TRATARTE MEJOR (5)
Tipo: Sad
Advertencia: Intenté hacerlo sad y creo que no me funcionó del todo bien. 😅
Y aunque hay mucho texto quise hacer un breve momento cariñoso o gentil entre (Lectora/Merle/Daryl) porqué siempre me gustaron esos personajes.
Nota: si les gustó déjen su opinión en los comentarios, Gracias.
Nota2: Al final no lo maté xd
Nota3: Estaré editando los demás OS tambien.
__________________________________
—¡Enid!—ese solo grito pusó en alerta todos tus sentidos, lo habías escuchado perfectamente, había sido la voz de Carl—¡Enid!
Con rapidez te limitaste a buscar dónde se encontraba el chico de cabello largo, y cuándo lo viste atraves de la ventana sonriendo alegremente al lado de Enid, una vez más tu corazón se lleno de frustración sin creer cómo todo había cambiado tan rápido. Con tan solo recordar cómo se habían conocido tu corazón se estrujaba, habían sido amigos desde la prisión, el te había encontrando en el bosque ofreciéndote sinceramente unirte a su grupo, te ayudó y fueron buenos amigos durante un buen tiempo, sin embargo todo habia cambiado al llegar a Alexandria.
—Sigues pensando en él—murmuró una voz femenina, tuviste que carraspear la garganta y observaste a Michonne casi con confusión—Lo sé.
—¿Qué?—preguntaste al instante con vergüenza, ella señaló hacia el chico disimuladamente mientras ambas veían, nuevamente, a Carl al lado de Enid paseando por las calles de Alexandria—No estoy pensando en nadie.
—Te conozco muy bien—murmuraba la morena con una sonrisa gentil—No puedes mentirme.
—Si, estoy pensando en él—soltaste en un segundo sin titubear—pero pareciera que nunca hubiéramos sido lo que fuimos, incluso ahora me trata cómo si no me conociera—respondiste mirando a Michonne, ella te sonrió sin ningún motivo mientras Tara las saludaba a ambas adentrandose en la misma habitación teniendo en brazos a la pequeña Judith—Me gustaría regresar a aquellos tiempos.
—A veces el amor duele, nos puede herir pero es lo único que conocemos, lo único que nos puede mantener vivos, lo único que nos hace sentirnos felices—pudiste oír que Michonne decía despeinando tu cabello—Muchas veces las personas a las que amamos se van, se alejan de nosotros y no sabemos la razón pero te aseguro pequeña que todos tenemos problemas que nos trasmiten preocupación o nos confunden, nadie se libra de eso. Sin embargo, siempre llega un momento en el que el destino decide que ya tenemos que ser felices.
Sin comprender nada, asentiste observando cómo Rick aparecía en el marco de la puerta totalmente feliz y recibiendo a su pequeña hija de los brazos de Tara. El líder se dedicó a verte por unos segundos y soltó una sonrisa despeinando tu cabello.
—Hey, ¿Ya has comido?—te decia—Hace unos minutos Aarón, Daryl y yo hemos regresado de la ciudad con algunas provisiones, son pocas, pero por suerte hemos encontrado tus barras de chocolate favoritas.
La preocupación que todo el grupo mantenía hacia ti desde que te habían conocido aún seguía allí intacta, pareciera que todos allí te cuidaban por el simple echo de ser la menor de todos, a excepción de Judith. Rick grimes siempre había sido bueno contigo, Carol siempre había sido gentil, Daryl había sido tu mejor acompañante de caza, Michonne habia sido sincera y directa, Maggie y Glenn siempre habían estado allí para apoyarte en todo.
—Gracias, en serio gracias—susurraste casi sin ganas observando cómo Carl grimes se adentraba a la habitación sin siquiera prestarte atención, la presencia del chico allí hacía que sentíeras un gran dolor en el pecho, aún no dejabas de amarlo, y él parecía que ya te había olvidado—Debo irme.
[...]
—¡Hey!
