Nathaniel / U / One

Namames, ni es de la universidad, pero ustedes me entienden, Al rato comenzaré a hacer los Os que me dejaron, sólo que este lo tenía que hacer, (Para la misma pinche persona) porque se lo debía desde hace tiempo.

Comenzaré en orden, así que sólo vean el numero de su comentario y pues... sabrán, maso menos cuando saldrá.

Espero que les guste, por lo que pidieron, vienen puros felices, cosa que no me hace especial gracia, pero bueno UwU.

Disfrútenlo.

Nathaniel - One.

(1946)

- Rechaza a cualquier hombre que pida tu mano en matrimonio, espera por mí.

Fueron las últimas palabras que Nathaniel me dijo mientras o subía al tren de regreso a Brooklyn, en donde mi padre yacía en cama por culpa de una enfermedad desconocida.

Mi madre mi había mandado una carta, en donde me pedía que regresara urgentemente para ayudarla a cuidar de mis hermanos pequeños mientras ella se cuidaba de mi padre.

Recordar ese martes en la tarde, era un dolor estrepitoso, el cual debía de mantener en silencio.

Pero las lágrimas caían solas cuando mi mente reproducía aquel día en el que el sol parecía no querer ser testigo de cómo dos jóvenes enamorados se despedían con una gran probabilidad de no volverse a ver jamás.

Nathaniel siempre fue alguien muy importante para mí, fue mi primer y único amigo en aquel internado.

Pero poco a poco la palabra amigo se volvió muy vacía a comparación a lo que yo sentía por él.

Llegó un punto en el que ambos sabíamos que éramos el complemento del otro, pero éramos jóvenes y estúpidos, creyendo que el amor era lo único que bastaba para seguir juntos.

No entendíamos que con una simple carta podría destruir todo lo que alguna vez construimos.

Me fui a la edad de 18 años, para ayudar a mi mamá en casa, todo el viaje de regreso, me imaginaba mil y un maneras de detener el tren en donde viajaba y regresar a los brazos del chico que siempre estuvo ahí para mí.

Aquella tarde, recuerdo que el clima era frío, a pesar de ser uno de los meses más calurosos del año, tenía mis dos maletas y boleto en la mano, Nathaniel había insistido en acompañarme hasta la estación, en donde quedaron todos nuestros sueños en pausa.

Ambos teníamos la mirada distante, a pesar de estar tomados de la mano, parecía que ninguno de los dos estaba completamente presente.

Sabíamos que sería nuestro final.

Cuando faltaban 5 minutos antes de abordar al tren, Nathaniel me atrajo con fuerza a él.

- Kareny, sabes que tú nunca fuiste una amiga para mi, siempre te consideré mi alma gemela, todo lo que eres es todo lo que alguna vez necesitaré, estoy tan enamorado de ti.

Nathaniel tomó mi barbilla y juntó nuestros labios en un tierno beso; nuestro primer beso.

Después de eso, las imágenes vienen como si fueran fotografías, de momentos exactos, uno de ellos, cuando miré por la ventanilla, mientras ya estaba en mi asiento del tren y el chico rubio estaba mirándome como si tratara de resolver el mayor problema de su vida.

En el momento en el que el tren comenzó a moverse, Nath corrió tratando de que nuestras miradas siguieran juntas.

Saqué la cabeza por la ventanilla sintiendo como el viento secaba las lágrimas de mis ojos.

Sólo pude escuchar su último grito.

"Rechaza a cualquier hombre que pida tu mano en matrimonio, espera por mí. "

Después de eso, cada mes nos enviabamos cartas, para contarnos las buenas nuevas.

Pasamos cinco años así, en dónde cada mes, sabíamos lo que era la vida del otro, pero no sería para siempre.

En su penúltima carta, me pidió desesperadamente tiempo, en lo que ahorraba para venir a Brooklyn a verme.

Pero el la última de ellas. Me contó sobre Miranda, su vecina de hace un par de meses y como cayó completamente enamorado de ella.

Pasé meses esperando una nueva carta de él, pero nunca sucedió, apesar de que mi buzón siempre estaba lleno, sin su carta mensual, todo parecía insignificante. Después del fallecimiento de mi padre, me mudé a unas cuantas calles de la casa.

Actualmente, tres años después, con 25 años, conseguí con una amiga, abrir una cafetería al final de la calle.

Sabía que era una estupidez, pero siempre seguía con la esperanza que algún día, Nath, mi chico rubio cruzaría la puerta mientras grita que me ama.

- ¡Kareny! Se volvió a atascar la cafetera.

Suspiré, esto no es lo que alguna vez pleneé.

En la cocina, estaba buscando lo que había causado el atasco.

- Mag' creo que lo tendremos que llevar a arreglar.... O podríamos comprar una nueva.

En la radio comenzó a sonar "Rock Around the Clock", una nueva canción que, a mí gusto, es bastante buena.

- Kareny, ¿Puedes venir a atender?
- Estoy viendo lo de la cafetera mujer.
- Por favor.

Bufé y me levanté, ¿Acaso no puede tomar un simple pedido?

Fui por mi libreta.

Caminé a la mesa e hice las mismas preguntas de siempre.

- Bienvenido a nuestra cafetería, ¿Qué desea ordenar?
- ¿Tienes café negro?

Esa voz, apesar de los años, se había quedado en lo profundo de mi mente. Y apesar de todos los obstáculos, la volví a escuchar.

Ahí estaba él, vestido en un traje azul marino, con el cabello perfectamente peinado y la misma sonrisa de mis sueños.

- Nath - fue lo único que pude decir.
- Kareny.

Nathaniel se levantó y me abrazó, no recordaba que fuera tan alto.

Las lágrimas empezaron a salir, era como estar en un sueño.

- ¿Qué haces aquí? Por... Por tu última carta pensé que...
- Me independice de mis padres desde hace un par de años, ellos querían obligarme a casarme con una chica llamada Miranda, trabajé hasta convertirme en un abogado respetado. Trabajé tantos años para ser suficiente para ti.
- ¿Qué? Pero... Miranda era tu vecina, ¿No? Me dijiste que estabas enamorado. Y después no supe nada más de ti.
- Yo... Mis padres me obligaron a escribir esa carta, pero eso fue el detonante que me hizo querer seguir adelante sin ellos. Después me mudé y seguí escribiendo a la misma dirección, explicándote todo lo sucedido, pero como creí, nunca las leíste.

No entendía nada. ¿Nathaniel? ¿Después de tantos años?

Mi mente comenzaba a dar vueltas, esto es más de lo que puedo procesar.

- Kareny, viaje desde la otra punta del país por un sólo motivo, tú. No tengo planes de desaparecer, sabes que desde siempre, sólo he tenido ojos para ti. Todos estos años no han hecho más que reforzar los sentimientos que tengo hacía ti, y viendo tu mano sin ninguna marca de un anillo, lo único que pienso es que si tu quieres, puedes tomar mi mano, corazón y alma, con un poco de suerte....

Nath se puso de rodillas y sacó una caja de su sacó.

- ... Te quedarás a mi lado para siempre.

Un anillo con piedras rojas preciosas era lo que tenía aquella caja.

- Kareny, tú eres la única a la que quiero... ¿Me harías el honor de aceptar la mano de ese pobre idiota que a estado enamorado de ti desde que tiene uso de razón?

Sonreí mientras asentía rápidamente.

- Siempre esperé por ti.

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