Castiel / U / Getaway car

Castiel — Getaway car

''Nada bueno empieza en un carro de escape''.

- Por lo menos podrías fingir que estas feliz. – Dijo Nathaniel mientras me ayudaba a bajar del coche.
- No tendría que fingir si no me hablaras así. – Susurré por lo bajo.

Nathaniel y yo salimos desde que estábamos en el instituto, llevábamos 8 años juntos, pero desde que se graduó con honores en medicina, hemos tenido problemas, ya no era el mismo delegado de la clase que conocí, se transformó en un monstruo avaricioso al que sólo le importaba el dinero.

Solía ser un caballero, alguien que me hacía dudar si yo merecía toda su bondad, pero comenzó a tratarme como si fuera una de sus trabajadoras, llegándome a gritar por no hacer las cosas como él quería.

Hoy era una noche importante para él, el sindicato organizó una gala para celebrar la nueva cura que descubrió Nath.

Desde hace varios días tenía intención de dejarlo, terminar nuestra relación de raíz para poder ser libre al fin pero desde que salimos de universidad, ambos abrimos una sola cuenta bancaria, en donde estúpidamente concordamos en que él la guardaría.

Había intentado varias veces en tomar la tarjeta para sacar mi dinero y por fin dejarlo, pero nunca había encontrado el momento adecuado.

Subimos las escaleras de la mansión en donde sería la fiesta, al parecer, este tipo de fiestas son financiadas por personas con altos mandos. Todos los invitados parecían sacados de una película de Martin Scorsese.

Uno de los meseros me dio Whisky con hielo, lo cual era necesario para poder relajarme y planear todo.

Estaba sentada en la mesa tomando sola, ya que Nathaniel fue a platicar con uno de los doctores más reconocidos mundialmente, cuando escuché una voz conocida.

- Hey, Areli, ¡Tanto tiempo!

Mi giré inmediatamente para quedar de frente a Castiel.

- ¿Castiel? ¿Qué hace aquí?

El chico pelirrojo que estaba enfrente de mí, no era más que mi primer amor, pero por problemas del destino, nunca pude confesarle mis sentimientos.

- Pues, tengo unos contactos en este mundo de la medicina... ¿Qué hay de ti? Desde que salimos del instituto te perdí el rastro.
- Yo... eh... bueno, terminé mi carrera en ingeniería química.
- ¿Enserio? Creo que recuerdo cuando le pasabas tu tarea a Rosa antes de que la maestra llegara.
- Jaja... si...
- Hey, ven vamos, te invito una copa.
-En una gala como esta, espero a que no te quedes pobre.

Ambos reímos y caminamos hasta la barra, en donde platicábamos sobre nuestras vidas y como habíamos acabado allí, en la misma fiesta.

- ¿Entonces sigues con Nathaniel? Mierda, en el instituto, siempre esperé que luego de una semana terminaran.
- Que optimista. – Rodee los ojos mientras le daba un trago a mi copa.
- En realidad... siempre espere a que terminaran porque tú me gustabas.

Mi corazón se paró por un momento, dejando de mandar sangre a todo mi cuerpo.

- ¿Qué?
- Si, sigo, cuando me enteré de que ambos salían juntos, pensé que sólo sería por un par de días... ya que... siempre sentí esa magia cuando los dos estábamos juntos.

Lo miré, él ya me veía de vuelta, sentía que poco a poco las demás personas se volvían en blanco y negro mientras que Castiel y yo explotábamos en colores.

- Pero eso nunca pasó y mira... después de tantos años, sigues felizmente a su lado. – Tomó un largo trago de su vaso.
- Yo no lo diría así... - Contesté sin pensar.
- ¿Qué?

Tal vez era el alcohol en mi sangre o la necesidad de hablar de lo que últimamente estaba viviendo, pero le conté todo, él sólo escuchaba mientras me miraba sorprendido, en ningún momento me interrumpió o me cuestionó.

Su manera de actuar me cautivaba cada minuto que pasaba, era extraño después de tanto tiempo de ser ignorada.

