomas encajan, eres de los que tienen esa capacidad reproductiva por lo que no es extraño que hayas quedado embarazado después de.. –Prefirió dejar la frase incompleta para no recordarle el calvario que vivió esos meses a merced del salvaje americano—.
—No quiero esto, me siento asqueroso, si él.. si él se entera... –La respiración le falló y se tocó el pecho con la diestra sintiendo como si el corazón le fuese a estallar, estando aterrorizado y traumado hasta los huesos de solo recordar esos ojos azules mirándolo con enojo—.
—Ningún capitalista o externo podrá pisar mis territorios sin que yo lo sepa, menos aún poner un pie en mi casa. –Tendiéndole un pañuelo lo calmó a su modo, aún él mismo tenía que digerir bien la noticia tan desagradable—.
—Va a matarme Sowjet.. dijo que me iba a matar si decía algo, él vendrá por mi –Un sin fin de lágrimas dolorosas se acumularon en el rostro de Dritte, con tres meses no tenía marcha atrás, estaba entre la espada y el abismo– Tengo.. Tengo miedo..
La diestra sin guante del de hoz y martillo sin pensar tomó la ajena más pequeña de uñas lastimadas, permitiéndole sentir su piel algo áspera pero sorprendentemente tibia y confortante, no quiso mirarlo a los ojos pero aún así le dio un par de caricias como quien se las brinda a un íntimo amigo, lo oyó gimotear secándose las lágrimas con la otra para luego acostarse aferrándose a su mano como si fuese lo único estable que conocía. Se mantuvo allí viéndolo esconderse bajo las mantas hasta quedarse dormido, entonces se retiró de la habitación para subir al desván y rebuscar entre sus cajas mientras el otro descansaba.
. . .
—...¿Pintar?.. –Murmuró el europeo extrañado con varios lienzos medianos y una caja de pinturas óleo sobre la cama—.
—Bela dijo que la ayudaba a desestrezarse así que debe funcionar igual con todos –URSS le dio un sorbo a su café aún desde la puerta de la habitación, ya casi era hora de cenar pero con algo ligero bastaría– Puedes comenzar desde mañana.
—Pero no sabría qué hacer.. –El menor pasó despacio sus delicados dedos algo amoratados por sobre el lienzo más cercano, se sentía muy suave y le traía recuerdos de cuando venía las obras de arte en su nación —.
—Pinta tus emociones. –Finalizó el de gabardina saliendo de la habitación dejando con un aura pensativa al contrario—.
━━━━━ • ⸙ • ━━━━━
Últimamente las mañanas comenzaban igual, el de esvástica se levantaba de golpe para tomar la cubeta junto a su cama debido a que aún no podía correr al baño para vomitar lo que su estómago ya inicialmente abultado rechazaba de la cena, comenzaba a ser difícil para él mantenerse tranquilo sabiendo que en su interior llevaba el fruto de la peor tortura imaginable a manos de un demonio.
Las lágrimas que no derramaba las transmitía a través de sus pinturas, siembre de un estanque gris y neblinoso en medio de un bosque seco que se cae a pedazos corroído por el tiempo muerto, lo único con color en su habitación era el pequeño lienzo de peces que hizo el eslavo mientras compartían tiempo libre luego del almuerzo... A veces se quedaba observándolo en la pared y se perdía entre las líneas que simulaban ser una ligera corriente de agua bien hecha.
—Me duele el estómago.. –Dijo por lo bajo volviendo a acostarse en la cama con una expresión de melancolía en lo que el contrario entraba a la habitación ya vestido con su ropa usual—.
—¿Quieres un té? –URSS miró sus guantes de cuero que normalmente llevaba siempre pero esta vez solo los guardó en su bolsillo y se sentó cerca—.
—...Quiero que esto se acabe –El carmesí se retrajo acostado mirando al techo aguantando las lágrimas, estar prácticamente postrado en una cama por tener una pierna rota, múltiples laceraciones y además un maldito embarazo era peor que estar en una prisión– Argh..
Volvió a quejarse, los cólicos extraños que tenía lo hacían retorcerse para buscar una posición menos dolorosa, proto acabó por dar un ligero salto del susto cuando las manos ajenas se posaron sin aviso sobre su piel, sintió miedo tensándose por los horribles recuerdos que aún tenía frescos.. pero el soviético solo se concentró en frotarle el vientre sobre su suéter de manera cuidadosa.
—Esto debería ser suficiente por ahora, acuestate de lado cuando duela. –Aconsejó el castaño retirando sus manos dejando así una sensación extraña pero de alivio en el cuerpo ajeno ya más relajado—.
—.....Hazlo otra vez.. por favor... –Con un murmullo tímido el europeo se encogió sin mirar al aludido, el toque tibio de tacto suave en su piel fue muy relajante y a pesar de sentirse tenso al ser tocado, parecía que la presencia del mayor era sanadora—.
El de parche no dijo nada y volvió a colocar sus manos sobre el suéter de lana para así comenzar a mover ambas en diferentes sentidos de manera rítmica, notando minutos después como el ex fascista caía en el mundo de los sueños debido a su inusual comodidad de ser tocado ahora. De igual manera continuó masajeando un poco más despacio para evitar que los cólicos lo despertasen ya que había notado lo poco que dormía este, cuando sintió que ya era suficiente lo arropó con la manta y salió de habitación para preparar el desayuno mientras pensaba en aquello.