Ahora mismo te encontrabas caminando sola, en el bosque, buscando alimento para los Alexandrianos. Una gran parte de ti había querido salir simplemente para calmar la tensión que había entre tu y Enid cada vez que se topaban en la comunidad. Además, ya que estabas afuera, no regresarías con las manos vacías hacia Alexandria de nuevo.
—Fue suficiente—espetó alguien a tu alrededor, te sorprendiste por la voz masculina y seca de alguien pues estabas tan desconcentrada que ni siquiera habías sido capaz de oírlo desde el principio—haz estado últimamente fuera—admitió sosteniendo su ballesta y mirandote con curiosidad—Muy distinta, siento que estás mal y eso no me agrada.
—¿A qué te refieres, Daryl?—preguntaste confundida observándolo.
—Desde que llegamos a Alexandria y después de la invasión casi no compartes ideas o hablas con nosotros—respondió con su ronca voz—¿por qué?—asentiste entendiendo su pregunta y encontrando, a lo lejos, una cabaña—Si te sientes mal por algo, puedes contarmelo, puedo ayudarte. Realmente me exaspera verte tan decaída estos días cuándo antes solías ser una mina de alegría.
—Es solo que no veo el porqué de hablar—respondiste—es decir, simplemente no tengo ganas—añadiste—Últimamente no tengo ganas de nada.
Desde tu posición, te detuviste por un momento solo para señalar en dirección hacia la cabaña que habías visto, Daryl asintió comprendiendo tu señal y ambos corrieron hasta aquel desgastado edificio, tuvieron que alzar sus armas y prestar atención a cada mínimo ruido atentos a todo, y cuándo descubrieron que era seguro entrar, tuvieron que adentrarse a aquel recinto escudándose con sus armas.
—No siempre fuiste de ese modo—decía el ballestero a tu lado—Aunque en un principio eras reservada, audaz e inteligente, luego te volviste una persona muy callada, incluso tu increíble habilidad en puntería últimamente ha estado fallando—sentenció Daryl muy molesto—¿Te has puesto a pensar en que pasaría si por culpa de lo que está sucediendote pones en peligro tu vida?—cuestionaba—Oye, la mayoría estaría triste si algo te sucede, mocosa.
—Ya basta papá—murmurabas tu en broma sin tomarle tanta importancia al tema, pudiste oir cómo el ballestero refunfuñaba mientras ambos se dedicaban a analizar cada habitación de la cabaña—Me agrada mucho que me llames mocosa, ¿sabes?, hace un buen tiempo que no lo hacías.
—No cambies el tema, dime porqué haz cambiado tanto.
—Ya te lo he dicho, simplemente no tengo ganas de nada últimamente—tú te encontrabas en un dormitorio y Daryl en la cocina, por lo cuál habías tenido que alzar la voz para que te escuchara—Las personas cambian, ¿no es así?
—Es por Carl ¿cierto?—la pregunta repentina del ballestero estalló en tu cabeza, entonces lo entendiste, tu amabas a Carl y aunque verlo con Enid te molestaba, te sentías feliz por verlo sonreír—Tengo la razón, ¿es por él, verdad?
—Todos dicen eso, y lo es, aunque creo que solo estoy frustrada—contestaste tirando algo de casualidad haciendo un gran ruido, Daryl, lleno de preocupación se había acercado casi corriendo hacia ti pensando en que algo malo te había ocurrido—No me paso nada—añadiste mirándolo, sabias que él se preocupaba por ti y a veces su actitud protectora te molestaba—Estoy bien.
—Mocosa, pensé que habías encontrando un caminante—susurró observandote con serenidad, tu solo negaste con el rostro—La próxima vez que...
El suelo vibró enormemente por unos largos minutos, al parecer había sido un gran movimiento telúrico acompañado de unas grandes ráfagas de viento, ambos se miraron preocupados y cayeron con fuerza hacia algún lugar, sintiendo un fuerte impacto entre sus cuerpos y el frío suelo, al parecer, la cabaña se había destrozado por completo.
—¿Estás bien?—preguntó Daryl, asentiste mirándolo gracias a la pequeña fuente de luz que emitía el lugar.
