🔞 Das Feurige Rot AU RusAme.
El joven príncipe suspiró nuevamente con su mirada en el mapa de cuero, recientemente había cumplido la mayoría de edad y con ello obtenido características de dragón que por mucho tiempo se creyó que no tenía, a lo cual su abuelo creyó que sería buena idea enviarlo como emisario al reino vecino para llevar unos regalos ridículamente costosos por la reciente coronación del hijo mayor del Rey Britania.
Eran más de tres días de camino a caballo pero por suerte podría acortarlos con sus alas, aún no se acostumbraba a volar a diferencia de su hermana quién había nacido con estas, hacía un tiempo que ella había dejado el castillo así que no tenía idea de cómo estaba.
Durante el tiempo de viaje pudo apreciar muchos tipos de paisajes que no acostumbraba ver en los páramos helados del reino de su abuelo, de todas maneras era más partidario del frío que del calor, solo se dedicó a concentrarse en el mapa para no quedar en ridículo perdiéndose en su primera incursión en territorios humanos. A veces solía extrañar la isla en donde creció pero su padre había dicho que lo mejor sería conocer lo más del mundo que pudiese mientras tenga juventud, aunque probablemente eso era una excusa para poder fornicar libremente con su otro padre en plena playa.
Pero personalmente prefería quedarse en la biblioteca del castillo a leer todos los libros y enciclopedias que aún abundaban en los estantes, aún así no estaba tan mal pasar por sobre la línea de cascadas que dividían los límites del reino de su familia dando paso al ajeno, de igual manera por desgracia tenía que usar un incómodo traje formal ya que se suponía que era un príncipe y no un mensajero cualquiera. Esperaba no tardar mucho tiempo en territorio ajeno debido a los estigmas que aún prevalecían respecto a su raza a pesar de que el caso de sus padres se hubiese hecho conocido en gran parte del reino, de igual manera debía de "Comenzar a tomar más responsabilidades con el reino" a palabras de su querido abuelo.
Finalmente llegó al anochecer siendo rodeado por un grupo de guardias armados al aterrizar, pero eso ya se lo esperaba.
-Mi nombre es Federación de Rusia, soy uno de los príncipes menores del Sacro Imperio Germánico, me envía mi abuelo él Rey Kaiser a entregar un regalo a su rey por motivo de su reciente coronación. -Repitió con pesadez lo que le hicieron memorizar un día entero, aunque virando los ojos bastante aburrido-.
Los humanos con armaduras pulidas se miraron entre sí durante unos momentos hasta que un superior se acercó a murmurarles algo, finalmente procediendo a escoltar al eslavo rumbo al interior del castillo lleno de vitrales de colores y adornos de oro, realmente prefería el de su familia donde abundaban alfombras y arte textil de complejos diseños. Siguiendo a un par de soldados llegó a lo que aparentemente era el salón del trono allí.. aunque estaba lleno de cosas por doquier y en el centro dando la espalda alguien revolvía cosas hablando solo en voz alta.
-Mi señor, el príncipe Rusia del Sacro Imperio Germano ha venido a presentarle sus respetos a nombre de su abuelo.. -El guardia superior habló con tonalidad clara y respetuosa hacia el castaño que lanzaba hacia un lado los envoltorios de los regalos que apilaba según su tipo sin mucho interés como si fueran simples rocas-.
-¿El abuelo de dónde? -Dijo este girándose aburrido esperando ver a otro viejo barbón, aunque en su lugar un alto joven de ropa oscura y características reptiles llamó su atención- ¡Ah, un dragón!
Chilló con fascinación.
-Hm, majestad América, a nombre de mi familia le entrego este obsequio como buen deseo por su coronación como Rey. -El ruso ignoró el chillido ajeno para seguir con su monólogo en lo que el otro se acercaba entre la cantidad de cosas hasta quedar frente a él-.
-Que bonito eres, pero ya tengo muchos adornos y no me interesa que estén llenos de joyas brillantes, pareces ser un regalo más a mi altura -Sonrió el mayor mirándolo descaradamente, era la primera vez que veía un híbrido de criatura mágica, podía notar que no era uno puro por la falta de escamas en los laterales de su varonil rostro y en que la cola era algo más corta que en los dibujos de libros viejos que coleccionaba-.
-...¿Disculpe? -Rusia parpadeó confundido por lo que escuchó, tal vez había mal entendido alguna cosas por error al no tener las mismas costumbres así que lo mejor era preguntar por una explicación-.
