Priya / U / Daylight

Priya - Daylight

El día había acabado, estábamos a menos de doce horas para que Priya se fuera.

Desde que ambas salimos de la universidad, nuestra relación tenía los días contados, no era ninguna sorpresa, ella antes de salir me dijo que después de la graduación ella regresaría a su país natal.

Sabía que debía de alegrarme por ella, haría un cambio importante pero... me ponía realmente mal el sólo pensar que se marcharía.

- ¿Ya empacaste tus cosas? - Pregunté mientras me apoyaba en el marco de nuestra habitación.
- Sí, tengo todo listo...

Suspiré, a pesar de que nos mudamos un tiempo juntas, tenía la sensación que no estuve el tiempo suficiente junto a ella.

Priya se giró a mí y caminó para que ambas quedáramos frente a frente.

- Vamos Val... ambas sabíamos que este día llegaría.
- Lo sé Priya, pero...
- ¿Pero qué?
- Siento que no fue suficiente...
- Val... tú y yo sabemos que aunque pasáramos el reto de nuestras vidas juntas... nunca serán suficiente.
- Lo sé...

Tomó mis mejillas entre mis manos y me besó la punta de la nariz.

- Sabes que aunque mañana tome un vuelo al otro lado del mundo jamás me olvidaré de ti.
- Yo tampoco podría olvidarte...

En mi corazón sentía un inmenso dolor, ¿Cómo es que el destino me puso a una chica tan perfecta como ella para luego quitármela sin poder decir una palabra?

- Ven, vamos a la cama, es tarde...

Tomó mi mano y me guió hasta la que hasta este día, era nuestra cama.

Ambas nos cambiamos la ropa, dejando nuestras pijamas combinadas.

Sabía que no podía viajar con ella, que nuestros caminos parecían líneas paralelas que, en ningún momento tenían la intención de cruzarse.

Nos acurrucamos cada una en nuestro lado, no sabía cómo debía actuar.

- Val... tengo que decirte que eres la persona más importante en mi vida... cada vez que cierro mis ojos te veo a ti...
- Priya... por favor no hagas esto...
- ¿Hacer qué?
- Terminar con esto ambas sabemos que mañana te vas... y si adelantas nuestra despedida... No tenemos mucho tiempo.
- No es mi despedida, tengo un discurso preparado para eso.

Ambas reímos amargamente, era tan delicada la situación que no teníamos humor para esto.

Apagué la luz y me giré para quedar frente a frente, a pesar de la obscuridad, podía ver sus ojos azules brillando para mí.

- Amo tus ojos. - Dije sin pensar.
- Yo te amo a ti.

Ella se acercó a mí, entrelazando nuestras manos debajo de las sábanas, se me hacía imposible creer que esta era nuestra noche, la última que pasaríamos juntas por un largo tiempo.

Todo el cansancio que tenía acumulado desapareció al ver el brillo de una lágrima recorrer la mejilla de mi amada.

- Cuando la luz del día llegue, me voy a tener que ir pero esta noche sólo quiero tenerte cerca... - Dijo entre susurros cortados.
- Tal vez no sea la última vez que nos veamos... Podemos...
- No... déjalo, no hagamos promesas que sabemos que no podemos cumplir.

Ahora era yo la que sentía lágrimas calientes queriendo salir de mis ojos.

- Eres tan perfecta Priya...

Ambas nos acercamos la una a la otra, chocamos nuestras frentes, en silencio.

Cerré los ojos para disfrutar este momento, ya que en un par de horas, se convertiría en un simple recuerdo.

No sé cuánto tiempo pasamos en silencio, a este punto ya no importaba.

Pero necesitaba escuchar su risa, necesitaba escuchar su voz... la necesitaba a ella.

- Cuando era niña, le tenía miedo a la obscuridad... pensaba que alguien me estaba mirando todo el tiempo... a la mitad de la noche, cuando me despertaba, le gritaba a mi mamá para que revisara el clóset... siempre pensé que estaba algún monstruo de Disney encerrado por ahí.

Soltó una breve carcajada... de verdad la voy a extrañar.

- Cuando era niña quería que la noche terminara lo antes posible... que ironía es que ahora la noche es lo único que me queda para estar contigo...

Me acerqué a ella y le besé los labios, no estaba lista para dejarla ir.

El silencio nos envolvió nuevamente, ya no necesitamos decir nada. Miré su rostro y sus ojos estaban cerrados.

Tenía miedo, esta imagen de ella durmiendo, se quedaría por siempre en mi cabeza.

- Te amo Priya.

Me entrelacé nuestras piernas y abracé su cintura.

Estaba lista para dormir.

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