Celular

Hace un par de semanas, fui a comprar una recarga en una tienda, el chico que atendía empezó a cortejarme, me incomodé un poco y me fui con rapidez.

Días después de eso empecé a recibir mensajes de un número desconocido, entre ellos habían muchas frases de ligoteo que parecían salidas de un libro de los 80's así que tan solo lo bloqueé.

Pero seguía recibiendo ese tipo de mensajes desde otros números, no puedo creer que se haga otros números solo para seguir molestándome.

Decidí ignorarlo hasta que un día hice algo de lo que me arrepentí, dejé mi celular desbloqueado sobre la mesa y fuí a bañarme.

Al salir del baño me vestí y iba a la cama para leer un libro pero oí a Bakugo llamarme, tenía una voz más seria de lo normal.

—¿Qué ocurre?

—¿Quién putas Daved y porque te está coqueteando? —preguntó frunciendo el ceño.

—Ah- eh... el... am... —mucité nerviosa.

—Continúa. —dijo parándose frente a mí.

—Es solo un chico que conocí en una tienda de recargas, nada más. —dije restándole importancia al tema.

—¿Estás segura de eso?

—Para empezar, ¿qué hacías en mi teléfono? —cuestioné alzando una ceja.

N/A: La rayis tipo "¡Que tóxico, respeta mi privacidad!" xd

—Tan solo quería ver la hora y en ese momento subió un mensaje. —dijo con la mirada perdida. —Y ese no es el punto, ¿en qué tienda lo viste?

—¿Para qué quieres saberlo? —pregunté alzando una ceja.

—Tan solo me encargaré de que sepa que ya tienes dueño —dijo tronando sus dedos.

—Ni loca te lo diré, siempre causas proble-

—Si lo harás, porque si me entero yo sólo le irá peor. —dijo acercándose a mí.

—Bakugo, tan solo cambiaré mi número y listo, esto no tiene que llegar a mayores. —dije tocando su mejilla.

—Tsk, no tienes porque molestarte en hacer éso. —susurró.

—Pero lo haré, así que tan solo déjalo pasar. —dije cruzando los brazos.

—Maldición, me hierve la sangre cada vez que un idiota trata de sobrepasarse contigo. —dijo apretando los puños.

Tan sólo me quedé mirándolo en silencio y luego lo senté conmigo en el sofá, empezamos a hablar de trivialidades para distraerlo del tema.

Y justo cuando pensé que ya se había olvidado de eso sonó una notificación en mi celular, iba a tomarlo pero el rubio lo hizo antes que yo.

Sus ojos se tornaron más rojos de lo normal y luego tomó mis hombros.

—¡Maldición, solo dime dónde viste a este imbécil! —dijo molesto.

Volteé la vista hacia mi celular para ver qué decía el mensaje:

"No te preocupes muñeca, te encontraré y en cuanto lo haga serás mía, hasta entonces espérame."

¡¿Ah?! Ni siquiera me conoce, ¿Qué le pasa a ese tipo? Leer eso me molestó pero ahora debería lidiar con la fiera que tengo en frente.

—Escúchame... —dije relajando los hombros.

—¡Solo dímelo, maldición! —insistió ignorando mis palabras.

—¡ESCÚCHAME TEÑIDA! —grité enojada.

—¡¿Qué diablos quieres?!

—¡Ésto solía ocurrirme desde antes de empezar a salir contigo! Puedo encargarme sola de esta situación. —dije con firmeza.

—Pero ahora ya no es lo mismo, ahora tienes dueño. —dijo mirándome fijamente, me sonrojé ante ese comentario y desvié la mirada.

Al final me negué a hablar y el rubio salió por la puerta, la cerró tan fuerte que por poco pensé que iba a iniciar un terremoto.

Iba a ir tras el peor la puerta se cerró frente a mi cara, suspiré y me senté en el suelo.

En fin, no me haré responsable si mañana encuentran un cadáver.

•F•I•N•

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