Armin / I / Untouchable
Ok, debo de admitir que este Os, es más... personal, no sé como explicarlo... bueno el punto es que este, es uno de los Os que más me costó escribir, no sé (Como podrán ver... ahorita no sé nada), de todo corazón, espero que les guste.
Aprovechando al chico en cuestión, Les quisiera recomendar el mejor Os que he leído sobre Armin, mi bebé precioso.
Lo escribió una de mis amigas -jjumin- estaría cool que pasaran y lo leyeran, neta no se van a arrepentir ❤
Armin — Untouchable (El chico de los videojuegos)
Si pudiera describirlo con una sola palabra, podía ser... Intocable.
A pesar de que su salón estuviera en frente del mío, Armin Belcourt, para mí, era intocable.
Tal vez sea el hecho que sus ojos azules me dejan en blanco, o que su voz amable y tranquila no me dejara concentrar.
Sin conocerlo, me había hechizado lentamente, hasta el punto en el que caí completamente enamorada a sus pies.
Ya no podía hacer mis quehaceres de la vida sin estar pensando en cada una de sus facciones, en cada una de sus sonrisas, su risa pasó a ser la mejor melodía que alguna vez yo haya escuchado, todo unido al pensamiento constante en que él y yo deberíamos estar juntos.
Era la primera vez que me pasaba esto, no entendía muy bien que debía de hacer con todo este amor que él me provocaba.
Pasé meses, buscando la manera de hablarle, la manera en la que ambos, chocáramos ''accidentalmente'' y así tener una excusa para hablarle. Pero para ser honesta, sería difícil tener una conversación con él, mientras que yo me estuviera quedando sin aliento.
Cada día que lo veo caminando por los pasillos, hago fotos mentales de su sonrisa para cuando esté en la obscuridad de la noche, imagine mil y un situaciones en las que ambos termináramos tomados de la mano caminando de regreso a casa.
Una noche, en la que no podía conciliar el sueño por sólo pensaba en su perfecta sonrisa y sus ojos brillantes, me paré de la cama, tomé papel y bolígrafo, comencé a escribir todo lo que le diría si es que no me congelara cada vez que lo tengo en frente.
En la mitad de la obscuridad, con sólo una lámpara iluminando el escritorio, pensé que sería buena idea dejar la carta en su casillero entre clases, así nadie vería que yo fui la que le entregó una carta.
La metí en mi maleta, decidida a que mañana en la mañana, la metería a su casillero.
***
Mis manos temblaban, le pedí al profesor salir al baño, dos horas antes del recreo, ahora, estaba enfrente de su casillero, pensando si realmente era una buena idea o simplemente una estupidez que saldría en una película de amor para adolescentes.
Suspiré una vez más, era mi momento de escoger entre ser una cobarde que nunca podrá acercarse al chico que le gusta o la chica que consiguió hablarle por medio de una carta.
En medio de mi decisión, no escuché la campana que anunciaba el cambio de clases, fue hasta cuando su voz, su maldita voz con ese timbre tan angelical, se escuchaba por los pasillos.
Me giré al lugar en donde provenía ese sonido. Ahí estaba él, caminando junto a su hermano y a un chico rubio. Mi corazón comenzó a acelerarse, esto no podía estar pasándome ahora.
Agaché la cabeza, guardé rápidamente la carta en una de las bolsas traseras de mi pantalón y caminé hacia mi salón, justo de donde él venía.
Miraba al suelo y como los pies de los alumnos me rodeaban, pero unos converse negros no lograron esquivarme, haciendo que la persona dueña de ese estúpido calzado chocara conmigo y que yo cayera al suelo.
Levanté la vista y mis ojos no daban crédito a lo que estaba enfrente de mí.
Armin, con la mano estirada hacia mí, me estaba hablando.
- ¿... bien? - Fue lo único que alcancé a escuchar.
Me quedé fría, de todas las personas con las que pude chocar, ¿Por qué justamente con él?
Asentí con la cabeza y acepté su mano, no sabía ni siquiera que me había preguntado.
Me ayudó a levantar, sin decir gracias me alejé lo más rápido que pude, para así llegar al jardín de la escuela. Esto había sido un desastre.
Toqué la bolsa de mi pantalón, pero no había nada.
Maldita sea.
Recordé cada palabra que decía la carta...
Hey, Armin
Tal vez esto te parezca un poco extraño, (Aunque en realidad si lo es) no sé cómo empezar esto... Es la primera vez que hago una carta que tal vez, (si no me da vergüenza) si sea entregada....
Ok, me estoy desviando demasiado... Pues, lo que quería decirte era que.... De verdad quisiera conocerte, te he visto en los pasillos de instituto y creo que inspiras esa confianza que no toda la gente da, tal vez me equivoque, pero por las cosas que te he visto hacer, de verdad creo que eres una buena persona.
No quisiera que te tomaras esta carta como algo muy intenso, sólo que muchas veces me he querido acercar a ti pero siento como mis pies no responden, mis manos comienzan a temblar y me quedo sin voz mientras los nervios se apoderan de mí...
Sé que es algo estúpido pero... No sé...
No sé... si quieres que nos conozcamos podríamos vernos en las canchas de Básquetbol a la hora del recreo... pero si no, podríamos fingir que esta carta nunca la leíste y seguir con nuestras vidas como si nada hubiera pasado.
Gracias por leerla hasta el final...
Pd. Tienes bonita sonrisa...
Thais.
Sería mi perdición si es que Armin la llegara a leer.
Regresé rápidamente a los pasillos de los casilleros.
Pude observar al chico de mis sueños parado solo a espaldas mío, por favor que no sea lo que estoy imaginando.
Pero si lo era, Armin volteó a mi dirección con una hoja de papel en la mano.
Cuando nuestras miradas chocaron, él me regaló una sonrisa.
La mejor sonrisa que jamás había visto en mi vida.
Caminó hacia mí, yo no podía moverme de donde estaba, no imagino cual era mi expresión.
- Hola Thais... debo confesar que yo también me pongo nervioso cuando te veo.
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