Rayan / U / Those days

Ahora si me inspiré y con este don, para que no digan que no las quiero (Sobre todo tu pinche Tessa), Regresaré ahora si mamalón, con Os largos, mi mente por fin se aclaró (uwu).

No les prometo nada pero en mi sólo puedo pensar en amor, (Agradezcancelo a Arturo JAJAJA) así que tal vez los siguientes Os vengan más felices.

Rayan - Those Days

Cuando por fin me gradué de la universidad, un prestigioso museo de arte me contrató como auxiliar para los comerciantes, sin pensármelo dos veces, me mudé de cuidad dejando por segunda vez aquella cuidad que me vio crecer.

Mi vida se transformó rápidamente en un camino que debía de recorrer antes de poder hacer que mis sueños se cumplieran. Poco a poco fui escalando en aquella pirámide empresaria, hasta llegar a ser un socio del museo.

Pasaron poco más de 4 años cuando por fin llegué a firmar un contrato exclusivo con aquel lugar para la venta de mis obras.

Me dediqué a inventar y crear cuadros que, a la mayoría de los críticos consideraban ''fuera de lo común'', poco a poco logré crear mi propio estilo.

Después de varios años trabajando hasta altas horas de la noche y dando mi mayor esfuerzo, bajé mi ritmo de trabajo, para poco a poco comenzar a disfrutar mi vida.

Hoy sería la exposición de un par de obras que había hacho el verano pasado, se haría una subasta que recolectaría fondos para un proyecto de beneficencia.

Este día en especial me sentía un poco melancólica, recordando que... mis mejores años se los llevó aquella ciudad en la que vivía, recordando a cada uno de mis compañeros y como perdimos contacto a través de los años.

Pero entonces mi mente comenzó a divagar en cada persona que me había marcado desde el instituto hasta llegar a la universidad. Iba de rostro en rostro, hasta que paro en unos ojos verdes y una sonrisa deslumbrante.

Tratando de borrar los sentimientos que aún me causaba aquella imagen, tomé mi abrigo y me dirigí al museo, no era tiempo para vivir en el pasado.

Conduje hasta el lugar, tratando de subir el volumen al radio para evitar volver a caer en aquellas memorias que había tratado de enterrar.

Me había puesto un vestido formal para la ocasión, después de todo, no todos los días elogiaban mi trabajo.

[***]

En la fiesta que organizaron después del evento, pude conversar más a fondo con las personas que asistieron, era lo divertido de este tipo de fiestas, pues platicar con personas que están en el mismo medio... era indescriptible.

Luego de una charla con uno de los artistas más prestigiados de Europa, caminé al baño para volver a retocar mi labial, pues con cada uno de los aperitivos poco a poco fue desapareciendo.

Al empujar nuevamente la puerta para salir fue el momento en donde nuestras miradas se cruzaron, los mismos ojos verdes por los que estuve hechizada por años estaban viéndome de vuelta.

Me quedé parada, completamente inmóvil, ¿Qué?

Rayan comenzó a caminar hacia mí, sin quitarme los ojos de encima, como si estuviera midiendo cada paso que daba, esperando alguna reacción de parte mía. Pero yo sólo me quede ahí, parada.

- ¿Allison? - Su voz me llevó directamente al aula en donde me daba clases.
- Ra... profesor. - Me golpee mentalmente, casi volvía a...
- ¿Profesor? Dime Rayan, desde hace unos años dejé de ser tu profesor. - Contestó un poco forzado.
- Si... perdón... sólo fue la costumbre...

Nos quedamos en un silencio incómodo, era casi imposible que hace unas horas estuviera evadiendo su recuerdo y ahora esté enfrente de mí.

- Veo que ya eres toda una profesional... - Dijo mientras dirigía su bebida a uno de mis cuadros.
- Si... supongo que estoy viviendo mi sueño.
- Me alegro...
- No es por ser imprudente pero... ¿Qué está haciendo aquí profe... digo... Rayan?

Rayan me miró sorprendido, como si apenas se diera cuenta que estaba a 5 horas de la cuidad.

- Vine... de vacaciones... Y quise visitar algunos museos antes de regresar.
- Oh... pues... me alegro de que esté aquí.

La conversación era bastante incómoda, pero... ¿De qué otra forma podría ser? Después de todo lo que había pasado entre nosotros.

- ¿Quieres ir a tomar un trago? - Pregunté sin pensar.

