Castiel / U / Happier

Castiel - Happier.

Había hecho algo malo... había destruido un corazón inocente.

Desde que terminé mi relación con Castiel, sentía que todo mi mundo se había caído, todo lo que alguna vez creí que era real se perdió... y todo gracias a mi culpa.

Yo provoqué con mis estúpidos celos que lo nuestro terminara, pasó de ser una relación de la que ambos crecíamos a simplemente una relación tóxica.

Desde que se fue de la cuidad para seguir sus sueños, no dejaba de pensar en las muchas chicas que conocería por todas las ciudades, me aterraba la idea de que pudiera encontrar a alguien más y sentir esa conexión de la que tanto presumíamos.

Llamaba todo el tiempo, me enojaba si no contestaba, cada que podía le mandaba un mensaje esperando que... si me estaba engañando por lo menos me tuviera presente.

Cuando regresaba a la cuidad no era mejor, cada que miraba el celular lo interrogaba, comenzaba a creer que tenía secretos, secretos que tarde o temprano descubriría.

Un día fue muy lejos, él había dejado su celular, las notificaciones no dejaban de sonar, cuando pude reaccionar, Castiel me preguntaba que hacia viendo su celular.

Seguido de eso, comenzamos a discutir, yo le gritaba que sabía que me estaba engañando, él me decía que estaba completamente loca, así siguió por unos momentos hasta que estampé con mi mano su cara.

Castiel retrocedió unos paso y me miró, tomó su chaqueta y salió de mi casa, no sin antes decir, ''No me vuelvas a buscar''.

La había cagado, terminé con una relación de 4 años por unos estúpidos celos.

Traté de llamarle un par de veces pero su celular siempre me enviaba al buzón, cada noche me sentaba en mi cama intentando dormir pero las imágenes de aquel día me asaltaban.

Había visto en varias películas que el alcohol era un arma que podía usar a mi favor, compré un par de vinos y me encerré en mi casa.

Era un completo desastre, no comía, sólo tomaba vino, no salía de mi casa, por la impotencia que sentía, estrellé mi celular y rompí cada una de las fotos que tenía del pelirrojo.

Un viernes por la tarde, ya no tenía nada de alcohol, desperté en el suelo de la cocina, ni siquiera recuerdo que estaba haciendo ahí, mi cabeza se sentía pesada, tenía lagrimas secas en las mejillas, mi camisa estaba manchada de vino tinto... era deprimente verme en ese estado.

Me levanté del suelo y fui al baño, tal vez era hora de salir a buscar una copa.

Era un poco tarde cuando salí de mi casa, no tenía ni idea a donde ir, recordé el bar de la cuidad, Castiel siempre me decía que ahí servían la mejor cerveza.

Me puse la capucha para pasar un poco desapercibida, lo que menos quería era que alguno de mis conocidos preguntara por que no he estado asistiendo a clases.

En la entrada del bar, pude percibir el olor a desesperación.

Justo lo que no necesitaba.

Me senté en una de las sillas de la barra, el mesero era un chico de lindos ojos azules el cual me entendió con una sonrisa, pedí una cerveza, mi corazón roto no estaba para ''primeros encuentros'' con alguien más.

Sin tardar mucho me la llevó, después de tomar un par de tarros, escuché la puerta abrirse, a lo que no le di mucha importancia, hasta que su voz me golpeó.

Sin dar crédito a lo que escuchaban mis oídos, giré la cabeza y en una vista borrosa gracias al alcohol que había tomado, miré su inconfundible cabello rojo... pero no estaba solo, tomado de la mano de una linda chica rubia, Castiel mostraba una sonrisa real, una sonrisa que no había visto en el desde hace mucho tiempo.

Volví a girar a mi tarro, ¿Qué estaba haciendo?

Sólo llevábamos un par de semanas separados y ahora está con alguien más.

Y a pesar de eso lucía más feliz.

La ira y la impotencia volvían mis manos pálidas... o era mi vista la que estaba fallando,

Comencé a sentir las lágrimas calientes recorrer mis mejillas, sabía que tarde o temprano esto iba a suceder.

Ahora Castiel podía ser verdaderamente feliz, aunque... yo lo era cuando estaba con él.

Dejé un par de billetes en la barra y salí corriendo, no podía dejar que me viera así.

Sabía que todo lo que estaba pasando era por mi culpa, solamente mía.

Yo lo lastime de maneras en las que no podía justificar, pero a pesar de eso, necesitaba a Castiel de una manera en la que ni yo misma podía entender.

Él era el tipo de chico que nadie en esta faz de la tierra podría merecer... y por eso mi corazón seguía latiendo por él.

Entendía que las cosas no duran para siempre y que algún día alguien más llegaría a vida.

Corriendo el riesgo de que le volvieran a romper el corazón de la misma manera en que yo lo hice...

Prometí bajo la luz de la luna, caminando de regreso a mi casa que siempre esperaría por él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top