-Joyas y oro tengo por montones en todos lados, pero.. el mejor regalo para un gran rey como yo, sería tener a una maravillosa criatura como tú a mi disposición -Tras las palabras en tono morboso y recorrer el pecho contrario con su índice acabó por morderse el labio mirándolo a los ojos, sin duda ese príncipe era bastante alto y la complexión de su cuerpo delataba la musculatura bajo su traje con capa congelada en los bordes-.
Los guardias en la entrada desviaron la mirada avergonzados por la promiscuidad de su nuevo monarca principal, muchos dentro del castillo ya conocían de sobra las prácticas y gustos sexuales del ex príncipe mayor así que no les sorprendía su descarada proposición.... Solo esperaban que el enorme dragón ruso no fuese a hacer un escándalo o a incinerarlos vivos.
-....A quién crees que le estás faltando el respeto, sucio grosero. -Frunciendo el ceño el de cuernos rojizos tomó del cuello del traje al de estrellas al que por poco alzó del suelo bajo la mirada en pánico de sus guardias-.
-Wow que fuerza, incluso me puedes levantar muy fácil... eso es tan útil para jugar -Lejos de intimidarse o asustarse ante el peligro el relativamente joven rey se relamió acariciando la mano ajena con ambas suyas a pesar de estar en puntillas- Si me vas a ahorcar mejor vamos a mi habitación primero, soy algo tímido un público.
Como respuesta enojada el de piel roja se limitó a resoplar con fuerza tratando de contenerse pues no quería problemas para su familia.
-Resoplas como un toro, ¿También fornicas como uno?, no me sorprendería que si pues con esas manos tan grandes... abajo debes estar bien dotado -El americano no podía estar más encantado por el trato rudo que recibía del menor aunque este tuviese mirada de querer lanzarlo por la ventana-.
-No pienso soportar más estas faltas de respeto contra mí y el reino de mi familia. -Ya estresado el de grandes alas dragonezcas soltó sin cuidado alguno al más bajo y se giró caminando a pasos resonantes con dirección a las grandes puertas para volver a su hogar a quejarse con su abuelo- Me largo.
Aunque cuando estaban por abrirle la puerta los guardias temerosos, desde el exterior está fuera abierta dejando ver al antiguo rey con sus ropas igual de ostentosas que el maldito hijo.
-Príncipe Rusia que gusto de verlo, ¿Por qué la prisa?, por favor quédese al menos a descansar esta noche que el camino de regreso a su territorio es bastante trajinado incluso para alguien con sus facilidades -Britania miró momentáneamente las alas ajenas y sonrió con tranquilidad, había estado escuchando tras la puerta hasta que fue oportuno interrumpir, le había prometido a su hijo un buen regalo y eso era el joven híbrido de dragón- Vamos vamos, lo escoltaré personalmente a una de las mejores habitaciones del palacio.
El de piel roja ni siquiera tuvo tiempo para protestar cuando comenzó a caminar al tener el brazo contrario aferrado al suyo mientras el viejo de cabellos canosos parloteaba sobre sus cosas costosas y otros temas a los que no prestó atención hasta caer en cuenta de que lo había metió en una habitación enorme ya dejándolo solo por lo menos. Así que sólo pudo gruñir frotándose el rostro y se dejó caer en la gran cama, aunque a pesar de pasar buen rato dando vueltas no logró conciliar el sueño en propiedad ajena, por lo que de mala gana se asomó mirando a su alrededor notando que no habían guardias en ese lado del jardín debido a la hora y entonces se dejó caer hasta abrir sus alas un par de metros antes de tocar el suelo para aterrizar grácil como una pluma.
Un vez en el césped se encaminó al bosque para por lo menos distraerse con la flora en lo que amanecía, aunque fuese más fácil escapar a casa pero eso sería grosero para el británico, entonces solo se dedicó a caminar a lo profundo del bosque durante buen rato hasta que el sonido de una rama rompiéndose lo hizo girar alerta.
-Huh... ¿A dónde vamos de paseo? -América sonrió ampliamente al verse descubierto por su descuido, aunque no estaba muy acostumbrado a caminar por mucho tiempo-.
-¿Por qué rayos me está siguiendo?, ¿Es que acaso planea en realidad emboscarme? -A la defensiva el eslavo encaró acercándose a zancadas al de ojos miel que instintivamente levantó ambas manos a la altura de su pecho-.
-Claro que no, de ser eso no sería tonto como para estar presente para que me rostices como un pollo -América movió de lado a lado su cabeza divagando en si el individuo frente a él podía escupir fuego como en los libros, pero notó que este daba media vuelta alejándose- ¡¿Eh, a dónde vas?!