—Si, pero ¿Qué rayos sucedió?—preguntaste, y analizaste todo con la mirada, habían caído, tal vez aquella deteriorada cabaña ya no era servible pues el suelo se había destruido por completo. Los gritos suplicantes de los caminantes se hicieron presentes alrededor de ustedes y tuvieron que levantarse observando todo el lugar con temor—Maldición.
—Estamos en una fosa de caminantes, coge tu arma—ordenó Daryl mirándote, asentíste y ambos comenzaron a disparar. Con una vista rápida contaste 32 caminantes, tu mente comenzaba a nublarse y por un instante recordaste la sonrisa de Carl. Las lágrimas comenzaron a bajar sin razón alguna y es que te dolía sentir que tu amigo ya simplemente te había olvidado.
"—Sin importar que suceda, yo te protegeré—había dicho Carl sentado a tu lado en una de las celdas de la Prisión, después de aquel dia lluvioso—Si me necesitas estaré allí para ti.
—¿Lo prometes?
—Claro—decía él con una gran sonrisa—Lo prometo."
—¡Escapa, busca una salida!—el grito de Daryl te trajo a la realidad sacandote de tus pensamientos, a pesar de haber estado concentrada en recordar, tu cuerpo, cómo por acción propia, había seguido disparando hacia los caminantes con una puntería perfecta—¡Hazlo ya!
—¡¿Qué?!
—Debes salir de aquí o morirás, aún eres muy joven para que algo tan cruel como eso vaya a sucederte—decía el ballestero, tuviste que negar observándolo. Definitivamente no eras capaz de dejar a Daryl morir aqui—¡Vete Ahora!
Un caminante llego hasta al lado de Daryl y lo empujó hasta el suelo mientras tu continuabas disparando a lo otros, el devorador estaba casi encima del ballestero y éste lanzaba maldiciones tratando de levantarse, lo cuál parecía ser muy difícil para él pues otros dos caminantes se caían encima de su cuerpo. Dejaste de hacer lo qué estabas haciendo y ayudaste a Daryl disparando al caminante que lo tenia, tuviste que alejar a los otros dos con ayuda de tu arma mientras, otro caminante se apoderaba de tu espalda y clavaba una gran mordida justo en tu abdomen.
—¡Mierda!—fue lo único que escuchaste salir de la boca de Daryl y caíste al suelo, el ballestero, gracias a ti se liberó fácilmente de solo un errante que seguía en su encima y cogió tu ametralladora con rapidez, disparó hacia todos lados y fácilmente acabo con los siete caminantes que sobraban—Hey, escúchame, escuchame.
—Ahora serás tu él que tiene que buscar la salida—bromeaste sonriendo melancólicamente, este comenzó a jalar de sus cabellos mientras te observaba—Yo...
—Te dije que te fueras—espetó con furia lanzando la ametralladora al suelo—¡Maldita sea, te lo dije!—Daryl se limitó a sacar un intercomunicador de su bolsillo y, aún con la respiración agitada, tuvo que prenderlo tratando de buscar alguna ayuda—Maldición—repetia nuevamente—Rick, ¿Me copias?—preguntaba agitado mirando el intercomunicador—Por favor, dime que estás allí.
—Si, ¿que sucede?
—Necesitamos ayuda ahora, es urgente—declaraba Daryl con una voz temblorosa—Estamos en una fosa, a la altura de una cabaña abandonada en la calle Foüter, no podemos salir—argumentó al instante esperando la rápida respuesta de Rick—Por favor, apresurense en llegar hasta aqui.
—Ya estamos en camino.
Fue lo último que Daryl y tú oyeron atraves del intercomunicador, fue tanta la rabia que el ballestero poseía que, por la cólera, había tirado fuertemente el intercomunicador y el aparato se había estrellado contra el suelo rompiéndose en miles de pedazos. Dixon aún así se levantó y comenzó a pisar el aparato destrozandolo aún más que antes.
—¡Basta Daryl!—gritaste, dejaste de coger la mordida de tu abdomen y te concentraste en el hombre—Detente.
