TIMIDEZ (11)

Tipo: Lindo/ corto.

Notita: Perdón por la demoraaaaa, ¿están todas bien? ¡Suerte en el día de hoy a todas! ❤🤘

[...]

La tarde estaba super calmada, el gran arrebol lleno de hermosos colores ya estaba formándose en el cielo, y con un simple vistazo observaste a todos tus amigos; Carl, Ron, Enid. Todos aquí estaban demasiado aburridos tratando de leer cómics, y por otro lado, no había ningún peligro afuera más que los caminantes.

Entonces Enid soltó un sonoro bostezo.

—Quizás debamos ir a hacer algo más interesante, leer cómics no es lo mío—soltaste despúes de un bufido, miraste nerviosa al sheriff pero al instante tu vista se detuvo en Ron.

—¡Por fin!—soltó el rubio.

[...]

El bosque lucía más tranquilo de lo usual y los cuatro adolescentes solo se habían topado con una mínima cantidad de caminantes ese día.

El sheriff te observó por un instante sintiéndose confundido, vió que te acercabas a Ron, por otro lado el rubio te abrazaba lentamente, como si fueran viejos amigos que se habían vuelto a ver despúes de mucho, cosa que no era cierta pues se veían a diario en Alexandria.

—Está bien, creo que lo más divertido y productivo sería intentar cazar—soltó el rubio. Todos allí asintieron con una sonrisa, estaba demás decir que despúes de la invasión de Alexandria, todos habían logrado llevarse muy bien y eran buenos amigos.

—Yo voy con Enid—pediste con una sonrisa, la castaña sonrió también soltando un "obvio" animada.

—Eso seria injusto, solo digo. Quizás tu debas ir conmigo y Enid con Carl, o al revés—intervino Ron.

El sheriff levantó los hombros restándole importancia al tema.

—Bien, Hagamos esto de una vez por todas, el que traiga más ardillas que el otro grupo, ganará. Los veo aquí mismo en la casa club—diste una señal rápido fijando tu vista en la casa club que habían construido juntos.

—Entendido.

[...]

—¡Ron, Ron!—Llamaste al rubio—¡tengo una más y con este serían siete ardillas, ya...

Te detuviste al no ver a tu amigo por ninguna parte, era cierto que despúes de todo, sentías algo por Ron, pero solo era amistad, lo veías como tu hermano pues Jessie había cuidado de ti mucho tiempo en la ausencia de Holly, tu madre.

Y el rubio y Sam habían llegado a ser parte importante de tu familia, sin contar a Pete obviamente, mucho antes de que llegara el sheriff con su grupo y le diera todo un revuelo a tus sentimientos.

—Ron, ¿dónde estás?—sin embargo no recibias ninguna respuesta a cambio, corriste hasta la casa club y te adentraste a ella solo pudiendo observar al sheriff con una mini-lata de pudín en su mano.

—¿Sucede algo?—inquirió preocupado mientras te observaba.

—No encuentro a Ron por ningún lado.

El chico se levantó y se acercó a ti ofreciéndote un poco de su pudín, tu solo negaste.

—Calmate—insistió el chico—Es Ron, sabe como defenderse. Seguro estará bien—se alejó de ti y te observó desde una esquina.

—¿Dónde está Enid?—soltaste la pregunta tan rápido, el sheriff levantó los hombros.

—Quizás en el patio, contando las ardillas, estaba aquí hace unos segundos.

Tu cabello negro caía sobre tus hombros, lo tenías atado sin embargo había crecido mucho más rápido esa temporada. Tu rostro pálido y tus labios rosados hacían resaltar el color marrón de tus ojos y los zapatos que llevabas ese día.

El sheriff sonrió.

Te sentaste en el pequeño sofá de la casa club y comenzaste a dar golpecitos con tus pies en el suelo, llena de nerviosismo.

El sheriff se acercó a ti.

—Eres la más segura aquí, y cuando te preocupas, también preocupas al resto, así que...—se detuvo y soltó un suspiro. Tu seguías haciendo el dichoso sonido con tu pie—Agh, está bien. Buscaré a tu novio—finalizó Carl con una cara de desgano.

—A mi...¿qué?

—A tu novio, eso dije—afirmó el sheriff dejándote de ver.

Lo observaste nerviosa, ¿por qué el chico había creído tal cosa?

—Pensé que éramos buenos amigos, (Tn)____—soltó—Antes me solías contar todo, ¿lo recuerdas?—te observó confundido—antes podíamos hablar de distintas cosas, pero algo cambió en ti, te comenzaste a juntar más con Ron y no conmigo—diste un suspiro—ahora casa vez que hablo contigo permaneces callada, o simplemente ignoras lo que digo, estoy comenzando a pensar que me odias, pero no tengo ni idea del porqué.

