Ropa (me dijo)

Hoy mientras me vestía decidí ordenar un poco mi closet y me di cuenta de que había mucha ropa que nunca uso.

Así que decidí clasificarlas en tres categorías, las que se quedan, las que se regalan y las que pienso desechar, y por algún motivo Bakugo me acompaña, no sé porque pero siempre ha estado muy interesado en la ropa que me ponga.

—¿Y ésta? ¿Qué hago con ella? —me pregunté con una camisa en manos.

—Deshazte de ella —dijo Bakugo inmediatamente.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Tiene demasiados botones

—¿Y éso qué?

—Será un fastidio quitártelos todos —dijo mientras la miraba, yo me convertí en un tomate segundos después.

—¡B-bakugo! ¡¿Por qué estás pensando en eso?!

—Dijiste que te gustan las ropas "adecuadas para toda ocasión" ¿no?

—¡Hablaba del clima!

—Tsk, en cualquier caso se va, no me gusta

—No tiene que gustarte, no eres tú quien se lo va a poner —dije haciendo un puchero.

—Yo no, pero algo mío sí

—¿Algo tuyo? ¿Qué co-

—Tu eres mía ¿recuerdas? —dijo agarrándome de la cintura, pegando mi abdomen a su torso.

—Eh... yo... debo seguir —dije apartándome de él.

Luego de seguir buscando ropas y escuchar las opiniones que nunca pedí de parte de Bakugo alias la rubia celosa, terminé de clasificar toda la ropa. Pero habían algunas que no sabía si regalar o quedarme, soy algo indescisa aveces.

—¿Bakugo, qué debería hacer con esta falda?

—¿No dijiste que opino demás? —dijo molesto.

—Si pero ahora te la estoy pidiendo yo

—Tsk —chasqueó con la lengua.

—¡Oh vamos, por favor!

—Maldita sea... —dijo haciendo facepalm. —Déjame ver la estúpida falda —dijo quitándomela de la mano.

—¿Que dices?

—Regalala

—¿Eh? ¿Por qué?

—¿Es obvio, no? Te queda muy corta —dijo pegándola a mi cintura.

—¡¿Qué?! ¡Pero si apenas se me ve el tobillo!

—Solo bromeo tonta

—A-ah...

—Te queda muy ajustada

—Bueno...

—Bueno nada, no te la pondrás a menos de que sea en la casa

—¿Eh?

—Solo yo puedo verte con ella, ¿entiendes?

Tan solo suspiré y la tomé de su manos, dejando de lado los celos de Bakugo, ciertamente me queda algo pequeña y ya no me entra bien. Así que aunque me guste tendré que regalarla.

Cuando por fin terminé con todo eso guardé la ropa que iba a regalar en una caja, en algún momento buscaré a quién o a quienes dárselas.

Luego me tiré a la cama agotada, no pensé que esto iba a ser tan... largo y tedioso. Después de suspirar un par de veces enrollé mis brazos y piernas en una gran almohada que encontré y estaba apunto de intentar dormir hasta que una gruesa voz me interrumpió.

—¿Qué mierda haces con esa almohada? —cuestionó Bakugo jalando de ella.

—¡Oye! ¿Qué te pasa?

—Suéltala de una maldita vez...

—¿Eh? E...está bien...

En ese momento Bakugo agarró la almohada y la tiró lejos, muy lejos.

—¡Oye! ¡¿Por qué hiciste e-

Antes de que terminara de hablar se acercó y me abrazó, lo cual me sorprendió bastante.

—¿Ba-bakugo? ¿Te encuentras bien?

—No te acostumbres... —hizo una pausa. —Si vuelves a abrazar esa mierda en vez de mi no volverás a verla... —susurró.

—¡¿Eh?! Pero-

¿Se acaba de..? ¡¿Se acaba de poner celoso de una almohada?! Es un ser increíble... Me limité a cerrar los ojos y corresponder su inesperado abrazo, no es algo que ocurra todos los días.

Al final me dormí oliendo su aroma. Sentí una mano acariciar mi cabello pero cuando abrí los ojos no ví nada, así que los volví a cerrar y me quedé dormida.

•F•I•N•

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top