—¡Callate!—había gritado él con furia, tú tan solo te habías sorprendido por su actitud—Te dije que te fueras, tuve que haber sido yo, yo debí de haber sido mordido, no tú—murmuraba dando vueltas tratando de calmar su ira—Eres cómo una hija para mi, para Carol, no puedo creer que esto sea mi culpa—se lamentaba otra vez, tu solo negaste. Daryl se arrodilló a tu altura y te observó—Por favor, no vayas a morir ahora, aún te quedaba mucho por vivir, le dije a Merle que yo te cuidaría. se suponía que Carol te vería crecer, se suponía qué tú y yo seguiríamos cazando cómo antes.
Tu concentración se centró en Daryl dixon, jamás en tu vida lo habias visto tan adolorido por algo de aquella manera tan fuerte, las únicas veces habían sido por la muerte de su hermano y Beth, eso era lo único. Por otro lado, el recuerdo de la última vez que habías visto a Merle en la prisión abordó en tu mente al instante recordando la promesa que le habías echo.
"—¿Por qué siempre estás alejado de todos?—le habías preguntado a Merle observandolo con interés, él solo te había golpeado toscamente la cabeza—¡Oye!
—No es de tu incumbencia mocosa entrometida—contestaba con ira el otro, tu solo le sacabas la lengua con diversión muy acostumbrada a su tono de hablar—¿Por qué sigues aquí?
—Te he traído esto—decías tú con una sonrisa entregándole un par de manzanas al hombre, éste no rechisto ni un segundo y cogió las frutas con velocidad—Siempre estás fumando así que quise traerte algo nutritivo para que tu cuerpo no vaya a sufrir alguna enfermedad—el hombre solo siguió observandote—Oye, yo...
—¿Tienes algo más qué decirme?—cuestionaba Merle—¿Por qué no te vas ya y me dejas pensar con tranquilidad?
—Es curioso, desde el primer día en que te conocí, tu no me tratas como el resto—soltaste con curiosidad—¿Por qué?
—De nada valdría aferrarte a cuidar de alguien si después de todo eso hace que no sepa defenderse y que se vuelva alguien inútil o una carga para el resto—contestaba—Solo mírate, sobreviviste sola por un buen tiempo y apenas tienes 10 años. Claramente tienes el potencial de ser alguien increíble con las armas, incluso mi hermano lo acepto y eso ya es decirte mucho.
La curiosa actitud de Merle siempre te habia causado una intriga tremenda, a pesar de que él se comportaba tan frío y de que poseía una actitud arrogante, sabias perfectamente que en el fondo él era gentil con las pocas personas que le caían bien. Habias estado observándolo por mucho tiempo, habías descubierto su plan y una pregunta retumbaba en tu cabeza con fuerza.
—Se qué, muy en el fondo, te preocupas mucho por tu hermano y por el bienestar del resto...
—Ve al punto, mocosa.
—¿De verdad entregaras a Michonne al gobernador?
—Puede ser—decia él con una sonrisa altanera—Sea cuál sea mi desicion, tu...—se detuvo solo a observar hacia el alrededor con una pizca de molestia y serenidad—¿Puedes prometerme algo?
—¿Yo?—cuestionabas, él asintió seriamente—Claro, lo que sea.
—En el hipotético caso que algo vaya a sucederme, lo cuál es muy posible porqué últimamente la maldita suerte no ha ido de mi lado, ¿prometes que cuidarás de Daryl por mi?—tus ojos observaron con curiosidad a Merle, por más de que quizás intentaras contrarrestar lo que él tenía planeado, sabias que no te haría caso para nada así que te limitaste a asentir—Promete que en mi ausencia lo cuidarás.
—Lo prometo, Merle."
—¡Maldición!, ¡Es mi culpa!—se quejaba el ballestero aún arrodillado frente a mi—¡Demonios!
—Yo no podré cumplir lo que le prometí a Merle—susurraste casi sin fuerzas, de todas formas, tu actitud siempre habia sido positiva así que intentaste verte lo mejor posible para no dañar más a Daryl—Sin embargo, Vere a Merle y lo saludaré de tu parte.