- Todo sería diferente, si tan solo alguno de los dos se hubiera animado a confesar lo que sentía, todo sería diferente.

Castiel apoyó su codo sobre la mesa, mientras miraba a la nada.

Y en ese momento, una idea me atravesó como una bala.

- Aún puede serlo.

El pelirrojo me miró con duda en su rostro.

- ¿Y si todo esto es obra del destino?

Tomé el cuello de su camisa y lo jalé hasta quedar a centímetros de su cara.

- ...Tal vez tú y yo estamos destinados a estar juntos.

Sin más lo besé.

- No necesito que me salves pero... ¿Quieres huir conmigo? – dije después de separarme de él.

Castiel tomó mi cintura y nuevamente me beso.

Sonreí, miré mi celular y ya pasaban de las 12 de la noche, era hora de irnos, pero antes tenía que tomar la estúpida tarjeta.

- Enciende el carro, en cinco minutos salgo.
- Bien... no tardes. – Dijo antes de besarme e irse.

Caminé disimuladamente entre las personas, hasta buscar a Nathaniel, quien parecía estarla pasando bien rodeado de unas cuantas chicas.

- Hey Nath... - Toqué su hombro, acción que lo hizo saltar de susto.
- Hey... Areli... yo... he... estaba conversando con estas señoritas...

Con el rubio balbuceando, lo miraba fijamente mientras metía mi mano en su bolsa del saco, en donde tenía su billetera.

- Oh... mucho gusto chicas... Nath, cariño, luego hablamos.

Tenía la billetera, lo único que me faltaba era ir a la puerta principal, en donde, según lo planeado, estaba Castiel en su carro.

Pero su voz, gritando mi nombre hizo que me estremeciera. ¿Acaso me estaba persiguiendo?

- ¡Areli! ¡Espera!

Comencé a dar pasos más largos, tratando de esquivar a las personas que conversaban.

De un momento a otro, comencé a correr, pude atravesar la puerta, pero seguía escuchando mi nombre de aquel hombre que en pocos minutos, será un chico abandonado.

Miré por la calle y vi un carro blanco parándose el final de las escaleras.

Con Nath pisándome los talones, bajé de dos en dos las escaleras, esta clase de adrenalina sólo la vives una vez en la vida.

Al llegar al carro, Castiel me abrió la puerta por dentro mientras me decía. ''Vamos, vamos, vamos''.

Entré como pude al carro, tenía su billetera en la mano. Miré por la ventana y vi como este se quedaba en medio de la escalera mientras que la consternación se apoderaba de su rostro.

Sonreí.

Bajé la ventanilla y sentí el aire frío en mi cara. Mire a Castiel, quien manejaba aliviado.

Creo que no se espera lo que venía.

Condujo hasta que eran las 4 de la mañana, quedamos en descansar un poco en un motel de paso que acabamos de ver, ambos bajamos de coche, sin mucho que esperar.

Tomó mi cintura y pidió una habitación.

Subimos a la habitación, me tomo del brazo, obligándome a acostarme con él en la cama, no tardó en dormir, con todo lo que había tomado y el cansancio de manejar, era de esperarse.

Me zafe de sus brazos y tomé papel y pluma para dejarle en una nota.

Agarré la billetera de Nath, dejé cinco dólares junto a la nota, tomé las llaves del carro y bajé a la recepción.

No había nadie, así que me dirigí al estacionamiento, esperando que no hubiera ninguna cámara.

Me subí a la parte del piloto y encendí el carro.

Las lágrimas no tardaron en aparecer, a pesar de que este era mi plan desde el principio, sentía como la traición invadían mi cuerpo.

Pensé en la nota que le deje, un poco irónica, hablando de mi.

''Nada bueno pasa en un carro de escape.''

TheCarstairsGirl me obligó a cumplir mi estúpida promesa, aunque difiero a que el sueño erótico de Su se considere un beso... Acá está 😂🤔.

¿De quién debería de ser el siguiente OS?

Espero que les guste, por cierto 😂

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