Aunque dudó por unos momentos, asintió con la cabeza.

Caminando por las calles en silencio, no pude evitar pensar en el pasado. Comencé a recordar que hace un par de años, Rayan y yo no podíamos salir así.

Miré a quien antes era mi profesor y él ya me veía de vuelta.

Entramos al bar, nos sentamos juntos en la barra, cuando el mesero le tomaba la orden a Rayan, por primera vez lo vi atentamente.

A pesar de los años en que nos dejamos de ver, seguía manteniendo su apariencia joven intacta.

Me volteó a ver y sonrió, la primera vez que lo hace desde que empezamos a hablar.

- Sigues siendo hermosa Alli.

Traté de fingir que el hecho de que me llamara así no me afectaba, pero me era imposible separar ese apodo con la intensa noche que vivimos en aquella sala de maestros.

- Y tú no has cambiado nada desde la última vez que nos vimos...
- Gracias... creo. - susurró para él mismo más que para mí.

Después de un par de copas, la plática entre nosotros dos comenzó a fluir, él hablaba sobre sus nuevos proyectos y como seguía trabajando en Anteros y yo le contaba sobre mi afiliación al museo y algunas ideas que iba teniendo para futuras obras.

A pesar de todo eso, los nervios que sentía cada vez que me quedaba mirando sus ojos no desaparecían, trataba de bloquear aquellos destellos del pasado en donde comenzaba a sentir cosas por el profesor.

Pero el alcohol podía conmigo, fue hasta la séptima copa cuando me tomó de la mano y ambos salimos de ese lugar.

El contacto con su piel quemó como si de fuego tratase. Pero estaba tan borracha que de alguna manera, mi cerebro se convenció a que esto era algo que estaba obligada a experimentar, por lo menos una última vez.

Cuando la brisa de la madrugada golpeó mi cara, sentí como mi entorno se volvía cada vez más confuso.

- Alli, creo que ya es hora de que vuelvas a tu casa.
- ¿Qué? Claro que no, la noche aún es joven y aun no me has terminado de contar sobre cómo va tu vida. - Dije animada, mientras intentaba no mover mucho la cabeza.
- No creo que sea necesario, iré llamando a un Uber...
- No Rayan, yo quiero estar aquí, contigo.

Se miró indeciso, aproveché a acercarme a él, rodeando su cuello con mis manos mientras admiraba cada uno de sus facciones.

- Rayan... no quiero irme, no quiero que te alejes, no quiero que sea como la última vez.

Mi boca hablaba más rápido de lo que mi cerebro podía llegar a pensar.

- ... han pasado algunos años desde aquellos días, en donde tú y yo intentamos esconder nuestros sentimientos...
- Alli... por favor...
- Quisiera decir que ya había olvidado el olor a tu perfume o el calor de tu piel, pero es como si nada hubiera cambiado.
- Alli...

Me acerqué más a él, poniéndome de puntitas para poder acercar mi boca a su mandíbula.

- Sé que esa noche dijiste que los que había entre nosotros debía parar, que nos estábamos metiendo en un problema muy serio por algo que era incierto... pero... ya no estoy en la universidad Rayan...

El impulso controlaba mi cuerpo, sabía que cuando la luz del día me iluminara la cordura volvería a tomar el control y me golpearía mentalmente por todas las cosas que he estado haciendo.

- Alli... creo que debo ser honesto contigo...

Rayan no se apartó en ningún momento, se quedó parado, como si estuviera debatiendo en su interior si lo que estaba haciendo era lo correcto.

- Yo... no vine aquí de vacaciones... yo... desde que tú terminaste la universidad, intenté volver a hablar contigo, yo estaba completamente enamorado de ti y por fin la barrera que había entre nosotros dos se había derrumbado, pero... tú ya te habías ido... así que me prometí a mí mismo que te encontraría, no importaba cuanto tardaría, lo iba a hacer... me llevó más años de lo que creí... pero cuando vi tu nombre en aquel anuncio... sólo podía pensar que tendrías que ser tú... y así fue. El mundo se detuvo en cuanto te vi...

Tomé su cuello y lo jalé hacia mí, besé sus labios con una pasión que había guardado por más de 4 años, no había tiempo para palabras, teníamos todo el fin de semana para hablar de sentimientos, pero lo que ahora necesitaba era sentir cada centímetro de su ardiente piel.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top