El último de los Dixon, frente a ti, se atrevió a votar algunas lágrimas recordando a su hermano y viendo tu estado, y mientras tanto tu sentías tu rostro quemar, tal vez los síntomas para convertirte en un asqueroso caminante se estaban haciendo presentes ya, mucho más rápido de lo esperado.
—Lo siento—decía Dixon—de verdad lo lamento.
—Dile a Carl que siempre lo ame—habías dicho en casi un hilo de voz, Daryl asentía inquieto y nervioso—Dile a Carol que fue siempre fue magnífica conmigo—añadiste esta vez, observando a Daryl, este sonrió melancólico mientras las gotas de lágrimas salian de sus ojos—Dile a los demás que siempre serán mi familia.
Justo en ese instante, tu sacaste una pequeña arma de tu bolsillo y se la entregaste al ballestero, él solo negaba con el rostro totalmente indispuesto a realizar lo que le estabas pidiendo, el hombre movia en signo de negación su cabeza solo para que tu comprendieras que le seria imposible asesinarte.
—No puedo hacerlo—apremió éste llorando, su voz aún sonaba ronca—No lo haré.
—Yo no podré hacerlo, así que tu tendrás que hacerlo por mi—miraste suplicante a Daryl, éste solo negó con rapidez—No soy buena para las despedidas, ni mucho menos para cosas cómo éstas pero siempre fuiste cómo un padre para mi Daryl. Desde el principio fuiste gentil conmigo y directo conmigo, y realmente te lo agradezco.
Te quedaste allí, sentada y observando piadosamente al ballestero, sabia que le dolería mucho hacerlo, Daryl se veía tan vulnerable de esa forma y aquello te hacía sentir muy mal. Lo último que pasó por tu mente en ese instante fue Carl y una última vez más sonreiste con melancolía. Los minutos pasaron casi con rapidez y cuándo ya no había indicios de vida en tu cuerpo, el ballestero disparó velozmente justo en tu cabeza, por un momento todo se tornó silencioso, solo se escuchaban los llantos del único Dixon vivo.
[...]
Rick y todo el grupo llegaron unos instantes antes logrando apreciar a Daryl llorando junto a un cuerpo femenino que lograron reconocer al instante, eras tú. Aquella pequeña niña que habían visto crecer desde la prisión, aquella niña que se había integrado a su grupo de sobrevivientes, aquella chica que sin querer se había robado el aprecio y cariño de todos.
Cuándo sacaron a Daryl éste llevaba tu cuerpo en sus brazos, todos los presentes se habían quedado perplejos, Michonne corrió hacia el lado de Rick con notable tristeza y prácticamente lo abrazó, Daryl solo los observó con preocupación y dejó tu cuerpo delicadamente en el suelo, el ballestero sintiendose totalmente destruido se dejó envolver por los brazos de Carol quién sollozaba mirando el cuerpo pálido de la chica que había muerto.
—Ella dijo que tú fuiste magnífica, Carol—había soltado Daryl mirando a Carol quién ya estaba llorando—Ella dijo que siempre fuimos su familia—volvió a decir esta vez observando a Michonne, Rosita, Tara, Abraham, Glenn, Maggie, Rick, Aaron y Eugenne.
En su posición, y casi sin moverse, el ballestero observó a todos los presentes con interés, Eugenne estaba sollozando de la misma forma que Glenn y Maggie. Rick estaba reconfortando a Michonne quién parecía no creer lo sucedido, Tara y Rosita mantenían una mirada tensa y de nostalgia hacia el cuerpo inerte que estaba allí. Y por último su vista paró en Carl, quién lucia normal cómo si nada de esto le afectase.
—Carl—se atrevió a llamar sin que le importara la presencia de todos alli dispuesto a decirle lo que la chica le había encargado—Ella dijo que te amaba.
[...]
-¿Y qué esperabas qué sucediera?-cuestionaba Enid al lado de Carl con molestia-Ella era débil, por eso murió-sentenciaba de forma altanera-No es para tanto, las personas mueren a diario.
