Priya ─ Fighting with myself

Priya P.o.V.

Desde que la conocí fue una explosión de emociones, fue la primera amiga que tuve en esta ciudad, siempre me había llamado la atención, pero Castiel siempre la había estado persiguiendo.

Regresó en los últimos años de universidad, sin intentarlo me fui acercando a ella, al principio sólo fue para retomar aquella vieja amistad que habíamos dejado en pausa, pero entre más la conocía más me intrigaba.

Asistimos a varias fiestas juntas, toda la noche estábamos bailando y tomando, sentía la química que teníamos, la acompañé varias veces a su habitación, la mayoría me dejaba dormir con ella, nuestra relación avanzaba a pasos agigantados. Aún no éramos nada, pero era más que claro que ambas estábamos apuntando a la misma meta.

Pero fue cuando los carteles que anunciaban el regreso de Castiel inundaban la ciudad los problemas en mi cabeza comenzaron, tengo que admitir que me preocupé, no pensé que este tipo regresaría por el momento.

Traté de invitarla ese día a cenar, pero ella insistió en ir a verlo.

Pasaron los días hasta que fue el día, estaba un poco nerviosa por lo que pasaría. Creí que me había salvado de que ellos se toparan, pero fue cuando ella me dijo que tenía que ir al baño y yo podía esperar afuera. Tardó bastante tiempo en regresar así que volví a entrar... los vi hablando, vi su tímida sonrisa que varías veces me dedicó, estaba claro que aún no lo había olvidado.

Después de ese día intenté hablar con ella, tratando de tocar el tema de la mejor manera posible para que no se sintiera atacada con mis palabras, ya no podía fingir que no veía lo que estaba pasando entre nosotros 3.

Pero ella sólo me confirmó lo que ya sabía.

─ Me gustas Priya, me gusta pasar el tiempo contigo... pero ahora con Castiel cerca... te mentiría si te dijera que eres la única.

Él era un problema... porque yo sabía que tampoco la había olvidado y en el momento en el que alguno de los dos se diera cuenta de lo que ambos sentían todo podía desplomarse.

Me era imposible no culparlo, Castiel la había arrastrado a ese intento de relación que inició desde hace años.

─ Sabes que esto no tiene sentido, no me tengas esperando por ti, porque estoy enamorada de ti en caso de que no lo supieras. Necesito irme.

Fue lo único que pude responderle antes de dar media vuelta. No podía obligarla a que se quedara conmigo, pero debía de entender lo que yo sentía.

Esto era una batalla que apenas comenzaba y yo ya estaba perdiendo.

Ahora, acostada en mi recámara mi mente no dejaba de bombardearme con miles de preguntas sin respuesta. Estaba luchando conmigo misma, con mis propios pensamientos, con mi propia imaginación y por más que estuviera enamorada de ella sabía que no podía ganar la guerra.

La situación me sobrepasaba, por más tiempo que pasaba más me enganchaba a ella y más me estaba haciendo daño, pero sólo estaba yo, ardiendo en mi propio infierno.

Tenía vagos recuerdo de que ya había estado aquí antes y tal vez por eso ya sabía cómo es que iba a terminar.

No entendía cómo es que podía mirarme a los ojos y ser tan fría, ¿Por qué no le gusta esto tanto como a mí? No creo salir viva de esto.

Di que quieres estar agarrada a mí, sabía que estaba mendigando tu cariño, pero por favor, no me dejes sola...

Me paré en seco, ya llevaba un tiempo de que no sabía de ella, si esto era un juego para ella yo ya no iba a seguir. Tomé mi celular y salí de la habitación con dirección a la suya.

Toqué un par de veces, pero no hubo respuesta, estaba tan decidida que con la llave que me había dado abrí la puerta, tenía que esperarla a dentro.

El departamento no estaba solo, su cabello rojo era inconfundible, ambos me voltearon a ver sorprendidos.

─ ¿Priya? ¿Qué mierda haces aquí? ─ Preguntó Castiel.
─ Priya espera, no...

El labial rojo embarrado en los labios de Castiel lo dejaba muy claro.

Tiré la llave a la cama y cerré de un portazo, sabía que había hecho mal al entrar, pero ella había estado peor al jugar con mi mente de esa forma. 

Ya he sobrevivido a esto antes...