Priya - Girl crush.

POV. Priya.

Desde que Paz apareció, no he dejado de pensar en ella.

Odio admitirlo pero cada vez que la veo, mi corazón se acelera y como están las cosas... No parará.

Tenía todo a favor... Se podía decir que se sentía la magia que había entre nosotras. Hasta que comenzaron los rumores.

Los estúpidos rumores sobre su supuesta relación con Nathaniel, me hacen pasarla mal.

No he podido sacarla de mi mente. Cada vez que pronuncia mi nombre siento como el mundo se detiene y sólo quedamos ella y yo.

Desearía ser todo lo que ella quiere, ser la maldita razón de su sonrisa.

No consigo dormir, las horas se me van pensando en ella entre sus sábanas. Pensando su mirada en el momento que le dice que lo quiere. Deseando que yo fuera él.

La fiesta era esta noche. Yo me ofrecí a pasar por ella.

Así que no tardé más en arreglarme para ir directo a su habitación.

-¡Priya! Llegaste temprano.
- ¿Qué dices? Si sólo llegué... - Miré mi reloj y aún faltaban 15 minutos para la hora que acordamos- un par de minutos antes.
- Como tú digas, espero que algún día admitas que no puedes vivir sin mi. - Contestó Paz riendo.

Sonreí tratando de ocultar que tenía toda la razón.

- ¿Estás lista?
- ¡Claro!

Tomó su bolsa y cerró la puerta. Podría verla todo la vida y jamás me cansaría.

Paz tomó mi mano y camino, sentí como mi corazón comenzaba a latir con fuerza, sus manos eran delicadas.

Sentía como su toque mágico me invadía hasta los huesos.

Entrelace nuestros dedos, sabía que Nath estaba en su corazón pero, esta noche, sólo importabamos ella y yo.

La noche transcurría genial. Su manera de bailar me volvía loca, apesar de que muchos chicos se ofrecieron a ser su pareja de baile, ella los rechazaba mientras me veía.

Cada vez más gente llegaba y reducían el espacio, el cual yo aprovechaba para acercarme más a ella.

Paz se dejaba llevar por la música, moviendo sus caderas al ritmo de cada canción, su cabello despeinado y sus ojos cerrados la hacían parecer lo único valioso en este mundo.

Tomé sus manos y la pegué a mi. Ya no podía resistirme.

Ella abrió los ojos y me sonrió, continuamos bailando tan cerca que ambas respirabamos el aliento de la otra.

La canción se acabó, pero ella y yo seguíamos en el mismo lugar.

Sin más, cerré mis ojos, tomé su cara con mis manos y la besé, sentí como ella se sorprendió por mi acto, pero segundos después siento como me toma de la cintura y me junta más a ella.

Mientras la besaba podía disfrutar del sabor de sus labios.

Sus manos subieron por mi espalda y comenzaron a jugar con mi cabello.

Enserio esta chica me va a matar.

Pero entonces, llegó a mi la imagen de ella tomada de la mano de Nathaniel.

Me separé de ella y caminé hasta la salida.

Escuché como gritaba mi nombre pero no volteé.

Nathaniel no era mi amigo, pero no significaba que podía estar coqueteando con su novia.

El viento frío me pegó en la cara, caminé hasta uno de los faros que alumbraban la calle y me recargue en él.

- ¡Priya! ¿Qué pasó? ¿Por qué...? - Su dulce voz cortó el silencio en el que estaba.
- No, no, no, esto está mal.
- ¿Mal? ¿Qué dices? Estamos en el siglo XXI, ya es normal ver a...
- No me refiero a eso.

Me giré para verlas de frente. ¿Cómo es que esta chica pueda verse perfecta incluso cuando está agitada?

-... Paz, tú tienes a Nath, y por mucho que me estés volviendo loca, no puedo interponerme entre ustedes.
- ¿Natha....? Oh... Hablas de los rumores.

Asentí con la cabeza.

- Priya, entre él y yo no hay nada, sólo que últimamente le he estado ayudando con Kareny, mi compañera de cuarto.
- ¿Qué? - pregunté incrédula.

Dió un paso hacia mi, acariciando mis mejillas.

- Priya, tú me gustas.

Paz junto nuestros labios y los movió con suavidad.

Tomé su cintura y la pegué nuevamente a mi.

Mi corazón se aceleró y dudo que se calme.