Justo en ese instante, el sheriff no pudo evitar recordar cómo te había conocido, meses antes a que su madre muriera, meses antes de que Judith naciera, meses antes de que la prisión fuese destruida. Aquel dia en el bosque, después de haberte llevado a la prisión con los demás intentando cuidar de ti.
"—Oh vamos, ¿cómo es que funcionaba esta cosa?—pudo oír Carl que alguien decía en el alrededor, el niño habia alzado su arma para procurar disparar con rapidez—Maldición, me he quedado sin balas. ¡Por qué seré tan descuidada!, ya decía yo que debía haber contado mis municiones antes de salir de esa tonta carretera infestada de muertos.
Carl con curiosidad y lentitud se escondió detrás de unos árboles, fue tanta la sorpresa que se llevó al haber visto que era tan solo una niña que tuvo que colocar sus manos en su boca logrando hacer más silencio. No podía creer qué es lo que estaba haciendo una niña casi tan pequeña cómo él en un lugar tan feo cómo ese bosque y totalmente sola.
—Eh, hay una ardilla allí y tan solo tengo 2 balas—informaba ella para si misma dejando una mochila en el suelo—En fin, creo que debería casarla mejor, no he comida nada en todo el día.
Otra vez el niño, aún escondido entre los árboles se sorprendió muchísimo al ver cómo la niña disparaba con rapidez hacia la pequeña ardilla que estaba paseándose por un árbol. La niña, solo alzó al animal en su mano con mucha alegría y arrugando su nariz por el olor repugnante que emanaba el animal.
Sin embargo, en ese momento, un grupo de tres caminantes aparecieron detrás de la pequeña casi con rapidez, quizás debido al ruido, y la niña tuvo que soltar su ardilla mientras éstos se apoderaron de su unica cena, entonces Carl salió de su escondite en ese mismo instante y disparó con un poco de dificultad dos veces hacia la cabeza de aquellos mordedores que estaban alrededor de la pequeña desconocida.
—Mi...Mi...—comenzaba a susurrar la niña con tristeza mientras se levantaba a disparar al único caminante que estaba comiendo su ardilla—Esa era mi cena, yo la había conseguido, tu...—una vez que acabó con el caminante, ella ya estaba apunto de llorar, hasta que Carl se detuvo prácticamente frente a ella regresandola a la realidad—¿Quien eres tú?
—¿Estas aquí sola?—preguntaba el sheriff, la niña asentía.
—Ven sígueme—llamaba el niño con rapidez cogiendo del suelo la mochila de la pequeña y poniendosela en el hombro—mi familia esta quedándose aqui—el niño prácticamente había tomado la mano de la niña y la jaló logrando salir del bosque y dejando a la vista la gran Cárcel que estaba alli—Es un lugar seguro, aquí afuera puede sucederte miles de cosas.
—¡Carl!—el grito sereno y fuerte de Daryl había echo que a Carl se le erizara la piel mientras veía cómo su madre aparecia detrás del ballestero junto a Rick y Glenn—¿Qué es lo que estás haciendo aquí?
La niña, se había ocultado detrás de un árbol con rapidez viendo cómo habían aparecido personas que ni ella conocía pues había pasado mucho tiempo sin ver a gente viva, por la sorpresa que se había llevado incluso había tenido que soltar su arma en el pasto un poco lejos de ella.
—Te dije mil veces que no salieras de la prisión—le reprendía Rick a Carl—¿estás conciente de que pudiste haber muerto?
—Papá, lo sé—respondia el niño con molestia—le disparé en la cabeza a dos caminantes, debiste de haberme visto—soltaba muy emocionado queriendo que su padre se sintiera orgulloso de él—Además, salvé a alguien y...—el niño planeaba decir algo más, pero la voz de la otra niña le interrumpió.
—Oye, aléjate, no te acerque más—se quejaba la pequeña. Glenn, de forma amable había querido acercarse a la niña y ella, buscando defenderse solo le había comenzado a tirar ramitas intentando que el coreano se alejara más de ella—Si te acercas más, gritaré.