Por instinto para retener al más alto estiró su diestra tomándolo de una de las alas con algo de fuerza, haciéndolo detenerse en seco y girar lentamente con los ojos más rojos que había visto en su vida, a lo que se puso nervioso aún sin soltar la extensión ajena.
-Quita.. tus manos de mi ala, humano. -El rubio gruñó entre dientes, su padre ya le había advertido sobre el contacto físico en alas y cola por lo que siempre estaba evitando que alguien más lo tocara- Suéltame o te vas a arrepentir, maldita sea.
-¿Me vas a matar o a prender fuego?, si es así entonces no te suelto -Chilló por lo bajo el americano tirando más del ala de dragón aunque eso tal vez significara cavar más su tumba-.
Ante los otros jaloneos el joven dragón jadeó cerrando los ojos con algo de fuerza, atrayendo la atención del mayor que con curiosidad volvió a dar otro tirón poco antes de acabar en el suelo bajo el rubio resoplante cuya temperatura había comenzado a aumentar. Sus manos se colocaron sobre el cuello ajeno y se sentó sobre él sin usar todo su peso, mirándolo con los ojos entrecerrados con seriedad pero aún con la respiración agitada.
-Oh, eso..... ¿Te excitó?.. -América parpadeó procesando las mejillas enrojecidas del ruso y su comportamiento, por lo que se atrevió a volver a jalarle el ala cercana en un movimiento rápido-.
Como respuesta inmediatamente el más alto volvió a gruñir esta vez girándolo bruscamente para así hundir el rostro en el espacio de su nuca, provocándole un repelús de sentir como inhalaba su aroma a la par en que se había apegado a su cuerpo permitiéndole sentir algo comenzando a endurecer justo entre sus muslos, a lo que con cierta inseguridad movió su cadera frotándose a pesar de otra serie de gruñidos contrarios obteniendo una clara erección del mitad dragón que lo retenía contra la hierba.
Entonces se quedó quieto sintiendo al de ojos cielo comenzar a lamer su cuello lentamente mientras se restregaba contra su trasero como si fuera un perro en celo, pero se sentía bien así que levantó la cadera para sentir mejor qué tan grande era la "Nobleza del dragón".
-Maldito humano.. -Farfulló con tono ronco el más alto que ya sin poder evitarlo estaba totalmente en celo, estaba sobre el otro olfateándolo a pesar de tratarse de otro hombre pero por alguna razón no sentía desagrado- Separa las piernas.
-¿Ah?.. -El castaño parpadeó saliendo de sus pensamientos sucios cuando sintió que Rusia se separaba para tomar su trasero apretándolo y tratando de bajar bruscamente sus pantalones- Espera, eso es seda cara, ten cuidado.
-Cierra la boca y levanta el trasero. -Lo ignoró a la par en que rasgaba la prenda en un solo movimiento sin menor trabajo dejando expuesta la entrepierna ajena-.
Sin apartar la mirada resopló y se inclinó olfateando, arrugando la nariz al sentir el aroma quedo de otros hombres.. era desagradable, así que abrió lentamente la boca dejando ver su lengua bífida y lamió, lamió con dedicación para limpiar cualquier rastro ajeno en el cuerpo del americano que gemía bajo removiendo las caderas ante la estimulación que causaba el rubio lamiendo y comenzando a introducir su lengua.
-Eres un animal, ahh.. ese pantalón era de mis- ¡ay! ¡No muerdas tan fuerte!.. Ten cuidado ahí... soy sensible... -Su cuerpo sintió un repelús cuando la lengua del dragón se estiró hasta llegar a rozar aquél punto que lo volvía loco y entonces se dejó caer destensándose- Sí, así, suave... oohhh...
El ruso siguió lamiendo y chupando ahora por distracción de oír la variedad de sonidos lascivos que hacía el reciente Rey que se retorcía excitado.
-Hmm.. está muy rico, sabes usar bien la lengua, pero quiero que me folles -El de franjas rojas se mordió el labio girando la cabeza para mirar de soslayo al menor que aún estaba atendiendo su querido trasero-.
-No sabes de qué mierda estás hablando. -Gruñó nuevamente el de ojos cielo normalizando su lengua para morder la nalga derecha del anglosajón, debía admitir que era bastante suave-.
-Ngh!, dije que no me muerdas, además yo soy un rey... ¡Te ordeno que me folles! -América se giró a mirar encaprichado am de afilados cuernos que arqueó una ceja mirándolo fijamente, pero no flaqueó, se supone que su padre había convencido al Rey Kaiser de que enviara a su nieto mitad dragón con engaños diplomáticos para que así pudiera fornicar con él como regalo de coronación-.