Observaste al sheriff a los ojos, esos ojos azules hermosos que te habían encantado desde el principio.

—Él no es mi novio.

—He visto como lo miras, he visto el cariño que se tienen—se detuvo y se acercó un poco más a ti—no lo niegues. ¿Por qué rayos no solo me lo dices?—replicó angustiado.

Evitaste las ganas de vomitar en el momento en el que el sheriff había podido pensar en que a ti te gustaba Ron, lo veías como un hermano, el tan solo hecho de pensarlo como tu novio hacia que todos tus sentidos sintieran asco.

—No te cuesta nada decir "Carl, Ron y yo somos novios. Ah si, y por cierto, no quiero volver a hablar contigo nunca más porqué te odio"—soltó con enojo—¡Maldición no te cuesta nada!—gritó.

—¡Por dios Carl!—una queja sonora se escuchó al instante—¿eres idiota?—ahora era la voz rígida de Ron, el rubio entraba a la habitación junto con Enid totalmente confundidos—¿Y por qué mierda estás gritando?

—Callate Anderson—exclamó el sheriff—Solo quiero saber porqué rayos ella se comporta tan cariñosa contigo, solo quiero saber si tu le gustas, solo quiero saber si tienen algo—soltó observando al rubio—Anda, dímelo—esta vez te observó a ti.

Ron entendió tu incomodidad al instante, Bien sabia perfectamente que a ti te gustaba Carl, tambien sabia que tu no podías tomar esas cosas a la ligera y decirlas frente a él y frente a Enid, pues eras una persona tímida e introvertida.

—Dime—exigió una vez más.

—¡Basta!—soltó Enid por todo el caos que estaban formando los hombres en la casa club.

—Enid, solo quiero escuchar la verdad salir de su boca—inquirió Carl.

—¡No seas idiota!—soltó de una vez por todas el rubio con enojo—y rayos...¿Qué pasa por tu cabeza al pensar que ella y yo podamos tener algo?...sería raro, hemos crecido juntos en la misma casa, ¡Es como mi hermana!—bufó—¿acaso eres ciego?—agregó—eres la única persona que no ha podido darse cuenta de lo que ella siente hacia ti, A ella le gustas.

Escuchar salir eso de la boca de Ron te había echo sentir nerviosa, y aún más por la mirada de confusión que el sheriff tenía sobre ti.

Saliste corriendo del lugar, Ron sabía perfectamente que había metido la pata, pero había la necesidad de decirlo pues el sheriff exigía respuestas. El rubio conocía a Carl muy bien, y sabía que el castaño estaba angustiado y confundido sobre ti. Incluso un día el rubio había encontrado a Carl escribiendo en un pequeño libro tu nombre junto a un signo de interrogación, se armó una gran charla de hombres sobre el tema.

Carl salió de la casa club tratando de alcanzarte. Corrió tan rápido que creyó que allí mismo se desmayaría por falta de aire, sin embargo su vista estaba fija en todo el lugar buscándote.

—Hey, (Tn)___ por favor—te llamó—Sé que Ron no debió mentir de esa manera, sé que él está solo disfrazando la verdad porqué es imposible que yo te guste—soltó exhausto.

—Estás equivocado, si me gustas—escuchó la voz provenir desde un árbol, la chica salió de allí con el rostro totalmente rojo, estaba avergonzada—Me gustas...pero yo solo no quería malograr la hermosa amistad que teníamos, y crei que lo mejor era separarme de ti, fue lo mejor para mi y...

—Pero no para mi—intervino Carl—me dejaste de hablar de un día para otro, sin darme explicaciones, me evitabas cada segundo, no confiaba en nadie que pudiera escuchar lo que sentía cada día—se detuvo y suspiró, apretó su puño con un poco de frustración, odiaba depender emocionalmente de la chica, pero ya era muy tarde para arrepentirse—Solo tu eras mi soporte.

Se quedó en silencio y se dio la vuelta para irse, no buscaba incomodarte más, en ese instante el sheriff solo quería dejarte tranquila.

Sin embargo se detuvo y abrió sus ojos de la impresión cuando sintió que alguien estaba abrazandolo. Giró rápidamente y solo te vio a ti, aferrada a su pecho. Tenías el rostro escondido por la vergüenza en el hueco del cuello del sheriff.

—Creo que será inoportuno decirlo aquí pero...siento algo por ti, cada vez que me miras, siento que me derrito frente a tus hermosos ojos—lo observaste.

—Cada vez que te veo siento mi corazón latir a mil por hora, como si estuviera a punto de tener un paro cardíaco, al principio creí que tenía algo como eso...ahora sé que es lo que siento por ti.

El sheriff sonrió.

—Me gustas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top