—Oye pequeña—decía Lori sutilmente agachandose a la altura de la niña, Glenn habia retrocedido cediendole el paso a Lori—¿estás bien?, ¿no te sucedió nada?
—Si, estoy bien—respondía la niña desanimada—Es solo que ese sujeto se llevó lo único que tenía para cenar hoy—señalaba la niña al caminante sin vida que estaba en el suelo mientras Lori se acercaba a abrazar a Carl sutilmente—Solo es eso.
—¿La ardilla era tu cena?—interrumpia Daryl y ella asentía—¿dondé están tus padres?
—Pues ellos...—la niña se había cruzado de brazos y bajó la cabeza sintiendo nostalgia—A ellos los mataron y yo tuve que escapar—comentaba a punto de sollozar—Yo he estado sola por un buen tiempo.
—¿Verdad que podemos llevarla a la Prisión, papá?—intentaba alegrarla Carl—ese es un lugar muy seguro—le decía a la niña—Hay más personas y estoy muy seguro de que te divertirás con ellas.
—Claro que si—animaba Lori en lugar de Rick extendiéndole la mano a la pequeña—Ven con nosotros pequeña.
—pero...—había comenzado a murmurar la niña aún oculta en el árbol—yo no conozco a nadie de ustedes.
—Si vienes con nosotros podrás cenar más qué solo ardillas todos los días—decía Daryl con serenidad, a la niña se le iluminó el rostro y asintió—¿O te apetece quedarte aquí sola en el bosque rodeada de mounstros?
—No, no—apremiaba la niña recogiendo su pistola obedeciendo netamente porqué en aquella noche tenía mucha hambre—Iré con ustedes, prometo que seré de ayuda y no les estorbaré.
Carl había tomado con rapidez la mano de la niña y ella se había sonrojado completamente observando cómo aquel niño la trataba cómo si la conociera desde hace mucho tiempo y cómo si tuvieran mucha confianza. Rick, desde atrás observando al par de niños, soltó una gran sonrisa que Carl había observaba tras haber volteado, pegándosele una pizca de alegría también."
—Ella no era débil—decía Carl con molestia—Sobrevivió sola por mucho tiempo, supo cazar antes que yo y era muy hábil con las armas—comentaba—Si no conocías nada de ella, no te atrevas a decir que era débil.
—No es mi culpa, ¿sabes?—añadía la castaña—De todas formas fuiste tú quién dejó de hablarle, se supone que ella era tu amiga pero al parecer a ti se te olvidó ese gran detalle después de haberme conocido—Carl, tan solo retrocedió unos pasos al sentir que ella tenía toda la razón—No intentes culparme ahora, fue tu culpa desde el principio.
Carl tan solo bajó el rostro sintiéndose totalmente cómo un idiota, el chico sintió al instante que todo aquello había sido su culpa, y mientras Enid desaparecía de su campo de visión, él solo se limitó a correr hacia dónde su amiga estaba enterrada. Y ubicado frente a su lápida, soltó un par de maldiciones sintiendo por fin, que debió de haberla tratado mucho mejor, justo cómo solía hacerlo antes.
—¿Cómo se supone que me sienta bien después de todo esto?—decía el muchacho, sintiendo una presencia muy conocida detrás de él—Ella fue mi primer amiga, realmente fui un idiota desde que llegué aquí, me comporte cómo un imbecil con ella.
—Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde—había dicho su padre, detrás de él y colocando sutilmente su mano en el hombro de su hijo, sintiéndose muy dolido por la muerte de la chica—Nos hará falta y sé que a ti también.
Aquella frase que su padre había soltado se estancó en su mente haciéndolo sentirse muy mal teniendo todo en claridad. Quizás jamás debió dejarla de esa forma en la que lo hizo pues seguía extrañandola, quizás desde un principio debía de haber sabido apreciar lo que tenía, quizás desde un principio debía de haber sabido cómo cuidar y mantener su amistad sin importar ningún obstáculo.
—Papá, juro que daría todo por verla sonreir al menos una vez más.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top