-En lugar de un rey, eres una sucia perra promiscua. -La gran mano del ruso introdujo dos dedos al ano ajeno viendo cómo inmediatamente el otro sacaba la lengua en un jadeo vulgar- Mira cómo te pones como un gusano por simples dedos.
-Mmm.. si, mételos más en mí, quiero sentirlos más adentro, te necesito.. -En sus ojos se plasmó el deseo libidinoso observando al menor y gimiéndole cada vez que le metía hasta los nudillos en un vaivén rítmico-.
Cosa que acabó por calentar al de rasgos dragonezcos que se bajó los pantalones tomando su prominente miembro en mano y le dió igual meterlo sin tanta preparación, callando la queja del castaño con un beso devorador en el cual no desaprovechó el meter su lengua bífida mientras comenzaba a moverse con rudeza. El interior del americano estaba bastante cálido y lo suficientemente húmedo como para que pudiese penetrarlo sin problema alguno, además con cada movimiento de cadera lo sentía incluso más húmedo.
-Eres una zorra sucia, estúpido creído, mira cómo babeas y levantas el culo cual animal en celo solo para rogar por mi polla -Rusia usó su diestra para darle una sonora nalgada, la cual dejó una marca roja de su mano en el cuerpo ajeno, siendo respondido por un gemido agudo de disfrute por lo que le dió un par más hasta ver la piel enrojecida-.
-Huhhh, ¡Russia, please!... -El aludido con la voz temblorosa y hecho un lió intentó armar palabras mientras que en su mente las sensaciones en su cuerpo le hacían hasta olvidar como hablar correctamente- Mierda, me voy a... ¡God, por favor!
-¿Por favor, qué? -Deteniéndose el híbrido de dragón salió de su interior y lo giró sin mucho cuidado solo para ver su expresión y su rostro enrojecido-.
-No no no, mierda, por favor... por favor vuelve a follarme -América comenzó a suplicar casi desesperado, estaba al borde del orgasmo y no quería que él se detuviera para joderlo- Necesito correrme, por favor bebé.
El joven príncipe resopló con una burlona sonrisa de lado, tomándolo de ambos muslos para acercarlo y volver a entrar en él, sintiendo al instante como el anglosajón lo apretaba, él mismo también estaba cerca de su liberación así que volvió a retomar su ritmo anterior reanudando los gemidos constantes y sucios ajenos que se volvían más agudos en cuando más duro le diese, como era de esperarse el castaño se arqueó manchándose el pecho con su propio semen y siendo sobreestimulado por el de piel roja que no se detuvo hasta correrse en su interior, dejándole una mordida en el hombro que sangró un poco debido a sus dientes afilados.
Ambos se mantuvieron desparramados en la capa sobre la hierba, calmando sus jadeos por una respiración más calmada durante un rato bajo la oscura noche.
-Maldición, nunca me habían follado tan bien, creo que me reorganizaste las tripas... -América bostezó y sin importarle dónde o cómo estaba no tardó en quedarse dormido-.
. . .
Despertó casi pasado el mediodía con algo rodeándolo, su mente somnolienta tardó en procesar mientras observaba al eslavo abrazándolo receloso por la cintura, tenía el ceño fruncido pero eso lo hacía verse más guapo.
Rusia se quedó durante casi una semana, todos los días durante horas se oían ruidos obscenos en el pasillo de la habitación del joven rey, que de por sí era algo común pero más frecuente ahora que estaba el híbrido de dragón, la razón de que al de estrellas se le viese siempre sonriendo y caminando como un cordero recién nacido. El presumido americano se había convertido en la pareja de celo del príncipe de la nación vecina sin saberlo pero tampoco le importaba muy pues estaba más que satisfecho con la compañía de este tanto en su interior como en actividades normales, a lo cual su padre Britania no puso ninguna objeción debido a los beneficios que podrían obtener con una unión así. En cuanto a lo de herederos respectaba ya podrían encargarse sus hermanas en unos años, después de todo no le agradaban mucho los niños y lo que menos le importaba era andar criando uno.
El rubio de hebras claras acabó por decidir establecerse en el castillo, decisión que alegró a América que inmediatamente le propuso fornicar como celebración para luego comer un banquete solo ellos dos para recuperarse de la intensa actividad.
Aunque no tenía ni idea de la situación que se desarrollaba en su propio reino, con el regreso de sus padres desde la isla que habitaban y la reaparición de su hermana con una noticia que no a todos les haría gracia.
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