Castiel / I / Friends
Castiel - Friends
- Lo siento Ale, pero tengo cosas importantes que hacer con Lysandro.
- Oh... está bien, no te preocupes.
Me di la vuelta y camine directo a mi casa, traté de disimular mi tristeza, ¿Cómo es posible que haya creído que Castiel de verdad me quería? Me odiaba por ser tan idiota.
Él había sido mi mejor amigo desde que tengo uso de razón, mi corazón, siempre pensó que ambos terminaríamos viviendo la historia de amor más romántica pero con el pasar de los años, se cansó de esperar y se rindió.
Cuando entramos al instituto, nos comenzamos a separar, él había hecho sus amigos y yo los míos, pero como era costumbre, cada noche yo dejaba mi balcón abierto para que él subiera y se quedara un rato conmigo.
Una de esas noches, me había dejado escoger la película, poco a poco fuimos cambiando de posición hasta que quedé acostada sobre él. Nunca en lo largo de toda nuestra amistad habíamos estado así de cerca.
Cuando menos lo esperé, acercó mi cara a la suya y me besó, cada uno de los sentimientos que pensé que había dejado atrás resurgieron en mi pecho.
Se fue más tarde de lo acostumbrado, no sabía cómo íbamos a actuar al día siguiente.
Pero... al contrario de lo que alguien normal esperaría, actuó normal, como si ese beso nunca había ocurrido, como si ninguno de los dos estaba enamorado.
Traté de fingir que todo estaba bien pero ver sus ojos grises con la misma mirada indiferente de siempre me mataba por dentro.
En la noche, dejé el balcón abierto, con la esperanza de que regresara y habláramos de ello.
Cuando llegó, mis manos temblaban, él ya estaba en la habitación cuando terminaba de encender el televisor, Sin decir una palabra me besó.
Desde ese día todo cambió, dejamos de ser amigos y pasamos a convertirnos en amantes.
Amantes que sólo salían cuando el sol se escondía.
Ninguno de los dos tenía que decir nada, todo estaba sobreentendido. No quería arruinar lo que éramos al decirlo en voz alta.
Pero quería cambiar eso, quería que uno de los dos tomara la iniciativa para dejar de sólo vernos por las noches.
Hoy lo había invitado a salir, con la esperanza de que poco a poco las demás chicas del instituto se dieran cuenta que él no estaba disponible... pero tras varios intentos consiguiendo la misma respuesta, decidí que era suficiente.
Sabía que no era su culpa, pues yo fui la que permitió que esto siguiera, fui yo la que me ilusioné con un par de besos... era completamente mi culpa.
Por la noche, cerré mi balcón con seguro, apagué mis luces y bajé las cortinas, me acosté en la cama y me tapé.
Cuando lo escuché tocar las puertas de vidrio, mi corazón se detuvo, tenía que fingir que todo estaba bien, tenía la esperanza de que volviera a hacerlo... pero no pasó.
Simplemente se fue.
Pasaron los días, después del tercer día de cerrar mi balcón, dejó de ir.
Mi corazón se rompió, pero tenía que seguir fingiendo que estaba bien, pararon los días, me había hecho más cercana al delegado de la clase.
Un día estaba en la biblioteca junto a Nathaniel, ambos estábamos buscando un libro para nuestra clase de filosofía.
- ¿Y cómo te fue ayer? ¿Hiciste algo en especial? - Preguntó Nathaniel mientras se ponía a mi lado con un par de libros en las manos.
- No en realidad... estuve en mi casa todo el día, ¿Y tú?
Miré el último estante y ahí estaba el libro que tanto estaba buscando, el chico rubio pareció percatarse y me señaló el libro, hice un gesto afirmativo y él, con una sonrisa lo tomó.
- También estuve en mi casa, no suelo salir mucho. - Me entregó el libro.
- Si... yo tampoco...
- Y si... - Nath pareció dudar un poco de sus palabras, pero al final me miro a los ojos mientras me decía - ¿Y si salimos hoy en la tarde? Podemos ir a comer un helado e ir a caminar...
Me quedé en blanco, no era algo que estaba esperando.
- Pues... si, sería genial.
Saliendo de la biblioteca, choqué contra el mismo pelirrojo al que había estado evitando todos estos días.
- Lo siento. - Traté de seguir mi camino restándole importancia pero Castiel fue más rápido y me tomó de la mano.
- Oye, Ale... ¿Podemos hablar? ¿Vas a hacer algo esta tarde?
Todo mi cuerpo se tensó, no era suficiente para él hablarme con el tono suave, si no también debía de tocar mi piel y pedir salir en la tarde.
- En realidad... sí, tengo planes.
- ¿Enserio? ¿Qué vas a hacer?
- Iré con Nath... - No había terminado de decir su nombre cuando me soltó rápidamente la mano, como si de un momento a otro mi piel quemara.
- ¿Por qué vas a salir con él?
- No creo que te importe.
Seguí mi camino, a pesar de haber estado tranquila, en mi estómago sentía todo una revolución.
[***]
Llegué a mi casa entrando la noche, mies pies me mataban y mi cara ardía, salir con Nath ésta tarde me había venido bien, me hizo olvidar un poco de mis problemas y conocerlo fuera del ámbito de estudio fue divertido.
Entré a mi baño para ponerme mi pijama y quitarme el poco maquillaje que me había puesto, por alguna razón me sentía feliz.
Cuando salí del baño, pude ver la silueta masculina dándome la espalda, antes de poder gritar, Castiel se había volteado y me había tapado la boca.
- ¿Qué rayos haces aquí? - Pregunté desesperada.
- ¿Qué crees que hago aquí? Vine a hablar contigo.
- Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. - Dije para que se fuera, era obvio que teníamos tantas cosas que decirnos.
- Sabes que no es cierto, ¿Por qué ya no abres tu balcón desde hace una semana? ¿Acaso hice algo mal?
Estaba sorprendida, ¿De verdad no sabía lo que estaba haciendo mal?
- ¿Es enserio? - Castiel me miró incómodo, de verdad no tenía idea. - Castiel, tú y yo simplemente somos amigos... desde hace mucho tiempo... y... simplemente no puedo estar fingiendo que no te amo para que tú simplemente me ignores...
Castiel dio un paso atrás, como si nunca se hubiera dado cuenta lo que sentía por él. Nos quedamos un rato en silencio, ninguno de los dos tenía muy claro que decir.
- Vete. - Caminé al balcón y abrí una de las puertas. - Por favor vete Castiel.
Sin decir una palabra él caminó hacia él, no pude verlo así que desvié mi vista. Las lágrimas comenzaban a salir, acababa de perder a mi mejor amigo.
- No... no somos amigos... - Se quedó parado enfrente de mí, tomó mis manos y me obligó a mirarlo. - Tú y yo no somos amigos, podríamos ser cualquier cosa, si tan sólo lo intentamos, sé que mis amigos no me tratan como tú lo haces, no me hacen sentir como tú hay límites para todo pero ahora sé que ninguno de mis amigos me ama como tú. Y si decides que sólo seamos amigos... alguien más podría amarte, pero estoy seguro que nadie lo hará con la misma intensidad que yo lo hago.
Tomó mi cara delicadamente, como si tuviera miedo de romperme, acercó sus labios a los míos y me besó.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top