Reunión [1/2] (quitar)
Hoy, hoy es el día. Hoy es uno de esos días en dónde Bakugo va conmigo a visitar a mis padres, ya los conoce, por lo que esto debería ser menos incómodo. Eso es lo que pensaba al inicio, pero por algún motivo cada vez que voy con mi novio a visitar a mi familia siento que compite con mi papá, aunque no entiendo bien por qué lo hacen.
Salí del baño con una pequeña toalla blanca enroscada en el cuerpo y no creía lo que veían mis ojos.
Bakugo estaba frente al espejo ajustándose una... ¿corbata?
—¿Amor? ¿Eso es una corbata? —pregunté mirándolo con curiosidad.
—¡¿Eh?! ¡N-no! ¡Claro que no! —dijo ocultándola atrás de él.
—¿Te ibas a poner una? Eso es nuevo en ti —dije cubriendo mi sonriente boca con una mano.
—¡Que no maldita! —dijo con un leve sonrojo.
—¿Ah no? Déjame ver eso —dije acercándome a él, la volvió a alejar de mi.
—¡No te me acerques! —dijo alzando la corbata al aire.
—¡Bakugo, sólo déjame ver! —dije poniéndome de puntillas intentando alcanzarlo.
—¡Míralo entonces! —dijo mostrándomelo. —¡¿Ya estás feliz?! ¡¿Si?! ¡Bien por ti! —dijo mientras amarraba mis manos con la corbata rápidamente.
—¡¿Eh?! ¡E-espera! ¡¿Qué estás haciendo?! —dije intentado desatarme.
—Esto te lo haz buscado tú —dijo empujándome a la cama, luego amarró mis manos a la cabecera de la cama.
—¡¿Ehhhh?! ¡Espera un segundo! ¡Esto no me parece justo!
—A mi si... tengo aprovechar ahora que solo llevas una toalla —dijo mirándome de arriba a abajo.
—Mier-
Bakugo empezó a besarme lentamente y agarró mi mejilla con delicadeza. Abrí mis ojos despacio y volví a cerrarlos al instante, me avergüenza mucho mirarlo a los ojos en estos momentos.
Sus besos bajaron lentamente hasta mi cuello, y luego hasta mi pecho. Me quitó la toalla bruscamente y empecé a forcejear un poco mi amarre. Me avergüenza mucho estar así de expuesta.
Bakugo agarró mi cintura con sus manos y me tensé un poco. Vi que esbozó una sonrisa y luego me miró a los ojos, yo desvié la mirada al instante.
—¿Por qué tan nerviosa princesa? —me susurró al oído.
—¡Cá-callate!
—No no no, eso no está bien —dijo desabrochándose el cinturón.
—¿Eh?
—Te enseñaré a no hablarme así... —dijo abriendo mis piernas, mi corazón latía mil por hora.
Se adentró en mi y empezó a embestirme con fuerza sin ningún tipo de piedad, como siempre. Quería cubrír mi boca con mi mano para evitar gemir pero no pude desatarme.
En un punto se detuvo y continúe respirando con la respiración muy agitada, pasó una de sus manos por mi cintura y me atrajo hacia él, arqueando mi espalda.
Tomó uno de mis senos y lo llevo a su boca mientras acariciaba el otro, yo no paraba de gemir como loca. Sentía una extraña mezcla de mil emociones en mi interior.
Luego de un rato tomo una de mis mejillas nuevamente y me besó, yo correspondi inmediatamente. Quería decirle que parara, que íbamos a llegar tarde a la reunión de mis padres pero en lugar de eso enrolle mis brazos en su cuello y metí mi lengua en su boca, cosa que pude notar que lo sorprendió.
Ni siquiera yo me reconozco en éstos momentos.
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