Rayan / A / Suspicion
Rayan ─ Suspicion
Sospecha
Sospecha era lo único que tenía, Rayan se había portado diferente estos últimos días, contestaba llamadas hasta tarde y era más celoso de su celular, intentaba visitarlo un par de veces a la facultad, pero siempre que iba me interceptaba en el patio y me mandaba devuelta a casa.
Chani, quien trabajaba ahí, me había comentado que varias veces lo había visto junto a una de las estudiantes.
Sabía que era una amiga en la que podía confiar, no era del tipo que creaba chismes o inventaba cosas para lastimarme.
Yo ya tenía sospechas desde hace un tiempo pero quería mantenerlo para mí, no quería que pareciera una loca atrás de él.
En mi mente esto era más poetico, era un debate entre ser o no ser; engañar o no engañar... Creer o no creer... que es mío.
No quería pensar eso de Rayan, yo lo conocía, apesar de que yo alguna vez fui su alumna, no es el tipo de maestro que se fija en cualquier estudiante para tener una aventura amorosa... ¿O sí?
Día tras día me trataba de convencer que nuestra historia era algo especial, algo entre nosotros dos que se fue dando poco a poco, yo nunca me había fijado en un profesor como lo hice ccon él... y me repetía un y mil veces que yo no era como cualquier otra alumna que él hubiera tenido.
Ahora el pasado, nuestro pasado, poco a poco se convierte en el peor de los crimenes que... se pueden ... ¿Volver a repetir?
A donde sea que este... ¿todos los caminos conduciran a mí...? Por su comportamiento... es dificil estar completemente segura que sus caminos lo traigan aún aquí...
Pero hoy, gracias a unos ruidos que me hicieron levantar en la noche, escuche un poco de su llamada. Era una alumna.
Rayan la estaba convenciendo de que pronto me dejaría, que no tenía por qué preocuparse de nada, que lo que él sentía por ella era real y que en todos sus años de vida, nunca se había sentido tan vivo...
Corrí a la cama, no sabía qué hacer... ¿Tenía que enfrentarlo en el momento...?
Caminé por el cuarto, pensando cual debería de ser mi siguiente movimiento.
Él parecía enviado del cielo... ¿Cómo es que lo que accababa de decir se podía mal inetrpretar? No había excusas ya.
Ya no sólo eran sospechas.
Bajé.
Lo hice más por impulso. Ya no quería ser engañada de este manera.
─ Lo oí.
─ ¿Qué? ─ Preguntó asusado, parecía como su no me hubiera escuchado bajar, apagó rapidamente el teléfono y lo metió en su pantalón.
─ Lo escuché todo Rayan
─No, espera... Yo...
─ Sabes que no tienes nada que decir... corta de una vez con esta estúpida persecución y... por favor, elige tus palabras para hacerlo claro.
─ ... No es lo que crees.
Una mentira no es sólo una mentira.
Menos si es algo como esto, subí a la recámara, con los ojos llorosos, busqué mi maleta y comencé a empacar todo, pude escuchar la puerta pricipal cerrandose.
Mi corazón parecía esta encadenado a él, por eso cuando salí y no vi su carro fue como un golpe limpio.
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