The hunter became the prey
Otro día en la UA sin incidentes.
Bueno, quitando las pequeñas riñas entre compañeros claramente.
―Sé que puedes llegar a ser idiota, pero deberías saber que cómo no meterte en el camino de los demás―Midoriya reclamó a Bakugo, quien sin querer había chocado con él y le tiró su comida encima.
―¡P-Perdón! ¡No vi por dónde iba!―intentó desesperadamente disculparse tratando de limpiar la ropa de Izuku, mas antes de si quiera tocarlo, éste lo apartó de un manotazo.
―Tsk... ―resopló el peliverde dedicándole una mirada asesina―Sólo no molestes el resto del día, ¿Entendido Tonkatsu?
El otro sólo asintió con la cabeza tímidamente y lo vio marcharse. Mina y Kirishima, quienes vieron todo desde lejos, se miraron entre sí confundidos y decidieron ir a hablar seriamente con Katsuki. No era la primera vez que los veían pelear, sin embargo, esa oscura tensión entre ambos y el hecho de que el rubio trataba de no darle mucha importancia, había durado demasiado para ellos:
―Bakubro... Sé que son amigos desde la infancia y todo, pero creo que eso fue mucho para un accidente.
―¿Eso? No, descuida. Pudo ser mucho peor―sonrió intentando demostrarle que no tenía que preocuparse.
―¿¡Peor!?―Ashido chilló todavía más alarmada―Ok, ya no aguanto más, necesitamos que por favor, nos expliques qué historia se traen entre ustedes dos.
Katsuki palideció ante la petición por un momento, mas las súplicas insistentes de la chica y el pequeño sermón sobre abrirse más con la gente de parte del pelopincho, lo hicieron ceder. Los llevó a los dos a un salón vacío al terminar las clases y se puso a tratar de explicar las cosas:
―Bueno, e-en parte es culpa mía... Sólo... prométanme no decirle a nadie más, sobre todo tú rosadita. Ni siquiera a quién le tengan la mayor confianza del maldito mundo, ¿Está claro?
―¡Sí!―aseguraron con firmeza.
―...verán... todo comenzó hace años...
Midoriya era algo diferente a como ustedes lo conocen... Era más alegre, optimista, cálido y soñador... pero cuando fue diagnosticado como un sin don, estaba bastante desanimado. Ver su mirada perdida cada veía a algún otro niño usar su peculiaridad, era insoportable, así que intenté hacer lo que pudiera con tal de que volviese a ser el mismo de antes.
Sin embargo, los demás niños de la clase no tenían la misma intención: empezaron con empujones "accidentales", pero conforme pasaba el tiempo, sus formas de molestar se hicieron cada vez mayores, al punto en que Izuku no podía pasar ni un sólo día tranquilo en la escuela.
Intenté protegerlo lo mejor que pude, incluso lo motivé a usar su inteligencia para regresarles las bromas a quienes lo molestaban, aun si eso no los detenía. Creo que el asunto "explotó" cuando estábamos terminando el tercer grado de primaria:
~✧~❂~✧~
―¡Oigan! ¡Dejen de actuar así!―intentaba defenderlo, poniéndome entre él y los que comenzaron a molestarlo cuando llegó la hora de irnos a casa
Esos mocosos atraparon a Izuku con la guardia baja y ahora querían golpearlo por regresarles una broma que ellos empezaron.
―Bakugo, ¿Hablas en serio?―contestó uno―Deja de fingir, seguro sólo quieres hacerte el héroe metiéndote donde no te llaman.
―¿Crees que hacerte el valiente te servirá? Sabemos que nunca usas tus explosiones con la gente―protestó otra sin cerebro
―Sí ¿Qué ganas lastimándote por ese nerd que no puede defenderse a sí mismo?
―¡Cierren la asquerosa boca!―contesté molesto, soltando unas pequeñas explosiones con mis manos―¡Lárguense!
Los otros niños simplemente se mofaron antes de irse. Supongo que creyeron que no valía la pena. Tal vez si hubiese puesto más atención a Midoriya y no a esos malandrines, habría visto su sombría mirada y me hubiera preparado para lo que vendría...
Después de eso, caminamos a nuestras respectivas casas juntos. No estaban muy lejos la una de la otra, así que siempre me desviaba a la de Izuku para acompañarlo y visitar a la tía Inko. Como en el trayecto el silencio comenzó a ser algo incómodo entre los dos, decidí empezar la conversación:
―Ni por ser los últimos días de clases dejan de enviarnos tanta horrible tarea.
―Realmente no es tan mala―él contestó―Simplemente eres un poco lento para entender a la primera.
―Supongo que sí, jeje―Midoriya siempre se alegraba cada que le daba la razón en algo, pero esa vez mantuvo su expresión amargada, lo cual encendió mis alarmas internas―N-No sé por qué siguen mandándonos cosas así, como si creyeran que todos somos tan listos como tú.
―O tal vez los maestros me odian y quieren que de una u otra forma tenga malas notas, pero eso sólo los perjudica a ustedes―susurró molesto―No importa cuántas veces intente reportarlos, el director nunca hace algo.
