Preguntas
Una mañana como cualquier otra, me levanté con ganas de hacer preguntas, y como la rubia era la única persona presente decidí hacérselas a él.
Estábamos sentados en la mesa aunque hace mucho terminamos de comer, simplemente daba pereza levantarse, yo me quedé pensando y el rubio empezó a usar su teléfono.
—Oye Katsuki... —lo llamé.
—¿Qué quieres? —respondió sin apartar la mirada del celular.
—Me he estado preguntando... ¿cómo puedes mantener el ceño fruncido todo el día?
—¿Ah? —alzó la vista hacia mi.
—A mi me cuesta mantenerlo así por más de un minuto... pero veo que a ti no. —dije masajeando su entreceja con la mano.
—Para empezar, ¿por qué lo intentaste? —preguntó alzando una ceja.
—Es que quería saber que se siente ser Katsuki Bakugo, y pensé que debía empezar por ahí. —dije riéndome un poco.
—Tsk... cómo siempre haces tonterías... —dijo jalando de mi mejilla.
—A-auch... eso duele... —dije agarrando su mano. —¿Por qué nunca regulas tu fuerza? —dije frunciendo el ceño.
—¿Qué dijiste? —cuestionó mirándome fijamente.
—Dije que nunca te controlas. —dije cruzando los brazos.
—Ya veremos eso... —dijo jalando de mi mano, me arrastró hasta la habitación.
—¿Q-qué... quieres decir con éso? —pregunté nerviosa.
—Ahora verás lo que pasa
cuando no me controlo... —dijo empujándome a la cama.
—E-espera un segundo... podemos hablarlo... —dije negando con las manos.
—Cállate... —susurró deshaciéndose de mis botones con rapidez, algunos se rompían en el proceso.
Se sentó sobre mi y luego agarró mis muñecas con más fuerza de lo normal, por lo cual empezaron a dolerme un poco.
—B-bakugo... me estás lasti-
Me besó antes de que terminara de hablar, al poco tiempo metió su lengua y sentí mis mejillas arder. Los minutos pasaban y el ojirubí no paraba de besarme, apenas podía respirar pero no parecía tener planes de detenerse.
Cuando por fin se separó de mi empecé a jadear para recuperar el aire y ví como se quitaba la camisa.
Aparte la vista y tomó mi barbilla para que lo viera a la cara nuevamente.
—Debo admito que te ves muy linda con esa cara de conejito asustado... —dijo con una sonrisa ladina. —Pero eso no hará que me detenga... —dijo frunciendo el ceño nuevamente.
Se deshizo de mi pantalón bruscamente dejando a la vista mi parte baja, instintivamente cerré las piernas y el rubio agarró mis rodillas.
—Te conviene más dejar de rebelarte... —dije mirándome a los ojos.
—Siempre dices eso... —dije desviando la mirada.
—Como sea... —susurró desabrochando su cinturón.
Tragué saliva y cerré los ojos con fuerza, los abrí de golpe al sentir como se adentraba en mi interior de una sola vez. Solté un gran gemido y luego cubrí mi boca avergonzada.
El rubio tomó mi muñeca para apartar lo mano de mis labios y empezo a besarme mientras me embestía con rapidez, varios gemidos se ahogaron durante el beso y nos separamos con un hilo de saliva que unía nuestros labios.
Bakugo tomó mi barbilla y me besó nuevamente mientras acariciaba mis muslos.
—B-bakugo... de... detén...
—¿No habías dicho que nunca me controlo? ¿Por qué quieres que me detenga ahora?
—Oh vamos... no seas tan infan-
De un momento a otro el rubio aumento el ritmo de las estocadas y empecé a gemir nuevamente.
—Ahh~ L-lo siento...
—Ya es tarde para disculparte muñeca... —susurró en mi oído.
(¿Muñeca?)
El rubio continuó torturandome sin piedad alguna, por un segundo pensé que iba a morir hasta que finalmente se detuvo y se vino dentro de mí.
Solté un largo suspiro y miré al techo realmente agotada, Katsuki apoyó su rostro en mi pecho y empecé a acariciar su cabello.
—¿Sabes algo...? —susurró.
—¿Qué? —pregunté algo desinteresada.
—En realidad si me contuve....
—¡¿Qué?! —cuestioné levantándome de golpe.
—¿Qué pasa? ¿Algo te asusta..? —cuestionó agarrando mi barbilla con una sonrisa.
Me sonrojé y luego aparté la vista... el único pensamiento que pasaba por mi mente era...
(Si en verdad se estaba conteniendo... ¿qué pasara conmigo el día en que no lo haga?)
•F•I•N•
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top