Aún no sabía que sucedería con ese bebé, Dritte por obvias razones quería deshacerse de su existencia pero él no podría jamás acabar con la vida de un ser pequeño debido a que tuvo niños a su cargo, así que todo quedaría en manos del destino... Fuese como fuese, tendría todo lo necesario para darle calidad de vida a ambos a pesar de tener muchos problemas por resolver al habérselo llevado de Bonn sin aviso.
• • •
Al inicio del mes ocho las cosas se tornaron un poco más complejas, debido a la decadente regeneración y estabilidad del de esvástica este comenzó a perder calor, por lo que se vio obligado a mantenerse lleno de mantas y dormir cerca al eslavo para que las noches gélidas no lo enviasen a coma.
Debido a la cercanía constante comenzó a serenarse ante su nueva fobia del contacto físico, siendo él mismo quien se apegaba a la espalda ajena para mantenerse a gusto con la calidez que brindaba, aunque su vientre ya de tamaño regular le incomodaba mucho.. en ocasiones llorando por el estrés de estar en esas circunstancias. Pero el mayor al oírlo le llevaba una caja con caramelos de anís que tenía en su oficina, así logrando calmarlo hasta que se acostara en cama nuevamente para no agotar su energía.
—Este lugar es muy frío.. –Se quejó en voz baja el rubio, estando en el sofá de la sala envuelto en numerosas mantas mientras esperaba la comida—.
—Sabes que no podemos mudarnos otra vez, aquí nadie va a buscar –URSS suspiró terminando de darle ligeras vueltas a la sopa, hacía dos meses atrás habían dejado la mansión moscovita para instalarse en una cabaña humilde en Irkutsk cerca al lago Baikal de la región Siberiana con su frío glacial pero hermosas vistas—.
—Ya no quiero vivir escondido como una rata –El más bajo cerró disgustado el libro que traía en manos, pero pocos segundos después su rostro se llenó de lágrimas como cada vez que tocaba el tema– ......Pero tampoco quiero que vuelva a matarme en vida..
—No me he mudado tantos kilómetros hasta aquí, para dejar que el bastardo miserable vuelva a ponerte un ojo encima. –Al terminar de servir los platos, dejó las cosas para ir a abrazar al contrario que inicialmente sentía un repelús tensándose para luego corresponder cuando volvía en sí sintiendo que era el ruso conocido– Ya no llores, se supone que eres un soldado sanguinario carente de piedad como para intentar eliminar a una raza entera.
Sintiendo al europeo escondiéndose bajo sus brazos le dio ligeros toques en la espalda y lo mantuvo así hasta que lo sintió calmarse, entonces tras ello el otro levantó su mirada algo acuosa, manteniendo el contacto visual hasta que comenzaron a acercarse lentamente al otro. El de hoz y martillo fue el primero en alcanzar los labios ajenos, uniéndose así en un beso lento y suave que duró un rato sin mucho movimiento hasta que se separaron para recuperar el aire observándose pensativos, pero no quería agobiarlo más así que solo le dejó un pequeño beso en la frente y volvió a la cocina para tomar los platos con sopa tibia.
Con el pasar de los días la situación se repitió, intercambiando besos tímidos que usualmente iniciaba ahora el germano necesitando sentirse querido de alguna manera, con ello aumentando las horas que pasaban juntos hasta acompañarlo en su pequeña oficina apoyándose en su hombro quedándose dormido la mayor parte del tiempo. Con aquella nueva rutina ambos fueron haciéndose más unidos a pesar de lo sucedido en la guerra, el eslavo no perdonados así como así la traición de su amistad pero tampoco iba a dejar que Dritte pasara por otro calvario, menos aún con esa criatura en su vientre que ya mucho estrés diario le causaba al recordar su procedencia.
—¿Y ya haz pensado en qué será? –Soltó de la nada jugando un poco con la comida de su plato, estando sentado en el escritorio de la habitación tras terminar el papeleo del día—.
—¿Qué cosa? –El rubio giró a mirarlo con desconcierto, no s ele venía a la cabeza algo relacionado a la pregunta tan floja—.
—...Nuestro bebé. –Su ojo hielo se posó en las gemas ajenas con tranquilidad, había estado pensando en qué tal vez si relacionaba la condición ajena con algo bueno el otro podría dejar de torturarse a si mismo– Tenemos que buscarle un nombre porque todos deben tener uno con el que identificarse.
—Yo no quiero te.. –La voz algo entrecortada del de esvástica fue cortada cuando el más alto se acostó a su lado, rodeándolo con los brazos y acariciándole despacio el vientre así haciéndolo relajarse—.
—Solo he criado a dos niñas, Belarus y Mongolia, sería lindo tener a otro manojo de cabellos largos corriendo por la casa –Dijo en un murmullo calmado, dedicándose a mantenerlo en constante estimulación de paz para que recibiese la información como positiva– Seguro va a sacar tus ojos y a mirar con desprecio a todos, va a ser divertido..
—....¿Una niña?.. –Reich también murmuró apegándose al pecho contrario y encogiéndose hasta que sus rodillas cicatrizadas rozaron su abultado abdomen– Se.. sería lindo, pero...
—Shh... Solo piensa en lo felices que vamos a ser cuidándola, te voy a enseñar a cocinar y así podremos hacer las comidas juntos mientras ella lee o juega con lo que le guste –El azabache dejó un beso en su coronilla y se mantuvo abrazándolo hasta la hora de dormir en que lo dejó un momento a solas para que se cambiara la ropa ya que aún sentía cierto pánico de que alguien lo viesen desnudo—.
Continuará..
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top