―Son porquería, es todo―comenté―Creo que la idea de tu mamá sobre cambiarnos de escuela en cuanto terminemos el año, cada vez suena mejor.
―Aunque lo hagamos, no será muy diferente―señaló él―En este mundo, la gente como yo siempre será humillada. Ya deberíamos dejar de hacernos ilusiones.
―Es... probable―no quería admitirlo pero sabía que tenía razón. Tratando de cambiar el deprimente ambiente, sonreí y seguí hablando―P-Pero no hay de qué preocuparse. No estarás solo allá.
―Por favor... Para.
Su voz hizo que desconcertado volteara la mirada. Antes de poder preguntarle qué estaba mal, él me gritó llorando de rabia:
―¡Déjame en paz! ¡Es tu culpa que me sigan molestando!
―¿Qué?―No entendía por qué decía eso
―¡Si me dieras la oportunidad, les demostraría que si sé defenderme! ¡No necesito que vengas a rescatarme siempre!―exclamó―¿¡Necesitas que ser el héroe todo el tiempo!?
―¡Claro que no!―expliqué―¡Pero es que...!
―¿¡Qué!? ¿¡Me tienes lástima por no tener un don!?―dijo en tono retante―No todos somos tan bendecidos como tu Katsuki Bakugo, el niño con el don perfecto para ser un héroe. ¡Sé que soy inferior a ti pero no hay por qué demostrarlo constantemente!
―Yo...―Fue ahí cuando no supe que contestar.
~✧~❂~✧~
Sabía que la pasaba mal, e hice lo que creí correcto para ayudarlo. Jamás consideré que eso lo estuviese molestando de alguna manera. Antes de poder intentar calmarlo, Izuku me empujó y salió corriendo en dirección a su casa. Desde ese momento, las cosas entre ambos, cambiaron drásticamente.
Los últimos días de clase, Midoriya decidió esconderse de todos, incluyéndome. Y cuando ambos fuimos cambiados a una nueva escuela, se trasformó totalmente, casi no lo reconocía. Supongo que tenía razón respecto a mi lentitud para entender todo, pues tardé años en entender su cambio de actitud: Para poder ser un héroe, aun sin un don, necesitaba probarle a esta cruel sociedad que podía valerse por sí solo, sin estar bajo mi sombra, que más que protegerlo, lo hacía lucir todavía más patético.
El karma por ser un terrible amigo no se hizo esperar: unos rumores sobre cómo era en Aldera, llegaron a la nueva escuela, así que me volví el nuevo blanco de las burlas. Izuku no me ayudaba con ello al inicio, pero era entendible que siguiera molesto conmigo, considerando que lo hice sentirse indefenso mucho tiempo. Nunca quise lastimar a alguien, me vi obligando a hacerlo cuando las bromas subieron de tono, lo que me dio una imagen de matón que me metió en muchos problemas.
Tal vez me pregunten ¿Por qué no hablaste con nadie? Claro que lo intenté, una y otra vez... Todos culpaban mi personalidad "explosiva" y a mi don... Sabía que algo andaba mal cuando no protegí bien a Izuku, pero no pensé que no pudiera protegerme a mi mismo. Se supone que debo ser fuerte, resolver mis problemas, si no... ¿Cómo demonios sería un héroe?
Creí estar solo... Y fue cuando finalmente Midoriya dejó su enojo a un lado y decidió ayudarme... Entrenamos juntos, discutimos estrategias para evitar a mis agresores, cómo usar mi don correctamente y entendí que no importa qué, siempre se preocupará por mi. Incluso antes de entrar a la UA, se enfrentó a un villano para salvarme, sin pensar si podía ganar o no. Sé que a veces usa tonos intimidantes para reprender a los demás, pero no busca el mal de nadie. Después de todo, es muy listo y sabe lo que hace.
Así que no tienen que preocuparse más por mí. Simplemente sigo pagando mi inutilidad en el pasado.
Mina simplemente corrió a darle un abrazo apenas terminó de hablar.
―No fue tenías la culpa de todo lo que te decían―susurró.
―No hay que mentir―insistió Katsuki.
Eijiro también se unió al abrazo, y le dio unas palabras de aliento:
―Ashido dice la verdad... Una cosa es asumir la responsabilidad varonilmente, y otra es cargar con pesos que no son tuyos
A pesar de seguir negándolo, en el fondo sentía que lo necesitaba así que no se resistió al gesto. Mientras tanto, fuera del salón, se encontraba un peliverde que oyó todo desde el pasillo. Por un lado estaba molesto de que Bakugo revelara cómo fue su infancia pero por otro, estaba aliviado de que hubieran personas que aceptasen a Katsuki tal cual es y que todavía tuviera al rubio comiendo de la palma de su mano.
―Me alegra que ganaras buenos amigos, Kacchan―sonrió dulcemente por un momento, mas gradualmente esa sonrisa se volvió algo oscura y hostil―Al menos así no me preocuparé de que estorbes más en mi camino.
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