Armin / U / I Wish you would (1/3)

Armin - I Wish you would (1/3)

El reloj marcaba las dos de la mañana, seguía sentada en la silla frente a mi ventana con café en mano mirando la calle, como el típico cliché de la chica sobre analizando su pasado.

Decidí ir a la cafetería, tenía que preguntar si el puesto de mesera aún seguía disponible, era mi primera semana de regreso a esta ciudad, en verdad necesitaba un trabajo para poder cubrir mis gastos. Perdida en mis pensamientos, tomé el picaporte de la puerta, sin darme cuenta que al mismo tiempo, alguien del otro lado también intentaba abrir, provocando que me llevara tremendo golpe en la cara.
Molesta por la situación, me aparté de la entrada esperando a que la persona saliera.

- Deberías fijarte antes de... - Mis palabras quedaron flotando en el aire cuando miré a la persona que estaba del otro lado de la puerta -Armin.
-Mia...

El cielo seguía nublado y a pesar de que la lluvia había parado hace unas horas, todavía se sentía la brisa fría. El viento ya había secado cada una de las lágrimas que derramé.

No podía moverme, aún no estaba lista para volver a ver esos ojos azules que me habían atrapado desde el primer momento en que los vi.

- ¿Qué haces aquí? - Preguntó el chico claramente confundido.
-Yo... Regresé... Y... La universidad. - No podía formular una maldita frase coherente frente de él. Era verdad, él estaba ahí, el chico del que me enamoré toda mi adolescencia, estaba justo enfrente de mí. Estaba mucho más atractivo de como lo recordaba.
- Oh... ¿Te cambiaste a la universidad de Anteros?
-Si...
- ¿Hace... Hace cuánto llegaste?

Respiré un poco antes de responder, necesitaba mantener la calma si no quería estropearlo todo...Mucho más de lo que ya estaba.

- Acabo de llegar hace unos días... - Al cruzar la mirada el recuerdo de la última vez que nos vimos pasó por mi cabeza como el flash de una cámara. - ¿Y tú...? ¿Cómo has estado? ¿También estudias allá? - Miré a otro lado tratando de deshacerme de esos pensamientos.
- ¿Yo? No, en realidad sólo vine a visitar a Alexy, me mudé a otra ciudad, actualmente trabajo para una empresa de seguridad informática.
- Oh... Me alegro... Me alegro mucho por ti, creo que era de esperarse.

Doy un sorbo a mi taza, el café ya estaba frío, signo de que ya llevaba mucho tiempo aquí. Verlo hizo que resurgieran todas las preguntas que siempre tuve ganas de hacerle pero nunca tuve el coraje.

- ¿Alexy está aquí?
- No, de hecho se quedó en su cuarto arreglando unas cosas...
- Ya veo...

Los dos nos quedamos en una escena incómoda sin saber que decir. La cual resultaba divertida pues después de tantas noches en el que el insomnio me obligaba a quedarme despierta y la obscuridad de mi habitación hacia mi mente divagar, imaginando las mil y un maneras en cómo sería nuestro reencuentro, qué diría él, qué diría yo... Y ahora que no es mi imaginación, no tengo ni idea de cómo actuar.

-Armin...
- Mia...
Ambos hablamos al mismo tiempo, haciendo que nos miráramos nuevamente a los ojos.

- Perdón, ¿Qué ibas a decir?- Preguntó.
Bueno... creo que era ahora o nunca.

- Yo... Quería disculparme por... Por todo lo que pasó. - A pesar de sentirme segura segundos antes de abrir la boca, mi voz me traicionó y tembló al pronunciar esas palabras.
- No tienes por qué disculparte, ya no importa.
- ¿Ya no importa?
- No, quiero decir...eso es parte pasado.

Volví a ver mi celular, tenía varias llamadas perdidas de Rosalía, mi mejor amiga, probablemente ya se enteró de quién está en la cuidad. Justo en ese momento volvió a sonar en mis manos.

Otra vez era ella.

- Armin... No sabes cuánto esperé para disculparme en persona por todo lo que hice y tú me respondes con un "ya no importa". - Las palabras salieron de mi boca antes de siquiera poder impedirlo.
- Pues ¿Qué quieres que te diga? - Su semblante sereno se endureció, obviamente molesto por 'mis disculpas'. - Tú fuiste la que me dejaste.
- No, yo... Yo nunca quise terminar contigo, sabes muy bien que mis padres me obligaron a mudarme y...
- Mira Mia, no vine hasta acá para discutir sobre algo que, como dije, es pasado. Tú seguiste con tu vida y yo también.
- Armin, yo... ¿Entonces... estas bien?
El chico que siempre aparecía en mis sueños me miró y asintió lentamente.

Las lágrimas que habían parado volvieron a salir, a pesar de que tenía frío, no planeaba moverme. Los recuerdos me atacaban como flashes, uno tras otro, cada momento que viví a su lado y cada noche que lloré su ausencia pasaban en mi mente una y otra vez, sin parar.

- Escucha Mia... Mañana regreso a mi cuidad y quisiera pasar el tiempo que me sobra con mi hermano...Me... alegra haberte visto. - Antes de que pudiera detenerlo, ya estaba doblando la esquina. Su despedida fue fría, en sus ojos no se notaba ninguna expresión. Era egoísta de mi parte pensar que... Por mínima que sea... tendría la oportunidad de...
- Adiós Armin... - Pude susurrar.

Cerré los ojos, tratando de olvidarme de todo lo que pasó, tratando de convencerme que estaba bien.

Que todo lo que había pasado era una simple pesadilla pero por más que tratara, era imposible.

Si tan sólo supiera que nunca lo deje de pensar en él... Y nunca lo olvidaré mientras siga con vida. Desearía... Desearía que lo supiera.

Alguien toca la puerta, miro la hora, 2:00 de la mañana. ¿Se ha detenido el tiempo? Camino a la entrada, pensando que es Rosalía quien ha venido a ver cómo estaba.

Me guío por el lugar tratando de no chocar contra nada por la falta de luz, abro la puerta.

Distingo su rostro.

- Armin. - Escucho mi voz a través de la obscuridad.

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